Las tesis fallidas sobre la vida pública nacional desde el lopezobradorismo

 

La crítica del cielo se cambia así en la crítica de la
tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho,
la crítica de la teología en la crítica de la política
Karl Marx

Introducción

A mediados de la década de 1960, el antropólogo Rodolfo Stavenhagen, conocido desde entonces por sus investigaciones respecto al tema del colonialismo interno, publicó en el periódico capitalino El Día una reflexión sociológica con el título “Siete tesis equivocadas sobre América Latina”.[1]

En aquel entonces, las tesis que Stavenhagen consideró como afirmaciones equivocadas, erróneas y ambiguas, eran moneda corriente entre quienes asumieron como ciertos los principios postulados en la Alianza para el Progreso (AP) y su correlato financiero el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).[2]

Inspirado por aquel antropólogo, en este breve escrito expongo lo que a mi consideración se presenta ahora como las tesis fallidas en las que basa su práctica política Andrés Manuel López Obrador y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), un partido político que en México presume ser un partido-movimiento que busca la purificación del Estado burgués.


(Fuente: BBC-México httpswww.bbc.commundonoticias-america-latina-47066862)

 

El Estado en retroceso y la cuatroté

En los últimos años me he ocupado de reflexionar sobre el Estado moderno, sus aparatos y cómo desde éstos la burguesía logra o no construir hegemonía en torno a su propio proyecto económico en detrimento las clases explotadas. Dicha reflexión me llevó a publicar el ensayo intitulado El Estado en retroceso (2018).

En ese ensayo propongo algunas consideraciones metodológicas respecto a la concepción idealista de la organización política nacional, así como presento una crítica al pragmatismo desde el cual se piensa que es posible usar políticamente al capitalismo para el beneficio económico de los más pobres y desposeídos. A partir de estos dos elementos, caracterizo como retroceso o regresiva a la posición política que intenta impulsar la reforma del Estado burgués y consumar el absolutismo de la democracia liberal.

A este tipo de propósitos es a lo que en adelante me referiré como sistema neohegeliano o tesis fallidas en el sentido en el que Marx y Engels lo señalaron y recordando a Stavenhagen, para explicar ahora lo que en realidad esconden tras de sí las principales afirmaciones políticas hechas por López Obrador –generalmente desde sus conferencias matutinas[3] y en distintas publicaciones-, como ejemplo de lo que en el ensayo aludido denominé neohegelianismo de izquierda.


(Fuente: BBC-México httpswww.bbc.commundonoticias-america-latina-47066862)

 

Las tesis fallidas como sistema
neohegeliano de izquierda

El sistema neohegeliano de izquierda es el conjunto de postulados ideológicos que impulsa una propuesta política orientada a consumar el absolutismo de la democracia liberal y el Estado burgués como manifestación del poder institucionalizado, cuya objetivo inmediato es continuar las relaciones de explotación y expoliación propias del modo capitalista de producción. A continuación sus tesis:

      

La tesis fallida de la separación entre
política y economía: el poder político

Supone que el gobierno es el Estado nacional personificado en la figura administrativa del presidente de la República y que en la fase transnacional del modo de producción que padecemos es posible “domar al capital” desde el ámbito administrativo de los gobiernos nacionales. La tozuda realidad nos sigue demostrando todo lo contrario.

 

La tesis fallida de la separación entre
política y economía: el poder económico

Supone que con la alternancia en los gobiernos nacionales como resultado de los procesos electorales, se rompe la hegemonía del capital transnacional; entonces, al suponer modificaciones administrativas el burócrata que dice “domar al capital” para beneficio del pueblo pobre y desposeído, termina por facilitar a la burguesía transnacionalizada la acumulación intensificada de riqueza así como creyendo a la vez que alcanzó adormecer la lucha popular.

 

La tesis fallida de la política económica
como palanca de desarrollo nacional

Supone que el problema de la desigualdad social y la pobreza en un país es asunto propio de la política económica nacional que se instrumenta, al asumir que es en la administración de la riqueza socialmente producida, y no así en su producción, en donde radica la esencia de la contradicción capitalista. “De tal manera amó Dios al mundo, que envió a su hijo primogénito […]” para que confundiésemos economía política con política económica.

 

La tesis fallida de la supresión de la
crítica a la economía política

Supone que cualquier práctica o situación moralmente reprochable puede suplantar a la base material que tiene la burguesía para generar riqueza, a saber la explotación de la fuerza de trabajo y la expoliación de los bienes comunes, y con ello aparentar sapiencia sociológica. Al tratar de desplazar políticamente a la plusvalía como base en la acumulación de capital, el neohegeliano de izquierda intenta justificar la creencia anteriormente desmontada: presentar como “justo” al modo capitalista de producción y su sociedad burguesa, ante el pueblo pobre y desposeído.

 

La tesis fallida del cambio de régimen político

Supone que el éxito electoral de López Obrador abre una etapa distinta en la vida pública nacional y, con ello, un rumbo distinto en la administración y en la moral del Estado. Dicha creencia forma parte del repertorio cultural del priísmo de Echeverría Álvarez y López Portillo, dos de los sexenios en los que el presidencialismo fue exacerbado recurriendo a la teatralidad del poder al presumir desde el templete que el tlatoani moderno se presenta para “hablar por el pueblo”.

 

La tesis fallida del candidato como
el sujeto político del cambio

Supone que con la llegada de López Obrador al gobierno todo cambia dado que el motor de la transformación social en México fue depositado en la mistificación de su persona y el cargo administrativo que ostenta. Con ello se levantó toda una interpretación de orden teológico desde la cual la élite neohegeliana niega la lucha de clases y el carácter de sujeto político a los pueblos, comunidades y grupos organizados para la defensa de su territorio, trabajo y cultura.

 

La tesis fallida de la vuelta al
nacionalismo revolucionario

Supone que la continuidad de Manuel Bartlett y muchos otros priístas, panistas, perredistas y petistas que se sumaron a la campaña electoral de López Obrador, y después de las elecciones a su gabinete presidencial, hace posible el anhelo burocrático que se tiene desde Palacio Nacional: reformar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) patrimonializando su cultura política.

 

La tesis fallida del colonialismo interno
como integración regional

Supone que, como en los tiempos del “nacionalismo revolucionario”, los pueblos originarios merecen ser integrados a la sociedad nacional por medio del proceso urbano que implica la instrumentación de todo aquello criticado por Stavenhagen: el progreso se debe realizar mediante la industrialización de las zonas atrasadas, las cuales son obstáculo para la formación del mercado interno y para el desarrollo del capitalismo nacional y progresista, ya que se cree que la integración nacional en América Latina es producto del mestizaje.

 

La tesis fallida de la superación
de la lucha social neozapatista

Supone que la base social comunitaria del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha abandonado a la Comandancia General de éste (CCRI-CG), y que la influencia civil de su movimiento no figura más en la opinión pública; sin embargo, con el anuncio lopezobradorista respecto a la intensificación del proceso urbano a partir de la instrumentación de proyectos de gran impacto, la lucha popular neozapatista muestra que sigue siendo la avanzada en la movilización social anticapitalista, antirracista y antipatriarcal.

 

La tesis fallida de la comunidad
del dinero como proyecto social

Supone que con un modelo de economía moral basado en la aparente austeridad republicana y la fiscalización empresarial, para el reparto de dinero entre el pueblo pobre y desposeído, se genera desarrollo, prosperidad y felicidad ciudadana; sin embargo, lo que esto ha producido es precariedad institucional y dependencia social a la manera del viejo clientelismo político del PRI, lo cual coloca en una situación de vulnerabilidad a las clases explotadas ante la burguesía al promover su desmovilización.

 
(Fuente: www.gob.mx)

 

La tesis fallida de la transición energética

Supone que el impulso irracional a la extracción, producción y consumo de energías fósiles y construcción tardía de infraestructura carretera, ferroviaria y aeronáutica -como parte de la intensificación industrial del proceso urbano-, transgrediendo la normatividad ambiental y cultural de regiones y pueblos, corresponde a lo estipulado en el Acuerdo Climático de París, respecto a la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 25% así como avance en el uso de tecnologías para la captura de carbono dirigido hacia la eliminación en el uso de combustibles fósiles.

 

La tesis fallida de la soberanía alimentaria

Supone que al continuar la relación económica preferente hacia los productores agroindustriales, la concesión a las industrias transnacionales y la deforestación con programas asistenciales como Sembrando vida, es posible apalancar un cambio de modelo de producción, distribución y consumo alimenticio, sin modificar el modelo agroindustrial de producción; para muestra, las iniciativas legislativas y memorándums sobre el cercamiento al maíz nativo y los sistemas productivos agroecológicos, entre otras.

 

La tesis fallida del diálogo circular

Supone que la libertad de expresión es considerada como derecho fundamental en la administración lopezobradorista al permitir que los trabajadores de medios informativos se manifiesten, investiguen y socialicen la información que generan; sin embargo, desde la agencia informativa oficial Notimex y los medios digitales se promueve el hostigamiento, la censura y la confrontación, dirigidas por los grupos de defensa iracunda de la cuatroté. Asimismo, la imposibilidad de diálogo con reporteros e investigadores definidos peyorativamente como “abajo firmantes”, deja en evidencia la continuidad del salinismo: “ni los veo ni los oigo”.

 

La tesis fallida de la realidad verdadera
en datos y cifras oficiales 

Supone que el discurso político enunciado diariamente por López Obrador desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, es verídico por el simple hecho de ser enunciado por él mismo o algún integrante del gabinete presidencial. Siendo esa una de las características del discurso político (su pretensión ideológica de verdad), la correspondencia que guarde lo dicho con lo real de los eventos o situaciones aludidas se vuelve irrelevante: la “realidad verdadera” es aquella dictada por el burócrata en turno.

 

La tesis fallida del neokeynesianismo
igualitario y fraterno

Supone el regreso al Estado benefactor en México, con el cual sería posible alejarse de la lógica global impuesta por los oligopolios que concentran cada vez más la riqueza socialmente producida en la fase transnacional del capital. A la par, en medio de una esquizofrenia legislativa, se firman tratados y convenios que evidencian la soberanía restringida y profundiza la subordinación ante los países que son sede del capital que se padece en los países de Latinoamérica.

 

La tesis fallida de la nueva normalidad

Supone que en la ficción jurídica denominada “emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor” se ha medido eficazmente el riesgo por exposición ante la Covid-19 (SARS-CoV2) y alcanzado una diagnosis social adecuada; la “normalidad” postpandemia no encuentra correlación alguna entre las valoraciones numéricas esotéricas de López-Gatell y la diversidad de situaciones sociales complejas y coexistentes en México. #QuedateEnCasaYSiNoPuedesVeteALaPlaya

 

La tesis fallida del militarismo como
ideología de la seguridad ciudadana

Supone que la Secretaria de Defensa Nacional (Sedena), la Marina Armada de México (Semar) y la Guardia Nacional (GN), son los pilares de la seguridad constituidos desde el “México profundo” imaginado por el antropólogo Bonfil Batalla.

Así supone que su participación en tareas de seguridad pública y fronteriza y, a la vez, en la construcción de infraestructura en comunicaciones y transportes, industrial, bancaria, escolar, hospitalaria y la administración de puertos y aduanas, son resultado de una decisión soberana alejada de la acumulación militarizada insertada en el circuito transnacional del capital.

 

La tesis fallida del golpe de Estado
deseado por Morena

Supone que el fantasma del golpe de Estado se nutre de las luchas populares que de acuerdo a la óptica morenista le hacen el juego a la derecha como serían los obreros de las maquiladoras; los profesores de la CNTE; los migrantes centroamericanos; las feministas organizadas; los médicos que demandan insumos en los hospitales; el periodismo de investigación; el Bloque Opositor Amplio (BOA); el FRENAAA; el ala conservadora del ejército; el narco; el gobierno norteamericano; algún expresidente y lo que se sume a la lista.

Por otra parte, para López Obrador la intentona por desestabilizar su gestión viene de cualquier argumento que señale su ética falaz por corrupta y corruptora, que evidencie sus incoherencias intelectuales y políticas, su incompetencia administrativa, y en el peor de los casos su perfil fascistoide. El posible boicot se levanta como argumento para justificar la clausura del Estado de derecho que tanto dice defender.

Empero, también es necesario argumentar desde otro ángulo de visión para develar que dicho fantasma es en realidad un deseo reprimido de los morenistas y del propio López Obrador, que curiosamente emerge en los momentos más álgidos o complicados para ellos. Esto es, ante el profundo temor que pesa sobre sus consciencias por dejar en evidencia que las “tesis” con las que han sostenido su eterna campaña electoral son falaces, intentan desplazar de sí mismos el objeto del deseo y con ello colocar la responsabilidad sobre sus errores en alguien más, quien sea, pero nunca ellos mismos.

 

La cuatroté, un gobierno de etiquetas

A partir de que López Obrador fuera reconocido como presidente electo de México, las descalificaciones hechas de su parte hacia toda aquella posición que a su ver promoviera la desestabilización de su gobierno fue reducida a etiquetas a manera de los aforismos promovidos por Goebbels durante la guerra de ocupación nazi en la Europa occidental, desde las cuales es posible aplicar el principio del maniqueo eterno: “conmigo o contra mí”.

Algunas de las etiquetas desde las que López Obrador ha intensificado la polarización en la sociedad mexicana ya forman parte del discurso de odio que sin ton ni son se vierte por el lopez­obradorismo, por ejemplo, en las redes sociales digitales. Estas etiquetas constituyen la mayor expresión discursiva en la propaganda lopez­obradorista. Toda posibilidad de lenguaje sociológico en el lopezobradorismo tal cual ocurre en el conservadurismo al que dice combatir, ha sido reducida a slogans y calificativos peyorativos que a sus simpatizantes les impide mirar más allá de las conferencias matutinas.

Desafortunadamente para México la administración lopezobradorista es un gobierno de etiquetas, más no de conceptos u argumentos. Una de las principales etiquetas es el slogan “Cuarta Transformación”, cuya expresión ha sido reducida aún más por el equipo de comunicación lopezobradorista a un simple acrónimo. La “4T” es una etiqueta porque básicamente entre las distintas explicaciones que han ofrecido los directivos del Instituto de Formación Política de Morena y otros, ha sido imposible encontrar alguna coherencia argumentativa respecto a un programa político específico desde el cual se establezcan definiciones y conceptos precisos sobre la economía política, la política económica o cuando menos de la historia nacional. Todo se reduce a alegatos teleológicos, sofismas morales e incluso confunden unos conceptos con otros.

Como esa hay muchas otras etiquetas sobre las cuales no vale la pena detenerse. Sin embargo, lo peculiar de ésta es que con ella se intenta socializar un discurso grandilocuente al evocar a un supuesto tránsito mítico en la vida pública nacional a la manera que se intentó hacer creer en Alemania con la etiqueta “Drittes Reich”, pero que al tocar suelo se devela su carácter metafísico orillando a sus principales exponentes a justificar, por ejemplo, la necesaria continuidad y profundización de lo que entienden por neoliberalismo.

Las etiquetas del discurso político lopezobradorista son un instrumento de comunicación y desinformación desde el cual se intenta desplazar al argumento razonado y los anhelos de transformación social real, al manipular los sentimientos del común. Bien haríamos todos y todas en reflexionar sobre lo que perdemos de la diversidad del lenguaje al recurrir a dicha estrategia de mercadotecnia política y manipulación emocional.

En cuanto a su distanciamiento del principio de realidad, en este año de pandemia, alta mortalidad y elecciones, como una expresión más de la visión teleológica de la historia impulsada por el Instituto de Formación Política de Morena y otros, veremos cómo la administración lopezobradorista tergiversará una vez más hechos de la historia patria con la intención de hacer ver y hacer creer que todo aquello que ha ocurrido en esta región desde la fundación de México-Tenochtitlan en 1325, desemboca necesariamente en los resultados electorales obtenidos en julio de 2018.

 

A manera de cierre

Acudiendo a la crítica que en su momento hicieran Marx y Engels de los grupos hegelianos y el propio Stavenhagen al modelo desarrollista del modo capitalista de producción, pero situándonos en la fase actual del capital, es que la crítica de la vida pública nacional y del capitalismo se presenta como una ruta para develar lo real de la vida en concreto que anhelamos cambiar.

En conclusión, el Estado en retroceso y las “tesis” fallidas del sistema neohegeliano, no son otra cuestión que la tendencia política desde la que actúa la sociedad burguesa en su conjunto a partir de la crisis mundial de la década de 1970-1980, en su afán por conservar a toda costa el modo capitalista de producción, mistificándole a través de múltiples aparatos ideológicos y cosificándolo por medio de fuertes aparatos de coerción. Es decir, esto es parte de un sistema de creencias profundamente conservador.

Por eso, para esta Latinoamérica del siglo XXI se vuelve imprescindible mantener el giro metódico propuesto inicialmente por Marx: “La crítica del cielo se cambia así en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política” (2010: 4).

Por último, dedico este pie de ensayo a la memoria de un querido amigo y compañero de lucha: Hipólito Tristán Salaices, fallecido el 08 de julio de 2018 en Chihuahua víctima de cáncer a sus 70 años, y quien luchó alegre y decididamente en contra de las adversidades que golpean a la vida de la clase trabajadora.

 

 

¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?
Groucho Marx

 

 

Bibliografía

  • Anderson, Benedict (1993) Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, México: Ed. FCE.
  • Bonfil, Guillermo (1987) México profundo. Una civilización negada, México: CIESAS.
  • Castro-Pozo, Hildebrando (1924) Nuestra comunidad indígena, Perú: Ed. El Lucero.
  • _______ (1936) Del ayllu al cooperativismo socialista, Perú, Ed. PEISA.
  • Echeverría, Bolívar (1998) Valor de uso y utopía, México: Ed. Siglo XXI.
  • _______ (2013) Modelos elementales de la oposición campo-ciudad. Anotaciones a partir de una lectura de Braudel y Marx, Editor Jorge Gasca Salas, México: Ed. Ítaca.
  • Freud, Sigmund (1967) Introducción al psicoanálisis, España: Ed. Alianza.
  • González Casanova, Pablo (1965) La democracia en México, México: Ed. Era.
  • Mariátegui, José (1979) Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, México: Ed. Era.
  • Marx, Karl (1975) El capital. El proceso de producción del capital, Libro primero, Tomo I/Vol.3, México: Ed. Siglo XXI.
  • _______ (2009) Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858, 3 volúmenes, México: Ed. Siglo XXI.
  • _______ (2010) Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, España: Ed. Nueva Biblioteca.
  • Palerm, Ángel (1976) Modos de producción y formaciones socioeconómicas, México: Ed. Gernika.
  • _______ (1980) Antropología y Marxismo, México: Ed. Anthropos.
  • Robinson, William I. (2013) Una teoría sobre el capitalismo global. Producción, clase y Estado en un mundo Transnacional, México: Ed. Siglo XXI.
  • _______ (2015) América Latina y el capitalismo global. Una perspectiva crítica de la globalización, México: Ed. Siglo XXI. 
  • Santos, Boaventura de Sousa (2010) Refundación del Estado en América Latina. Perspectivas desde una sociología del sur, México: Ed. Siglo XXI.
  • Stavenhagen, Rodolfo (1965) “Siete tesis equivocadas sobre América Latina”, en periódico El Día, México.
  • Villanueva, Víctor (2018) El Estado en retroceso. Crítica a la democracia liberal como absolutismo burgués con México como locus enunciativo, España: Ed. EAE.

 

[1]   Las tesis equivocadas son las que siguen: 1) los países latinoamericanos son sociedades duales; 2) el progreso de América Latina se realizará mediante la difusión de los productos del industrialismo a las zonas atrasadas, arcaicas y tradicionales; 3) la existencia de zonas rurales atrasadas y arcaicas es un obstáculo para la formación del mercado interno y para el desarrollo del capitalismo nacional y progresista; 4) la burguesía nacional tiene interés en romper el poder y dominio de la oligarquía terrateniente; 5) el desarrollo de América Latina es creación y obra de una clase media nacionalista, progresista, emprendedora y dinámica, y el objeto de la política social y económica de nuestros gobiernos debe ser estimular la movilidad social y el desarrollo de esta clase; 6) la integración nacional en América Latina es producto del mestizaje; 7) el progreso de América Latina sólo se realizará mediante una alianza entre los obreros y los campesinos, alianza que impone la identidad de intereses de estas dos clases (Stavenhagen, 1965).

[2]   Es ampliamente conocido que la AP instrumentada por el gobierno de John F. Kennedy desde EEUU, tuvo por objetivo contener la agitación social provocada por la revolución cubana en aquellos años.

[3]   Véase: https://www.youtube.com/watch?v=6qPV4QA2ZNw, recuperada en junio de 2020.