Número 69

92 lógicos, lo que no quiere decir que con dicha declaratoria, que las tierras puedan ser afectadas para su expropiación, sino que en dado caso se señalan los espacios en lo que se debe tener cuidado para no alterar los monumentos que están bajo los suelos. Y esto es una medida de precaución ineludible, pues de lo contario se puede propiciar su saqueo y destrucción posteriores. De ahí que antes de 1994, el trabajo de campo de los arqueólogos no podía durar más de tres meses en un año, y el resto del tiempo lo dedicaban a los trabajos de análisis en laboratorio que les permitieran mantener, rechazar o establecer nuevas hipótesis que orientaran el trabajo de investigación de subsecuentes temporadas de trabajo. Normatividad que se cambió con Salinas de Gortari, dado los 14 megaproyectos arqueológicos que comenzaron en 1992 y a los que se les dotó de recursos multimillonarios y cuyo presupuesto debería gastarse antes de que terminara el sexenio. Los resultados están a la vista, con desperdicio de recursos públicos y la pérdida de una cantidad indeterminada de conocimientos. Ciertamente no en todos, ni en la misma magnitud. Pero si hoy se pueden ver algunos resultados, es gracias al empeño de compañeros que ya sin presupuesto y por voluntad propia siguieron trabajando los materiales y las áreas dentro de las zonas arqueológicas que en aquellos tiempos recibieron cientos de miles de millones de pesos que tenían que gastarse en ese sexenio, dejando sin recursos para continuar con los trabajos que se derivaran de aquellas temporadas de campo, o lo que es lo mismo no previeron los trabajos subsecuentes, lo que también ha implicado una enorme destrucción de monumentos y lo peor, de conocimientos. Para el caso del sur sureste, como ya se señaló, la presunción de la existencia de cientos de miles de monumentos y de Zonas de Monumentos no es un cuento: esa aseveración está fundada por una parte en evidencias científicas y por otra, en el hecho de dominio público, de que todavía quedan selvas o bosques que han sido muy poco tocados por las generaciones subsecuentes de quienes vivieron en ellas y llevaron a cabo sus vidas y que al ser abandonadas las selvas o bosques las cubrieron con sus mantos vegetales, y que hoy son parte de esos embelesos que generan y que indefectiblemente con el mal llamado “Tren Maya” y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec serán arrasados, pues no sólo se trata de dos trenes inconexos y puramente turísticos y de comunicación por la península de Yucatán y el Istmo de Tehuantepec, sino la plena realización del Mega circuito comunicacional y de producción2 que requirieron para la expansión del capital nacional y trasnacional el BID, FMI y CEALC a Carlos Salinas de Gortari y que éste planteó desde 1991, en lo que llamó “Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla Gutiérrez” y que Vicente Fox denominó “Plan Puebla Panamá 2001” y Felipe Calderón nombró “Proyecto de Integración de desarrollo de Mesoamérica”, consistente en dotar de una infraestructura comunicacional interna del Sur sureste y Centroamérica con los Océanos Pacífico y Atlántico, que facilite la inversión en ese inmenso territorio y que, emulando las mejores prácticas colonialistas, suponen vacías y al margen del desarrollo, que solo alcanzarán con parques industriales, parques eólicos, agro industriales, turísticos, apertura de minas, pozos petroleros, termoeléctricas, nuevas ciudades, etc. La invisibilización de ese megaproyecto es mentir descaradamente, el venderlo bajo subterfugios de que son proyectos sin relación y conexión; es un megaengaño y un indiscutible robo y abuso de poder el saber y tener conciencia de que esa infraestructura comunicacional que no solo se trata del “circuito del Tren Maya”, sino de su vinculación con Puerto Progreso, con Coatzacoalcos y con Tapachula, lo que provocará una colonización intensiva y extensiva o lo que es lo mismo, todo un reordenamiento territorial que cambiará la fisonomía natural y de asentamientos humanos pasados, presentes y futuros en el Sur Sureste de la República Mexicana. Así que bajo esas condiciones, será muy difí2 La unión del mal llamado Tren Maya con Puerto Progreso; Palenque con Coatzacoalcos; de ahí a Salina Cruz y luego a Tapachula.

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