Número 52

81 las juventudes en los 1950-60. Tanto en los noticieros como en la ficción las juventudes fueron vistas como una amenaza directa a la estabilidad del régimen priista. En el noti- ciero había duros regaños a los padres para que cuidaran a sus hijos y se les advertía que, de no hacerlo, ahí estaba la Policía Judicial dispuesta a hacer lo que ellos dejaban de ha- cer. Por otra parte, en las ficciones veíamos también a estas juventudes supuestamente rebeldes, medio fresonas y totalmente mo- ralistas en donde el mensaje era el de hacer retornar a la juventud descarriada al sende- ro de la virtud, regularmente por medio de un muchacho que regresaba a dar fe de lo que no había que hacer, o incluso de otros personajes como psicólogos o curas que se dedicaban a adoctrinar a los muchachos. El mismo nombre de las producciones nos da una idea del momento histórico y de cómo la sociedad los retrataba: Juventud desenfre- nada, Los chiflados del rocanrol, ¿Con quién andan nuestras hijas?, Juventud sin dios, Los perversos, Juventud sin ley, La edad de la vio- lencia, Ellas también son rebeldes , etcétera, t ítulos que de entrada ya nos advierten de ese discurso moralista y que al final de cuentas terminó por legitimar políticas represivas y de vigilancia de la moral, como sucedió en la época de Uruchurtu en la Ciudad de México en donde las razzias eran cotidianas. …el mensaje era el de hacer retornar a la juventud descarriada al sendero de la virtud

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