038 - Julio - Agosto 2015

Editorial: En torno a la detección de una célula operativa del Estado Islámico operando en México

Dicen los entendidos que hay que evitar los adjetivos, que basta describir con precisión las situaciones para que sea el lector quien los coloque ahí donde le surjan espontáneamente.  Sin embargo, eso no siempre es fácil, en particular, cuando los adjetivos fluyen sin sosiego al momento de describir algunos hechos. De modo que, a riesgo de ser nosotros los adjetivados, sigue lo que sigue.

El 22 de julio del  2015, un bulldozer arrasó vestigios arqueológicos cuya conservación había sido expresamente solicitada por vecinos de Tlaltizapán, quienes mediante peticiones escritas y avaladas con numerosas firmas, fundamentaron su preocupación por el patrimonio cultural de su pueblo[1].  Se trata de un episodio con más de lo mismo, una enorme muestra del camino de la indignación creciente, aunque sea minúscula al lado de las tragedias cotidianas mayores en este país, porque todo está ligado en este verdadero crimen organizado, el constituido por la necrofilia que permea los corazones de plástico (made in USA) de muchos funcionarios y parásitos.


Logo actualizado propuesto para la Coordinación Nacional de Arqueología

La acción tempranera de la máquina, ese 22 de julio, era el colofón de una negociación virtual, en la cual varios funcionarios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no sólo hicieron caso omiso a la atenta petición de los vecinos de Tlaltizapán, sino que procedieron de manera sorpresiva, cuando las pláticas no habían concluido y se mantenían aun con la idea de una posible resolución consensada. Al fin y al cabo, era cosa de adecuar el proceso para desviar el trazo carretero. Nada que no se pudiese concretar habiendo voluntad de diálogo.

Pero no la hubo. Era la voluntad de la población o la de la empresa constructora de una autopista. Eso, en el marco de los megaproyectos que se instauran en el país bajo la premisa de un “desarrollo” excluyente y desequilibrado que tiene carácter “preferente”. Y ésta voluntad es la que se impuso mediante la solícita actuación de la fracción más opaca, rastrera, retardataria y autoritaria (piense el lector en otros calificativos) del Instituto Nacional de Antropología e Historia. La imposición tuvo vía libre y la soberbia displicente y el servilismo facilitaron el camino a un proyecto decidido y puesto en práctica al margen de la población, pero no al margen de la zona arqueológica.


Imagen posible sobre las próximas relaciones armónicas entre el INAH y las comunidades

Y es que no se ha entendido el mensaje: la gente sobra. En particular, la que siente y piensa, la digna, la que aspira a un futuro luminoso, la que no mendiga identidad de los “medios de comunicación” ni la compra en los negocios. Para el poder y sus asociados menores, no debiera de haber gente, al menos no esa, que se sale del modelo de obediencia y resignación decretado, que se ha creído el cuento del respeto a la vida, el cuento de los valores y de que el cielo se construye hoy, ese cuento subversivo de la autonomía y de la altura de miras, de no arrastrarse; en suma, esa leyenda mítica de la convivencia para beneficio de todos y todas.


Representación tallada de herramienta arqueológica,
con jeroglíficos, utilizada en Mesopotamia
en el período preclásico tardío

Los escándalos aparecen no sólo en el ámbito nacional, sino en casa. Caterpillar opera no sólo en Palestina, sino en Tlaltizapán, exhibiendo con desmesura y cinismo la incompetencia técnica y el desprecio hacia las comunidades como parte del ejercicio de un “rescate arqueológico” que no redime, ni recupera, ni repara nada, y que ha llenado de vergüenza e indignación a numerosos arqueólogos y no arqueólogos.  

El perpetrador inmediato y directo de la destrucción, un operador de maquinaria, forma parte de una cadena, donde cada eslabón le echa la culpa a los demás. Sólo falta el cambio climático como culpable. Un “arqueólogo” da su anuencia especializada sin entender, ni pretender hacerlo, el interés y la perspectiva de los pobladores, tan inexistentes para él como para toda la estructura en la cual se protege: un Consejo Nacional de Arqueología y una Coordinación Nacional de Arqueología que le generarían y generan arqueos de indignación y de profunda repugnancia a los maestros mismos de la arqueología mexicana, consagrando el atropello en aras de una academia de pacotilla.  


Candidato a arqueólogo entrenándose para demostrar sus habilidades prácticas en examen por concurso de oposición a los vestigios de culturas antiguas rescatables

Nos preocupa, no menos, enterarnos que el “arqueólogo” de limitadas entendederas y agente de la Caterpillar Inc., resulta ser, nada menos, que el representante nacional del INAH ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para todo lo relacionado con los actuales proyectos de infraestructura carretera en el país. Así.  Este funcionario que se ha faltado al respeto a sí mismo, en realidad no es más que un apéndice más de un dispositivo depredador que es preciso identificar y desmontar.

¿Cuántas depredaciones oficializadas faltan aún por concretarse en el proceso de construcción de la autopista Siglo XXI?

¿Cómo se puede ir más allá si en casa no hay un poco de orden?

¡Por una Arqueología al servicio de los Pueblos!

 

Ayotzinapa

A un año de los hechos de Ayotzinapa, incluimos para nuestros amables lectores en este número el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para su consulta, así como los vínculos para acceder a las declaraciones de los padres de los alumnos. Otras palabras sobran.

Alternativas al sector turístico: desarrollo local y procesos de autonomía

Introducción

A partir de la ruptura del modelo económico de bienestar en México, los cambios y las modificaciones que ha realizado el Estado a las políticas públicas han sido muchos, en la línea argumentativa de dar continuidad al desarrollo económico del país, encaminándolo con rumbo a la privatización, bajo un orden capitalista subsumido al modelo neoliberal; las reestructuraciones constitucionales, legales, normativas y políticas, han gestado acciones para incorporar al mercado recursos naturales y territorios de uso común; concretando procesos de despojo de bienes mayoritariamente en comunidades rurales e indígenas.

Este texto refiere la implementación de la actividad turística en México, caracterizando el contexto bajo el cual se propone como alternativa de desarrollo; posteriormente, se enuncian algunos enfoques disciplinarios que han abordado las problemáticas que esta actividad conlleva; en seguida, se plantean los puntos propuestos a discusión; primero: la adecuación de la estrategia en torno al discurso político y económico del momento, sin que ésta implique cambios necesarios con base en las demandas sociales. Segundo: la producción social del espacio bajo esquemas de contradicción con el capitalismo que lleva implícito el desarrollo turístico. Tercero: la configuración de sujetos autonómicos como construcción social de territorios alternos al capital, vislumbrando a los mismos como formas de emancipación y libertad, elemento indispensable para garantizar un verdadero desarrollo local y/o endógeno. 

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Antecedentes de Turismo en México

Desde sus inicios en los años 60s, la Organización Mundial del Turismo (OMT) plantea para los entonces llamados países subdesarrollados, tomar al turismo como una opción de desarrollo, enunciando entre sus supuestos beneficios: la baja inversión de capital por la captación de inversión extranjera, la explotación de los recursos naturales y culturales como principal atractivo, la generación de empleos y, aunado a ello, la oportunidad de un acercamiento con los países desarrollados, a fin de obtener de ellos conocimientos y estrategias para finalmente lograr asemejarse a estos.

Finalmente, al Estado mexicano parece haberle convencido la estrategia planteada por la OMT, ya que pese a la forma en que esta ha ido modificándose y permeando en programas sectoriales, políticas publicas, o incluso, instaurándose en la creación de organismos gubernamentales, a lo largo de los años, la estrategia de desarrollo turístico, ha priorizado históricamente la trasformación de zonas rurales, con el fin de potencializarlas turísticamente.


Bahia de Banderas. Fuente: www.mexicocarrental.mx

Como señala Benseny (2007), durante los años sesenta el Estado se abocó a la planificación del turismo, creando centros integralmente planificados.

Uno de sus instrumentos fueron los llamados polos de desarrollo, basados en el crecimiento de una sola actividad económica.

“Así, por decreto se señalan los puntos de interés turístico donde se determinan los sitios propicios para desarrollar los grandes complejos, llamados megaproyectos o polos de desarrollo: Cancún en Quintana Roo, Ixtapa Zihuatanejo en Guerrero Bahía de Banderas en Nayarit.” (Real, Madera y Olivarria, 2010: 4)

Intentando garantizar una oferta de alto impacto, el gobierno a través de sus instituciones, favoreció un acelerado crecimiento de sector empresarial, incrementando las inversiones privadas en los servicios turísticos y destinando capital del Estado a la mejora de infraestructura.  


Gustavo Díaz Ordaz. Fuente: www.sinembargo.mx

En 1970 se creó el fideicomiso Bahía de Banderas, siendo el primero en el país con finalidades turístico-habitacionales y en el cual tenían participación los campesinos; éste les permitiría realizar otras actividades diferentes a la agricultura, sin embargo, solo fungió como un instrumento del Estado para concluir la expropiación de tierras, su función era intermediaria; Estado-inversionistas.

El 10 de noviembre del mismo año, el presidente Gustavo Díaz Ordaz, por decreto de expropiación, declara de utilidad pública el desarrollo habitacional y turístico, en los terrenos que circundaban la Bahía de Banderas, ubicado en las costas de Nayarit y Jalisco.

La expropiación abarco 4,236 has. del municipio de Compostela, comprendiendo 140 km. de playa a lo largo del litoral nayarita, afectando a los ejidos de Sayulita e Higuera Blanca; con radio de acción o efecto directo a los programas agrícolas, ganaderos, pesqueros, industriales, educativos y de vivienda popular de 60 mil has., las tierras expropiadas en conjunto pasaron a ser patrimonio del fideicomiso Bahía de Banderas (Real, Madera, Olivarria, 2010) (Fonseca, 2009)

Posterior al decreto, la primera acción emprendida por el gobierno fue legalizar la tenencia de tierras ejidales como propiedad privada y segundo modificar la Constitución Mexicana para permitir a los capitales extranjeros obtener terrenos en costas de México.

Así, instituciones crediticias se dieron a la tarea de adquirir terrenos para vender posteriormente certificados de participación inmobiliaria a particulares, tanto nacionales como extranjeros, lo que permitía a los  capitales privados invertir en forma directa, clara y dentro de la ley. Por consiguiente:

“(…) los pobladores cambiaran de tipo de actividad, así de agricultores o pescadores pasaron a ser trabajadores de la construcción, agroindustria y de servicios, y no siempre en las mejores condiciones laborales, ya que, sobre todo en la industria eran pocas las ocasiones para poner en práctica los conocimientos, debido que se traía personal especializado” (Real, Madera, Olivarria, 2010: 4-8)

El cambio de posición de los pobladores locales en las relaciones de producción fue evidente, estos dejaron de ser los propietarios del territorio, para convertirse en empleados que apoyaran la consolidación del nuevo polo turístico, planificado por el Estado.

Bajo este esquema de orden capitalista, se han introducido en el mercado territorios y bienes comunes utilizados desde tiempos ancestrales por comunidades y poblaciones rurales, despojándolos de espacios geográficos que conforman en la mayoría de los casos, su medio de subsistencia económica y su reproducción cultural.

“En la década de los noventa llegó a Punta Mita una inversión privada de tipo Turístico-condominial, la inmobiliaria DIME adquirió 688.5 has. y a efecto de darle posesión del predio, fue necesario desalojar la comunidad de pescadores asentados en la playa Corral del Risco la cual quedó incluida en el predio ya comprado”  (Fonseca, 2009 pp. 9-10)

Pese a que durante más de 40 años en Nayarit las inconformidades de las poblaciones locales se han hecho manifiestas por la privatización de territorios y se han acumulado quejas contra el Fideicomiso Bahía de Banderas, existen acontecimientos en ese estado, que continúan desarrollándose con características similares a los hechos históricos.

Tal es el caso de dos acuerdos, firmados en 2011 por Juan Rafael Elvira Quesada, (Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales), donde se concesionaba para desarrollar un megaproyecto turístico, una superficie en la playa del Rey de 999, 640. 85 metros cuadrados; a Desarrollos Turísticos del Rey S.A. de C.V. y Desarrollos Turísticos Aramara S.A. de C.V., de quienes no se encontró registro de inscripción en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de Nayarit. (Tello, 2011).

La superficie concesionada, comprende uno de los 5 sitios sagrados del pueblo Wixarika[1], denominado TateiHaramara, el cual está representado por 2 piedras blancas (TateiWaxieve y TateiYukawima) y se localiza en la Isla del Rey, frente al puerto de San Blas, Nayarit.(CDI, 2010)


Campo de golf en Punta Mita. Fuente:www.golfworldresorts_com

En 2007, la Unión Wixarika de Centros Ceremoniales de Jalisco, Nayarit y Durango A.C. había obtenido por parte de la Secretaria del Medio Ambiente y Naturales (SEMARNAT) un permiso transitorio para poder instalar un templo de ceremonia, el cual solo tuvo vigencia de un año, posterior a este, se les exigió un pago bimestral para poder seguir haciendo uso del predio, que durante todo la historia de su pueblo, formó parte de sus bienes comunes.

Durante 2013, el gobierno federal firmó un acuerdo por el que se entregaron 8.3 hectáreas en San Blas a los indígenas, sin embargo, la mayor parte de la Isla del Rey está concesionada, incluso el sitio sagrado figura hoy como un elemento de plusvalía para los terrenos que circuncidan el área geográfica.

 

Alternativas desde la academia: Diversidad de enfoques

El modelo económico de acumulación ha encontrado en el sector turístico, desde algunas décadas atrás, un nuevo eje para su expansión geográfica y su reproducción espacial, apropiando nuevos territorios y generado al mismo tiempo múltiples problemáticas sociales, las cuales en los últimos años han asumido la necesidad de tratarse bajo un enfoque sistémico y multidisciplinario, contraponiéndose a lo que inicialmente asumía a la actividad turística bajo intereses meramente económicos.

Partiendo entonces, de la preocupación por construir alternativas y/o descifrar los procesos que impactan desde distintas vertientes a las poblaciones o comunidades locales, en las cuales interviene la actividad turística; se han generado investigaciones sociales económicas y antropológicas.

Desde una perspectiva socioeconómica Femke Van, (2013) analizar el impacto del crecimiento del turismo residencial sobre el mercado inmobiliario, el desplazamiento, la exclusión y los cambios espaciales locales en la provincia de Guanacaste, costa noreste de Costa Rica. Realiza un análisis cuantitativo, concluyendo que el turismo residencial, es una importante expresión de la globalización mediante las inversiones transnacionales, se enfoca en transferencia de tierras y en el desarrollo inmobiliario, por lo que puede tener un impacto sobre el acceso a la misma, entre algunos grupos de la población, generando exclusión por el aumento de predios y casos por la privatización.


Integrantes de la Unión Wixarika. Fuente: www.cronicadesociales.org

Una situación parecida en México abordan Real, Olivarría y Madera (2010); presentan como problemática la internacionalización del turismo en el estado de Nayarit, a partir de la implementación del modelo; polos de desarrollo, a través del cual se priorizo en el Estado la captación de inversiones principalmente trasnacionales, y se optó por la  modernización de zonas rurales, repercutiendo en la disminución de actividades tradicionales y dentro del ámbito local, estatal y regional, transformando aspectos económicos, sociales y políticos.

El objetivo de este trabajo fue analizar las modificaciones que ha sufrido el estado de Nayarit, desde la implementación de los polos de desarrollo. Se utiliza el método histórico para desarrollar el trabajo, concluyendo que el proceso de transformación turística del Nayarit no ha tomado ni mínimamente en cuenta a las comunidades locales, en aspectos sociales, históricos, culturales ni económicos, por lo que la mayoría de estas, sufrieron impactos negativos; como encarecimiento de la vida, despojo materia y cultural y violación a los derechos humanos, sin que se vislumbrara a corto y mediano plazo una mejora en sus condiciones de vida.  

En este mismo sentido Palafox, (2013) en su artículo “El turismo como eje de acumulación” revela el comportamiento de los grupos hoteleros turísticos internacionales y locales, en la zona del Caribe. Comprueba una hipótesis que sostiene, el nuevo rol que tiene la actividad turística como eje de acumulación y que como tal se ha establecido como plataforma para la reproducción del mismo modo de producción; para ello, la globalización económica por medio del libre mercado y la formación de cadenas productivas han contribuido a la formación de grupos turísticos internacionales, que se han expandido en las economías emergentes, a partir de construcción de infraestructura por parte del Estado, quien han facilitado la llegada y consolidación de estos grupos, quienes se apropian del territorio; expandiéndose y diversificándose a través de las Global Commodity Chains.

La socióloga Rhina Roux, (2008) representa un referente actual, de como el capital como forma de dominación, ha revelado en la violencia, el despojo y la destrucción de la comunidad natural, en una constante histórica, concluyendo que la globalización es la actualización de la violencia secular de la modernidad capitalista, ya que incorpora al capital territorios, naturaleza, trabajo y conocimiento, bajo métodos de robo y depredación descritos desde un inicio por Marx;  nos habla de una acumulación por despojo, refinada hoy, por las innovaciones científico tecnológicas. 

Entrando en materia antropológica Agustín Ávila (2013) profundiza el tema del despojo, valorizando la importancia de los saberes tradicionales de los pueblos originarios; expone la forma en que estos están siendo desplazados por las expansiones de dominio y enriquecimiento mediante la destrucción y el saqueo de la naturaleza, su trabajo sustenta la perdida de la memoria histórica, tras despojar a los pobladores de sus formas habituales de vida, y los espacios territoriales que les permiten reproducirlas.

Así mismo Alicia Castellanos, Jesús Antonio Machuca (Coordinadores del Seminario sobre Antropología y Turismo) y María de la Paloma Escalante, desde sus líneas de investigación han realizado esfuerzos por hacer que el trabajo antropológico mitigue y aporte soluciones al tema de alteridad y turismo.

Desde la corriente crítica, sus análisis se ubican en los procesos de reconfiguración de los espacios geográficos intervenidos turísticamente, el despliegue de identidades y las implicaciones de ello en los cambios culturales, pasando por una cuestión tanto simbólica como estructural.

 

Adecuación de la estrategia en torno al discurso contemporáneo: sin cambios en el rumbo político y económico de México.

Las reflexiones en torno a la actividad turística, tanto en México como en otros países de América, han ido modificándose, acorde con el discurso internacional, así mismo este permea el diseño estratégico que se debe seguir en materia de desarrollo. Es por ello que así como cuatro décadas atrás se tomo como opción a los polos de desarrollo, desde el 2002, en México el tema de la sustentabilidad ha invadido las agendas públicas sectoriales, emergiendo la propuesta de Turismo de Naturaleza.

Integrada a la teoría del desarrollo sustentable sus premisas buscan: la preservación de la naturaleza, la generación de riqueza y el desarrollo social a través de la responsabilidad intergeneracional, sin embargo, la sustentabilidad que plantea esta nueva modalidad turística, es una retórica de la globalización, en la que prevalecen los intereses empresariales sobre los comunitarios, teniendo como una constante para la oferta; la exclusión social y la apropiación de recursos locales.

La realidad, llamada anteriormente; polos de desarrollo, o actualmente; turismo de naturaleza, no es tan divergente la una de la otra, ya que se conducen bajo patrones muy semejantes; los destinos turísticos son homogeneizados por grupos turísticos, con la finalidad de proveer al turista los espacios y productos mejor enlazados con el discurso contemporáneo.

En ambos casos el papel protagónico del desarrollo queda muy lejos de las poblaciones receptoras de turismo; anteriormente se encontraba en las trasnacionales, actualmente en Asociaciones Civiles, pero finalmente en muy pocos casos bajo las formas y condiciones de diseño y organización comunitaria.


Campesinos. Fuente: www.biodiversidadla.org

La diferencia radica en la forma en que el discurso hegemónico se implanta, pues se presenta ahora tal como lo mencionan Dachary y Arnaiz, (2009): “un modelo creado por los recolonizadores y sus organismos trasnacionales no bélicos –las ONG para reconquistar los pueblos aun no integrados, generando una perspectiva ideológica y no realista” (citado en Pérez et. al., 2011:232). Se busca convertir en guías de turistas y camareros de hoteles a todos aquellos que han producido y reproducido su territorio como espacio vital, enlazándolo culturalmente con las actividades primarias; “ofreciendo a estos, lo que se les niega cuando se trata de actividades agrícolas, asistencia técnica y crédito.” (Monterroso y Zizumbo, 2009, citado en Pérez et. al., 2011:240).

Una de las formas es la reorganización del espacio, que sin posibilidad para dar continuidad a los sistemas y las lógicas comunitarias, irrumpe totalmente en el desarrollo de las capacidades, pues con la reconfiguración del uso tradicional del territorio, no solo se les desaposesiona de un espacio geográfico, sino que se les brinda un espacio dentro de los fines de la expansión del capital colocándoseles desde luego no precisamente en una posición privilegiada.

 

La producción social del espacio para la generación de sujetos autonómicos.

Muchas poblaciones indígenas y campesinas han quedado vulnerables tras las transformaciones sociales y económicas que se realizan en sus territorios, propiciadas por la estrategia turística gubernamental, ya que este sector económico propiamente dicho ha sido mas que una alternativa de desarrollo; una forma de intervención que irrumpe en las lógicas comunitarias locales, generando contradicción con las nociones existentes en las poblaciones, las cuales se asemejan mas a una concepción de territorio:

“como noción de uso cotidiano, hace referencia al lugar donde pasan las cosas, donde se capta lo real de manera directa, (…) en el territorio se incorporan como componentes, los conceptos de comunidad y sociedad, volviéndose así una categoría donde procesos naturales y sociales se interpenetran”. (Coraggio 2011: 277-282)

Esta visión en ninguna arista logra interceptar con la visión capitalista del territorio, donde como lo expresa Harvey (2004), un determinado espacio es visto como oportunidad de expansión geográfica y reorganización espacial para reproducir el capital, el papel que juega, es vital para la subsistencia del capitalismo.

Muchas comunidades intervenidas por el turismo, como sociedades en construcción de una utopía alterna a este orden, tienen un arraigo distinto con el espacio que habitan y/o del cual hacen uso; éste no esta limitado a la producción económica, la lógica comunitaria, no encuentra su espacio en la acumulación de capital: “existe una visión diferente sobre la ganancia, ya que el resultado de las practicas sociales es la producción de valores para vivir.” (Santiago, 2009:188)

El territorio no es solo una simple delimitación geográfica que se encuentra cargada de elementos que permiten la subsistencia humana, sino avanzando en la interrelación de categorías, se puede comprender las relaciones que surgen entre los individuos y los espacios que estos producen, asociando este termino básicamente a la forma en que se instrumenta ideológicamente el espacio, para reproducir una determinada sociedad.

El espacio tiene un sentido de configuración de la esfera social, al ser el primer plano de interacción; representa el inicio de la construcción misma, fundando las bases para la relación entre los agentes y fijando los principios que darán en un futuro la reproducción de un determinado tipo de sociedad.

 

En busca de una configuración espacial alterna al capitalismo

“El capitalismo ya no se apoya solamente sobre las empresas y el mercado, sino también sobre el espacio, convirtiéndolo en un dominador pero al mismo tiempo en dominado” (Lefebvre, 1974:56).

Gilberto Giménez a través de su teoría de la geografía cultural tiene como eje central de análisis la apropiación del territorio, el cual define como: “el espacio apropiado por un grupo social para asegurar su reproducción y la satisfacción de sus necesidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicos” (Giménez, 2005: 8).

La apropiación es construida siendo predominantemente utilitaria-funcional, o predominantemente simbólico-cultural. La primera aparece cuando se considera el territorio como mercancía generadora de renta (valor de cambio) y la segunda, cuando se le considera como lugar de inscripción de una historia o de una tradición.

Por ello la concepción del espacio y/o territorio (definido indiferenciadamente dentro de este trabajo); entre la sociedad indígena o campesina; encarna determinadas relaciones sociales, las cuales crean estados de identidad, por el simbolismo que estas han internalizado.

En estas sociedades, la propiedad es una representación meramente comunal, los espacios son bienes comunes y la lógica de su producción no corresponde a la acumulación individualizada, incluso sus sistemas de intercambio van más allá de la mercantilización, ellos producen su territorio en una línea muy distinta a la de la producción capitalista del espacio.

Al igual que  la geografía de la acumulación, la geografía cultural requiere hacer uso del territorio, pues se fundamenta en el, constituyendo a este como condición, medio y producto de la reproducción de la sociedad.

Sin embargo los esquemas de concepción son antagónicos, pues para la sociedad indígena o campesina, el territorio es mucho más que un espacio de producción económica, teniendo primordialmente un valor de uso.

Este valor se intervenido cuando los territorios son alcanzados por la expansión geográfica y la reorganización espacial, pues con la reconfiguración del paisaje, la cosmovisión que referenciaba a los ocupantes del espacio se modifica; concretando un proceso de despojo, no simplificado a su forma física, donde los espacios toman un valor de cambio y son puestos en el mercado, tendientes a las inversiones que transformaran su lógica de producción, sino que sumado a ello emerge otro proceso de despojo desde la esfera organización, cultural y política, el cual irrumpe las estructuras del grupo social afectando su identidad: el despojo de la autonomía.

Una manifestación de ello son los movimientos sociales que tienden a surgir cuestionando la comprensión del espacio como valor de cambio y consecuentemente las formas de fragmentación y mercantilización del suelo.

La autonomía etimológicamente en la interpretación de René Kuppe son los arreglos político-legales que conceden a una entidad pública dentro de un Estado, el derecho de actuar independientemente de la influencia directa del poder político central o nacional.

Como explica López y Rivas (2014) “son procesos de resistencia en los cuales etnias pueblos y naciones soterradas recuperan o fortalecen su identidad mediante la reivindicación de su cultura, el ejercicio de derechos colectivos y el establecimiento de estructuras político-administrativas con ámbitos y competencias propios”

Con base en el fundamento otorgado por López y Rivas, lo más preocupante de la reorganización espacial del capital a través del turismo, resulta de la no manifestación de un sujeto autonómico, es decir de un proceso de resistencia entre muchas poblaciones rurales, estos empiezan a asumir los proyectos de turismo de naturaleza como propios, sin dejar espacio a una conciencia futura, donde tras dejar atrás los modos de vida tradicionales, se pierda la concepción identitaria de quienes somos y con ello se deje de comprender la dirección hacia la que estas siendo llevados.

La reorganización espacial que se realiza para abrir espacio a la geografía del capital, irrumpe la cosmovisión local fundamentada en una geografía cultural, por que como señaló Lefebvre (1974): la instauración de lo cotidiano se transfiere para ser una posibilidad de ampliación del consumo, subsumiendo todos los momentos de la vida al mercado.

Se fragmentan esos procesos que definen los espacios, a partir de la cultura y el estilo de vida, por que dejan de permanecer unidos con cierto tipo de coerción estructurada en una suma de fuerzas productivas y de relaciones sociales.

El capitalismo ha encontrado en el turismo otras formas menos bárbaras de absorber territorios, aunque a consideración, con un resultado igualmente violento, que roba los procesos de reproducción de conocimientos locales, apropiando para sus fines, incluso la vida que otros han construido. Bajo el discurso de la sustentabilidad, hoy se despoja de lo que Boege (2009) define como patrimonio biocultural.

En 2001 Andrés Barreda pone en evidencia, tres contratos de bioprospección: el primero firmado entre la Organización de Médicos Indígenas Tradicionales de los Altos de Chiapas (Omietch), El Colegio de la Frontera Sur, la Universidad de Georgia y la empresa Molecular Nature Limited, para la recolecta de miles de variedades de plantas medicinales que se busca explotar comercialmente.

Uno más entre Sandoz  y la Unión de Comunidades Forestales Zapotecas y Chinantecas (UZACHI) de la Sierra Juárez de Oaxaca, y extrajo miles de muestras de hongos microscópicos de la Sierra Norte de Oaxaca, para investigar, si de los metabolitos secundarios de los mismos podrían obtenerse medicamentos para la cura de enfermedades como el cáncer o el SIDA.

Un instrumento importante para desestructurar a las comunidades de sus procesos autonómicos han sido las Áreas Naturales Protegidas (ANP), que mas que tener un fin de preservación se conducen con un carácter expansionista, siendo reservorios de riqueza biológica, los cuales desincorporan los elementos naturales de sus vínculos sociales.  Dichos espacios, originalmente en México pertenecían a poblaciones indígenas y campesinas, ya que más del 80% que hoy las define, eran territorios de reproducción social comunitaria.

En el estado de Chiapas por ejemplo donde ha surgido el referente más importante de emancipación de la autonomía, casi paralelamente se han constituido múltiples proyectos, que presuponen el desarrollo local alrededor de las ANP, entre los que participan: comunidades lacandonas de Metzabok, Nahá y Lacanjá Chansayab, así como comunidades tzeltales de Nueva Palestina.

 

La autonomía como libertad

Resulta  importante puntualizar que no se pretende desestimar la viabilidad de generar desarrollo turístico en la región chiapaneca, sino por el contrario se considera que el territorio tiene una vocación propicia para el impulso de este, sin embargo se busca establecer un análisis critico, aportando elementos que nos permitan considerar si se realiza en el camino correcto, si este fortalece a los sujetos autonómicos, si los esquemas, las estrategias, las iniciativas y la perspectiva fortalecen el desarrollo local, ya que coincidiendo con López y Gabriel (2008) es imposible un desarrollo sustentable sin una base autonómica.

Cualquier alternativa de desarrollo para los pueblos, la cual pretenda ofrecer solución a los problemas centrales, supone como condición indispensable la plena participación de sus habitantes en: la elaboración, desarrollo, apropiación y conducción del propio proyecto, en cuanto cualquier iniciativa que no surja de ellos mismos corre el riesgo de no responder a sus intereses e idiosincrasia y por tanto, carecer de las raíces que la sostengan o bien de responder a la lógica de urbanización y rompimiento social en aras de la “modernización” económica con un costo irreversible. (López, 2014:84)

No es una coincidencia que la mayoría de los proyectos impulsados por Asociaciones Civiles u Organizaciones no gubernamentales de conservación biológica, tras varios años de operación no logren consolidarse económica y técnicamente, sino por el contrario continúen dependiendo de estas organizaciones para su subsistencia, enfrentando coincidentemente entre ellas dificultades para su operación y comercialización, encontrándose aun vulnerables a la estacionalidad turística y los desastres naturales.


Fuente: www.turismoruralusulutan.wordpress.com

La autonomía como organización humana debe entretejer embrionariamente relaciones horizontales, cooperativas y de reciprocidad, además de una enorme diversidad de formas alternativas: productivas, democráticas y de gestión de los bienes naturales comunes.

La autogestión para el desarrollo es un elemento totalmente imprescindible y conformador de procesos autonómicos, sin ello el turismo nunca garantizara un verdadero desarrollo local, por el contrario estará subsumido a la lógica del capital.

El proyecto Latautonomy sostiene en su hipótesis del equilibrio la afirmación que: en un sistema autonómico –que es un proceso social del cual emerge un nuevo sujeto político– debe existir un equilibrio entre la dimensión política-jurídica, la dimensión cultural-intercultural y la dimensión económica-ecológica. Si un proceso autonómico tiene carencias de una de estas dimensiones (o sobredimensión de otra), existe el peligro de que actores externos (Estado nacional, terratenientes, compañías trasnacionales, etcétera) penetren el sistema, lo subviertan desde adentro y lo destruyan” (Gabriel 2009)

Sin la incorporación de las lógicas y formas de vida locales a los proyectos de desarrollo turístico no existirá equilibrio, dado que la dimensión cultural-intercultural no figura, aun cuando se hable de cada una de estas dimensiones en equilibrio adheridas a las formas de desarrollo turístico, su emersión  debe haberse dado en libertad: el desarrollo implica una proceso libertario y autonómico.

Amartya Sen (2000) explica que “el desarrollo debe ser considerado como un proceso de expansión de las libertades reales que disfruta la gente”, sin duda la autodeterminación representan una forma emancipadora de la libertad entre las comunidades, ya que se manifiesta como un reclamo por el respeto a las formas de vida y a las cosmovisiones territoriales.

El territorio representa como menciona López y Rivas (2014) “la base material para la creación de sujetos autonómicos”.  Figura como la base de su reproducción social y por tanto de su subsistencia. Como plantea Latautonomy en la hipótesis de territorialidad: cuanto mayor es el control de un sistema o sujeto autonómico sobre un determinado territorio, menor es el peligro de una destrucción masiva de los recursos naturales y, por lo tanto, mas grande la sostenibilidad del sistema.

Para que el desarrollo turístico sea endógeno y se encuentre fundamentado en la territorialidad debe involucrar: conocimientos específicos sobre la utilización de los recursos naturales, (conocimiento local). Cohesión social sobre la base de un bien común culturalmente definido (capital local) y autonomía política en los procesos de decisión.

 

Conclusiones

Por tanto, la implementación del turismo en zonas rurales, cargadas de valores étnicos, implica desde un enfoque antropológico la capacidad de desarrollo a escala totalmente humana, social y ética, que no se asemeje en ninguna de sus formas al etnocidio.

Toda forma de desarrollo debe partir de la existencia de una necesidad asumida por las comunidades, para poder entrar al desarrollo turístico no como marginado definiéndose a partir de sus carencias, sino por el contrario de sus fortalezas. 

La actividad turística debe ser socialmente solidaria, ambientalmente responsable, culturalmente enriquecedora y económicamente viable, solo así representara una real y verdadera forma de desarrollo alterna y distante del capitalismo, donde además la autonomía se encuentre inherente.

El turismo comunitario con una visión holística, desde la perspectiva de los conocimientos o saberes locales, podrá contribuir a disminuir la migración hacia las zonas urbanas. El Modelo autonómico podrá generar control y no sólo el derecho al uso de los recursos, de acuerdo con sus propias necesidades y siguiendo sus propias lógicas de producción y consumo.

Debe considerarse al capital social como un núcleo endógeno, ya que el desarrollo desde esta perspectiva inicia a partir de entender la vida cotidiana de las comunidades pero sobre todo de respetar esas formas en las que construyen y reproducen sus sociedades.

El camino aun es largo, sin embargo los procesos autonómicos representan actualmente, una alternativa que nos brinda como a Penélope, la posibilidad de retejer por la noche lo que el capitalismo desteje de día.

 

Fuentes consultadas

  • Ávila, Agustín (2013). “Turismo y pueblos indígenas de México: despojo y veredas de apropiación comunitaria”, en Patrimonio biocultural, territorio y sociedades afroindoamericanas en movimiento. Noviembre 2015. Buenos Aires: CLACSO, pp. 171-194.

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[1]Pueblo originario de México, mejor conocido como huichol, quien forma parte de uno de los 4 grupos indígenas que habitan en Durango, Jalisco y Nayarit (CDI, 2010)

Umbrales de la resistencia de los pueblos indígenas frente a las políticas etnocidas en Nuestra América

Los movimientos de los pueblos indígenas en Nuestra América durante las últimas décadas han optado por ir más allá del campo político y jurídico de sus respectivos países. Los llamados fueros «nacionales» son para ellos excluyentes de los derechos de quienes pertenecen a la real diversidad etnocultural correspondientes a cada país.  La suscripción del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (1989, la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (2007)  y en el ámbito interamericano, ciertas cautelas y competencias por parte de tribunales constitucionales de la región y de los órganos de protección de derechos humanos a cargo de la Comisión (CIDH)  y Corte Interamericana ( Corte IDH), han frenado en algo las violaciones e incrementado un poco el reconocimiento de los derechos de la población indígena en América Latina. Las 31 sentencias contra diversos países latinoamericanos por probadas violaciones a pobladores indígenas han sido dictadas durante un arco temporal que va del año 1991 a 2014, y que reproducimos como anexo al final de este artículo. Pocas sentencias ante los agravios reales sufridos por los pueblos originarios, pero simbólicamente significativas por el giro internacional que representan en materia de procuración de justicia. Pasemos revista a algunos escenarios a manera de presentación de umbrales y atisbos sobre estas agudas y densas problemáticas. México, Chile, Guatemala, Honduras y Costa Rica son una justificada muestra del drama continental de los pueblos indígenas.


Fuente: www.noticiasnet.mx

México en el informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos durante el año 2014, se hizo acreedor a 500 denuncias, la cifra más elevada del continente  sobre violaciones a derechos humanos, con alta incidencia indígena.[1] Según datos del año 2013, 8 mil 122 indígenas detenidos seguían en penosa y prolongada espera de atención jurídica, sin contar con defensores conocedores de su lengua y su cultura. Seis años antes, una encuesta a cargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) certificó que de 586 indígenas consultados, el 82 por ciento confirmó que no contaron con la mediación de un intérprete durante la averiguación previa al juicio desarrollado en su contra.[2] Un año más tarde, la cifra se incrementó a 8,334, según informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Al respecto el diario nacional El Economista reseñó la situación: «Con base en datos de la CNDH, los hechos violatorios que más sufren los indígenas son la detención arbitraria, incomunicación, tratos crueles, carencia de intérpretes y defensores públicos que les den asesoría jurídica inmediata; así como de deficiente atención médica.»[3]


Fuente: www.pulsodf.com.mx

Muchas de las detenciones de indígenas ocultan que una de sus principales causas tiene que ver con la resistencia de sus pueblos en defensa de sus tierras amenazadas o usurpadas por las grandes empresas mineras, con la colaboración o franca complicidad gubernamental.  El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas,  en su informe 2006-2012, intitulado «Entre la política sistémica y las alternativas de vida», ha diagnosticado la problemática de los derechos humanos en Chiapas. Demuestra que durante el sexenio de Felipe Calderón y del Partido Acción Nacional, se permitió que las empresas agromineras exportadoras, ─extranjeras en su gran mayoría─,  despojasen a los pueblos indígenas y campesinos de sus tierras. Se auspició igualmente que la estrategia de seguridad nacional y de combate a la delincuencia organizada se utilizase como coartada estatal para violar los derechos de los pueblos indígenas en la región. El panorama no ha cambiado. El 12 de Febrero de 2014, con motivo de la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Palenque, acompañado de las secretarias de Turismo y Desarrollo Social, Claudia Ruiz Massieu y Rosario Robles, diversas comunidades, ejidos, municipios y organizaciones indígenas le entregaron a través de su equipo de seguridad, solicitudes y denuncias por escrito. Horas más tarde, descubrieron que todas ellas fueron ninguneadas, arrojadas a campo abierto, desechadas. La retórica formal a favor de los indígenas del actual gobierno representa más de lo mismo. No existe diferencia sustantiva con respecto al gobierno anterior. Procesos parecidos los han vivido los pueblos indígenas de Oaxaca y Guerrero; también los pertenecientes a los demás estados del país.[4]  La anunciada «Cruzada contra el Hambre» en zonas indígenas prueba antes que la escasa y errática ayuda alimentaria, el fracaso de las políticas priístas, mientras que los casos de violaciones a los derechos humanos siguen su alarmante alza. El 10 de agosto de 2015, el presidente Peña Nieto, con motivo de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, anunció la puesta en marcha de la «Estrategia Banderas Blancas», que impulsará un programa de desarrollo de servicios públicos de agua potable, drenaje y electricidad en localidades con más de cien habitantes. [5] Programa poco viable, toda vez que el gobierno federal no ha atendido las denuncias y demandas de los pueblos indígenas contra la contaminación de las aguas y, por ende, la vida por parte de las empresas mineras, reproduciendo la misma omisión cómplice de los gobiernos precedentes. La oferta de agua tiene mucho de señuelo retórico y de promesa irrealizable considerando que el 52 por ciento del territorio nacional está catalogado como árido y semiárido, por lo que las devastadoras sequías son históricamente recurrentes. El saldo de la sequía de 2011, agravado por el impacto de la corriente del “Niño” en la cuenca del Pacífico, fue pavoroso para muchos pueblos indígenas y mestizos: afectó con desigual impacto a 19 de los 32 estados del país y colapsó la producción  de frijol y maíz en un área de 2 700 000 hectáreas.[6] De otro lado, el gobierno actual tampoco ha atendido las demandas de las organizaciones y entidades comunitarias acerca de las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas y los contingentes policiales. El asunto se agrava porque el gobierno mexicano ha impedido que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos interrogue a los militares destacados en Ayotzinapa en torno al asesinato de 3 estudiantes y la desaparición forzada de otros 43 normalistas. ¿Se pueden determinar prioridades gubernamentales sin escuchar las voces de los pueblos indígenas ni las demandas de la ciudadanía en general? En México, está probado que sí.  


Padres de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos. Fuente: www.lajornadajalisco.com.mx

En Chile continúa el largo proceso de militarización y despojo de los territorios mapuche. Bachelet, tanto en su primer gobierno, como en el actual, ha mostrado su faz etnocida, desconociendo los derechos de los mapuches sobre sus tierras ancestrales y los que corresponden a sus libertades civiles. La táctica represora gubernamental contra los líderes comunitarios o de organizaciones indígenas en resistencia, se justifica con la fabricación de delitos: portación de armas, presunto robo de leña o de incendio, desacato y desafío a la autoridad política o policial o incluso terrorismo. Las sucesivas huelgas de hambre de los prisioneros mapuche han concitado la atención y solidaridad de muchas organizaciones humanitarias europeas, norteamericanas o europeas, sin poder lograr frenar y menos revertir las políticas discriminatorias y represivas chilenas. La más reciente data del 3 de abril de 2015, en la prisión de Ongol.[7] No es casual que Philip Alston, Relator Especial de Naciones Unidas para la Pobreza, calificó la situación como «el Talón de Aquiles de Chile en su tratamiento del tema de los Derechos Humanos» y agregó:

En el censo del año 2002 la cifra era de 4,6%. El disputado censo del año 2012 arrojó una cifra de alrededor de 11%, y la encuesta CASEN sugirió una cifra de 9,1%. Sin embargo, lo que no se cuestiona, es que las cifras de pobreza son especialmente altas para la población indígena. En 2013 la tasa de pobreza por ingreso era cerca de dos veces la de la población no-indígena (23,4% contra 13,5%). En términos de pobreza multidimensional la tasa indígena es de 31,2%. […] La respuesta del Estado de Chile a lo que se reconoce ampliamente como un problema de exclusión, marginalización y discriminación ha sido poco sistemática y especialmente renuente a abordar los principales temas de preocupación.[8]

Mapuches. Fuente: www.hoychile.cl

¿Cuál es el futuro de los mapuches bajo el gobierno de Michelle Bachelet? No otro que la continuación y profundización de las políticas etnocidas, borrando las fronteras entre la dictadura pinochetista y los gobiernos democráticos. La Comisión de Observación y Resguardo de los Derechos Humanos de los Pueblos Originarios, el 13 de enero de 2014, le dirigió a Michelle Bachelet una carta pública solicitándole un cambio de rumbo en la política gubernamental frente a la cuestión mapuche, vísperas del inicio de su segundo mandato presidencial. Entre otras cosas se presentó el siguiente cuadro de ocupación de los territorios Mapuches que transcribimos in extenso por ser de interés público:

En territorio mapuche existe extrema militarización, desconociéndose los derechos básicos de las personas y sus moradas: se observa un control permanente sobre las personas y las rutas; han sido destruidos precarios enseres en los múltiples allanamientos practicados por equipos policiales que ingresan a los hogares a altas horas de la madrugada, agrediendo a familias humildes y deteniendo a alguno de sus integrantes sin fundamento alguno. Recientemente nos hemos alarmado por la detención por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile, en Curacautín, de nueve menores de edad, dentro de los cuales se encontraba un niño de apenas tres años de edad; el 13 de diciembre recién pasado, en Traillaco, Panguipulli, la policía pasó un bulldozer sobre una ruca mapuche, dejando así completamente destruida la morada de una familia.


Soldados en territorio mapuche. Fuente: www.abyayalainternacional.wordpress.com

El fortalecimiento de la política represiva y policial se ha traducido en el aumento de la dotación policial,  en una mayor cantidad de armamento y equipamiento terrestre y aéreo destinado a las unidades apostadas en propiedades privadas y empresariales. A esto se suma el funcionamiento de los Equipos de Reacción Táctica Antinarcóticos (ERTA) de la Policía de Investigaciones de Chile y las recientemente creadas Patrullas Étnicas que operan en Padre las Casas, Collipulli y Cañete. Sin olvidar que el Estado chileno ha permitido el funcionamiento y actuar impune de guardias de empresas y de civiles armados que se han agrupado al margen de la ley en un llamado Comando Trizano, que propicia “tomar la justicia por sus manos”.[9]

Michelle Bachelet no rectificó esta política. Durante su primer gobierno ya había dados elocuentes muestras de su postura etnocida.

En Guatemala, la posguerra interna a pesar de las declaraciones acerca de la paz, la reconciliación nacional, el respeto a los derechos humanos, los gobiernos democráticos y los poderes fácticos siguen agraviando a los pueblos originarios. El 6 de abril de 2015, Rigoberto Juárez Mateo, Coordinador del Gobierno Plurinacional Ancestral Maya Q’anjob’al, Chuj, Akateko, Popti´ y Mestizo, en el territorio Q’anjob’al, les replicó a las autoridades políticas y judiciales guatemaltecas, presentando un cuadro de hechos que en sí mismo es una denuncia y un reclamo. 

Solamente en el territtorio Q’anjob’al hay 41 licencias de empresas mineras. Solamente en el territorio Q’anjob’al hay 21 licencias de hidroeléctricas. Las dos van implícitas en hacer uso inadecuado de nuestros bienes naturales. ¿En qué momento se nos consultó? ¿Acudieron a consultarnos? En ningún momento.

Desde el 2005 hasta la fecha se han hecho consultas comunitarias en nuestro territorio, y hemos acudido como autoridades a estas otras autoridades de este Estado para indicarles la manifestación de nuestro pueblo en el sentido de decir: “no a este tipo de empresas”. ¿Se nos ha escuchado o no se nos ha escuchado?

Nuestra calidad de autoridades de nuestras naciones Q’anjob’al, Chuj, Akateko y Popti´ se ha dilucidado en otras circunstancias. Dado a lo que hoy acudimos, estamos identificando una manipulación de ideas que nos están inculpando de situaciones que no son ciertas. Y esto ha sido el procedimiento histórico en este sistema en contra de nuestros pueblos, y que hoy no solamente lo estamos poniendo a conocimiento de ustedes, autoridades de justicia, sino que también, espero, que a nivel internacional se sepa que hay una situación prácticamente de violencia, de violación de nuestros derechos de autoridades, al someternos a un proceso, para nosotros, totalmente anómalo.[10]

A treinta y cinco años de los cruentos sucesos en la Embajada de España, se ha sentenciado a 90 años de prisión a Pedro García Arredondo, jefe de la unidad de asalto y aniquilamiento que incursionó letalmente en dicha legación diplomática.[11] Los demás implicados siguen en libertad. Rigoberta Menchú, a nombre del Grupo de Apoyo Mutuo que aglutinaba a 45 mil familiares de los desaparecidos, el 2 de diciembre de 1999, formalizó su denuncia ante los tribunales de justicia españoles contra ocho militares y políticos guatemaltecos por concepto de genocidio, tortura, asesinato y terrorismo durante el periodo comprendido entre 1962 y 1996. Uno de los casos documentados fue el asalto a la Embajada de España el 31 de enero de 1980, por orden gubernamental Dejó un saldo de 37 mayas asesinados - incluido el padre de Rigoberta- y 14 españoles. Esta denuncia no prosperó, pero si fue en cierto sentido coadyuvante para que iniciase un juicio en la corte guatemalteca. Según un conocido informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico auspiciada por la ONU, a fines del siglo XX, dio como cifra: 200 mil muertos, 93 % de origen maya. [12] Muchos responsables de probados actos de genocidio siguen en libertad, bajo el paraguas protector de la impunidad.


Rigoberto Juárez Mateo. Foto de Nelton Rivera. Fuente: www.guatemalacomunitaria.periodismohumano.com

Chortis y Lencas entre Honduras y Costa Rica. El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), en días pasados ocupó la sede de la OEA en Tegucigalpa y fundó tal acto de protesta en el siguiente comunicado:

Nos instalamos en esta sede para reafirmarle lo siguiente: 1. Entendemos que uno de los propósitos de la OEA es contribuir a dar seguridad y paz en nuestro continente. Al respecto, le recordamos que en Honduras no hay seguridad ni paz, porque no hay justicia y los corruptos y violentos siguen gozando de total impunidad, entre ellos los que ahora son gobierno. Por eso consideramos indispensable, la gran mayoría del pueblo hondureño, la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad, con potestades suficientes para investigar y enjuiciar, con independencia, a las principales estructuras criminales, corruptas y violentas en nuestro país. Ningún diálogo o negociación puede negarnos el derecho a la justicia verdadera.

Tal medida de fuerza fue precedida de una sostenida lucha del pueblo Lenca y del (COPINH) contra el «Proyecto Hidroeléctrica Agua Zarca» a cargo de la corporación china Sinohydro, que dejó un saldo de diez muertos en sus filas, además de muchos heridos y detenidos. Finalmente el pueblo Lenca logró el retiro de la más grande constructora de represas del mundo y la cancelación de su financiamiento por parte del Banco Mundial.[13]  


Ocupacion pacífica del COPINH a la sede de la OEA en Tegucigalpa, Honduras. Fuente www.tiempo.hn

Las tradicionales políticas diplomáticas en la región tienen un fuerte sesgo anti-indígena, así lo refrenda también el caso de la Costa Rica de Figueres en 1994, la cual no sólo denegó la petición de asilo de 16 indígenas hondureños chortis y lencas, asediados por el ejército por reivindicar sus tierras: 9 mil hectáreas.[14] Los 16 lencas y chortis hondureños que se encontraban en huelga de hambre en la Embajada de Costa Rica, lo hacían en demanda de asilo político, dado que eran objeto de amenaza de muerte por los terratenientes y ganaderos de Copán, Intibucá y Ocotepeque, por defender sus  tierras. Ellos  fueron desalojados por el batallón de contrainsurgencia Cobra, con la anuencia del embajador costarricense Manuel Carballo, con un saldo de 3 indígenas heridos. El Comité de Organizaciones Populares e Indígenas de Intibucá denunció la represión.  Figueres y su canciller Naranjo justificaron el desalojo de los indígenas y fueron repudiados por una marcha  de quince mil indígenas contra este acto y contra la política de Carlos Roberto Reina.[15]


Fuente: www.hondurassolidarity.wordpress.com

 

Cierre de palabras

Ni la conmemoración de los 500 años de la inserción de nuestro continente y sus pueblos originarios bajo los dominios coloniales y neocoloniales de Occidente, ni el ingreso al tercer milenio, ni los fastos de los bicentenarios de las repúblicas en Nuestra América, han revertido las lógicas de exclusión, explotación, alienación y sojuzgamiento.  A pesar de todo ello, los pueblos indígenas, cada vez más diseminados fuera de sus territorios primordiales, siguen resistiendo. Han aprendido a usar las propias armas jurídicas que les brinda el derecho internacional y los intersticios de las reformas constitucionales. Han aprendido también de su experiencia y memoria colectiva, pero también de la antropología para conocer al Otro, esto es, a los mil rostros de la alteridad y de la dominación, y en su propia contradicción, a quienes saben cultivar la solidaridad.  

 

Sentencias de la Corte Interamericana

1)      Pueblos Kaliña y Lokono, Suriname. Caso 12.639. Fecha de remisión a la Corte: 26 de enero de 2014

2)      Comunidad Garífuna Punta Piedra y sus miembros, Honduras. Caso 12.761.Fecha de remisión a la Corte: 01 de octubre de 2013.

3)      Caso Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012.

4)      Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012. Serie C No. 245.

5)      Caso Rosendo Cantú y Otras Vs. México. Interpretación de la Sentencia de Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de mayo de 2011. Serie C No. 225.

6)      Caso Fernández Ortega y otros Vs. México. Interpretación de la Sentencia de Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de mayo de 2011. Serie C No. 224.

7)      Caso Rosendo Cantú y otras Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216.

8)      Caso Fernández Ortega y otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010 Serie C No. 215.

9)      Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214.

10)  Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de mayo de 2012. Serie C No. 212.

11)  Caso Tiu Tojín Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2008. Serie C No. 190.

12)  Caso del Pueblo Saramaka Vs. Surinam. Interpretación de la Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de agosto de 2008 Serie C No. 185.

13)  Caso Escué Zapata. Vs. Colombia. Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de mayo de 2008 Serie C No. 178.

14)  Caso del Pueblo Saramaka. Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C No. 172

15)  Caso Escué Zapata Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No. 165.

16)  Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146.

17)  Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Surinam. Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de febrero de 2006 Serie C No. 145.

18)  Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de febrero de 2006. Serie C No. 142.

19)  Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141.

20)  Caso Yatama Vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127.

21)  Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005. Serie C No. 125.

22)  Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia 15 de junio de 2005. Serie C No. 124.

23)  Masacre Plan de Sánchez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de noviembre 2004. Serie C No. 116.

24)  Caso Masacre Plan de Sánchez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 29 de abril de 2004. Serie C No. 105.

25)  Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de 2002. Serie C No. 9.

26)  Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas.  Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79.

27)  Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C No. 70.

28)  Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares. Sentencia de 1 de febrero de 2000. Serie C No. 66.

29)  Caso Aloeboetoe y otros Vs. Surinam. Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de septiembre de 1993. Serie C No. 15.

30)  Caso Cayara Vs. Perú. Excepciones Preliminares. Sentencia de 3 de febrero de 1993. Serie C No. 14.

31)  Caso Aloeboetoe y otros Vs. Surinam. Fondo. Sentencia de 4 de diciembre de 1991. Serie C No. 11.

 Fuente: CIDH, http://www.oas.org/es/cidh/indigenas/decisiones/corteidh.asp.

 
Fuente: www.corteidh.or.cr



Notas

[1] Roldán, Nayeli, « México, el país con más denuncias de violaciones de derechos ante la CIDH» http://www.animalpolitico.com/2015/05/mexico-el-pais-con-mas-denuncias-de-violaciones-de-derechos-ante-la-cidh/, consultada el 20 de julio de 2015.

[2] Véase el Boletín de la Cámara de Diputados núm 2114 en: http://www3.diputados.gob.mx/camara/005_comunicacion/a_boletines/2013_2013/septiembre_septiembre/25_25/2114_en_mexico_hay_8_mil_122_indigenas_detenidos_en_espera_de_justicia consultado el 11 de abril de 2015.

[3] Reyes, Juan José, «Mayoría de detenciones de indígenas en México son arbitrarias», El Economista, 4 de agosto de 2014.

[4] http://www.cimacnoticias.com.mx/node/62863, consultada el 10 de mayo de 2015.

[5] Sánchez, Enrique, « Conmemora Enrique Peña Nieto Día Internacional de los Pueblos Indígenas», Excélsior, 10 de agosto de 2015.

[6] Esparza,  Miguel, «La sequía y la escasez de agua en México. Situación actual y perspectivas futuras»,  Secuencia, núm. 89, mayo-agosto 2014, p. 197.

[8][8] «Declaración del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre extrema pobreza y derechos humanos, Philip Alston, 24 de marzo de 2015» http://acnudh.org/2015/03/declaracion-del-relator-especial-de-las-naciones-unidas-sobre-extrema-pobreza-y-derechos-humanos-philip-alston/ consultada el 29 de marzo de 2015.

[9] Carta de la CORPDHPO a Michelle Bachelet sobre la cuestión mapuche, http://piensachile.com/2014/02/carta-de-la-corpdhpo-michelle-bachelet-sobre-la-cuestion-mapuche/, consultada el 10 de julio de 2015.

[10] «Guatemala: Declaración de Autoridad Ancestral Maya “Señor Juez, no vengo a someterme ante esta justicia » http://guatemalacomunitaria.periodismohumano.com/2015/04/06/guatemala-declaracion-de-autoridad-ancestral-maya-senor-juez-no-vengo-a-someterme-ante-esta-justicia/, consultada el 31 de junio de 2015.

[11] «Condenado jefe policial por masacre en embajada España en Guatemala» http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/noventa-anos-de-carcel-para-pedro-garcia-arredondo/15120876, consultada el 15 de agosto de 2015.

[12]  La Jornada, Mayo 27 y 28 del 2000.

[13] Emanuelsson,  Dick y Mirian Huezo « Honduras, Río Blanco: Corre la sangre indígena del Pueblo Lenca en su lucha contra el proyecto de la central hidroeléctrica que ahogará sus tierras», http://www.argenpress.info/2014/01/honduras-rio-blanco-corre-la-sangre.html, consultada el 11 de julio de 2015.

[14]  La Jornada, Julio 29 de 1994.

[15] La Jornada, Agosto 4 de 1997.

Cautivos mayas: el discurso del poder

[1]

Los estudios epigráficos, iniciados hace ya varias décadas, han permitido tener un conocimiento relativamente amplio sobre el papel de la guerra entre los mayas prehispánicos. Hoy se tienen lecturas más o menos precisas de los eventos registrados y representados en su escultura; es decir, tenemos acceso a la historia oficial que narraron los vencedores.

Gracias a ello, sabemos, por ejemplo, qué ciudades pelearon entre sí, cuáles eran aliadas políticas y cuáles subordinadas. Sabemos, también, qué grupos resultaron victoriosos y cuáles fueron derrotados; sin embargo, el curso de la guerra, sus tácticas, estrategias y resultados concretos no han sido descifrados. Esta información ha debido ser inferida a partir del registro arqueológico. Aquí nos proponemos dar a conocer algunas de las inferencias hechas a partir de la conjugación de ambas disciplinas: la función que cumplieron las esculturas de cautivos durante el Clásico Tardío (600-900 d.n.e.).

 
Figura 1. Relaciones entre algunas ciudades del Usumacinta. Tomado de González (2013).

 

Sobre la guerra y las capturas

Antes de comenzar a hablar de aliados y cautivos es importante precisar que los conflictos bélicos entre las distintas entidades políticas, no se referían a la expansión territorial per se, sino a la extensión de las redes de intercambio y tributo. Uno de los principales objetivos era la apropiación de mayor fuerza de trabajo. En otras palabras, no importaba adquirir tierras, sino mano de obra y el producto de su trabajo (Bate 1984; Martin y Grube 2008). Como señala Grube (2011), las ganancias inmediatas para la élite vencedora fueron la posibilidad de disponer de recursos materiales y nueva fuerza de trabajo para la construcción de edificios públicos y privados, para la manufactura de bienes y la extracción y transformación de materias primas; de igual manera, le brindaba el poder de exigir tributos o forzar redes de intercambio, además de disponer de más gente para las siguientes batallas.

El resultar victorioso también inspiraba la sensación de inseguridad en aquellas poblaciones gobernadas por élites menos exitosas, ante el posible ataque de ciudades más poderosas. Este temor debió infundir la necesidad de ser protegidos por un grupo más grande y más temido que desalentara a los grupos rivales (Martin y Grube 2008).


Figura 2. Dintel 16 de Yaxchilán. Tomada de Schele y Miller (1986: 235).

Durante las guerras, varios individuos fueron capturados y llevados de vuelta a la ciudad que había resultado vencedora. Estos personajes fueron exhibidos en espacios públicos, después de haber sido sangrados y torturados, para ser sacrificados en alguna ceremonia relevante. Schele (1979) señala que estos cautivos tuvieron dos funciones primordiales: por un lado, la función política de celebración pública de la derrota del oponente y, por otro, la ritual, en la que se llevaba a cabo el sacrificio del cautivo y el derramamiento de su sangre que, a través de la religión, se planteaba como necesario para la perpetuación y equilibrio del cosmos (Schele 1979; Stuart 2003).

 
Figura 3. Cautivos en los murales de Bonampak.
Tomada de internet (http://zoommexico.net/wp-content/uploads/2014/10/bonampak.gif)

Sin embargo, el sacrificio humano no fue el objeto primordial de la guerra sino el resultado político de la misma (Kaneko 2009). Es decir, los objetivos principales de éstas fueron la obtención de materiales (en bruto o transformados) y, sobre todo, de fuerza de trabajo, mientras que la toma, exhibición y sacrificio de prisioneros constituía un mecanismo ideológico de intimidación y legitimación, sostenido y justificado a través de la ritualidad y la religión. Esto es, que aunque el sacrificio fuera regulado y prescrito por la religión, ello no significa que dicha muerte no fuera relevante en términos políticos y sociales.


Figura 4. Estela 15 de Yaxchilán. Fotografía: Gabriela P. González del Ángel.

Debido a su preeminencia y al papel político que jugaban, no todos los adversarios eran muertos en batalla: los individuos de mayor rango eran llevados al centro vencedor para ser exhibidos y humillados públicamente en distintos rituales (Schele y Miller 1986). Ser capturado implicaba una serie de humillaciones, torturas y sangrados voluntarios antes de ser ejecutado por decapitación, abrasamiento o rodamiento escaleras abajo (Martin y Grube 2008; Schele 1979). Las formas más recurrentes de humillación consistían en despojar a las víctimas de sus ropajes y dejarlos mínimamente vestidos, con ataduras de cuerda o tela en las extremidades y el cabello atado con tiras de tela en la parte superior de la cabeza; esto último parece haber proporcionado el significado principal de control del cautivo, pues facilitaba arrastrarlo por el cabello (Schele 1979).


Figura 5. Monumento 99 de Toniná. Tomada de Baudez y Mathews (1978: 34).

Sin embargo, no todos los cautivos recibieron el mismo tratamiento: no todos fueron humillados de igual forma ni todos fueron sacrificados. Si el cautivo era el gobernante de alguna otra ciudad, podía mantenerse con vida como una clase de rehén; en otros casos, incluso, se le permitió regresar a su lugar de origen, pero como vasallo del vencedor. En el caso de las mujeres de la élite, éstas eran aprisionadas, secuestradas y forzadas a establecer alianzas matrimoniales con los captores para, a través de ellas, aumentar el estatus de quien se unía con ellas, favorecer la creación de alianzas políticas y subordinar a las élites de las que fueron raptadas[2] (Grube 2011).

 

Las esculturas de cautivos

La escena más frecuentemente representada en la escultura maya es la exhibición de cautivos, especialmente en los sitios pertenecientes a la cuenca del Usumacinta. En ellas la forma de sacrificio más comúnmente plasmada es la ejecución por decapitación (Baudez 2000). En estas esculturas donde están presentes los cautivos, sus figuras aparecen siempre en lugares visibles, como escalones, tronos o a los pies de un miembro de la élite (Schele y Miller 1986).

En términos iconográficos, las figuras de cautivos son relativamente fáciles de reconocer, pues son mostradas con marcas de humillación. Estas representaciones resultan de una serie de combinaciones de atributos, en donde ninguno de ellos es indispensable, pero las distintas combinaciones de elementos dan lugar a una multiplicidad de cautivos (Baudez y Mathews 1978).

Se distinguen por dos conjuntos de atributos: la indumentaria y la actitud. Es importante que aclaremos que estos conjuntos de atributos fueron determinados a partir del análisis de las esculturas de Palenque, Toniná y Yaxchilán (cf. González 2013); eventualmente los cautivos de otras entidades políticas podrían presentar elementos adicionales o prescindir de algunos de los aquí indicados, sin que esto cambie su calidad de prisioneros.

La indumentaria del cautivo generalmente la componen las orejeras de tela, que sustituyen a las piezas de piedra verde y, que pueden ser lisas, aserradas o con óvalos cortados en señal de “matado”; el arreglo del cabello, que es sujeto detrás de la cabeza en una coleta con un moño o tiras de tela que lo anudan. En cuanto a la vestimenta, la mayoría de los prisioneros son presentados con escasa ropa y sin joyas, sólo visten un pedazo de tela que cubre sus genitales y nalgas. Aunque las representaciones de cautivos desnudos existen, son escasas y constituyen casos extraordinarios, pues no sólo son mostrados desnudos sino con los genitales hipertróficos.


Figura 6. Detalle de un cautivo de la Casa A de Palenque. Fotografía: Israel G. Ozuna García.

Asimismo pueden portar algunos elementos accesorios culturalmente asociados con el significado de cautividad, tales como las cuerdas y telas anudadas, yugos, abanicos que apuntan al suelo, estandartes o lienzos “matados” y perforadores. Los casos excepcionales los constituyen los personajes sobresalientes de las élites, mismos que no necesariamente fueron despojados de sus joyas, tocados ni ropajes.


Figura 7. Monumento 172 de Toniná. Fotografía: Gabriela P. González del Ángel

En cuanto a la actitud, la mayoría de los cautivos son mostrados arrodilladlos, aunque también los hay sentados, postrados, contorsionados y de cabeza. Pueden llevar los brazos atados, detrás de la espalda, cruzados o llevarse alguna mano a la boca. En los casos en los que el gobernante acompaña al cautivo, éste puede estar mirándolo o estar siendo sujeto por el primero, puede tocarlo a él o algún elemento de su atavío e, incluso, besar su escudo. Ocasionalmente, pueden presentar otros elementos, tales como líneas o puntos indicativos de sangrado, ojales o círculos que indican su calidad de “matado”.


Figura 8. Dintel 45 de Yaxchilán. Tomada de Mathews (1997: 143).

No es este el espacio para abundar en torno al significado de estos elementos aislados ni los conjuntos de significados que la combinatoria de éstos genera. Por ahora, basta señalar que en las esculturas existe una distinción fuertemente marcada entre los cautivos y los captores; los primeros se muestran empequeñecidos (sentados, acostados, arrodillados) y, en algunos casos, en una escala reducida, débiles y empobrecidos al haber sido despojados de sus joyas y atavíos lujosos, así como humillados y despreciados. Además presentan diversas asociaciones con la muerte, como los ojales en telas, las marcas de sangrado y el estar de cabeza o contorsionado. Por su parte, los gobernantes en su papel de captores son mostrados de pie y con una rica indumentaria, erguidos, altos, fuertes y corpulentos, además llevan en su vestimenta cabezas trofeo[3].

Es decir, los cautivos llevan inscrito en sus cuerpos y vestimentas el control que sobre ellos se tenía. Se resaltan en ellos la cautividad, el sometimiento, la sumisión y la degradación simbolizadas por las ataduras, el despojo de sus ornamentos suntuosos, la pobreza de su vestido o su desnudez y, en ocasiones, por el gobernante que los sujeta o se muestra imponente junto a ellos.

 
Figura 9. Tablero XVII de Palenque. Fotografía: Gabriela P. González del Ángel.

Es importante señalar que a través de la indumentaria y la actitud representadas en estas esculturas, los vencedores pretendieron ontologizar, o naturalizar, la inferioridad del individuo cautivo y, a través de éste, la inferioridad política de sus enemigos derrotados. Asimismo, el cautivo en su calidad de víctima sacrificial, identificado por las marcas de “matado”, las señales de sangrado y otras metáforas de muerte, no sólo nos indica el destino que tuvo el personaje representado, sino la pretensión de aniquilar la entidad política de la que procedía.

No es gratuito que algunos cautivos conserven algunos atributos de poder, tales como tocados, pectorales, brazaletes u orejeras, pues estos elementos resaltaban el valor de la captura; es decir, permitían indicar la relevancia política del prisionero, pues los personajes así representados han sido identificados como antiguos gobernantes, líderes militares y otros individuos de la élite.

Todo esto nos permite afirmar que en la iconografía de los cautivos había inscrito un mensaje político claro y contundente a través del cual se realizaba la ontologización de la realidad: los subordinados estaban predestinados a serlo[4] debido a su supuesta inferioridad, de manera tal que la posición privilegiada de las élites era automáticamente legítima y natural.

 

Su función política

En las plazas principales de los distintos centros políticos, los gobernantes podían ser vistos, desde una gran distancia, por grandes audiencias contenidas en estos espacios teatrales o escénicos, entendidos aquí no como espacios lúdicos o recreativos sino como lugares de producción y reproducción de actos político-económicos.  Las plazas constituyeron uno de los medios de los cuales se valió la élite maya para la difusión de propaganda política y la visibilización de su poder. La teatralidad constituyó una estrategia política de reproducción de los discursos de poder, frecuentemente sostenida en la violencia que, ejercida mediante signos y símbolos, sirvió para generar una atmósfera de miedo e inseguridad (Inomata 2001, 2006; Inomata y Triadan 2009).

Estos espacios sirvieron no sólo para la ejecución de actos políticos de diversa índole, sino también para la perpetuación de los mismos a través de las esculturas que fueron colocadas en ellas. En este sentido, resulta sobresaliente que las esculturas de cautivos no siempre fueron colocadas en los mismos espacios: algunas fueron colocadas al interior de los edificios o en los vanos de entrada (dinteles, escalones y paneles), mientras que otras sí se colocaron en plazas, patios y canchas de juego de pelota (estelas, pilares y esculturas de bulto redondo). Esto nos permite inferir que estuvieron dirigidas a públicos distintos que se movían en espacios bien diferenciados: las élites y los invitados, que podían acceder a espacios más restringidos como templos, palacios y patios exclusivos, y el común del pueblo, al que se le concedía acceso a plazas y patios más amplios y distantes de las habitaciones de élite.

En los distintos gobiernos en los que estas manifestaciones fueron elaboradas, hubo algunos en los que las representaciones de cautivos fueron colocadas estratégicamente tanto en espacios públicos como privados: estelas en las plazas, dinteles y escalones en edificios más altos en Yaxchilán; pilares que miraban a la plaza principal y paneles dentro del palacio en Palenque; esculturas de bulto redondo en la plaza principal, y paneles y escalones en los edificios más elevados en Toniná. Este despliegue de cautivos tanto en espacios públicos como en los privados nos permite inferir que en estos gobiernos las representaciones de prisioneros constituyeron un mecanismo de legitimación generalizado; es decir, dirigido tanto a las élites como para el pueblo.

Por otro lado, en gobiernos sucesivos en las tres entidades, estas representaciones fueron colocadas principalmente en espacios exclusivos o privados, tales como patios y habitaciones dentro de los edificios. Este interés casi exclusivo en lo privado, nos lleva a afirmar que las esculturas constituyeron un medio de legitimación particular, dirigido a la élite local para conservar el derecho a gobernar.

Se observó también que las esculturas de cautivos aparecieron después de algún acontecimiento crítico para los gobiernos en cuestión: la instauración de un nuevo linaje, la derrota en la guerra o la captura de algún personaje sobresaliente y cuando los miembros de las élites locales entraron en pugna por el derecho a gobernar. Esto nos permite afirmar, que las esculturas de cautivos aparecieron tras las crisis de legitimidad de las élites y estuvieron destinadas a subsanar o solventar dicha falta de legitimidad a través de la intimidación de quienes las observaban.

Sin embargo, no sólo las esculturas de cautivos fungieron como mecanismos de control; la toma, exhibición y sacrificio de los prisioneros, igualmente, constituía un mecanismo ideológico de intimidación y legitimación, a través del cual las élites mayas fundaron su derecho en la violencia y lo justificaron a través de la ritualidad y la religión. De esta forma, los cautivos fueron incorporados a un discurso ideológico dominador donde el sacrificio, esa muerte institucional, sostenía la idea de superioridad de los gobernantes y sus familias. Más allá de estos personajes inmortalizados en las esculturas, las víctimas efectivas del sistema de dominación, los invisibilizados, fueron los grupos agroartesanales cuya fuerza de trabajo era transferida sistemáticamente a las clases en el poder.

Más allá de las propias esculturas de cautivos, consideramos importante estudiar el origen de las estrategias de ejercicio del poder y los distintos mecanismos a través de los cuales fueron ejercidas, pues difícilmente surgieron tal y como las observamos en el Clásico Tardío. A nuestro parecer, este despliegue de violencia no constituye una política innovadora, sino su perfeccionamiento y consolidación. Algunas de estas estrategias, en efecto, pudieron surgir en este momento histórico como consecuencia de condiciones contingentes y como resultado del desarrollo de las fuerzas productivas, pero otras deben ser resultantes de una larga tradición de ejercicio del poder (en sentido positivo à la Foucault [1992]) que durante el Clásico Tardío se trastocaron y conformaron como estrategias de dominación propiamente dichas.

 

Referencias bibliográficas

  • Baudez, Claude-François. “El botín humano de las guerras mayas: decapitados y cabezas-trofeo”, en Trejo, Silvia (ed.), La guerra entre los antiguos mayas. Memoria de la Primera Mesa Redonda de Palenque. CONACULTA – INAH, México, 2000, pp.189-204.
  • Baudez, Claude-François y Peter Mathews. “Capture and sacrifice at Palenque”, en Greene Robertson, Merle y Donnan Call Jeffers (eds.), Tercera Mesa Redonda de Palenque Vol. IV. Pre-Columbian Art Research Herald Printers, Monterey, 1978, pp. 31-40.
  • Bate, Luis Felipe. “Hipótesis sobre la sociedad clasista inicial”, en Boletín de Antropología Americana No. 9, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México, 1984, pp. 47-86.
  • Foucault, Michael. “Poderes y estrategias”, en Microfísica del Poder. Ediciones La Piqueta, Madrid, 1992, pp. 163-174.
  • González del Ángel, Gabriela Patricia. Violencia, poder y semiótica: las representaciones de cautivos en tres ciudades del Clásico maya. Tesis de licenciatura. Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2013.
  • Grube, Nikolai. “La figura del gobernante entre los mayas”, en Arqueología Mexicana Vol. XIX No. 110. Editorial Raíces – INAH, México, 2011, pp. 24-29.
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  • _______. “Plazas, performers, and spectators. Political theaters of the Classic maya”, en Current Anthropology Vol. 47 No. 5. University of Chicago Press, Chicago, 2006, pp. 805-842.
  • Inomata, Takeshi y Daniela Triadan. “El espectáculo de la muerte en las Tierras Bajas Mayas”, en Ciudad Ruiz, Andrés, Luis Humberto Ruz Sosa y María Josefa Iglesias Ponce de León (eds.), Antropología de la Eternidad: la muerte en la cultura maya. Sociedad Española de Estudios Mayas – Centro de Estudios Mayas – Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM, Madrid, 2002, pp. 195-207.
  • Kaneko, Akira. El arte de la guerra en Yaxchilán. Tesis de Maestría. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, México, 2009.
  • Martin, Simon y Nikolai Grube. Chronicle of the maya kings and queens: deciphering the dynasties of the ancient maya. Thames and Hudson, Nueva York, 2008.
  • Mathews, Peter. “La escultura de Yaxchilán”, en Colección Científica No. 368. INAH, México.
  • Schele, Linda. “Human sacrifice among the Classic maya”, en Benson, Elizabeth P. y Elizabeth H. Boon(eds.), Ritual Human Sacrifice in Mesoamerica. Dumbarton Oaks Library and Collection, Washington D.C., 1979, pp. 7-48.
  • Schele, Linda y Mary Ellen Miller. The blood of kings: dynasty and ritual in maya art. George Brazillier Inc. and Kimbell Art Museum, Nueva York, 1986.
  • Schele, Linda y David Freidel. A forest of kings: the untold story of the ancient maya. William Morrow and Company Inc., Nueva York, 1990.  
  • Stuart, David S. “La ideología del sacrificio entre los mayas”, en Arqueología Mexicana Vol. XI No.63. Editorial Raíces – INAH, México, 2003, pp. 24-29.


[1] Ponencia original presentada en el III Coloquio de Estudios Arqueológicos, Antropológicos e Históricos sobre la Guerra en Mesoamérica, llevado a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en octubre de 2014.

[2] Recientes estudios de la Dra. María Eugenia Gutiérrez González, investigadora del Centro de Estudios Interdisciplinarios de las Culturas Mesoamericanas, están brindando nueva información respecto al papel que desempeñaron las mujeres mayas en la guerra, como guerreras propiamente, no sólo como cautivas.  A este respecto, cabe hacer mención del Monumento 99 de Toniná, donde se encuentra representada una mujer cautiva y que presenta atributos característicos de los guerreros cautivos (hombres).

[3] Para una explicación más profunda respecto a las cabezas trofeo, sugerimos al lector consultar el texto de Baudez (2000) citado anteriormente.

[4] Ejemplo de esto lo constituye el Dintel 8 de Yaxchilán donde la escena representada se ha interpretado como “el momento de la captura” de Cráneo Enjoyado y Kok Te’ Ajaw (Kaneko 2009; Martin y Grube 2008; Schele y Freidel 1990), pero en ella los “recién capturados” aparecen ya ataviados con atributos característicos de los cautivos.

Reseña del libro: El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista. Participación de la Comisión Sexta del EZLN. Tomo I.

El primer tomo producto del seminario El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, convocado por el EZLN entre el 2 y 9 de mayo de este año en San Cristóbal Las Casas, Chiapas, que compila las intervenciones de la Comisión Sexta, constituye una trascendente aportación para múltiples ámbitos del debate teórico-práctico en torno a las experiencias y reflexiones de toda la gama de resistencias y rebeldías anti-capitalistas. Como todas las iniciativas de los mayas zapatistas durante sus 20 años de intensa vida pública, ha sido un gran acierto la convocatoria a este semillero en el que participamos compañeras y compañeros de las más diversas posiciones políticas, unificados, la mayoría, bajo la premisa y exigencia por parte de los organizadores, de hacer un esfuerzo colectivo para superar el pensamiento haragán, dogmático, mentiroso y conformista y, en consecuencia, asumir el pensamiento crítico que requiere la urgente y dramática situación actual determinada por la actual forma de mundialización capitalista, esa tormenta que se nos ha venido encima, con todas las secuelas de despojo, muerte y destrucción para todos los pueblos de la Tierra.

La lectura de este primer tomo nos hace observar que en lo que se refiere a la participación de la Comisión Sexta del EZLN, ésta cumplió cabalmente, en forma y contenido, los requerimientos de su propia convocatoria, dando como resultado un texto incisivo, provocador e imaginativo que cuestiona todo, con coherencia y a profundidad, sin tapujos ni concesiones. Si de pensamiento crítico se trata, este primer volumen es una muestra de ello.

El pensamiento crítico, la reflexión teórica, asumen la metáfora del centinela, la posta, el vigía que no agota su capacidad de vigilancia, que escudriña el todo y no una parte, que no se cansa y percibe los cambios, las alteraciones de la rutina, advierte el peligro, valora los indicios, los interpreta. La tormenta requiere que ese vigía colectivo analice los métodos de lucha, los cambios en el Estado y en las formas de explotación, represión, discriminación y despojo, a partir de un intercambio de pensamientos, en este semillero que se multiplica con los libros y su presentación.

Los homenajes a los zapatistas Luis Villoro y Galeano muestran ese andar organizado y colectivo con los pueblos que no se rinden, que luchan por un cambio total, toda su vida y no claudican, que se ganaron un lugar especial entre los mayas zapatistas, por su empeño y dedicación, lejos de los reflectores y los templetes y más allá de modas y medios. Villoro, el filósofo que le entró a zapatista, nos informa el Sub Galeano, cumplió a cabalidad su misión de centinela en uno de los puestos de guardia de la periferia del EZLN, estuvo atento a lo que ocurría, con el rabillo del ojo del pensamiento crítico se percató de cambios y movimientos “que, para la inmensa mayoría de la intelectualidad autodenominada progresista, pasaron desapercibidos.” El maestro Galeano sintetiza, por su parte, toda una generación anónima en el zapatismo. “Anónima para afuera, pero protagonista fundamental en el alzamiento y en estos más de 20 años de rebeldía y resistencia”. El Sub Galeano se pregunta: “¿Qué o quién hizo posible que en un espacio de lucha confluyeran el filósofo zapatista y el indígena zapatista? ¿Cómo fue que sin dejar de ser maestro, el filósofo se hiciera zapatista, y que el indígena, sin dejar de ser zapatista, se hiciera maestro? …la respuesta…está en los mundos que al nuestro se asoman por la lucha de quienes, con secreto orgullo, se autodenominan zapatistas, profesionales de la esperanza, trasgresores de la ley de gravedad, personas que sin aspavientos en cada paso se dicen y dicen: PARA VIVIR MORIMOS.”

Las intervenciones de los integrantes de la Comisión Sexta durante el Seminario, intercaladas con el resto de las intervenciones, resultaron particularmente pedagógicas y de profundo interés para los y las participantes, pues constituyeron una mirada coherente y sistematizada, desde las comunidades zapatistas, de temas como la economía política, la genealogía de la lucha de las zapatistas, la resistencia y la rebeldía, su visión de la hidra y el qué hacer, que conforman las tres partes desarrolladas por la Comisión Sexta del EZLN a lo largo del Seminario

Destacan las participaciones del actual vocero del EZLN, el Subcomandante Insurgente Moisés, quien en el tema de Economía Política va recapitulando en torno a cómo vivían las comunidades hace 30 años, cómo viven los que no están organizados como zapatistas y cómo viven ahora los propios zapatistas.


El Subcomandante Insurgente Galeano, durante su participación, el 3 de mayo. Fuente: www.radiozapatista.org

Antes de la llegada de compañeros y de la organización del EZLN en 1983, los indígenas de Chiapas no existían para el sistema capitalista; eran los olvidados de los gobiernos que sobrevivieron con la madre tierra y resistiendo la dominación de los terratenientes, finqueros, o los latifundistas, que detentaban las mejores tierras protegidos por su fuerza armada, las guardias blancas. No había carreteras, clínicas u hospitales, ni programas, ni becas. No les bastó tener las mejores tierras, y ahora querían los cerros, las montañas, la riqueza de la naturaleza y en consecuencia se organiza el despojo, el desalojo, porque quieren la riqueza, para lo cual reforman el artículo 27 constitucional, porque lo que quieren es privatizar los ejidos, vender o rentar la madre tierra.

Cuando se da el levantamiento, se inicia una política de contrainsurgencia para evitar la extensión del zapatismo. Esas comunidades que se dejaron privatizar su ejido, al vender la tierra, quedan en la calle, pues ya no tienen donde sembrar su maíz y su frijol, quedando a merced de los proyectos que esta política conlleva. La utilización del término partidistas caracteriza a este sector social que ha caído en la trampa gubernamental, distinguiendo claramente la contradicción no antagónica del zapatismo con estos hermanos y hermanas, de lo que serían los paramilitares, “ésos son unos hijos de la chingada pues”. Los zapatistas recuperaron a la madre tierra a partir de organizarse colectivamente, combinando diversas formas de este trabajo agrario colectivo a nivel de pueblo, regiones y municipios y reconociendo intentos fallidos y errores. Se advierte que no debemos idealizarlos, pensando que cuando dicen limpio, todo es limpio. “El chiste es estar organizado” y distinguir que una cosa es decir y otra es hacer. Descubrieron la resistencia en las varias formas de hacer trabajo colectivo y reaccionando ante quienes habías sido enviados por el gobierno para vigilarlos, como los maestros, que resultaron expulsados, o llegando a la conclusión que no había que recibir nada del mal gobierno, lo que a su vez, condicionó el inicio de una gran cantidad de tareas en diversos ámbitos de la explotación de la tierra, la producción, el comercio, la salud, la educación que fueron dando sustentabilidad al proceso autonómico zapatista versus la dependencia, pérdida de identidad, drogadicción y sumisión de los partidistas. El Sub Moisés sintetiza de esta manera la resistencia que debe alimentarse de generación en generación, si pretende que no regresen los explotadores de antes: “Una de las bases de lo que es nuestra resistencia económica, nosotros, nosotras las zapatistas, es la madre tierra. No tenemos esas casas que da el mal gobierno, bloques y todo eso, pero si tenemos salud, tenemos educación, estamos en eso que son los pueblos los que mandan y los gobiernos obedecen…nosotros no pagamos luz, agua, tenencia de la tierra, nada. Pero nada recibimos también del sistema…Y esa nuestra forma de ser así vamos a seguir trabajando, luchando, y moriremos así si es necesario, por defender en lo que estamos ahora.”

La economía zapatista responde a las necesidades de la resistencia y responde de manera creativa a la contrainsurgencia. Pocas veces manejan dinero, como cuando hay que pagar la gasolina. Todo se hace a partir de trabajo político, ideológico, mucha explicación. El Sub Moisés pone el ejemplo de la educación, donde al maestro formador con el trabajo colectivo se le trabaja su milpa, su frijolar, su potrero y así puede tener su paguita. El chiste es de que no quede nadie sin trabajar colectivamente; todos los trabajos colectivos que se hacen es por el movimiento de la lucha o por el movimiento de la autonomía y para ello los pueblos, las regiones, los municipios autónomos y la zona se ponen de acuerdo cómo quieren trabajar. La economía zapatista tiene sus bancos, cuyas ganancias se van también al movimiento de la autonomía. Se haces préstamos para urgencias y los fondos se integran de aportaciones de las bases de apoyo. Se aclara como había ONG que se colgaban de la lucha zapatista y obtenían fondos para pagar su burocracia, en palabras del Sub Moisés: Entonces del hombro de los que están luchando por la injusticia y la desigualdad, y la miseria y todo lo demás, todavía se cuelgan otros ahí. Qué tan inteligentes somos, ¿no?

De la economía rebelde salen operaciones, incluso para los partidarios, a costos muy inferiores que en el mercado hospitalario. De todo esto se vigila con acuciosidad, dado que es trabajo sudor del pueblo, por ello se exige a sus autoridades a rendir cuentas. No se idealiza el trabajo colectivo y con gran sentido del humor se refiere el vocero del EZLN a los que están fumando su cigarro o limando mucho su machete, para pasar el tiempo, o sea, para ser mañoso. Pero a estos problemas, el chiste es que: “no nos dejamos. Somos muy tercos, somos muy necios. No lo abandonamos. Buscamos la salida, aconsejando, dando aclaraciones, explicaciones, pues, y así vamos a seguir.”

Las participaciones de las mujeres zapatistas, incluidas en el libro, fueron estremecedoras durante el seminario, especialmente el relato de la Comandanta Miriam sobre la situación de las mujeres antes de 1994, que provocó el aplauso más prolongado, espontaneo y sentido de quienes la escuchamos: “Desde la llegada de los conquistadores sufrimos la triste situación de las mujeres. Nos despojaron nuestras tierras, nos quitaron nuestra lengua, nuestra cultura. Es así donde entró la dominación del caciquismo, terratenientes, entra la triple explotación, humillación, discriminación, marginación, maltrato, desigualdad…Porque los pinches patrones nos tenían como si fuera que son como nuestros dueños.” Su extraordinaria descripción del acasillamiento tocó toda la gama de las humillaciones y trabajos forzados de las mujeres a manos de los finqueros, al grado que unos pensaron refugiarse en los cerros. “Se juntaron, platicaron y lo formaron una comunidad donde pueden vivir. Así formaron comunidad. Pero otra vez cuando ya están en las comunidades, como el patrón, o sea el acasillado trae otra idea, como lo trataron con el patrón los hombres, como que traen arrastrando malas ideas también los hombres, y aplica dentro de casa como el patroncito de la casa… No es cierto que se liberó las mujeres sino que ya son los hombres que fueron el patroncito de la casa. Y otra vez las mujeres quedaron en la casa como si fuera cárcel, que no salen otra vez las mujeres, quedaron ahí encerradas otra vez…”

La Comandanta Rosalinda da cuenta del reclutamiento, en los años de la clandestinidad, de las primeras mujeres pueblo por pueblo, de la necesidad de organizarse y de que haya compañeras milicianas e insurgentes, “hasta llegar en 94 cuando salimos en la luz pública, cuando ya no aguantaba el maltrato que nos hacían los pinches capitalistas. Ahí vimos que si es verdad que tenemos el valor y la fuerza igual que los hombres, porque pudieron enfrentar con el enemigo, no le tuvieron medio a nadie…Después nos dimos cuenta para hacer una revolución no sólo los hombres, tiene que hacer entre hombres y mujeres.”

La Comandanta Dalia continúa la narrativa del trabajo de las mujeres con EZLN, de las pláticas en cada pueblo, de los problemas que enfrentan cuando todavía hoy algunos se ponen cabroncitos, de cómo pasaron por todos los trabajos de responsabilidad hasta llegar a ser comité clandestino revolucionario indígena, afirma que van a seguir organizándose “porque hay todavía tristeza, dolor, encarcelamiento, violación, así como las madres de 43 desaparecidos…Debemos luchar al cien por ciento hombres y mujeres. Tener una nueva sociedad, que el pueblo sea el que manda.”

La joven base de apoyo Lizbeth y la escucha Selena sostienen que ellas no conocieron la vida de las haciendas y ahora tienen la libertad y el derecho como mujeres de opinar, discutir, participar en las múltiples tareas de la resistencia y la autonomía, resistiendo la guerra de contrainsurgencia y los espejismos del capitalismo que se muestran en la televisión, tratando de usar celulares y la propia televisión para usarlos en su lucha. Se distingue de los pobres-pobres, los partidistas, pobres materiales y de pensamiento, de los zapatistas, que son también pobres pero ricos por sus trabajos para el bien del pueblo y para que no haya mandones ni explotadores.

Por su parte, el Sub Galeano, en su “Visión de los vencidos”, señala como esas generaciones de mujeres indígenas ya dicen su palabra en la genealogía de su lucha. “tres generaciones de rebeldes zapatistas –destaca--, no sólo contra el sistema, también contra nosotros…varones zapatistas.” Se declara derrotado por esa lucha, aunque cómo la hidra capitalista, sostiene que los varones siempre tratan de reganar los privilegios perdidos. Se remonta al origen de esa lucha y describe que todo empezó con las insurgentes. Reitera que en el EZLN también participan mujeres no indígenas y la mayor parte de su singular relato-testimonio se trascriben varias de sus opiniones que refieren al ámbito un tanto intimista de las relaciones hombre-mujer y a la caracterización del macho dominante, violento, cazador esquizofrénico que por más sensible y receptivo que se auto considere, no puede ser feminista, porque representa el mismo sistema contra el cual supuestamente se lucha.

Las tres partes de los apuntes en torno a las resistencias y rebeldías, expuestas por el Subcomandante Insurgente Moisés, constituyen textos claves para comprender la lucha zapatista. Inicia recordando que los zapatistas conforman una organización armada, pero contrario a la tradición militarista de sectores importantes de las guerrillas latinoamericanas, en este caso, no se hace del arma un fetiche, se observa como un instrumento más, como el machete, el hacha, la pala, aunque se es consciente de que cada herramienta tiene su función, y la del arma es matar.

Después del repliegue del 94, se entendió que la lucha podía involucrar muchas formas, que la resistencia y la rebeldía podían ser en varios sentidos. La resistencia es ponerse fuerte, duro, para dar respuesta a todo, cualquiera de loa ataques del enemigo, del sistema; y rebelde es ser bravos y bravas para hacer las acciones o lo que necesitamos hacer…Hay que resistir las ´provocaciones del ejército y la policía, las informaciones de los medios, los bombardeos psicológicos. El Sub Moisés pone el ejemplo de una invasión de unas 60 personas armadas que invadieron terrenos recuperados; la situación se discute y se resuelve que los que están muy bravos no pueden ir a enfrentar la invasión ni los que tengan mucho miedo, por lo que sin ejercer violencia y con la sola presencia de centenares de zapatistas, se logró resolver el problema. Esto es, descubrieron que con resistencia y rebeldía es posible gobernar y desarrollar iniciativas propias. De hecho, los zapatistas no han realizado un solo ataque armado desde enero de 1994. “No quiere decir, compañeros y compañeras, hermanos y hermanas, no quiere decir que estamos renunciando a nuestras armas sino que es ese entendimiento político, ideológico, rebelde, que nos da la forma de ver cómo hay que convertirlo realmente en arma de lucha esta resistencia.” Para todo esto, se requiere el trabajo político, la explicación, que para gobernar no se manejan ordenes, sino acuerdos.

 Se observa la revolución mexicana de 1910 y la muerte de muchos de un estos compatriotas, preguntando ¿Quien aprovechó eso? Se desarrolla la idea de gobernar con el pueblo, no hacer nada que no sea aprobado por el pueblo, un pueblo informado a través de la rendición de cuentas a todos los niveles. Con la resistencia y la rebeldía se práctica pues la nueva democracia; es con la resistencia y la rebeldía que no se tiene miedo al pueblo. “Y es así como vamos avanzando, --sostiene el Sub Moisés--, enfrentando, resolviendo con imaginación, con nuestra práctica…la lucha, la pelea, no sólo nomás es con las armar, sino también es en lo político, en lo ideológico y en lo económico y en lo demás. Nuestras armas llevan 20 años descansando, pero si no nos cuidamos esas armas reales están inservibles, pero como lo estamos cuidando están igual como el año de 1994, o sea son útiles hasta ahorita porque las estamos cuidando.”

La segunda sección, Nuestra mirada a la hidra, corre a cargo del Sub Comandante Insurgente Galeano, a quien el mando le asigno el trabajo de posta, vigía o centinela. En El Muro y la grieta, Primer apunte sobre el Método Zapatista, el Sub retoma las palabras de sus jefes para explicar lo que significa Ayotzinapa  para su organización: “es el dolor y la rabia, sí, pero no sólo eso. También y sobre todo, el terco empeño de los familiares y compañeros de los ausentes.” El apoyo del EZLN a los familiares a amigos de los ausentes es acción colectiva y parte de su propia lucha. Les advierte sobre quienes dicen acompañarlos, y se han ido, “después de cobrar su parte o después de ver que no podían cobrarla.”

El Sub sostiene que el Sistema “no le teme a los estallidos, por muy masivos y luminosos que sean. Si un gobierno cae, hay en su alacena otros para reponer o imponer. Lo que lo aterroriza es la perseverancia de la resistencia y la resistencia de abajo… Porque abajo es otro el calendario. Es otro el paso. Es otra la historia. Es otro el dolor y otra la rabia…su lucha, nuestra lucha, las luchas de abajo en general dependen de la resistencia. De no rendirse, de no venderse, de no claudicar”.

Con precisión, el Sub va haciendo el balance de la izquierda institucionalizada en su relación con el zapatismo: “Nuestros autodenominados acreedores de la ciudad nos exigieron que participáramos en las elecciones. No entendimos, porque nosotras, nosotros, nunca les exigimos que se alzaran en armas, ni que resistieran, ni que se rebelaran contra el mal gobierno, ni que honraran a sus muertos en la lucha. No les exigimos que se cubrieran el rostro, que se negaran el nombre, que abandonaran familia, profesión, amistades, nada. Pero los modernos conquistadores, vestidos de izquierda progresista, nos amenazaron: si no los seguíamos, nos dejarían solas, solos, y seriamos culpables de que la derecha reaccionaria fuera gobierno. Les debíamos, dijeron, y presentaron la cuenta a pagar impresa en una boleta electoral.”

Los zapatistas aprecian y valoran las diferencias en los pensamientos, sostiene el Sub,  “claro, sin son pensamientos críticos y articulados, y no esas chambonadas que ahora abundan en el progresismo ilustrado. Nosotros, nosotras, zapatistas, no valoramos de un pensamiento si coincide o no con el nuestro, sino si nos hace pensar o no, si nos provoca o no, pero sobre todo, si da cuenta cabal de la realidad.

El ahora Sub Galeano aclara que en el seminario: “no se trata de ganar adeptos para una u otra corriente de análisis…Sino de provocar ideas, pensamientos, discusión, debates. No para vencer a un supuesto oponente ideológico, sino para responder la pregunta que todas, todos, todoas terminaremos ´por hacernos: ¿qué sigue?

Destaca una serie de conceptos básicos y de presupuestos fundamentales: 1.- El sistema dominante actual es el capitalismo y que es su lógica la que es dominante en el mundo. 2.- Que este sistema capitalista no es dominante sólo en un aspecto de la vida social, sino que tiene múltiples cabezas, es decir, formas y modos diversos de dominar en diferentes y diversos espacios sociales. 3.- La metáfora de la hidra, explica el Sub implica que si cortas una cabeza renacen dos, se adapta, muta y es capaz de regenerarse completa desde una de sus partes. 4.- Hay un elemento que no está explicito pero que es fundamental: la práctica. Lo que está en juego es la trasformación de la realidad.5.- El sistema capitalista no es omnipresente, ni inmortal. Existen resistencias. 6.- Ni teoría sin práctica, ni práctica sin teoría. 7.- Ni pensamiento haragán, ni pensamiento dogmático, ni pensamiento mentiroso. El pensamiento crítico tiene como motor el cuestionamiento. Preguntando se camina.

A esto hay que sumar las señales de una compartición, que se sintetizan: Una- Crisis económica como nunca antes, multiplicada por las catástrofes ambientales no naturales, la transformación de todo, incluso lo básico elemental -agua, aire, luz y sombra, tierra y cielo- en mercancía. Otra.- La pérdida de la legitimidad de las instituciones “tradicionales” (partidos, gobierno, sistema judicial, iglesia, ejercito, policía, medios de comunicación, familia. Otra una.- La corrupción tan escandalosa en las clases políticas que raya en la psicopatía. Otra más.- Estamos frente a una realidad que se sintetiza hoy en una palabra: Ayotzinapa, que no es la excepción sino la regla actual. Otra una otra.- Las  viejas estructura del poder político y económico no son sino los escombros de lo que fueron. La mayoría de las grandes empresas antes nacionales, ahora no son sino presta nombres de los grandes capitalistas mundiales y todos, absolutamente todos, están atados y sometidos por la banca internacional. Otra y ya.- La crisis que viene no va a mandar un telegrama ni se va a anunciar en monumentales o cartelera. Tampoco vienen solas, nos dice el Sub, “las acompañan los saltimbanquis de toda la historia: profetas, lideres, salvadores supremos, nuevas religiones, el cambio está en uno mismo, ayúdate que yo te ayudaré, piensa positivo, “sonríe, vamos a ganar”, “seremos su peor pesadilla.”

De ahí la urgencia y necesidad del seminario.

Las disquisiciones del Sub Galeano sobre las ciencias sociales son incisivas y provocadoras, empezando por la idea de éstas están en lucha. “deben abrirse paso por entre las chambonadas que pululan en la academia, los medios de comunicación (no sólo los de paga) y el síndrome del googleo como método científico,” y de que a diferencia de las ciencias naturales y exactas, en las ciencias sociales pueden presentarse diversas conclusiones a partir de una misma premisa. También importante su acotación de que el “objeto de la ciencia de la historia no es SOLAMENTE explicar su objeto de conocimiento, sino transformarlo.”

Pone el ejemplo de la genealogía de la lucha de las mujeres zapatistas para aclarar que no puede ser explicada a través de su heroicidad y su terco empeño. Que había necesidad de recurrir a la economía política: “Si, porque esas rebeldía y resistencia pudieron crecer, desarrollarse y extenderse a lo que ahora nos sorprende y aterra, solo cuando existieron las bases materiales que las concretaron. Fue hasta que las mujeres se fueron desprendiendo de la dependencia económica de los varones, que se pasó de la teoría a la realidad…el uno, el cambio en la propiedad de los medios de producción, y l otro, la toma y ejecución de sus propias decisiones, es decir, la política.”

Llama la atención al ritmo vertiginoso de la mutación de las premisas en las ciencias sociales, que obligan al pensador crítico a ir y venir continuamente de la realidad a la teoría. “Porque la transformación social, y con ella el pensamiento crítico, es esencialmente eso: un desafío.” Refiriéndose a las intervenciones de los diversos ponentes del seminario, el Sub Galeano señala: “Sus palabras de ustedes, sus conceptos, sus análisis, no pocas veces sus desvaríos, nos han provocado, nos han hecho pensar. Han sido bofetadas que nos alertan. Ya antes lo hemos dicho: el pensamiento crítico que buscamos, la teoría pues, no es la que nos aplauda o nos cobije, sino la que nos rete continuamente a explicarnos, es decir, a entender nuestro lugar en el mundo…En resumen: necesitamos a Yolao. Necesitamos teorías y conceptos. Y necesitamos la lógica y la confrontación con la realidad. Y, sobre todo, necesitamos del pensamiento crítico para mantener en crisis constante, es decir, en movimiento, nuestro conocimiento de la Hidra.”

Precisamente, en el apartado “Hacia la genealogía de la Hidra”, el Sub Galeano reitera que algunos de los conceptos fundamentales de Marx, que le sirvieron para destrozar la economía política de su tiempo, no sólo siguen sólidos, sino que, además, se confirman en la actualidad…Por eso demandamos no sólo la definición de la tormenta, también queremos conocer su historia, como se originó, que la alimenta, cual ha sido su trayectoria.”

Todo ello, como una cuestión de supervivencia como pueblos originarios, como humanidad.

Se revisan los cambios más visibles, el paso de la contrainsurgencia a la codicia por los territorios por parte de las grandes empresas turísticas, mineras, madereras. Se identifican los medios de despojo, el robo a través de los cambios jurídicos, otro de los medios de despojo. El protagonismo de la violencia como arma para el despojo, una vuelta a la historia primigenia de la acumulación originaria y una insistencia en la necesidad de una ciencia para la lucha, para reconstruir la genealogía del capitalismo necesitamos echar mano de las ciencias sociales.

Se convoca al análisis del Estado Nacional. A inquirir sobre los cambios que ha sufrido, ¿Cuáles fueron sus bases, y cuales se mantienen, cuales desaparecieron, cuáles mutaron? La clarificación del Estado es necesaria y urgente. Como es necesario y urgente, si hablamos de la guerra contra los pueblos originarios, referirnos también a su rebeldía y su resistencia, a esa persistente contradicción opresión-resistencia, y la necesidad, en consecuencia, de recurrir al concepto de “lucha de clases.”

Se reafirma que la guerra es la tensión principal, la columna vertebral del capitalismo y en el sentido clásico, el objetivo de esta guerra ha sido el despojo y la conquista. No es su existencia la que provoca guerras, existe por la guerra. “Y una de las cosas que detectamos, --señala el Sub Galeano--, en esta nueva etapa de esta guerra capitalista, la que llamamos guerra mundial, persigue ahora la destrucción de un territorio para reconstruirlo. Si, el capitalismo provoca el caos y de él se nutre…Y en su etapa actual, el capitalismo es una guerra contra la humanidad entera, contra el planeta entero.”

El capital financiero para mantener sus altas ganancias, tiene que combinar cuatro formas de extracción de esa ganancia: La primera depende de tasas de explotación igualmente altas para los trabajadores asalariados. La segunda tiene que ver con el crédito y la generación de dinero ficticio. La tercera es la barbarie total, porque es una forma donde ni siquiera se vincula a la producción o al crédito sino al despojo vil y llano de los fondos de consumo obrero. La cuarta, un crecimiento desmedido tanto del empleo informal y del número de trabajadores sin trabajo.

Ante la magnitud de la tarea analítica, el Sub nos emplaza a todos y a todas quienes luchamos al reto de diluirnos y potenciarnos en un pensamiento crítico colectivo para lograr que NADIE arme la figura y tengamos así la imagen en detalle de la Hidra, cediendo gustosos las semillas orgánicas en los distintos semilleros que provoquen el pensamiento, la discusión, la imaginación, la creatividad.

Termina esta obra con el Qué hacer, que cubre la intervención del Sub Comandante Insurgente Moisés sobre las elecciones, un documento ya conocido y que refrenda las posiciones del zapatismo con respecto a la izquierda institucionalizada y los partidistas, que se sintetiza en la idea central “que las soluciones las hace el pueblo, no los lideres, no los partidistas.”

Ante los extravíos de quienes no entendieron los términos de la convocatoria al seminario, el libro se cierra, en cuanto a la participación de la Comisión Sexta se refiere, con una intervención de ambos Sub Comandantes, que expresa la franqueza y la congruencia con las que el EZLN entabla sus relaciones incluso al interior de la Sexta. Se asienta que la convocatoria se hizo para participar en un Seminario no a una lunada, un intercambio académico, terapia de grupo, tribunal del conocimiento, concurso de popularidad ni un aplausómetro. El mensaje no pudo ser más claro: “Miren, si ustedes creen que sus seminarios que vayan a hacer deben ser un modo para evaluar la academia al mismo tiempo que esperan una beca a Europa, está bien, muy su pensamiento, pero ya van a ver que no bastan las consignas, que no bastan los buenos deseos, ni las buenas vibras, no los grupos de amigochos. Necesitan los elementos teóricos.”


El Subcomandante Insurgente Moisés. Fuente: www.radiozapatista.org

Por último, el Sub Moisés incita a multiplicar el semillero de seminarios, allá en nuestros lugares donde vivimos, dejando a un lado nuestras diferencias quienes no somos capitalistas ni explotamos al pueblo. Lo que plantea la Sexta Declaración es ser anticapitalista, comprometerse a luchar, a organizarse con el pueblo, ser rebelde y resistente en la lucha, organizando la resistencia y la rebeldía de lucha.

Cómo se observa en esta reseña, en la que media la síntesis temática de quien la llevo a cabo y en la que, sin duda, quedaron fuera valiosos planteamientos que el lector encontrará, la obra es una contribución de gran envergadura para la lucha de la humanidad contra la Hidra Capitalista. El libro, en suma, es de obligada lectura para el campo de las rebeldías y resistencias anti-capitalistas.