043 - Mayo - Junio 2016

Editorial 43: ¿La fosa de nuestra dignidad?

El gran saco a espaldas del pueblo mexicano se va llenando de agravios. La fosa común de Tetelcingo, municipio de Cuautla en Morelos, es uno más. Sin embargo, ésta no es una fosa a cargo del “crimen organizado”, como tantas en el país y para nuestra vergüenza, sino un producto gubernamental: ha sido una instancia del gobierno de Morelos, nada menos que su Fiscalía, la que ordenó cavar en Tetelcingo al menos dos fosas subrepticias, encubiertas, para colocar ahí los restos de numerosos ciudadanos mantenidos en el anonimato. Hasta hace unos días se habían exhumado 119 cadáveres, incluidos los de dos niños y un feto (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/06/03/concluye-exhumacion-de-cuerpos-en-fosa-de-tetelcingo).

Eso también es crimen organizado. Y no menor. La burla no tiene límite, convirtiendo a cada agravio contenido en ese saco a las espaldas en una afrenta. Y es que una “fiscalía” es, etimológicamente, la instancia que “representa el bien público”.

Pues vaya representación tiene el “bien público” en el estado de Morelos.


Fuente: www.somoselmedio.org

¿Qué significa que una “fiscalía” escarbe la tierra para colocar ahí, con sigilo insuficiente, cadáveres de ciudadanos no identificados o cuya identificación incomoda?  ¿Cuántas más hay en el país de su tipo?  Y la obra, cabe advertir, fue sufragada con los impuestos que recaba de la ciudadanía trabajadora, a través del SAR, el COE, esto es,  el Crimen Organizado de Estado.

Esa hechura nos emplaza, porque una “fiscalía” convertida en sepulturera furtiva deja entrever la consolidada existencia de un sistema criminal. Pero esa hechura, a su vez, desgraciadamente nos refleja, porque no hemos tenido la capacidad para evitar esos crímenes, para proteger al bien común y para hacer que rindan cuentas los responsables de su vulneración.

En el contexto del macabro y trágico hallazgo de las fosas de Tetelcingo, resultó alentador observar a la máxima autoridad de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, denunciando con valor cívico al gobernador y sus funcionarios, a pesar de las amenazas y los intentos de criminalización contra el rector. Como dijera el dramaturgo inglés: “no todo está perdido en Dinamarca”. Nos recuerda las palabras de José Martí, de que “cuando muchos no tienen ni dignidad ni decoro, unos poco tienen la dignidad y el decoro de muchos”.

Es hora de que voluntades se unan y dejen vislumbrar un cambio que ponga fin a tanta impunidad y crueldad, sólo posibles con la intervención del Estado: en otros tiempos y lares se ha logrado imponer la fuerza y razón de los ciudadanos y México no será una excepción.

En este número ser presenta el notable texto de Ricardo Melgar “Equívocos, enredos, virajes y encrucijadas: El actual escenario político-cultural de  Nuestra América”, donde el autor pasa aguda revista a la situación actual de América Latina, lo que sirve de base para reflexionar sobre el equívoco pero significativo uso del término “progre”, incluso utilizado por una izquierda que necesita hoy definir nuevos derroteros y clarificar su papel en el momento crítico actual.

A su vez, Antonio Sarmiento presenta un trabajo sobre los impactos en salud que provienen de la contaminación aérea por partículas suspendidas finas. Se trata de una propuesta de aproximación al cálculo de muertes prematuras por contaminación, en particular, por exposición a partículas muy pequeñas en suspensión en el aire. El tema es usualmente poco abordado, a pesar de sus graves implicaciones actuales y futuras. Una segunda parte de dicho trabajo se incluirá en el siguiente número de En el Volcán, presentando con mayor detalle el caso de México. El fenómeno de la contaminación y de sus efectos en la salud de las poblaciones cobra cada vez mayor relevancia. Sin embargo, se le naturaliza y aprendemos a aceptarlo como algo normal e inevitable, como otros tantos acechos en curso a la salud pública. Y podemos entonces preguntarnos si esa aceptación resignada, a menudo potenciada por la desinformación, no será aun peor que esos factores nocivos en sí. O mejor a la inversa, nos hemos de preguntar sobre la necesidad vital de una determinación: la de no habituarse a la precariedad, sea de índole ambiental, sanitaria o política o sea conjunta. 

Para respirar el aire que nos enferma no sólo necesitamos que nos lo recete un modelo económico depredador, extractivista y excluyente, sino nuestra propia complicidad, manifiesta cuando naturalizamos como inevitable ese modelo nutriéndolo en nuestra vida cotidiana. El texto de Sarmiento alude a un punto clave en la prevención de la mortalidad por contaminación: el de la Norma Oficial Mexicana, que en el rubro de las partículas en suspensión atmosférica es mucho más permisible que la norma fijada por la Organización Mundial de la Salud, lo que la convierte, en los hechos, y por sus consecuencias, en una norma patogénica.


www.proceso.com.mx

Por su parte, el artículo de Israel Ozuna “Comunidad, identidad y conflicto: Apuntes generales sobre resistencia y reorganización social durante el Formativo en Mesoamérica”, tiene particular relevancia porque se ocupa, desde la arqueología social, de los procesos de resistencia y organización social en el período Formativo de Mesoamérica, reflexionando sobre el papel que jugaron las comunidades en la consolidación de las sociedades clasistas en dicho período, bajo el interrogante del por qué las comunidades aldeanas con organización tribal estuvieron dispuestas a subordinarse a miembros de su propio grupo. “a adoptar instituciones que seguramente les resultaron ajenas y, sobre todo, a transformar la estructura de su propio sistema social”. Cuando Ozuna resalta que para ejercer una propiedad efectiva sobre los objetos de trabajo, constituidos principalmente por los recursos naturales, los grupos tribales requirieron una organización estratégica para defenderse, hoy, tribales o no tribales, tendríamos que preguntarnos como pueblos dónde se encuentra y cómo se genera o se rescata esa organización estratégica para la defensa actual de los territorios. El autor señala a su vez que “sólo la resistencia con alternativa posibilita la transformación”.

En el trabajo “Las estructuras insólitas de Xochicalco”, Rolando Dada y Lemus, quien estuvo a cargo del diseño del Museo de Sitio de Xochicalco, presenta un análisis que bien se puede denominar arqueo-arquitectónico, destaca dos elementos significativos relativos a la configuración de un estilo de arquitectura propio y exclusivo de Xochicalco. Uno de esos elementos es la distribución insólita de columnas en recintos de la Acrópolis, la parte más elevada de dicha ciudad, las cuales, junto con los muros como elementos soportantes, fueron creadas con el propósito de distribuir el espacio general, mejorando la calidad de los espacios internos, su percepción, sus secuencias espaciales y la manera de recorrer su interior. El otro elemento arquitectónico insólito señalado por Dada respecto a Xochicalco es la existencia de un método particular de construcción de soportes, partiendo del análisis de una columna de arena, la cual fue conformada, para adquirir la resistencia a compresiones necesaria en toda columna, por una camisa o calcetín cilíndrico consistente en una estera entretejida de hojas de palma o de juncos: es decir, el petate.  Por cierto, la argumentación del arquitecto Dada y Lemus remite, como en otros trabajos sobre Xochicalco, a la presencia referencial del Cerro del Jumil, hoy en la mira de una empresa canadiense, la “Alamos Gold”, cuya pretensión de instalar una mina de tajo abierto precisamente en ese cerro sigue vigente (véanse artículos de En el volcán Insurgente en números previos).

Finalmente, en el texto “Argentina y ‘Tata Yofre’: hablando del golpe del 24 de marzo de 1976”, Daniel Omar de Lucía en lenguaje coloquial, se ocupa pormenorizadamente de un ejemplo ilustrativo de cómo se construye y mantiene una falsificación histórica y política del golpe militar en Argentina,  en una maniobra funcional a una operación en curso, la cual pretende negar el genocidio y descalificar la lucha por los derechos humanos en ese hermano país.

Se incluyen, en la sección del Cuexcomate dos materiales: el texto y la gráfica de la exposición itinerante sobre Patrimonio Biocultural y Megaminería, que inició su periplo en el Museo Regional Cuauhnáhuac en Cuernavaca y sigue su camino por diversos museos del país, y un texto ilustrativo gentilmente proporcionado por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela, en el que se denuncia la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de esa hermana nación de Nuestra América. Ahí se remite a un documento de trabajo del jefe del Comando Sur del Ejército estadounidense, en el que se hacen 12 recomendaciones, que parecen ser el libreto que están siguiendo, tanto la derecha venezolana, como la Secretaría General de la OEA, y el organizado ámbito mediático a escala planetaria.

Equívocos, enredos, virajes y encrucijadas: El actual escenario político-cultural de Nuestra América

Desde esta estación fronteriza de la última modernidad y sus crisis de paradigmas, que se viene profundizando en el curso de este nuevo milenio, las nociones de progreso y revolución, de manera más visible que sus pares: evolución y civilización, han puesto en evidencia los límites de su historicidad, su semántica y sus usos académicos y políticos. Y ello no es de poca monta, toda vez que la  antropología, las ciencias políticas y la historiografía, contemporáneas, han sido marcadas, en sus diversas matrices explicativas, por los usos diferenciados de dichos vocablos. Un elemental esclarecimiento se hace necesario con la finalidad de pasar con mejores rudimentos teóricos al análisis del actual proceso y problemática política y cultural de Nuestra América. 

Le Goff (1996) recomienda como útil para el reconocimiento de ciertos campos de la representación simbólica, un puntual rastreo de sus usos lingüísticos, por lo que no tenemos  objeción alguna para no hacer lo propio con la mitologización de la razón moderna y sus nociones de progreso y revolución. Un rastreo filológico de los orígenes y sentidos de uno y otro término en lengua castellana, remarcan su primera clave moderna. Una revisión de sus usos más recientes en Nuestra América, revelan un resurgimiento de la añeja y polémica noción de progreso y sus derivaciones, intentado distanciarse desde las izquierdas reformistas con el de “revolución”, con la sola excepción del movimiento neo bolivariano que animase Hugo Chávez desde Venezuela hacia América del Sur.

Nuestra América enfrenta muchos retos y amenazas. Al colapso de la mayoría de los regímenes mal llamados «progresistas», se suman: una nueva y peligrosa crisis de la economía extractivista, la emergencia de una derecha con proyectos depredadores que va conquistando los poderes públicos, la mercantilización y enajenación de los bienes de nuestro patrimonio cultural, los intentos de que los jóvenes de los sectores populares pierdan el derecho o la aspiración a un trabajo digno y a un futuro deseable. La concentración de la riqueza ha llegado a límites nunca antes conocidos en el continente y la desigualdad se ha «naturalizado» mediática y políticamente. Rearmar otro camino demanda ser cuidadoso con la elección y uso de palabras, imágenes y símbolos. Rearmar otro camino, libertario y justiciero, obliga a reinventar nuestros quehaceres ciudadanos y dotarlos de mayor fuerza.

 

La salsa picante del progreso y otros aderezos

La noción de progreso remite al año de 1570 - en todo caso al siglo XVI- , tomado del vocablo latino de progressus, progredi, caminar, adelante[1]. Por su lado, Le Goff, prefiere instalarse en senderos más universales y doctos para esclarecer los términos en sus contextos históricos y sociales. En esa dirección rastrea los giros de sentido en el pensamiento de las élites de las distintas culturas y sus modos de convertirse en sus guías. Nuestro autor opta por procesar pares binarios, opuestos y complementarios, ubicando en el siglo XIX, la pareja progreso/reacción, aunque sostiene a nivel más general, los hitos de una lectura que partiendo de Occidente se proyecta hacia el no Occidente:

Hasta que la segunda mitad del siglo XX puso sobre el tapete los problemas del desarrollo del Tercer Mundo la noción de progreso no salió de los límites de Europa, de Estados Unidos a finales del siglo XVIII y de Japón a partir de 1867. La idea de reacción como contraideología del progreso aparece en 1796 y se desarrolla en el siglo XIX. [2]

En cambio, el término revolución no aparece en los documentados registros de Corominas, pero la data inicial de su uso en español, no parece rebasar el marco del siglo de las Luces (XVIII). El término revolución en las ideologías y frasearios políticos del siglo XIX en América Latina se volvió promiscuo, generando muchas confusiones en el imaginario y el habla popular. En 1928,  José Carlos Mariátegui refiriéndose a los usos del término, escribió sin desperdicio lo siguiente:

La misma palabra Revolución, en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal. La revolución latino-americana, será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución  mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. A esta palabra, agregad, según los casos, todos los adjetivos que queráis: "anti-imperialista", "agrarista", "nacionalista-revolucionaria". El socialismo los supone, los antecede, los abarca a todos.[3]

Entre las dos nociones, progreso y revolución, fue la primera la que alcanzó mayor legitimidad y prestigio durante la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX. Una lectura más atenta de la presencia de la noción de progreso en América Latina, nos permite determinar su factura histórica, su procedencia y la clave eurocéntrica de su sentido. Childe refiriéndose al siglo XIX escribió:

En el siglo pasado, el "progreso" era aceptado como un hecho. El comercio crecía, la productividad de la industria iba en aumento y la riqueza se acumulaba. Los descubrimientos científicos prometían un avance ilimitado del dominio humano sobre la naturaleza y, por consiguiente, infinitas posibilidades de ampliar la producción. La creciente prosperidad y la profundización del conocimiento inspiraban la atmósfera de optimismo, sin precedente, que se respiraba en todo el mundo occidental. [4]

Palmade, otro historiador contemporáneo,  situó en el tercer cuarto del siglo XIX, la emergencia de este nuevo cuadro de representaciones en el que el progreso asumió su reinado:

..el período 1850-1875 aparece ante nuestros ojos, como apareció ante los de sus contemporáneos, como una época de prosperidad, de desarrollo económico más rápido y de progreso en todos los campos: progreso técnico, verdadera revolución de los transportes que crea en toda Europa occidental una infraestructura, que permite su unificación, revolución también en los métodos de crédito bancario y rápida mutación de las estructuras económicas, con sus víctimas, los rechazados por el progreso, y sus beneficiarios, los especuladores y los nuevos ricos. [5]

Sorprende la facilidad con la que algunos autores como Palmade le otorgan un sentido de compatibilidad a las nociones de progreso y revolución, gracias a la polisemia que les atribuyen. Las configuraciones ideológicas de izquierda a derecha pueden usar esos vocablos, pero sus sentidos no serán homologables. La polisemia tiene sus límites.

El curso de la Primera Guerra Mundial, suscitó un gran desencanto en las élites intelectuales en el ámbito mundial acerca de la modernidad, el progreso y la civilización en su sacralizado espacio europeo. Las nociones eurocéntricas de civilización y progreso, se desplomaron de las lecturas de los más sagaces críticos latinoamericanos. Rubén Darío, Manuel González Prada, Vargas Vila, José Carlos Mariátegui, José María Zeledón. Todos ellos, desde sus particulares miradores ideológicos, fueron tomando distancia frente a la ostensible "barbarie blanca". Los costos de la Primera Guerra Mundial incidieron en la remodelación del imaginario europeo y occidental.

Gordon Childe menciona que este desencanto espiritual sumió en dudas y descreimientos sobre el progreso al mundo Occidental. En 1936, este autor inglés, reseñó agudamente la crisis de representación del progreso, tanto como idea como imagen. Occidente se desmayaba agobiado por la primavera fascistizante en Europa y sus fantasmagóricos antecedentes -la Primera Guerra Mundial y el crack de 1929-. La Segunda Guerra Mundial involucró a los países latinoamericanos en varios sentidos: apoyo en suministros de materias primas estratégicas a los Estados Unidos; con contingentes armados procedentes de Puerto Rico, México y Brasil y con la recepción de los más diversos exilios. 

En nuestros días, este optimismo ha recibido una ruda sacudida. La primera guerra mundial y las crisis subsecuentes, que produjeron, en medio de una horrible miseria, un exceso aparente de mercancías, han socavado sus fundamentos económicos. Y ahora han surgido muchas dudas acerca de la realidad del «progreso». [6]

La resonancia de este proceso trascendió al marco historiográfico: la escuela histórica alemana, renunció a la noción de progreso. [7] Por su lado, la antropología se sacudió de los desacreditados e incómodos paradigmas positivistas y evolucionistas y sus nociones emparentadas de progreso y evolución. 

En 1981, Pierre Vilar afirmó que en la historia de la humanidad, sólo dos extraordinarios acontecimientos resultaron homologables: la Revolución Neolítica con la introducción de la ganadería y la agricultura y la Revolución Industrial con su industria maquinizada, dados sus impactos cualitativos sobre sus respectivos modos de vida.[8]  

 Señala Vilar que entre una y otra revolución, se puede hipotizar que:

 "... los "crecimientos" innegables - de población, de producción, de enriquecimiento-, constatables para períodos de larga duración en amplios territorios (por ejemplo, entre los siglos X y XIII en el occidente de Europa), corresponden a la instalación y al apogeo de un modo de producción adecuado, sin duda a las exigencias de la producción para una tecnología dada; y comprueba también que, al cabo de un período bastante largo, ese sistema sufre una crisis de estructura, una "crisis general", con hundimientos de población y abandono de terrenos productivos (en nuestro ejemplo, ello ocurriría en los siglos XIV y XV). [9]

No muy lejano estaba el día en que un denso y complejo acontecimiento científico-tecnológico coincidiría con el derrumbe del socialismo real, el fin de la guerra fría, la hegemonía neoliberal, la reconversión del cuerpo humano y sus fragmentos en mercancía, la pérdida de sustentabilidad de las monstruópolis, los flujos ascendentes de migrantes y refugiados, la relativización de las soberanías nacionales, y esa primavera del ciberespacio, la genética y la robótica. Se aunó a todo ello, la todavía balbuceante colonización de algunos planetas de nuestro sistema solar. Crisis de imágenes,  de ideas  y de los modos de vida. Nuestra América recibió y recibe los coletazos de este proceso, con mala fortuna y débil resistencia ciudadana.

 

¿A dónde va Nuestra América?

Exploremos primero los «Nortes», invasivos y depredadores. El proceso preelectoral en curso en Estados Unidos de Norteamérica tiene en Donald Trump y Hillary Clinton, dos figuras muy reaccionarias en primera línea. Una y otra, son expresión de esta onda o marejada neoconservadora que, más allá de sus respectivas adscripciones a las filas republicanas o demócratas, representan peor de lo mismo no solo para su país, sino para  las naciones y pueblos del mundo, dentro y fuera de su órbita de irradiación. México y el conjunto  de los países de Nuestra América, resentirán de parte de Estados Unidos un mayor injerencismo económico, diplomático, militar y de inteligencia.

Frente a las amenazas que se vislumbran, la lucha antiimperialista debe reactualizarse y borrar las fronteras nacionales, repolitizando a los migrantes. La lucha antiimperialista demanda otras estrategias, lenguajes, programas y acciones. Deberá incorporarse con mayor fuerza en las agendas de las izquierdas y de algunos agrupamientos políticos democráticos y nacionalistas. Todavía no se perciben proyectos, programas y acciones en  defensa de la muy vulnerada soberanía alimentaria y económica. Y en cuanto los problemas de los migrantes sur-norte, únicamente han sido considerados de manera parcial en términos asistencialistas o eventualmente de derechos humanos.  

La ilusoria etapa pos neoliberal se ha derrumbado con la caída electoral de varios gobiernos en nuestro continente. En realidad, nunca se comprometieron de fondo con el cambio de rumbo, salvo en un punto, nutrir el gasto social, bastante contraído bajo los gobiernos previos. Además, no se atrevieron a revertir el modelo extractivista de la economía, tan depredador en materia ambiental y condiciones de trabajo. Persisten en ello, Nicolás Maduro en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia. Raúl Zibechi nos da una síntesis apretada de los factores endógenos en estos procesos «progre», ahora muy alicaídos o en proceso de extinción:

Algunos de sus errores, a nuestro juicio, ha sido no tocar ni al 10% de poderosos que concentran la mayoría de riqueza en sus manos, no hacer reformas estructurales y perpetuar el modelo extractivo. Nos hemos dado cuenta tarde de qué supone el modelo extractivo del cual, en un principio solo fuimos capaces de ver sus negativos efectos medioambientales. Además de sus efectos nocivos para el medio y la salud humana (la deforestación o el aumento del cáncer en las zonas de monocultivo donde se utiliza, por ejemplo, el glifosato), el extractivismo es toda una cultura. Genera una situación dramática: una parte de la población sobra, porque no está en la producción, porque no es necesaria para producir commodities; “un campo sin campesinos”: no olvidemos que el monocultivo o la megaminería apenas generan empleo. Pero también tenemos un extractivismo urbano, una ciudad donde los pobres son llevados cada vez más lejos, y si esto funcionara a tope -lo que pasa es que hay resistencias- hoy las villas ya no existirían.[10]

Sin embargo, no puede olvidarse el entrecruzamiento de estos factores con las maquinaciones imperialistas desestabilizadoras en los terrenos mediáticos, diplomáticos, financieros y políticos. Las misiones, las agencias y los programas estadounidenses que operan en  nuestro continente, redoblaron sus quehaceres injerencistas en los países con gobiernos reformistas de base popular que abogaban por una política autónoma continental.

La curva ascendente de las derechas carece de linealidad y expresa sus propias contradicciones. Ha tenido un revés inesperado con motivo de un escándalo financiero sin precedentes en la historia mundial, aunque en otra dimensión se aproxima a las impactantes revelaciones de la doble faz de las relaciones diplomáticas y los quehaceres de los poderes fácticos a través de WikiLeaks. Se recordará que a partir del año 2007 en el ciberespacio, las redes lideradas por Julien Assange fueron compartiendo gradualmente las filtraciones obtenidas de las instituciones encargadas de la seguridad imperial estadounidense.

La actual revelación resulta muy comprometedora para los quehaceres de políticos y empresarios de derecha, que recurren subrepticiamente al traslado de su capital dinero a paraísos fiscales. La banca Suiza tiene ahora fuertes competidores. Dichas transferencias se realizan, vía empresas de fachada, gracias a los servicios de la corporación jurídico-financiera Mussak─ Fonseca. Los llamados «Panama Papers», son documentos confidenciales que fueron hackeados y hechos de dominio público internacional. Jürgen Mossack y Ramón Fonseca, al fusionar sus despachos jurídicos y proyectar sus servicios a nivel internacional, a través de muchas de sus filiales, congregaron a una clientela política y empresarial con mucho poder desde Panamá. Les ofrecían privacidad en las operaciones y eficacia en la evasión fiscal, mediante el registro de empresas fantasmas. El arte de evadir impuestos y realizar subregistros patrimoniales, se agrava en varios casos, por presuntas asociaciones ilícitas: lavado de dinero, comisiones especiales o favores, licitaciones públicas amañadas, etc., etc. [11] Cada vez es mayor el número de analistas que sostiene que los auspiciadores de estas revelaciones, apuntan a golpear a Panamá como paraíso fiscal y redirigir el movimiento de capitales hacia Estados Unidos, ofreciendo mayor protección y privacidad.[12]

Sin embargo, dichas revelaciones conmovieron al mundo financiero y político internacional. Han llevado a la renuncia de Sigmundur David Gunnlaugsson, primer ministro de Islandia, y al tambaleo de David Cameron, primer ministro británico, frente a las críticas y movilizaciones de protesta ciudadana, por ocultar el trasiego de recursos financieros a un paraíso fiscal. Cameron, aferrándose al cargo, concede que cometió un error y que rectificará, pero el 60 por ciento de la ciudadanía encuestada le ha retirado su confianza y lo repudia.

En América Latina, la ciudadanía observa desconcertada las revelaciones que involucran a sus políticos, gobernantes y empresarios, pero dista de reaccionar adecuadamente, facilitando su impunidad. Figuras prominentes de los sectores neoliberales e inveteradamente neoconservadores se muestran ante la ciudadanía mundial, carentes de probidad. En México, reaparece un empresario muy cercano al presidente Enrique Peña Nieto, otro, al grupo Televisa, entre un abanico mayor. La discutida entidad llamada Servicio de Administración Tributaria (SAT) afirma que va a investigar 33 casos reportados. [13] Todo indica que simulará hacerlo, en concordancia con su política de seguir exonerando a los grandes empresarios en materia tributaria, cargando sus acciones en los contribuyentes medianos y pequeños. Esta orientación se suma a otras expresiones reprobables de la procuración de justicia y del encubrimiento gubernamental. Los 43 desaparecidos de Ayotzinapa seguirán sepultados por una maraña de informes y contrainformes, hasta finales del sexenio y quizás más allá del mismo. Las fuerzas armadas, son este caso, como en otros, intocables.

En Argentina, el presidente Macri ya está envuelto en el escándalo, siendo su defensa que  lo hecho antaño era «legal».[14] Es importante destacar que en Brasil, los funcionarios del Partido de los Trabajadores de Dilma Rousseff y Lula, no han sido salpicados por tan comprometedores documentos. En cambio, líderes del PMDB, con mayoría parlamentaria que rompió con la presidenta Dilma, preparando su destitución, han salido embarrados y por si fuera poco, figuras prominentes del opositor PSDB, que busca el derrocamiento del gobierno petista, tiene la misma cochambre en pleno rostro. Si de ética política se trata, este hecho representa un revés para quienes conspiran en aras de la «limpieza de la gestión gubernamental», sin haber lavado el cuerpo previamente. En Brasil, un nuevo golpe de estado, vía el Congreso, se consumó. Su impacto negativo en la región, multiplicará los riesgos para la soberanía continental y los movimientos sociales, dentro y fuera de dicho país.

 

Repliegue y caída de los reformistas de nuevo cuño

Si este es el curso ascendente de las derechas, golpeadas en su imagen y legitimidad por ciertas operaciones dolosas, las izquierdas reformistas han sufrido tres derrotas en comicios ciudadanos importantes: la parlamentaria en Venezuela, la presidencial y parlamentaria en Argentina, y en el referéndum en Bolivia que cerró el paso a la tercera reelección presidencial al mandatario Evo Morales. El escándalo de corrupción y saqueo de recursos del Fondo Indígena, le restó imagen y aceptación ciudadana, sin lograr desgastar al MAS, el cual conserva importantes cuadros de relevo. Morales replicó, denunciando a los líderes de la oposición por su ilegal y clandestina transferencia de capitales a paraísos fiscales para evadir la tributación estatal. [15] En el Uruguay, concluido el mandato de José Mujica con elevada aceptación popular, pero con pocas reformas, entre ellas, la legalización y regulación del consumo de la marihuana, se abrió un nuevo escenario electoral. El Frente Amplio para garantizar la reelección lanzó a la presidencia a su figura más conservadora: Tabaré Vásquez, poco amigo de la unidad continental, comprometido con la idea de no realizar reformas de impacto y de establecer lazos de convergencia con la derecha en el Congreso. Tabaré, además, es un conocido opositor al derecho del aborto. En Venezuela y la Argentina fueron visibles los yerros de gestión pública que impactaron negativamente en la mayoría de la población. La base social ganada se perdió y no hubo de parte de los partidos y equipos gobernantes movimientos de autocrítica y rectificación.

Sabido es que el liderazgo de Nicolás Maduro ha perdido credibilidad en las filas de las izquierdas de  nuestro continente, por errores propios y acumulados en el terreno económico. En la historia contemporánea de Venezuela sus grandes crisis políticas han estado asociadas a las crisis petroleras. Sin embargo, ni los gobiernos de los partidos tradicionales (AD y COPEI) ni los gobiernos de Chávez y Maduro apostaron a diversificar la economía venezolana y alcanzar la inasible soberanía alimentaria. Los costos de estas flagrantes omisiones se pagan. Se suma a lo anterior, el fracaso de las políticas contra la violencia delictiva y el crimen organizado. La inseguridad es un tema pendiente. Sin embargo, de lo que no se tiene clara conciencia es de la política estadounidense hacia Venezuela. Un documento filtrado y compartido en las redes sociales acerca de la llamada «Operación Libertad Venezuela-2», a cargo del Comando Sur jefaturado por el almirante Kurt Tidd, el 25 de febrero de 2016, despierta nuestra preocupación y alarma. Tidd, a un mes de haber asumido el mando, rubrica y avala este proyecto intervencionista, lo que quiere decir que Venezuela ocupa el primer lugar de la agenda estratégica estadounidense. [16]  

Algo parecido aunque con menor intensidad, ha acaecido en el Ecuador de Rafael Correa y el Chile de Michelle Bachelet, refrendado por la creciente desaprobación ciudadana. Uno y otro régimen, favorecen el desarrollo de la minería a tajo abierto, contra las advertencias y oposiciones de grupos ambientalistas y comunitarios. Ambos gobiernos exhiben una trama de desencuentro y conflicto con las organizaciones y poblaciones indígenas, siendo mucho más grave en Chile. Bachelet durante sus dos gobiernos persiste en criminalizar y reprimir a los mapuches.[17] Correa resiente la oposición conservadora que viene impulsando protestas contra el proyecto tributario del gobierno de gravar con nuevos impuestos a los cigarrillos, el alcohol y las bebidas azucaradas. Lo grave es que se sumen a dichos desencuentros los mandos de las instituciones castrenses[18] y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la más importante central obrera, contraria a la novísima «Ley de Promoción del Trabajo Juvenil, Regulación Excepcional de la Jornada de Trabajo, Cesantía y Seguro de Desempleo» que legaliza contratos que dejan abierta la posibilidad al capital de fijar la jornada laboral, precarizando las condiciones de existencia de los más necesitados.[19] Sin embargo, dicha ley favorece a algunos sectores con un seguro de desempleo, una licencia sin sueldo por nueve meses para madres y padres por maternidad e incentivos para el empleo juvenil. La obra pública del gobierno de Correa, siendo relevante, no cuenta mucho en tiempos de crisis: ocho hidroeléctricas, 7 mil kilómetros de carreteras, mayor acceso a la educación superior. A los datos duros de la inflación, escasez y especulación de bienes de demanda cotidiana, se sumaron las promesas incumplidas y el ascenso de la criminalidad urbana. A todo lo anterior, se suman los estragos del terremoto en la costa, zona de concentración de la oposición política.

Perú, llegó rezagado a la primavera reformista: le sigue pesando como plomo el legado de la guerra interna, del fujimontesinismo, del alanismo y de otros ismos. Sin embargo, ha emergido la esperanza de las izquierdas y de un significativo sector popular, el cual se concentra principalmente en la región sur andina bajo las banderas del Frente Amplio. Se trata de un Frente y movimiento plural, el cual estrenará una bancada parlamentaria integrada por 20 representantes. Tendrá que lidiar con un Congreso con abrumadora mayoría reaccionaria y mafiosa. Las recientes revelaciones que evidencian los fuertes vínculos del fujimorismo con los carteles de la droga, le han conferido certeza a los movimientos sociales que venían denunciando su interés en modelar un narco-Estado.[20] El renovado liderazgo generacional del Frente Amplio sigue sembrando expectativas, dentro y fuera del Perú.     

Reiteramos que las presiones injerencistas estadounidenses se fueron haciendo más explícitas en los países con gobiernos reformistas, a las que se sumaron las provenientes de algunos de sus aliados europeos y latinoamericanos. Esta marejada de acosos mediáticos, diplomáticos, financieros y de inteligencia, no fue sin embargo la que definió el curso de las derrotas electorales. Fueron mucho más importantes las desvinculaciones político-gubernamentales con sus pueblos, las que reorientaron los votos en contra de sus proyectos de reelección. Brasil es un espejo del desgaste e incompetencia administrativa de un gobierno reformista. Siendo el caso brasileño la pieza mayor del cambio geopolítico en el continente debemos dedicarle algunas líneas, necesarias y justificadas.

Es de conocimiento público que el beneficiario político de la actual crisis brasileña es el Movimiento Democrático Brasileño (MDB). Entidad política que nació bajo el paraguas de la dictadura militar, participando en procesos electorales ilegítimos pero «legales». En 1980, agregó a su identidad el término partido, convirtiéndose en el PMDB. Su clientelismo político es preocupante para las izquierdas, cuenta a su favor con una masa popular de maniobra nada desdeñable. Recordemos que las derechas son muchas veces más hábiles que las izquierdas en la cooptación de los estratos populares, apelando a importantes recursos mediáticos pero también a un lenguaje, una gestualidad y unos señuelos eficaces (dádivas, promesas y apoyos a «micro emprendimientos»).

Más allá de lo expuesto, debe señalarse el hecho de que el PMDB se ha beneficiado de su capacidad de maniobra política. Gracias a ello, ha logrado conquistas que no pudo alcanzar por la vía electoral. Los antecedentes iluminan su pasado y su presente. Durante la crisis gubernamental producida por el deceso del candidato electo Tancredo Neves en 1990, José Sarney, del PMDB, dio un salto con garrocha de la vicepresidencia a la presidencia. Dicho partido comodín asimiló bien la lección, como lo refrenda otro reposicionamiento de parecido corte político. La renuncia de Fernando Affonso Collor de Mello en 1992, envuelto en una escandalosa trama de corrupción, permitió a uno de sus ex cuadros fundadores, Itamar Franco, asumir la presidencia. Y ahora, tras la crisis brasileña, que devino en golpe de Estado legislativo, se agravó con el campeonato mundial de futbol y sus muchos despilfarros, sublevando a los habitantes de las favelas, profundizado a su vez por una maniobra de altura de Michel Temer del PMDB ex aliado de Dilma, quien ha usurpado la presidencia, a pesar de los antecedentes de corrupción que pesan en su contra. En síntesis el PMDB, sin necesidad de ganar comicios electorales, ostenta ya en su haber político tres presidentes. De plácemes están los grupos de poder: los Marinho, dueños de la cadena de medios Globo y los Sicupira, también accionistas en AB Inbev, los Moreira, dueños de Itau-Unibanco y Marcel Herman Telles, acccionista «pequeño» de la cervecera AB Inbev controlada por su socio Jorge Paulo Lemman.

El PT de Dilma, al realizar su viraje neoconservador, se distanció de su tradicional línea programática y de sus bases sociales, perdió piso y le dio mayor capacidad de maniobra a su efímero aliado, el PMDB y a su líder Michel Temer. Quedó así sepultado el pacto social sostenido entre 2003 y 2013 por la fracción petista liderada por Lula. En tiempos de crisis, este giro fue sepultando su futuro político.

El ascenso de Michel Temer a la presidencia no representa un giro moralizador en la gestión pública, sino su profundización. En materia de política económica se consolidará la reactualización neoliberal a costa de un pueblo que sigue resintiendo los lastres de una desigualdad estructural y las falsas promesas electorales y gubernamentales. Temer y el PMDB en el escenario geopolítico, se aproximarán sumisamente a las presiones estadounidenses, las cuales serán mayores en el corto plazo.  Bajo Trump o la Clinton no habrá concesiones al Brasil pos petista. Por su lado, la ciudadanía ha expresado su desconfianza política: las encuestas indican que un 60 por ciento considera que Temer debe renunciar al cargo mal habido y un 58 por ciento demanda que también se le inicie un juicio político.  

El florecimiento de gobiernos reformistas en Nuestra América, expresaba el agotamiento de las ofertas neoliberales que dejaron saldos negativos: mayor desigualdad, inequidad en el manejo del erario, renuncia discrecional de la soberanía sobre los recursos nacionales, desregulación laboral al servicio del capital. Estas organizaciones políticas en el poder, estos gobiernos que ponían el acento principal de su gestión en solventar mayor número de obras sociales, contaron con bases sociales considerables. Ninguno de ellos parecía encajar en el término populismo o neopopulismo. Compartieron en mayor o menor grado, un ideal y una política unionista en América del Sur, sentían a México demasiado distante, cada vez más próximo a Estados Unidos y Canadá. Sus relaciones con América Central y el Caribe fueron tenues y circunstanciadas. Su retórica socialista tenía variaciones más que matices, ambigüedades ideológicas más que definiciones doctrinarias.

Desde el campo popular, esta fase de gobiernos reformistas expresó el repudio ciudadano a los elevados costos generados por más de un cuarto de siglo de gobiernos neoliberales. La celebración del «mercado» y la contracción de la función cautelar de Estado, fue vista por las élites (empresariales, políticas) así como por sectores conservadores de las capas medias urbanas como un triunfo irrestricto de la libertad y la democracia. En los hechos, derivó en la glorificación del capital, la expansión de la corrupción y la impunidad de funcionarios y políticos en cargos de gobierno. 

 Dicho proceso dibujó un clima favorable de inversiones: las mineras, principalmente de tajo abierto; las de capitales en el sector de la industria de la construcción y la especulación inmobiliaria, en el sector terciario y en el financiero especulativo. Estos inversionistas nacionales y extranjeros recibieron de parte de los gobiernos neoliberales, según los casos, beneficios fiscales, tolerancia frente a la depredación ambiental y la degradación de la calidad de vida y la salud de las poblaciones adyacentes a sus zonas de operación. Durante todos esos años se apoyó la introducción de cultivos transgénicos en el agro, sin medir que afectarían a los campesinos, a la dieta popular urbana y a la reproducción de las variedades criollas y por ende, de la biodiversidad. Implicó, también, la renuncia en varios sentidos a la soberanía nacional, subordinándose a los dictados injerencistas de un número mayor de organismos internacionales controlados por los intereses de las grandes potencias y las corporaciones transnacionales. Todo ello fue favorecido además por nuevas leyes del trabajo que flexibilizaron las condiciones de los trabajadores, golpeando duramente a los jóvenes y a los mayores de 45 años, precarizando su existencia. Eso favoreció, sin lugar a dudas, la concentración de la riqueza en pocas manos, al punto que la revista Forbes puso en vitrina a los latinoamericanos que se hicieron inmensamente ricos. Las políticas tributarias acentuaron la desigualdad y descuidaron a los grandes evasores fiscales, que trasladaban sus capitales a los paraísos fiscales.  

Los nuevos gobiernos de orientación popular y reformista, asumieron diversos grados de distancia y ensayaron diferentes modos de rectificación frente a las políticas neoliberales en desarrollo. Representaron para las mayorías, muchas expectativas de renovación y apoyo. Una especie de freno al capital era necesaria. Una reorientación del gasto público dirigido a levantar los alicaídos servicios públicos de salud, vivienda y educación recibió adhesiones y dotó de legitimidad a dichos gobiernos. Así, ¿cómo llamarlos? Las corrientes ideológicas y políticas de los sectores neoliberales y conservadores, acuñaron gastados marbetes: «populistas», «neopopulistas», “estadolatras», «socialistas». Los más recalcitrantes y reaccionarios reprodujeron los estigmas de la Guerra Fría: “comunistas”, “totalitarios”, “liberticidas”. Las derechas vieron con preocupación la reanimación ciudadana de franjas amplias del pueblo que se movilizaban, con bastante cercanía con estos gobiernos. Unos y otros coincidían en que las empresas estatales o para-estatales probaban su fracaso a la luz de los hechos, lo cual no era tan cierto. Las iniciativas del capital privado nativo podrían argüir que todo lo que hacen está rodeado de éxitos y beneficios para ellos y para la nación. Pruebas de lo contrario hay muchas, muchas más que las que exhiben contra la administración pública. Habría que ver las dos caras o aspectos de la contradicción, las dos caras de la luna privada o pública. Los nuevos gobiernos no reprodujeron las añejas lógicas de los gobiernos populistas que se gestaron entre nuestro continente entre 1918 y 1955. Fueron menos autoritarios, dieron mayor juego a la participación social a través de referéndums y consultas abiertas. Manejaron de otra manera los proyectos y programas de servicios, inversión y desarrollo de infraestructuras.  Más tarde vendrían nuevos desencantos: la corrupción contaminó a parte de sus equipos de gobierno y sus yerros se agravaron cuando vino la fase de desaceleración de las exportaciones e ingresos de divisas. 

 

Una nueva semántica y un nuevo rumbo para las izquierdas

¿Cómo llamar a estos gobiernos, a sus representantes y adherentes desde el ángulo de una intelectualidad crítica y de izquierda? No había posibilidad de consenso y de debate alturado, los espacios académicos se habían vuelto anémicos frente a la realidad nacional y continental. Muchos intelectuales dejaron atrás el legado de la ética del compromiso social y político. Los restantes pusieron de moda, entre nuestros afines y colegas, una noción ideológica que nos resulta de mal gusto, equívoca y deprimente: la de «progresismo», un ismo al vapor, un ismo disfraz. Le siguen sus derivados: progresista, progre..., gobierno progresista, progresismo latinoamericano, progresismo andino. Un término que reproduce una añeja y gastada concepción lineal de la historia. Sus raíces nos remiten a la fraseología, los ideales y los programas burgueses, cribados entre el iluminismo del siglo XVIII, el positivismo del siglo XIX y el socialismo economicista y «civilizador».

En la actualidad, toca vivir una nueva fase de despolitización de las academias, la cual coexiste con los compromisos light de quienes gustan ser invitados por los gobiernos progres. Hedonismo progre con retórica lábil y a la baja, lamentablemente afectado por los desplomes y recambios electorales hacia la derecha. Así, el Google mágico reporta para la noche de hoy 528,000 entradas en castellano para el término progresismo.

En nuestro continente, los nacidos durante la Segunda Guerra Mundial, y durante la primera década de la Guerra Fría iniciada en 1947, y la generación precedente, tuvieron que lidiar con los señuelos de la Alianza para el Progreso y su impacto «progre» en el terreno intelectual y artístico: la galería Cultura y Libertad, las revistas Aportes (sociología) y Mundo Nuevo (literatura). Progres panamericanistas y de derecha abundaban por doquier. Progres que ofrecían progreso con crecimiento y despegue tipo Walth Whitman Rostow en su conocido libro de 1960. Rostow, bueno es recordarlo, fue asesor de Kennedy desde su campaña presidencial, y a su muerte era consejero de Seguridad Nacional del Presidente Lyndon Johnson. Progres que ofrecían desarrollo local siguiendo los lineamientos propuestos por la ONU en 1956 en su informe «Desarrollo de la Comunidad y servicios conexos (1956) y que durante la década de los setenta impulsó a miles de jóvenes profesionales (agrónomos, biólogos, antropólogos, sociólogos, educadores, médicos etc.,) a movilizar la fuerza de trabajo comunitaria con apoyo gubernamental para hacer caminos, carreteras, cisternas de uso público, construcción de postas sanitarias, canales de agua, etc. Fue una especie de acumulación originaria inducida, que maquillaba las imágenes gubernamentales y construía un pequeño dique de contención a la propaganda comunista. Fue el más grande programa de antropología aplicada realizado en América Latina en zonas rurales. La ideología del desarrollo de la comunidad fue una retórica desde arriba, cara al programa de la Alianza para el Progreso que logró amplia aceptación. Probó que, a la derecha y al imperialismo, no les es ajeno el arte de ganar base social y movilizarla para diferentes fines. En estos tiempos, los progres, se han encandilado con los señuelos de los programas de apoyo a los llamados “micro emprendimientos», créditos con cero o bajos intereses, para multiplicar el capitalismo con base popular y en el ensueño de que un micro empresario puede ascender en el camino a otro círculo del cielo capitalista. En México, lecciones grandes al respecto legó el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, tan relevantes que los gobiernos de relevo las mantuvieron o barnizaron.    

Frente a la moda insulsa Progre, defendemos la adscripción del término izquierda. Su horizonte de sentido permite cierta pluralidad, independientemente de algunos malentendidos acerca de sus fronteras. A pesar de ello, la izquierda asumió lo progre. Los cultores del denominado progresismo latinoamericano han sido seducidos por un lenguaje ajeno. Decía el maestro Freud -que no se sentía de izquierda ni progre- un aserto sin desperdicio: «quién comienza cediendo en las palabras, termina claudicando en los hechos.» Reflexionemos acerca del valor político de las reformas sociales y gubernamentales. Llamemos a las cosas y orientaciones por sus nombres, sin rubores ni sentimientos de culpa. Reformismo o gobierno reformista no son en estos tiempos, mentadas de madre ideológicas. Muchas reformas son necesarias, positivas y viables cuando saben atender las urgencias o carencias de nuestros pueblos. Otras, nos saben a más de lo mismo. Nuestra América necesita reformadores y reformas, más que progres. Los revolucionarios anémicos de fuerzas no tienen cabida protagónica en la nueva escena continental.  

 

Bibliografía:

Corominas, Jean. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Editorial Gredos, 1983.

Childe, Gordon. Los orígenes de la civilización. México: Fondo de Cultura Económica, Breviarios núm. 92, 1970.

Le Goff, Jacques. Pensar la historia. Modernidad, presente, progreso. Barcelona: Ediciones Paidós, Básica núm. 50, 1991.

Mariátegui, José Carlos, Ideología y política, Lima: Biblioteca Amauta, 1969.

Rostow, Walt Whitman, Etapas del Crecimiento Económico. Manifiesto no comunista,   México: Fondo de Cultura Económica, 1960.

Vilar, Pierre. Iniciación al vocabulario histórico. Barcelona: Crítica de Grijalbo, núm. 61, 1981.

 

Créditos de imágenes

http://martinelfman.blogspot.mx/2013/11/progreso-libros-influyentes-y-poetas.html

https://es.pinterest.com/pin/551831760560850954/?from_navigate=true

http://www.4erevolution.com/en/robots-france/

http://www.derechoalapaz.com/?p=1521

http://www.desmotivar.com/desmotivaciones/41214_no_seria_mas_progresista_preguntar

https://lahistoriadeldia.wordpress.com/tag/bases-militares/

http://www.univision.com/noticias/artes-visuales/artista-responde-a-donald-trump-con-una-obra-de-excrementos

https://twitter.com/caricatpolitica/status/731212039734054912

 

 

[1] Corominas, 1983:477.

[2] Le Goff, 1991:194.

[3] Mariátegui (1928) 1969: 247-248.

[4] Childe, 1970:9.

[5] Palmade, 1983: 56.

[6] Childe, 1970:9.

[7] Childe, 1970:9.

[8] Vilar, 1981:223.

[9] Vilar, 1983:223.    

[10] Pérez de San Román, Alvaro Hilario, Entrevista a Raúl Zibechi. «La crisis de los gobiernos progresistas se debe a su incapacidad para salir del modelo extractivo», Rebelión, 30 de abril de 2016 en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211751, consultado el 16 de mayo de 2016.

[11] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160403_internacional_panama_confidencial_mossack_fonseca_ap

[12] http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/04/26/los-papeles-de-panama-no-se-estan-distribuyendo-enteramente-por-que/

[13] http://www.eldiariony.com/2016/04/07/bajo-investigacion-33-mexicanos-por-panama-papers/

[14] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-297008-2016-04-15.html

[15] http://www.la-razon.com/nacional/Morales-Fondo-Indigena-movimiento-indigena_0_2489751041.html

[16] López y Rivas,  Gilberto, « Venezuela en la mira del Comando Sur», http://www.jornada.unam.mx/2016/04/29/opinion/023a2pol

[17] http://www.radiodelmar.cl/2016/05/en-suecia-esperan-que-presidenta-bachelet-escuche-al-pueblo-mapuche-carta-de-lideres-de-pueblos-originarios/#

[18] http://www.eluniverso.com/noticias/2016/05/18/nota/5586123/armada-pide-rectificacion-correa

[19] http://www.larepublica.ec/blog/politica/2016/04/29/la-fut-llama-a-marcha-solidaria-por-terremoto-y-critica-al-gobierno/

[20] http://larepublica.pe/impresa/politica/769097-con-keiko-fujimori-el-peru-seria-un-narcoestado

Las estructuras insólitas de Xochicalco

Mientras realizábamos el proyecto arquitectónico del Museo de Sitio de Xochicalco (1993-1994), visité casi cada semana los trabajos de arqueología que en dicha ciudad indígena estaban siendo llevados a cabo, bajo la dirección de Norberto González Crespo y Silvia Garza Tarazona.

Un día estuve en la zona noroeste de la Acrópolis, la zona más alta de la ciudad de Xochicalco, que había sido excavada y limpiada recientemente. Quedé azorado cuando ví que un recinto tenía una colocación “rara” de las columnas: cuatro cerca de la entrada y dos ejes posteriores con tres columnas cada uno. Me llamó mucho la atención porque inmediatamente imaginé las percepciones espaciales que tuvieron sus habitantes trece siglos atrás, entrando a un espacio cuyas columnas no respondían a una retícula rectangular, como ha sido usual en la arquitectura de diversas culturas y épocas. Yo conocía los ajustes que los griegos clásicos habían dado a sus columnas; así como la ligera separación extra que Andrea Palladio dio  al claro central de sus obras para enfatizar la entrada.

Veintidós años después, al estar revisando las imágenes de la presentación de la conferencia que dictaría en el vigésimo aniversario de la reinauguración del museo  -2016.04.10-  encontré que la distribución “rara” de las columnas la tenían, al menos  (las excavaciones no han terminado), seis edificios de la Acrópolis y una aduana en la escalera de acceso a la Plaza Principal. Siete edificios que a continuación describiré.

Las dimensiones indicadas son para dar idea de la magnitud de los espacios, elementos y esfuerzos estructurales. Son aproximadas, porque se trata de levantamientos de edificios en ruinas y porque las distancias fueron extraídas en Autocad de imágenes enclavadas, no de un plano vectorial digitado. 

Casos 1 y 2.- Sección noroeste de la Acrópolis.- Dos espacios simétricos, con acceso mediante un patio central y, en el recinto sur, con una escalera hasta la segunda planta de la Acrópolis, cada uno con dimensiones interiores de 18.50 x 13.60 metros. Tienen tres ejes transversales de columnas, con cuatro, tres y tres columnas.

El claro central de las cuatro columnas xochicalcas, de este primer caso, invita a entrar al recinto, tal como lo hacen las columnas palladianas, pero el espectador encuentra detrás a dos columnas  -las centrales de cada trío-  que le cierran el paso y que la primera de ellas le proporciona un remate visual. Al moverse dentro del recinto, el visitante mira cómo las columnas siguen dos procesos, dos movimientos diferentes: el del eje de cuatro columnas y el de los dos ejes de tres columnas. Es fácil repetir esta percepción colocando sobre una mesa y con la misma disposición unos prismas de madera o unas fichas de dominó.

Casos 3 y 4.- Sección suroeste de la Acrópolis.- Dos espacios simétricos, cada uno con dimensiones interiores de 17.05 x 13.20 metros, con acceso mediante un patio central que está ubicado en el eje principal de la zona alta de Xochicalco, cuyo acimut  es 104.41°  (que calculé en el año 2001, basado en un plano del Inegi)  eje Xochicalco<> Cerro del Jumil, y, también en el recinto sur, con una escalera hasta la segunda planta de la Acrópolis. Cada espacio tiene tres ejes transversales de columnas: uno, cerca de la entrada, con dos columnas, cuyo claro central  es de 8.00 metros; otro eje, al centro, con dos muros y dos columnas, que subdividen al espacio general: y el eje del fondo con tres columnas. 

El acimut de 104.41° lo calculé en el año 2001, basado en un plano del Inegi. Otras ciudades indígenas de México, entre ellas: Teotihuacan y Tlayacapan también tienen su traza urbana con un acimut cercano a los 104°. Con programas informáticos de astronomía, encontré que las salidas del sol en el Cerro del Jumil dividen al año en 260 y 155 días en el invierno, (29-30 Oct a 11-12 Feb) tal como lo hacen los rayos de sol que entran al Observatorio en el verano  (29-30 Abr a 12-13 Ago).

Caso 5.- Sur de la Acrópolis.- Un espacio general de 18.60 x 14.70 metros; al frente, un pórtico de 2.10 metros de profundidad cuya entrada tiene cuatro columnas; luego, un par de muros divide el pórtico del cuarto interior. La profundidad del cuarto interior está dividida, no a la mitad, sino con dos claros de 4.00 y 7.00 metros, mediante un juego de columnas, vanos y muros que cambia la sintaxis del edificio. (Ver más abajo el análisis sintáctico del mismo).

Caso 6.- Aposentos G6.- Así denominados por los arqueólogos, que están en el eje mayor de la Plaza Principal y en el extremo este de esta plaza y de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Aposentos conformados por catorce espacios, de los cuales los siguientes se encuentran en el eje: plaza; pórtico de acceso; patio; espacio intermedio y un pórtico, con vista al Cerro del Jumil, con cuatro columnas centrales y otras cuatro que colindan con el gran cambio de niveles, de unos 19.00 metros de desnivel, pero cuyos ejes no coinciden con el de las columnas centrales.

Caso 7.- Aduana en escalera.- Es un edificio de 23.00 x 7.50 metros, cuya función de seguridad era “filtrar” a los visitantes que querían ascender a la Plaza Principal. Está al sur del recinto de acceso a dicha plaza, que contenía al Altar de las Olas.

Es un espacio de mucho frente y poco fondo, cuyo techo fue soportado por tres ejes: uno, al norte, con muros laterales y dos columnas; otro, en el centro, con cuatro columnas; y, otro, al sur, con muretes laterales y cuatro columnas. Aunque los tres números de columnas son pares, sus ejes longitudinales, los paralelos al paso de los visitantes, no están alineados, sino que forman algo como un hexágono, en el centro del edificio.

Ahora, debemos preguntarnos: ¿Cuál es el motivo de dichas distribuciones “raras” de las columnas? ¿Por qué las realizaron así sus arquitectos?

Cuando sólo tenía conciencia de uno de los siete casos, pensé que podría ser una adición posterior que buscara solucionar una falla estructural que se hubiese presentado de improviso. Pero cuando me percaté que hay otro cuarto simétrico y que son siete ejemplos del mismo tipo de estructuración de los edificios, tuve que concluir que era otra su motivación.

Es preciso desechar la corrección estructural cuando nos encontramos frente a cinco soluciones diferentes. Además, en los casos del suroeste de la Acrópolis, la solución técnica constructiva no sólo no fue facilitada sino que se agravó al colocar las dos columnas de la entrada con un claro de casi ocho metros, lo cual exige un elemento grande: un tronco de pino de ocho metros y medio de largo y cuyo diámetro sea setenta centímetros; o una viga prismática de cincuenta por sesenta centímetros.

Así mismo, no es un caso de distribución propiciatoria de los elementos de un edificio, como las que se obtienen usando el “Vastu Shastra” de la India o el “Feng Shui” chino, ya que en Xochicalco no hay una repetición de las soluciones “mágicas”. Cada una de las cinco soluciones, dos de ellas repetidas, tiene una numerología diferente.

Debemos advertir que tampoco se trata de una “tipología” para un definido programa arquitectónico, es decir:  una distribución canónica para un uso determinado, como un  templo o un palacio, ya que nos encontramos con cinco funcionamientos (tres en la Acrópolis, uno en los aposentos y uno en la aduana); con tres jerarquías sociales diversas; y en tres ubicaciones diferentes, suponiendo que los casos 1 a 5, los de la Acrópolis, son ubicaciones arquitectónicas si no semejantes al menos análogas.

También el efecto visual de concentración  (como cuando las líneas de perspectiva de las columnas de un edificio dirigen la vista hacia un altar o a una figura sagrada central o a la sede de un gobernante o juez) debe ser retirado, ya que en las soluciones 1 a 5, con disposiciones de 2,2,3; de 4,3,3; y de 4, 2, 5 columnas, la visión del visitante sí remata en la columna central del primer 3 o 5; pero en los aposentos y en la aduana la visión no termina en el recinto sino que continúa hasta el valle que está al sur de Xochicalco o hasta el Cerro del Jumil, respectivamente.

Es muy probable que se trate de una vigorosa Voluntad Formal, con la que el arquitecto o los arquitectos de dichas obras, decidieron dar una solución -insólita, creativa, única y adecuada a las necesidades-  a la disposición de las columnas, en los principales recintos de Xochicalco, aquéllos que están en la zona más alta de la ciudad. Configurando un estilo arquitectónico propio de Xochicalco, de la época en que los edificios de la zona alta de la ciudad fueron construídos (probablemente: 650-750 dC).

Para esta afirmación, he revisado, página por página, la Historia de la Arquitectura de Banister Fletcher y los volúmenes de Arquitectura Primitiva y Arquitectura Antigua, de la colección plateada Historia de la Arquitectura Mundial, de Abrams, cuyo editor general fue Pier Luigi Nervi y no he encontrado otra solución arquitectónica parecida.

En los tiempos actuales, han surgido soluciones estructurales cercanas a las insólitas de Xochicalco, como lo pueden ser la Mediateca de Sendai, Japón, de Toyo Ito; y las soluciones “informales”, como él las llama, de Cecil Balmond. Aunque debo señalar que la Mediateca de Sendai tiene ejes continuos que, al menos, son tangentes a los círculos que representan sus trece columnas metálicas.

La Voluntad Formal de los arquitectos de Xochicalco es reafirmada por la presencia cercana de columnas alineadas en rectángulos, como las que tuvo el edificio de acceso a la plaza de la Pirámide de las Estelas (tres, “muertas y enterradas”),  y que está cerca, arriba y al este de la aduana. El proyectista de los siete casos tratados pudo elegir entre una solución con columnas en una retícula rectangular o, como fue el caso, diseñar una combinación rara y original para sus estructuras.

Pero la razón estructural no fue toda la motivación de los arquitectos. Un análisis minucioso del caso 5, del edificio ubicado al sur del patio de la Acrópolis, nos muestra que la calificación y configuración de los espacios internos, la secuencia espacial y la sintaxis de su discurso arquitectónico son el agente principal de la distribución de los elementos soportantes: tanto los muros como las columnas tienen el propósito de distribuir el espacio general y de crear percepciones, recorridos y secuencias de espacios que alteran totalmente la lectura del edificio. Artificio ejecutado por medio de cinco pilares de 1.00 m de espesor y cuya repartición es como sigue: pilar adosado de 0.80 m; claro de 4.65 m; muro y claro cada uno de 1.62 m; pilar central de 1.20 m; muro y claro de 1.62 m; claro de 4.65 m; y pilar adosado de 0.80 m.

Los soportes del eje A son una solución clásica: hay cuatro columnas, ligeramente remetidas, que producen cinco vanos estrechos, al ser non el número de vanos se enfatiza la centralidad del acceso. Luego está un vano  -también axial-  flanqueado por dos muros. Pero, en el siguiente eje estructural, el eje C, los arquitectos hacen que la directriz visual tope con una columna y abren cuatro vanos, los dos centrales angostos, de sólo 1.62 m de ancho, y los dos laterales amplios, de 4.65 m, casi tres veces más anchos que los centrales  [ver: Vanos]. Un artificio compositivo que produce una bifurcación de la percepción, de la jerarquía y del caminar, ya que el visitante ve dos grandes penetraciones laterales que lo pueden llevar a dos espacios o remates importantes, pares entre sí, como pudieron ser el sitial de dos reyes o el lugar de dos imágenes, que el visitante casi no puede ver al cruzar este umbral  [ver: Vistas]. Lo insólito de esta distribución está causado porque los claros mayores están a los lados y porque el centro del cuarto, a pesar de los dos vanos de 1.62 m, se muestra como obstruyente. Un manejo magistral de los elementos de la arquitectura y de la sintaxis de este arte, que creó un nuevo estilo.

Hasta ahora hemos tratado de la disposición insólita de los muros y de las columnas de algunos edificios de Xochicalco. Para terminar, veremos un elemento estructural que es extraño, no por la disposición que le dieron los arquitectos, sino por el material con el que fue hecho.

La columna de arena

El día 3 de agosto de 1993, en la parte norte de la Acrópolis de Xochicalco, los arqueólogos descubrieron una pequeña columna, de unos noventa centímetros de altura y cerca de cuarenta centímetros de diámetro, cuyo principal material era arena, por increíble que esto parezca, ya que la arena es un material informe.

Para explicarlo, usaré un dispositivo que es usado para elevar a los automóviles y cuyo material también es informe: el agua. El gato hidráulico funciona por el principio físico de Blaise Pascal y porque el agua está confinada por una camisa de acero donde corre un pistón metálico. Gracias a ello, el agua puede resistir a fuertes compresiones.

De manera semejante, como puede ser visto en la fotografía del interior del aplanado, abajo, la arena de la columna de Xochicalco  resistió compresiones  -el esfuerzo propio de toda columna-  porque contó con una camisa o calcetín cilíndrico confeccionado con un material muy usado en México: el petate, una estera entretejida de hojas de palma o de juncos, que resistió, mediante esfuerzos de tensión, hasta nuestros días.

Un ejemplo más de la original creatividad de los arquitectos constructores de la ciudad de Xochicalco.

Recapitulación

1.- En la parte alta de la ciudad indígena de Xochicalco hay varios edificios con una inusual colocación de sus elementos soportantes, que no coincide con las retículas rectangulares o geométricas exactas.

2.- El agente de dichas distribuciones fue una vigorosa Voluntad Formal de sus arquitectos.

3.- Estas distribuciones de muros y columnas no facilitan sino que complican las soluciones estructurales y constructivas de cada edificio.

4.- Su propósito es mejorar la calidad de los espacios internos; su percepción; sus secuencias espaciales y la manera de recorrer su interior.

5.- Se trata de una creativa, original y única manera de concebir a cada edificio y, por tanto, puedo decir que se dio un estilo arquitectónico propio y exclusivo de Xochicalco.

Los costos ocultos de la quema de combustibles fósiles I

Modelo para el cálculo de muertes prematuras causadas por partículas en suspensión (PM2.5), evitables si se reduce la contaminación por quema de combustibles fósiles

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Nota introductoria

El presente trabajo es la primera de dos partes y su propósito, a partir del modelo que presenta, es denunciar la carencia de fundamento y las implicaciones de la Norma Oficial Mexicana actualmente vigente, relativa a los límites de concentración atmosférica de partículas suspendidas finas. Tal y como se analizará en la segunda parte del trabajo, se trata de una norma permisiva que resulta onerosa en términos de prevención de la mortalidad por contaminación aérea en nuestro país. La contaminación por partículas suspendidas finas es un problema mundial, letal en las zonas urbanas y muy poco conocido[1]; hace relativamente poco que se empezaron a detectar sus impactos en la salud humana y que consecuentemente, se haya empezado a instalar los dispositivos que permitan medir y caracterizar dicha contaminación; a pesar de ello, ya es posible construir modelos que permiten simular este impacto y sobre todo, que deben usarse para el control y limitación de dicha contaminación.

 

Descripción del problema

Este modelo evalúa los impactos eventuales en salud debidos a la contaminación del aire en el espacio exterior de zonas conurbadas y cómo se puede disminuirlos mediante la reducción de dicha contaminación, reducción que a su vez se debe a la disminución en la quema de combustibles fósiles. El modelo considera la reducción en las concentraciones atmosféricas elevadas de partículas suspendidas finas (PM2.5)[2] en poblaciones rurales y urbanas mediante el uso de promedios nacionales y tomando como base las reducciones en emisiones de partículas suspendidas primarias (PM)[3], bióxido de azufre (SO2), óxidos nitrogenados (NOx) y amoniaco (NH3) provenientes de todos los sectores[4].

Las PM2.5 constituyen el contaminante aéreo externo más letal en las áreas urbanas (OECD 2011), pues siendo tan pequeñas, penetran profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo donde entre otros padecimientos, causan infartos, cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma. Su concentración atmosférica se deriva de las emisiones de materia en forma de partículas primarias a partir de la quema de combustibles fósiles y de las reacciones atmosféricas entre otros gases contaminantes (llamadas partículas suspendidas secundarias), principalmente el bióxido de azufre, los óxidos nitrogenados y el amoníaco (SO2, NOx y NH3, respectivamente).

Las concentraciones de PM2.5 en un sitio dado pueden provenir de cinco fuentes distintas: fuentes naturales de partículas suspendidas, incluyendo polvo y sal marina; partículas secundarias por emisiones transfronterizas; partículas primarias y secundarias de las emisiones nacionales; partículas primarias y secundarias por emisiones urbanas y partículas primarias por emisiones en la calle. Es necesario aclarar que las fuentes naturales de partículas suspendidas no pueden verse afectadas por las políticas nacionales, cualesquiera que éstas sean, pero el nivel atmosférico correspondiente disminuirá drástica y eventualmente cuando se elimine una fuente no natural: la quema de combustibles fósiles.

La concentración atmosférica de estas fatídicas partículas ha crecido de manera incontrolada desde que se inició la quema masiva de combustibles fósiles; en la Figura 1 se muestra el crecimiento de la concentración de carbono orgánico (CO), hollín, nitratos (NO3) y sulfatos (SO4) entre 1860 y 2000 para seis regiones específicas del planeta (África, Norteamérica, Europa, Asia, Sudamérica y Oceanía). Globalmente, el CO, el hollín, los NO3, y los SO4 constituían el 62.3%, 6.3%, 0.3% y 31.0%, respectivamente del total de las PM2.5 en 1860 y pasaron a ser respectivamente el 45.6%, 9.1%, 4.9% y 40.4% en el 2000 (Anenberg et al, 2010).


Figura 1. Concentraciones atmosféricas de PM2.5 en 1860 y 2000 para seis regiones específicas en términos de los principales constituyentes (Anenberg et al, 2010).

El cálculo de las concentraciones por emisiones transfronterizas requiere de mucha mayor información y potencial de cómputo que los requeridos por este simple modelo (Tang et al., 2015). Como ejemplo, se muestra en la Figura 2 la contaminación de ozono (O3) producida por fuego en África y Asia durante los meses de enero y febrero del 2014 (vía satelital, imágenes del espectro-radiómetro con resolución moderada o MODIS, por sus siglas en inglés), y el alcance de la dispersión de dicha contaminación (Anderson et al, 2015).


Figura 2. Contaminación de ozono (en partes por cada 109 partes de volúmen, escala vertical de azul a rojo) causada por fuego en África y Asia (conteos en verde, escala horizontal); se muestran las corrientes eólicas predominantes (flechas amarillas) (Anderson et al, 2015).

Para los propósitos del presente cálculo, se considera entonces que los países se encuentran sujetos sólo a las concentraciones de gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana de tipo doméstico. Las diversas políticas de disminución se ven reflejadas igualmente sobre todas las fuentes de concentraciones de PM2.5, salvo las fuentes naturales.

Cabe advertir que los resultados que a continuación se presentan son una estimación del número de muertes prematuras al año y como tales, subestiman los impactos sobre la salud humana y los costos relacionados derivados de condiciones no letales, como bronquitis crónica o aguda, o asma.

 

Metodología de cálculo

La determinación precisa de la contaminación aérea local consiste de un ejercicio cuya complejidad es muy elevada, pues depende en gran medida de un amplio rango de variables que incluye las condiciones climáticas locales, las características geográficas regionales y las topografías urbanas. En este modelo se utiliza una metodología simple que requiere de poca información para proporcionar estimaciones suficientemente precisas.

Las emisiones de bióxido de azufre (SO2) y óxidos nitrogenados (NOx) se usan como representativas de las emisiones de todos los contaminantes bajo consideración: partículas suspendidas primarias PM, SO2, NOx, y NH3; con esta simplificación se reconoce que las emisiones de los dos compuestos mencionados tienen una influencia muy alta sobre la producción de partículas suspendidas secundarias y supone que la reducción en las emisiones de otros contaminantes reduce proporcionalmente las concentraciones de los mismos. Las emisiones de cada componente se calculan en base a su relación con las emisiones de CO2.

El cálculo está compuesto por tres aspectos claramente diferenciados: la exposición a la contaminación atmosférica, el impacto en la salud humana y el aspecto poblacional; estos tres aspectos se discuten a continuación.

 

Exposición a la contaminación atmosférica

Describimos a continuación cada una de las variables involucradas y sus unidades, las cuales aparecen entre paréntesis rectangulares.

  • Año base es el año en que se inicia la implementación de la disminución de contaminación del aire por PM2.5; se denota con la letra i (en la Figura 3 se toma i = 2012 como ejemplo)
  • Año de cálculo es el año para el que se desea calcular el efecto de la disminución de la contaminación, en particular sobre el número de muertes prematuras; se denota con la letra x
  • GN representa al promedio nacional anual del nivel de fondo de concentraciones de PM2.5 no atribuible a las emisiones antropogénicas de contaminantes [µg/m3 o microgramos por metro cúbico[5]] (en la Figura 3 se indica con la banda sombreada en naranja)
  • ∆E representa al cambio en emisiones de contaminantes del aire que contribuyen a las concentraciones de PM2.5 y es expresado como cociente de las emisiones en el año de cálculo y el año base (suponiendo una relación lineal entre las concentraciones de PM2.5 y las emisiones de CO2 (Bollen 2009).

Exposición anual promedio a la contaminación atmosférica

Con estas variables podemos calcular la concentración urbana de PM2.5 en la atmósfera para cualquier año x a partir de la concentración medida en el año base y suponer que representa la  exposición anual promedio a concentraciones de PM2.5:

Exposición anual promedio a concentraciones de PM2.5 en año x = ∆E (Gi – GN) + GN,

donde DE = (Emisiones en año x) ¤ (Emisiones en año i) y se supone que los demás factores que determinan la concentración atmosférica de PM2.5, como las condiciones climáticas o las características geográficas, permanecen constantes. El último término es la exposición anual mínima representada por el promedio nacional del nivel de fondo de concentraciones de PM2.5 no atribuible a las emisiones antropogénicas de contaminantes; el término previo es la exposición debida a las concentraciones atmosféricas presentes debidas a las emisiones antropogénicas (excluyendo la debida al nivel de fondo) para el año inicial y la evolución temporal de dicha exposición se modela con el factor DE, cuyo valor depende de si en los años siguientes se emite más o menos que en el año inicial[6].

Resulta claro que mientras más bajas sean las emisiones en el año x, con respecto al año i, menores serán DE y la exposición anual promedio; es obvio además, que en el año inicial: DE = 1 y consecuentemente, que la exposición queda dada por la concentración nacional promedio de PM2.5 en el año inicial (Gi), según la fórmula anterior.

En la Figura 3 se muestran tres posibles escenarios para la evolución de la concentración atmosférica de PM2.5 durante el lapso 2012 – 2050. El primer escenario (en negro) indica la evolución de dicha concentración si se siguen las políticas actuales y continuamos quemando petróleo como si nada ocurriese; el segundo (en azul marino) indica la reducción tentativa a nivel nacional (INDC)[7] con la que un país imaginario iría reduciendo sus emisiones según lo acordado en la COP21 de París en el 2015[8]; y el tercer escenario (en azul claro) indica la reducción necesaria para respetar el acuerdo de la COP15 en Copenhague en el 2009, consistente en no sobrepasar el límite de 2°C de calentamiento global respecto del nivel preindustrial y para lo cual se deben eliminar por completo las emisiones de contaminantes a más tardar en el 2050, o cuando menos, regresar las concentraciones a los niveles que se tenían en 1860 (Figura 1).


Figura 3. Representación esquemática del cálculo de la exposición anual promedio a la contaminación atmosférica de acuerdo a tres escenarios posibles para la evolución de la concentración atmosférica de PM2.5.

Finalmente, se considera que todas las demás variables que determinan la contaminación atmosférica (condiciones climáticas locales, características geográficas regionales, topografías urbanas, etc.) permanecen constantes tanto en el espacio como en el tiempo.

 

Impacto en salud humana

Descripción de variables [y sus unidades]

  • FA o factor de atribución, es la fracción del total de muertes que son atribuibles a concentraciones excesivas de PM2.5; es un número sin unidades que se denota con las letras FA y se calcula mediante la fórmula

FA = (bG – 1)/bG,

Donde:

  • G es el promedio anual de la concentración atmosférica del contaminante en unidades de 10 mg/m3
  • b es el exponente que representa la relación (logarítmica-lineal)[9] entre la concentración de cualquier contaminante y la tasa de mortalidad resultante (un número sin unidades al que se conoce técnicamente como factor concentración-respuesta).

Krewski et al (2009) encuentran que por cada incremento de 10 mg/m3 en la concentración de PM2.5, existe un aumento de 5.9% en el riesgo de  mortalidad prematura debida a todas las causas; esto quiere decir que b = 1.059 (Fang et al. 2013, Bollen 2009).

Se tienen además, dos restricciones en cuanto a los valores de las variables de interés; la primera de ellas expresa dos consecuencias lógicas: (i) el promedio anual de la concentración atmosférica de contaminantes siempre será mayor o igual a la concentración del nivel de fondo y (ii) ésta, a su vez, siempre tendrá un valor positivo o cuando menos, nulo; en términos de las variables, la restricción se puede expresar como: G ≥ GN ≥ 0. La segunda restricción se refiere a los valores límite que puede tener el exponente b: 1 ≤ β ≤ 2. El límite inferior corresponde al caso en el que ninguna muerte prematura pueda ser atribuida a la contaminación, (β=1) y el límite superior expresa que cuando mucho, la contaminación puede llegar a ser la causa de casi todas las muertes (cuando β=2 las curvas se acercan asintóticamente al valor FA = 1 a medida que G crece).  

Analicemos ahora el comportamiento del factor FA como función de la exposición a partículas en suspensión PM2.5 (Figura 4). Las curvas logarítmicas en rojo y negro entrecortado corresponden a los límites de concentración recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al valor que rige la Norma Oficial Mexicana (NOM-025-SSA1-2014), respectivamente.


Figura 4. Fracción de muertes atribuibles a la contaminación de partículas en suspensión PM2.5 como función del valor del exponente b para varios valores de la concentración atmosférica G en mg/m3.

Como mencionamos previamente, Krewski et al (2009) determinaron mediante estudios clínicos, que por cada incremento de 10 mg/m3 en la concentración de PM2.5, se obtiene un aumento de 5.9% en el riesgo de mortalidad prematura. Re-escalemos entonces la figura 4 alrededor del valor b=1.059 que representa el aumento en el riesgo de mortalidad prematura debido a un incremento de 10 mg/m3 en la concentración de PM2.5 (Figura 5), y comparemos los cambios que se ocasionan en el factor FA. En dicha figura se muestran con discos del color correspondiente, los valores de FA para las curvas que representan los límites recomendados por la OMS y por la NOM, justo cuando el valor es b = 1.059.


Figura 5. Valores de la fracción de muertes atribuibles a la contaminación de partículas en suspensión PM2.5 correspondientes a los valores de la concentración atmosférica G recomendados por la OMS y la NOM.

Del comportamiento del factor FA, que indica la fracción de las muertes que son atribuibles a la contaminación por partículas suspendidas PM2.5, podemos calcular el efecto causado en México como consecuencia de haber autorizado una tolerancia mucho más laxa que la recomendada por la OMS y que es de 25 mg/cm3 para un lapso de exposición de 24 horas. La NOM-025-SSA1-2014, en cuya elaboración participaron las instituciones mencionadas en el Anexo I, fija como límite a la concentración permitida el valor de 45 mg/m3 para el mismo lapso de exposición de 24 horas, es decir, un valor que es 80% más elevado que el recomendado por la OMS. La diferencia entre los valores de la fracción de muertes atribuibles a la contaminación de PM2.5 correspondientes a los dos límites, indica que la NOM permite que el número de muertes prematuras sea 9.4% más elevado que si se siguiese el límite recomendado por la OMS; suponiendo además, que el límite de la NOM está siendo respetado[10].

 

Aspecto poblacional

Para calcular las muertes prematuras causadas por concentraciones de PM2.5 se acostumbra considerar exclusivamente a las poblaciones en riesgo que son expuestas a concentraciones excesivas, es decir, las de más de 30 años que viven en zonas urbanas (Public Health England 2014); dicha población se puede calcular mediante la siguiente fórmula:

Población expuesta = (porcentaje de la población en zonas urbanas)(población mayor a 30 años)

Con el conocimiento de los valores anuales de estas variables, el número total anual de muertes prematuras causadas por la contaminación ambiental de PM2.5 se puede calcular mediante:

Muertes prematuras = (FA) (tasa de mortalidad) (población expuesta)

Aún y cuando el modelo se pudiese refinar utilizando la información de la población expuesta en función de los intervalos de edad, distribuciones diferentes en el medio urbano y el medio rural, se ha encontrado que la sensibilidad del modelo a cambios en la información demográfica es baja; es decir, el cambio por separación en rangos de edad para zonas urbanas y rurales casi no cambia los resultados; resultan iguales o mayores, dependiendo del caso, las incertidumbres debida a la mortalidad registrada pero sin reporte alguno sobre la edad de los fallecidos o la debida a la falta de decesos registrados (recordemos la infame presencia de México en los medios internacionales con el tema de ciudadanos desaparecidos)

En una segunda parte de este trabajo, se expone el uso del modelo para calcular el impacto de la contaminación por partículas suspendidas finas (PM2.5) en términos de las muertes prematuras causadas en el caso de México[11].

 

Otra apreciación del impacto en salud de la contaminación aérea de partículas suspendidas finas (PM2.5): el impacto en términos del hábito de fumar[12]

En los Estados Unidos de Norteamérica se tienen dos datos muy útiles para el propósito de esta sección: el Centro para el Control de las Enfermedades estima en 480,000 las muertes anuales debidas al hábito de fumar tabaco y el Departamento de Comercio indica que el promedio anual de cigarros vendidos entre 1998 y 2003 fue de 350,000 millones[13]. SI dividimos el número de muertes al año por el número de cigarros vendidos anualmente (en millones), tenemos que por cada millón de cigarros vendidos, se tienen 1.371 muertes en los años recientes[14].

De manera que si conocemos el número de muertes causadas al año por un cierto nivel de contaminación aérea por PM2.5 en una población dada, podemos calcular el número de cigarrillos que se necesitaría fumar para causar la misma pérdida de vidas al año (sabiendo que cada millón de cigarrillos fumados causa 1.371 muertes al año).

Tomemos como primer ejemplo el caso de China, en donde mueren 1.6 millones de habitantes al año por la contaminación aérea,[15] que en ese país presenta una concentración de PM2.5 de 52 μg/m3. Si la causa de estas muertes fuese el fumar, anualmente se necesitaría que se consumiesen

(1.6 X 106 muertes) / (1.371 muertes por cada millón de cigarros) = 1.16 X 1012 cigarros,

es decir, cada uno de los 1.35 X 109 chinos debería fumar 864.2 cigarros al año o 2.37 por día, sin distinción alguna en cuanto a edad, género, etc.

Con esta estimación, podemos ahora concluir que en promedio, el fumar un cigarro al día durante un año, causa un impacto en salud equivalente a estar expuesto diariamente durante el mismo lapso de un año a una concentración de PM2.5 con un valor de:

(52 mg/m3) / (2.37) = 21.98 mg/m3

o, inversamente, podemos decir que en promedio, el estar expuesto a una concentración diaria de PM2.5 de 21.98 mg/m3 durante un año, equivale en términos del impacto en salud, a fumar un cigarro al día durante el mismo lapso de un año.

Esta equivalencia es sólo ilustrativa de las consecuencias que puede uno esperar por la contaminación en términos de los efectos causados por el humo del tabaco, efectos que son un poco más conocidos. La directriz o guía de la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2016b) para exposiciones a contaminación durante un lapso anual promedio, que bien podría ser muy alta algunos días —y por lo tanto resultar letal— y después disminuir a un valor cuyo impacto no sea tan violento, es de 10 mg/m3. La norma en México sigue la directriz adoptada en el Estándar Nacional de Calidad del Aire Ambiente del 2012 en los Estados Unidos, que fija una contaminación anual por PM2.5 de 12 mg/m3 como el límite superior ‘aceptable’.

Con este valor podemos deducir que el efecto de fumar un cigarrillo al día durante un año, o equivalentemente, el respirar en un ambiente con una concentración de partículas suspendidas finas (PM2.5) de 21.98 mg/m3 conlleva un riesgo que es más del doble (2.198) de lo considerado ‘recomendable’ por la OMS. El que México siga la directriz del país vecino al norte, no es una sorpresa; recordemos que como se dijo al principio de este trabajo, se trata de un país donde debido precisamente a la contaminación por ozono (O3) y partículas, más de la mitad de la población está expuesta a riesgos en salud y en donde la exposición anual a la contaminación por partículas suspendidas finas se ha ligado a:

  • Aumento en la hospitalización por ataques de asma en niños que viven cerca de carreteras con tránsito de vehículos pesados (Gauderman et al. 2002 y 2004)
  • Desaceleración en el crecimiento de la función pulmonar en niños y jóvenes (Gehring et al. 2015; Churg et al. 2003)
  • Desarrollo de asma en niños hasta los 14 años (Pope et al. 2004)
  • Aumento en el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (US EPA 2004 y 2009)
  • Daño severo a las vías respiratorias pequeñas de los pulmones (Bell et al. 2006)
  • Aumento en el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular (Miller et al. 2007)
  • Aumento en el riesgo de menor peso al nacer y mortalidad infantil (Rao et al. 2015)

En particular, se ha encontrado que la exposición crónica a la contaminación de partículas puede acortar la vida por entre uno y tres años (Shi et al. 2016) y que continúa siendo letal aún en regiones donde el nivel ha estado declinando desde el 2000 (Hamra et al. 2014) o en áreas que satisfacen el criterio del límite de 12 mg/m3 acordado en dicho país y seguido por México (Lin et al. 2002). Parte de estos hallazgos puede explicarse mediante el reporte de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, organismo de la Organización Mundial de la Salud, donde se especifica que el riesgo de cáncer de pulmón aumenta a medida que el nivel de la concentración de partículas crece (Gauderman et al. 2007).

Otra manera posible de hacer una estimación del daño por la exposición a altas concentraciones de partículas suspendidas finas en forma anual, sería usando el número de días que la contaminación tarda en volver a un nivel ‘aceptable’ una vez que dicho nivel ha sido rebasado. Este es un número que sabemos por experiencia, resulta mayor mientras mayor haya sido la cantidad por la que se ha rebasado un límite específico. Una búsqueda de tales datos en las posibles fuentes oficiales sólo llevó a encontrar contradicciones en los pocos datos registrados al respecto (quizá debidos a las varias re-normalizaciones de los puntos IMECA –Índice Mexicano de la Calidad del Aire-- que se han realizado desde su implementación).

Cabe mencionar que en algunas sociedades se tiene el cuidado de que el impacto en salud del fumar no sea generalizado, mediante la segregación espacial de los fumadores en espacios públicos. En cambio, el impacto causado por la contaminación aérea de partículas suspendidas finas PM2.5 es generalizado sobre toda la población.

Con las mismas cifras, tenemos que en el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, donde la concentración promedio de PM2.5 en el 2012 era de 11.8221 μg/m3 (lo que equivale a 0.539 cigarrillos al día por habitante) y su población era de 321.9 X 106 habitantes, esta exposición causó 86,700 muertes prematuras en ese año.

En forma similar se tiene en el caso de la Unión Europea donde durante el 2010 ocurrieron 400,000 muertes prematuras causadas por la contaminación de PM2.5; considerando una población de 508 millones de habitantes, el impacto equivale a que cada habitante fumase 1.57 cigarros al día[16].

Estas estimaciones suenan mal, pero la realidad podría ser peor pues la Agencia Ambiental de los Estados Unidos de Norteamérica estima que por cada muerte debida al humo del cigarrillo, otras 30 personas sufren deterioro significativo en salud relacionado con dicho humo.

En EUA y Europa, la contaminación aérea equivale en promedio a los efectos de deterioro en salud causados por el hecho de que cada habitante fume 0.5 y 1.6 cigarrillos al día, respectivamente. En los peores días de contaminación aérea en China, los efectos en salud equivalen al daño causado por fumar 60 cigarrillos al día por cada niño, mujer y hombre (un cigarro cada 12 minutos durante 12 horas de actividad diaria). En el caso de México, como se verá en la segunda parte de este trabajo, se tiene que durante el 2011 la contaminación aérea de PM2.5 presente, equivalía a que cada mexicano hubiese fumado 1.2 cigarrillos al día durante todos ese año.  

En conclusión, tenemos que la contaminación aérea causa más muertes a nivel mundial que el SIDA y el paludismo (malaria) combinados, más que la diabetes o que la tuberculosis (WHO 2016). La contaminación aérea es, indiscutiblemente, contribuye de manera determinante a la mayor catástrofe ambiental en el mundo.

En la segunda parte de este trabajo se verán las implicaciones de la contaminación existente en las principales zonas urbanas de México, y se presentarán las consecuencias en términos de las muertes prematuras anuales por los altos niveles de contaminación que permite la poca y laxa regulación al respecto. Veremos que las medidas actuales están muy lejos de proteger a la población y que no van encaminadas a respetar los compromisos de México a nivel internacional para mitigar las consecuencias del calentamiento global antropogénico; cabe por lo tanto empezar a preguntarse ¿A quién beneficia esta normatividad?

 

 

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China. Atmospheric Chemistry and Physics, 11, pp.5207– 5219.

 

 

 

ANEXO I

 

Dependencias, Instituciones y Organismos que participaron en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA1-2014, sobre “Salud ambiental” (sic), conteniendo los “Valores límite permisibles para la concentración de partículas suspendidas PM10 y PM2.5 en el aire ambiente y criterios para su evaluación.”, misma que cita 46 publicaciones como referencia.

 

SECRETARÍA DE SALUD.

Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.

Dirección General de Epidemiología.

HOSPITAL INFANTIL DE MÉXICO FEDERICO GÓMEZ.

INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA.

Centro de Investigación en Salud Poblacional.

INSTITUTO NACIONAL DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS ISMAEL COSÍO VILLEGAS.

INSTITUTO NACIONAL DE CANCEROLOGÍA.

INSTITUTO NACIONAL DE PEDIATRÍA.

SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES.

Dirección General de Gestión de la Calidad del Aire y Registro de Emisiones y Transferencia

de Contaminantes.

Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

Coordinación General de Contaminación y Salud Ambiental.

SECRETARÍA DE ENERGÍA.

Dirección General de Sustentabilidad.

PETRÓLEOS MEXICANOS.

COMISIÓN FEDERAL DE ELECTRICIDAD.

INSTITUTO MEXICANO DEL PETRÓLEO.

Dirección de Investigación y Posgrado.

GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL.

Secretaría del Medio Ambiente.

Dirección General de Gestión de la Calidad del Aire.

Secretaría de Salud.

GOBIERNO DEL ESTADO DE MÉXICO.

Secretaría del Medio Ambiente.

Dirección General de Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica.

Secretaría de Salud.

Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades.

GOBIERNO DEL ESTADO DE GUANAJUATO.

Instituto de Ecología del Estado.

INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL.

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados.

INSTITUTO MEXICANO PARA LA COMPETITIVIDAD, A. C.

 

¨ Instituto de Matemáticas, Universidad Nacional Autónoma de México y Colegio de Morelos.

[1] Apenas este año se ha reconocido que más de la mitad de los estadounidenses (52% = 166 millones) están expuestos a niveles de riesgo que causan muerte prematura, cáncer de pulmón, ataques de asma, y daños irreversibles en el desarrollo (American Lung Association, 2016).

[2] PM2.5 se refiere a partículas suspendidas en el ambiente cuyo diámetro dinámico es menor o igual a 2.5 micras (m).

[3] Los principales constituyentes de PM incluyen sulfatos, nitratos, amonio, carbono orgánico, carbono, sal marina y polvo

[4] El catión amonio NH4+ se incluye en los valores de NO3- y SO4= suponiendo que éstos dos sólo existen como sulfato de amonio, (NH4)2SO4 y nitrato de amonio, NH4NO3 (Ginoux et al. 2006)

[5] Un microgramo o mg equivale a 10-6 gramos

[6] Para modelar el cambio en el tiempo de la contribución antropogénica, (Gi – GN), sabemos que la causa son las emisiones y que si estas aumentan, la concentración de contaminantes aumenta y viceversa; consecuentemente, podemos proponer un factor que sea proporcional al aumento/disminución en las emisiones respecto de las emisiones en el año base; como el factor debe ser adimensional, la forma natural es la de un cociente: Ex / Ei    ( = ΔE), donde Ex indica el valor de las emisiones en el año de cálculo y Ei indica el valor de dichas emisiones correspondiente al año base

[7] Siglas de la frase en inglés Intended Nationally Determined Contribution, que indica la Contribución Nacional Tentativa con la que cada país se compromete a disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

[8] Vigésimoprimera sesión anual de la Conferencia de las Partes (COP) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) de 1992 y décimoprimera sesión de la Reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto de1997.

[9] La expresión para el factor FA puede reescribirse como G = -10 ln(1 - FA) / ln β, en donde ahora se ve claramente la relación logarítmica-lineal entre el exponente β y el promedio anual de la concentración atmosférica G.

[10] La NOM indica que “La vigilancia de la aplicación de esta Norma corresponde a la Secretaría de Salud y a los gobiernos de las Entidades Federativas, en sus respectivos ámbitos de competencia”, sin especificar detalles de cómo se realizará dicha tarea y añade que “Para efectos de la próxima revisión de esta Norma, se debe tomar como referencia” el siguiente valor límite para PM2.5: “Límite de 24 horas: 30 μg/m3, como promedio de 24 horas” (sic), es decir, aún 20% por encima de la recomendación de la OMS cuando se llegue a revisar la NOM (como estimación de tal suceso, se debe mencionar que la norma previa es de 1993).

[11] Los costos ocultos de la quema de combustibles fósiles II: cerca de 28,000 muertes prematuras en México durante el 2014 por contaminación del aire, de las cuales, más de 2,600 se deben directamente a la irresponsabilidad de las autoridades encargadas de la salud de los mexicanos. Antonio Sarmiento Galán, 2016, en preparación.

[12] Air Pollution and Cigarette Equivalence, R. A. Muller y E. A. Muller  http://berkeleyearth.org/air-pollution-and-cigarette-equivalence/

[13] Centers for Disease Control and Prevention. www.cdc.gov/tobacco/data_statistics/fact_sheets/fast_facts/

[14] El número citado en el Catálogo de Riesgos es de 1.4 muertes por cada millón de cigarros (Cohen, 1991).

[15] Rohde, R. A. Y Muller, R. A. Air Polltion in China: Mapping of Concentrations and Sources. PLoS One | DOI:10.1371/journal.pone.0135749 August 20, 2015.  Study Links Polluted Air in China to 1.6 Million Deaths a Year

 http://www.nytimes.com/2015/08/14/world/asia/study-links-polluted-air-in-china-to-1-6-million-deaths-a-year.html?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fscience&_r=0

[16] WHO 2016a. http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/204585/1/9789241565196_eng.pdf   Polluted Environment is Responsible for one-quarter of Global Deaths http://www.takepart.com/article/2016/03/17/pollution-deaths  Diario El País, http://elpais.com/m/elpais/2013/10/18/inenglish/1382105674_318796.html

Comunidad, identidad y conflicto: Apuntes generales sobre resistencia y reorganización social durante el Formativo en Mesoamérica

Introducción

El presente texto surge de una ponencia presentada en el 2014 en el III Coloquio de Estudios Arqueológicos, Antropológicos e Históricos Sobre la Guerra en Mesoamérica, titulada “Comunidad, identidad y el conflicto intertribal durante el Formativo en Mesoamérica: Planteamientos generales para el estudio de la resistencia en la arqueología”.

En dicha ponencia se presentaron algunos esbozos teóricos que pretendían marcar líneas que creemos necesarias para el estudio de los fenómenos de resistencia en la arqueología. Sin embargo, en el proceso nos dimos cuenta de que teníamos que realizar ciertas reflexiones generales acerca del rol que jugaron las comunidades en la consolidación de las sociedades clasistas del llamado Formativo mesoamericano, particularmente durante la reorganización que se desató después del surgimiento de las primeras sociedades clasistas y de su expansión[1].

            Consideramos que es necesaria esta problematización pues si asumiéramos que la desigualdad social es el resultado “natural” del acceso diferencial a recursos, de la búsqueda de prestigio, de poder político y de beneficios económicos, significaría que asumimos que la naturaleza humana es egoísta (Chomsky y Foucault 2006; Sahlins 2011) y al adoptar esta postura corremos el riesgo de normalizar y legitimar el sistema actual de exclusión, explotación, violencia y guerra (Dussel 1998; Freire 2005).

Como alternativa, aquí se reconoce que los fenómenos sociales no se derivan de un sistema genético que pre-determina el comportamiento humano, que los sistemas sociales son finitos y están en transformación por sus propias contradicciones, que las dinámicas de los fenómenos sociales cambian conforme cambia la estructura propia del sistema y que las comunidades son participantes activas en los procesos históricos y no simples receptoras de la voz de las élites.

El Formativo, como cronología, encierra el periodo en el que se concreta el establecimiento de las sociedades clasistas en Mesoamérica. La conformación de este tipo de sociedades se dio entre el 2000 y el 500 a.d.n.e. (Grove 1981). Esta idea puede sustentarse en la existencia de sitios tempranos de distintas filiaciones étnicas: San Lorenzo, La Venta, Izapa (mixe-zoques), Monte Albán, San José Mogote (zapotecos), Cuello, El Mirador, Nakbé, Colhá (mayas), entre otros (Clark et al. 2000; González Lauck 2000; Wiesheu 2000).

            Cabe aclarar que no es nuestra intención determinar si la reorganización socio-política que se infiere del Formativo correspondió a sociedades cacicales o estatales (en lo que se refiere a institucionalidad), o si se trató de la formación de estados primarios o secundarios (cf. Carneiro 1970). En todo caso, creemos que se trata de un periodo revolucionario que culminó con la consolidación de los sistemas clasistas en la región (Acosta 2012; Florescano 2009; Grove 1981).

            Lo que aquí nos interesa es cuestionarnos por qué las comunidades aldeanas con organización tribal, que existieron previo a la conformación de las sociedades clasistas, estuvieron dispuestas a subordinarse a miembros de su mismo grupo (Clark y Blake 1994; Godelier 1990), a adoptar instituciones que seguramente les resultaron ajenas y, sobre todo, a transformar la estructura interna de su propio sistema social.


Escultura Olmeca característica del Formativo, Parque-Museo La Venta, Tabasco. Fotografía: Israel G. Ozuna García

 

Comunidades tribales y  sociedades clasistas iniciales en el Formativo

Desde la periodización de la Arqueología Social (posición teórica de línea materialista histórica) se propone que, antes del surgimiento de las sociedades clasistas, la región que por consenso se denomina Mesoamérica debió estar poblada por sociedades con una estructura tribal (Bate 1984).

Las sociedades tribales se distinguieron por tener una propiedad colectiva sobre la fuerza de trabajo y sobre los medios de producción (instrumentos y objetos de trabajo). Para ejercer una propiedad efectiva sobre los objetos de trabajo, constituidos principalmente por los recursos naturales, estos grupos requirieron tanto de un crecimiento demográfico sostenido como de una organización estratégica para defenderse (Bate 1998; Sarmiento 1992, 1993).

En las sociedades clasistas iniciales -modo  de producción que creemos surgió, se expandió y consolidó en Mesoamérica durante el Formativo- las clases explotadoras se habrían apropiado de la fuerza de trabajo de la clase explotada (mediante la imposición de tributo en forma de productos o de trabajo vivo) y habrían tenido propiedad de una parte de los instrumentos de trabajo (el conocimiento especializado). Los miembros de la clase explotada habrían sido copropietarios de los objetos de trabajo y de los instrumentos de trabajo dedicados a la producción agro-artesanal (Bate 1984, 2002).

En esta posición teórica se considera que el motor del cambio y desarrollo se encuentra al interior del sistema social y no en aspectos externos, aunque tenga distintos niveles de interacción con estos. Por esta razón partimos de la idea de que fue en el interior de las propias comunidades tribales en donde se generaron las condiciones que posibilitaron su cambio cualitativo hacia los sistemas clasistas. Sin embargo, en la tradición materialista-histórica se reconoce también un principio de conservación de la esencia social en el que las instituciones conservan la coherencia productiva del grupo (Sahlins 1988), por lo que asumimos que una sociedad sin clases sociales se habría resistido no sólo a incorporarse a un sistema clasista, sino a transformarse ella misma a una sociedad dividida de esta manera. Es por esto que consideramos relevante cuestionarnos el porqué de la diversificación de los centros de poder del Formativo tras el surgimiento de las primeras sociedades divididas en clases, más allá de la incorporación de determinadas comunidades a los distintos centros de poder.


Patio interior de la Pequeña Acrópolis, Yaxchilán, Chiapas. Fotografía: Gabriela P. González del Ángel

 

Identidad, lo propio y lo otro

El mantenimiento y perpetuación de cualquier tipo de sistema social requiere de su reproducción en el nivel de la superestructura. La identidad, como fenómeno de la superestructura, es “una construcción colectiva generada [y concretada] en los procesos sociales” (Good y Corona 2011: 23). El contenido esencial inmediato de la identidad se encuentra en la dimensión de la cultura (la cual es conjunto singular de formas fenoménicas) y no en el sistema de relaciones esenciales (Bate 1998). Por esto, es la existencia singular del grupo la que condiciona y define sus propios límites, los cuales son observables dentro de su sistema de reproducción cultural específico (Barth 1976).

En la singularidad histórica y cultural de cada grupo se concreta el sistema general de relaciones sociales. Así, la propiedad colectiva de las comunidades tribales encontró sus límites en la singularidad de éstas, enmarcadas cada una en su propio espacio y tiempo. Sus límites estuvieron dentro de las relaciones que permitieron la reproducción de los grupos como unidades culturales diferenciadas, es decir, de la reproducción de lo que cada comunidad reconoció como propio (lo cual no excluye que hayan existido aspectos generales entre distintas comunidades).

Por otro lado se encuentra la relación de alteridad, la cual, cuando se observa desde la hegemonía en un ejercicio que busca legitimar la dominación, concibe lo propio como el deber ser y al otro como diferente (González 2013). El antecedente histórico de esta perspectiva de alteridad –que habría condicionado la respuesta de las comunidades tribales a la expansión clasista– estuvo en el reconocimiento del otro como aquél que se encuentra fuera de la reproducción del sistema socio-cultural propio y como iniciado en un universo simbólico distinto y extraño (Krotz 1994). Es la coexistencia de diferentes singularidades históricas la que nos permite hablar de esta relación entre lo propio y lo otro.

En las comunidades tribales, la propiedad colectiva sobre los medios de producción condicionó la existencia de su identidad e intereses propios de grupo. Esos intereses respondieron a la necesidad de continuar su existencia como comunidades identificadas mediante la reproducción de sus sistemas culturales propios y, con esto, a su reconocimiento como grupos étnicamente diferenciados de otros.

Creemos, como lo señalan Spencer y Redmond (2003) para el caso de Oaxaca, que ante la agresión de grupos clasistas expansionistas reconocidos como otros, las comunidades aldeanas –que habrían tenido una estructura social tribal– se vieron forzadas a ejercer estrategias de resistencia ante la dominación para seguir perpetuando tanto su esencia de comunidad como su singularidad cultural. Dentro de estas estrategias se encontró la centralización del poder (Spencer y Redmond 2003)[2]. Para las comunidades del Formativo que habrían resistido la avanzada de las sociedades clasistas ya conformadas por otros, fue dentro de su identidad propia de grupo en donde el desarrollo de la centralización se posibilitó por –como señala Bate (1984)– consenso político.

La centralización habría requerido forzosamente una división en las diferentes formas de trabajo (intelectual y producción directa) y habría llevado a la diversificación y especialización de las unidades domésticas tradicionales de los grupos tribales, así como en los intereses al interior de éstos. Es decir,  la forma que habría adquirido la organización social de estos grupos, la centralización, habría sido contraria al interés por la propiedad comunal.


Tablero de los Esclavos, Palenque, Chiapas. Fotografía: Israel G. Ozuna García

 

Conflicto y resistencia

El conflicto lo definimos como la “incompatibilidad de intereses entre actores” (Rondo 2006: 15). Es importante separar la naturalidad del conflicto entre seres humanos, que resulta por el hecho de existir con necesidades distintas, al de la existencia normalizada de la violencia y la guerra, los cuales son resultado de la imposibilidad de resolución de los conflictos (Rondo 2006). La coexistencia entre lo propio y lo otro es la relación en la que se sostiene históricamente el conflicto intertribal.

El haber ejercido propiedad sobre recursos específicos[3] –objetos de trabajo– condicionó los límites de la propiedad colectiva, pues la reproducción social de lo propio chocó con la existencia e intereses de los otros. Así, la existencia concreta de cada grupo estableció los límites de lo general de la propiedad colectiva. Sin embargo, no creemos que el choque de intereses entre tribus, el conflicto intertribal, haya generado directamente las condiciones de dominación clasista.

Más bien, los intereses colectivos de reproducir la cultura propia hicieron factible el desarrollo de prácticas institucionalizadas de reproducción identitaria, lo cual habría sido un proceso acelerado por la presión del conflicto. Estas prácticas de reproducción y conservación de la singularidad cultural habrían sostenido una separación social al interior necesaria para mantener las nuevas formas de organización que permitieron la conservación de su identidad colectiva. Por esta razón, no coincidimos con la idea de que los primeros sistemas de dominación clasista “difundieron” sus instituciones. Más bien pensamos que, posterior a su surgimiento y a su necesidad de expansión, desataron una reacción en cadena de reorganización de los sistemas sociales ancestrales.

Planteamos entonces que fueron las propias comunidades de tradición tribal las que, en busca de una perpetuación de su grupo ante la amenaza latente de integración al sistema de dominación de los otros, generaron las condiciones materiales que agudizaron las contradicciones al interior y dividieron a su comunidad en clases sociales diferenciadas. Estas contradicciones al interior, ligadas a la división entre el trabajo intelectual –centralizado para la toma de decisiones– y la producción directa, requirieron previamente el consenso necesario para establecer la centralización (Bate 2002; Sarmiento 1993). El consenso habría sido resultado de la necesidad de la comunidad de su conservación identitaria para perpetuar las relaciones sociales de producción comunales. Paradójicamente, las relaciones sociales de producción comunales habrían sido las mismas que posibilitaron el surgimiento de las condiciones superestructurales que las contradijeron.

La centralización, pues, habría sido una forma de potencializar el desarrollo de la producción de una forma conveniente para la continuidad del grupo. El desarrollo de las fuerzas productivas habría permitido la continuidad de la existencia del grupo como unidad en términos de la identidad cultural, pero al mismo tiempo habrían fundado los cimientos de una nueva estructura social.

Así, la jerarquización y posterior estratificación social habría sido resultado de las contradicciones profundizadas en este periodo. La diversificación de centros de poder en el Formativo se habría visto favorecida por los procesos de resistencia de las comunidades a desaparecer como tales, las cuales sacrificaron contradictoriamente la estructura comunal por conservar su identidad.

 

Comentarios finales

Creemos que resistencia no es un fenómeno que pueda entenderse como mera oposición al poder, pues es en realidad parte del poder mismo. Es tal vez la cara opuesta de la hegemonía dentro del mismo fenómeno.

La relación de lo propio con lo otro en las comunidades de tradición tribal constituyó esta primer forma de resistencia (si es que podemos llamarla así) a desaparecer como unidad cultural. Sin embargo, la reorganización que de ésta se desprendió fundó la posibilidad de división en clases sociales y las víctimas de un nuevo sistema de dominación. La resistencia en el periodo de las sociedades clasistas se habría transformado: ya no habría que resistir la dominación del otro como miembro de otra comunidad, sino al otro al interior del grupo, al otro que cada vez exigía más tributos para mantener el sistema que le otorgaba gozo y privilegios. Los intereses de comunidad, con el surgimiento de las sociedades clasistas, se transformaron fundamentalmente en intereses de clase. De esta manera los fenómenos de resistencia se habrían re-direccionado.

Escribimos estas anotaciones no sólo para el conocimiento de los grupos del pasado, sino para la reflexión de nuestra historia en proceso y de nuestro contexto actual. En estos momentos de marcadas crisis sociales, de tanto aniquilamiento de la vida humana, no debemos naturalizar ningún sistema de dominación, sea pasado o presente, bajo el mito de una “naturaleza humana egoísta”. No debemos seguir consintiendo el discurso de aquéllos que intentan legitimar sus privilegios con el falso argumento de que esa es la condición humana, como si ésta fuera única y estática. Al contrario, tenemos la obligación de proponer siempre desde un camino ético y de responsabilidad.

Si tocamos el tema de la resistencia es porque creemos que ésta, sin alternativa, corre el riesgo extinguirse, y que sólo la resistencia con alternativa posibilita la transformación. No obstante, en su camino, la resistencia también puede fundar nuevos sistemas de dominación. Vale la pena preguntarnos entonces qué camino seguir para no reproducir el viejo vicio de la opresión.

 

Referencias

Acosta Ochoa, Guillermo. Hachas Milpas y Pantanos. Subsistencia Agrícola, Control de Recursos y Sociedad Clasista en la Venta, Tabasco (1150-400 a.C.), Scientia Nostrum, México, 2012.

Barth, Frederick. “Introducción”, en Barth, Frederik (comp.), Los grupos étnicos y sus fronteras. La organización social de las diferencias culturales, FCE, México, 1976. pp. 9-49.

Bate, Luis Felipe. “Hipótesis Sobre la Sociedad Clasista Inicial”, en Boletín de Antropología Americana, No. 9, 1984.

__________ El Proceso de Investigación en Arqueología, Crítica, Barcelona, 1998.

__________ “Condiciones Para el Surgimiento de las Sociedades Clasistas”, en Coloquio de Historia Canario-Americana XIV, Ediciones Cabildo de Gran Canaria, 2002, pp. 294-308.

Carneiro, Robert L. “A Theory of the Origin of the State”, en Science Vol. 169, No. 3947, 1970, pp. 733-738.

Chomsky, Noam y Michel Foucault. La Naturaleza Humana: Justicia Versus Poder. Un Debate, Katz, Buenos Aires, 2006.

Clark, John E. y Michael Blake. “The Power of Prestige: Competitive Generosity and the Emergence of Rank societies in Lowland Mesoamerica”, en Brumfield, Elizabeth M. and John W. Fox (eds.),  Factional Competition and Political Development in the New World, Cambridge University Press, Cambridge, 1994,  pp. 17-30.

Clark, John E, Richard D. Hansen y Tomas Pérez Suárez. “La Zona Maya en el Preclásico”, en Manzanilla, Linda y Leonardo López Luján (coords.), Historia Antigua de México, Volumen I: El México Antiguo, sus Áreas culturales, los Orígenes y el Horizonte Preclásico, INAH-IIA-MAP, México, 2000, pp. 437-510.

Dussel, Enrique. Ética de la Liberación en la Edad de la Globalización y la Exclusión, Trotta, Madrid, 1998.

Florescano, Enrique. Los Orígenes del Poder en Mesoamérica, FCE, México, 2009.

Freire, Paulo. Pedagogía del Oprimido, Siglo XXI, México, 2005.

Godelier, Maurice. Lo ideal y lo material: Pensamiento, economías, sociedades, Taurus, Madrid, 1990.

González del Ángel, Gabriela Patricia. Violencia, poder y semiótica: Las representaciones de cautivos en tres ciudades del Clásico maya, Tesis de Licenciatura, ENAH, México, 2013.

González Lauck, Rebecca. “La Zona del Golfo en el Preclásico: La Etapa Olmeca”, en Manzanilla, Linda y Leonardo López Luján (coords.), Historia Antigua de México, Volumen I: El México Antiguo, sus Áreas Culturales, los Orígenes y el Horizonte Preclásico, INAH-IIA-MAP, México, 2000, pp. 363-406.

Good Eshelman, Catherine y Laura Elena Corona. “Introducción: Estudiando la Comida y la Cultura Mesoamericana Frente a la Modernidad”, en Good Eshelman, Catherine y Laura Elena Corona (coords.), Comida Cultura y Modernidad en México: Perspectivas Antropológicas e Históricas, INAH-ENAH-CONACYT, México, 2011, pp. 11-38.

Grove, David C. “The Formative Period and the Evolution of Complex Culture”, en Handbook of Middle American Indians, Suppl. 1, University of Texas Press, Austin, 1981, pp. 373-391.

Krotz, Esteban. “Alteridad y pregunta antropológica”, en Alteridades, Vol. 4, No. 8, 1994, pp. 5-11.

Rondo Igambo, Muakuku. Conflictos étnicos y gobernabilidad: Guinea Ecuatorial, Carena, Barcelona, 2006.

Sahlins, Marshall. Cultura y Razón Práctica. Contra el Utilitarismo en la Teoría Antropológica, Gedisa, Barcelona, 1988.

__________ La Ilusión Occidental de la Naturaleza Humana, FCE, México, 2011.

Sarmiento, Griselda. Las Primeras Sociedades Jerárquicas, Colección Científica INAH, México, 1992.

__________ “Tribus y Cacicazgos Arqueológicos: Una Discusión Sobre el Origen de la Estratificación Social”, en Boletín de Antropología Americana, No. 27, 1993, pp. 95-108.

Spencer, Charles S. y Elsa M. Redmond. “Militarism, resistance, and early state development in Oaxaca, Mexico”, en Social Evolution & History, Vol. 2, No. 1, 2003, pp. 25-70.

Wiesheu, Walburga. “La Zona Oaxaqueña en el Preclásico”, en Manzanilla, Linda y Leonardo López Luján (coords.), Historia Antigua de México, Volumen I: El México Antiguo, sus Áreas culturales, los Orígenes y el Horizonte Preclásico, INAH-IIA-MAP, México, 2000, pp. 407-436.

 

[1] Las reflexiones que se presentan en el texto sólo pretenden ser guías generales en la formulación de preguntas e hipótesis específicas, no buscan explicar el proceso histórico concreto de toda la región, pues esto no puede realizarse exclusivamente desde los planteamientos teóricos y estaría alejado totalmente de las posibilidades de cualquier esfuerzo humano individual.

[2] Spencer y Redmond proponen que existieron también otras estrategias, como lo habrían sido la nucleación y la jerarquización.

[3] Como condición necesaria para la reproducción de las comunidades tribales.