Número 70

55 te una gran holgura en términos de los eventos bio-étnicos2 enlazados, pues se puede ser en un mismo momento muki–upira–iyera–usú/palochi– chérame, es decir, mujer adulta, esposa, madre gestante/en maternidad múltiple activa, abuela y vieja; en la versión masculina, rijoy–cunara– onó–palochi–chérame, varón adulto/señor, esposo, padre en paternidad activa múltiple, abuelo y viejo, en conjunción con los conocimientos y prácticas descritas. Así desde el conocimiento-saber-hacer rarámuri, el envejecimiento no es un momento específico en la vida de un rarámuri, un mestizo, un animal o incluso de otro ser vivo; esto es, un ser que desde su perspectiva siente, sino un proceso que empieza al momento de nacer y que, por ende, es una categoría relativa, situada y en confluencia, o, parafraseando a Santos (2007) una ecología local de saberes. Es decir, se es más o menos vieja(o) pero en relación con alguien más; en comparación con quien ostente mayor conocimiento o más experiencia que otra persona rarámuri considerada más nueva; y/o en función de otras intersecciones que reflejen contrastes interindividuales, perspectiva que discrepa de una línea de la geriatría. Lo que se modifica en este proceso de envejecimiento étnico rural es la cantidad, el volumen, la duración y/o la temporalidad de las tareas, pero al parecer, de ningún modo la labor o el trabajo en sí mismo, lo que se colectiviza tanto en el pensamiento simbólico-encarnado como en la praxis cotidiana de infantes y adultas(os). También destaca la asociación y los correlatos con las trayectorias de alimentación-nutrición que generalmente han sido basadas en elementos que produce la tierra, como tubérculos, raíces, maíz, frijol, calabaza, chile y otras verduras y frutos que se han dado en la región, es decir, en su mayoría víveres no procesados industrialmente, crudos y fermentados; trayectorias de funcionalidad-actividad física que es una 2 Bio-étnico referirá al proceso biológico, psicológico y de matriz cultural que abarca el idioma rarámuri, la habitabilidad en la geografía racializada descrita, la significación y praxis con base en su cosmovisión ancestral y las vivencias y experiencias vinculadas a la corporeidad que valoran y cuidan, aunque la saben excluida y violentada en intersecciones múltiples. constante en su día a día por los largos caminos serranos y la sobrecarga de lo recolectado; trayectorias de funcionalidad-psicosocial que se cultiva a través del sentido de individualidad, agencia y autonomía desde una edad temprana y por la convivencia y socialización en las reuniones, celebraciones y festividades al interior de su ranchería de origen y en el cruce con las demás, entre otras. Por consiguiente, aunque algunas teorías del envejecimiento refieran que lo frecuente alrededor de la menopausia y su equivalente masculino sean cambios en el aspecto físico o en la composición corporal, el peso, los depósitos grasos, la masa esquelética, la fuerza muscular, la temperatura y el metabolismo que regula el sistema endócrino, así como algún grado de deterioro de habilidades sensoriales, como problemas de visión, auditivos, en la sensibilidad del gusto, olfato o tacto -dolor y temperatura- y/o funciones motoras, como la fuerza muscular, la resistencia, tiempos de reacción o coordinación; o el decline en habilidades físicas y/o cognitivas, desajustes homeostáticos o depresión, entre otras, el ímpetu en la resistencia y sobrevivencia del chérame ju, del ser vieja(o) es considerable, pues la repuesta adaptativa y la plasticidad de los cuerpos rarámuri desmontan supuestos de fragilidad física estructural–funcional y de tipo cognitivo y emocional, pese a las desigualdades estructurales que históricamente han sido su cobijo. A partir de comprender este contexto y sus dinámicas ancestrales, se advirtió que el envejecimiento es un proceso ampliado en términos culturales, que inicia en la infancia y concluye al morir, mismo que invariablemente está en relación, en cruce con otros dispositivos corpóreos y sociales, cotidianos y ceremoniales, por lo que es de gran relevancia la concepción situada y en correlación de quien piensa y se expresa, en términos de alcances, fuerza, gradación y adaptación, de su equivalencia performativa genérica. Entonces, con base en las múltiples y diversas narrativas locales se han definido categorías que reflejan las prácticas, actitudes y representaciones

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