Número 68

58 En algunos casos, los inversionistas contra- tan a comuneros o ejidatarios como jornaleros. La renta o compra de tierras y contratación de jornaleros termina afectando la cohesión social, los vínculos y trabajos comunitarios e inclusi- ve la propia dinámica comunitaria, pues al no beneficiar al conjunto de las comunidades o de los ejidatarios, sino a una parte de ellos, según los requerimientos de los inversionistas, se ter- minará erosionando el tejido social, en procesos que muy posiblemente se podrían haber mitiga- do si se les hubiese tomado en cuenta, si se les hubiese informado de inicio de manera clara, nítida y suficientemente, no solamente respecto a que por sus tierras y territorios pasaría un tren que muy posiblemente les dejaría una derrama económica, sino de lo que verdaderamente se está buscando con el tendido de aquel circuito ferroviario, y que no es otra cosa más que el re- ordenamiento territorial, y de cómo ellos pue- den pensar y proponer “integrarse” al mismo o si de plano no les interesaba y no lo veían bien. Pero nada de eso sucedió: a los pueblos y co- munidades se les sigue viendo y tratando como desde tiempos de la dominación española, como sujetos a ser tutelados , a los que se les debe seguir ordenando lo que deben hacer, y si no acceden a lo establecido por los gobiernos en turno, son llevados al empobrecimiento extremo, atacán- dolos de mil maneras, como sigue sucediendo hoy en día en Chiapas y con las organizaciones, pueblos y comunidades que se resisten al pro- yecto del mal llamado Tren Maya en Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Uno de los voceros oficiales y oficiosos de AMLO –Epigmenio Ibarra-- en una entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva ante las con- troversias que ha desatado el mal llamado Tren Maya y a la cual se sumaron artistas declaró: que vayan y conozcan a fondo los problemas, que platiquen con la gente del lugar y que se den cuenta lo que significa el Tren Maya y de realmente los alcances de la posible devastación de la que se habla, pues es una línea muy angosta y ahora hay un programa de reforestación. ¿Qué implica el tren Maya para la población de esa zona abandonada? ¡la selva es un paraíso, para los que la ven de fue- ra!, ¡la selva es un infierno!; ¡la selva es un pulmón, para todo el planeta! ¡pero para sus habitantes es la asfixia, la pobreza galopante! No sé si a ustedes, pero para mí lo ya ex- puesto y sobre todo esas últimas palabras de Epigmenio Ibarra, dejan ver de cuerpo entero al proyecto ferroviario que nos ocupa y a la mal llamada también cuarta transformación como instrumentos de invasión, conquista, coloniza- ción, despojo y subordinación de pueblos y co- munidades para arrebatarles sus modos de exis- tencia, pues esos modos les parecen insufribles, tal y como lo comenzaron a llevar a cabo las huestes españolas hace 500 años con el famoso Requerimiento que elaboró Juan López de Pala- cios Rubio en 1512 14 , con el propósito de que los 14 “De parte del muy poderoso y muy católico defensor de la iglesia, siem- pre vencedor y nunca vencido el gran Rey don Fernando V de España de las dos Sicilias, de Jerusalén, y de las Islas y tierras firmes del Mar Oceáno, etc. Tomador de las gentes bárbaras, de la muy alta y poderosa Sra. La Reina Doña Juana, su muy cálida y amada hija, nuestros Señores, yo Dávila su cria- do, mensajero y capitán, los notifico y las hago saber como mejor puedo: Que Dios nuestro señor único, y eterno, creo el cielo y la tierra, un hombre y una mujer de quienes nosotros y vosotros fueron sus descendientes y procreados y todos los de después de nosotros vinieron, más la muche- dumbre de la generación y de esto ha sucedido de cinco mil y más años que el mundo fue creado, fue necesario que unos hombres fuesen de una parte y de otros fuesen por otra y se dividiesen por muchos reinos y provincias de que una sola no se podían sostener ni conservar. De todas estas gentes nuestro señor dio cargo a uno que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor superior, a quienes todos obedeciesen y fuesen cabeza de todo humano, donde quiera que los hombres estuviesen viviesen en cualquier ley, secta o creencia, pi- diéndole a todo el mundo por su reino, señorío y jurisdicción, y como quie- ra que le mando propusiese su silla en Roma como el lugar más aparejado para seguir el mundo, también le permitió que pudiese estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo, y juzgar, y gobernar a toda la gente, cristianos, moros, judíos, gentiles y de cualquier otra secta o creencia, a este llamaron Papa, que significa admirable, mayor y guardador. A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y Superior del Universo, los que en aquel tiempo vivían y asimismo han tenido todos los otros que después de él fueron al pontificado elegido y así se ha continuado hasta ahora y así se continuará hasta que mundo se acabe. Uno de los pontífices pasados que en lugar de este mundo, hizo donación de estas Islas y tierra firmes del Mar Océano, a los ricos Rey y Reinas y a los sucesores en estos reinos, con todo lo que en ellas hay según contienen en ciertas escrituras que sobre ellos basaron, así que sus Altezas son Reyes y Sres. De estas Islas de tierras firmes, por virtud de dicha donación y como a tales Reyes y Sres. algunas Islas más y casi todos a quienes esto ha sido modificado has recibido a sus altezas y las han obedecido y servido y sirven como súbditos la deben hacer, con buena voluntad y sin ninguna resistencia, luego de su inclinación como fueron informado de lo susodicho, obedecieron y recibieron a los valores religiosos que sus Altezas profesaban para que les predicasen y enseñasen la Santa fe, y todos ellos de su humilde y agradable voluntad sin apremio ni condición alguna se hicieron cristianos y lo son, sus Altezas los recibieron alegres y así los mando a tratar como a los otros súbdi- tos y vasallos, los otros son pedidos y obligados a hacer lo contrario. Por ende, como mejor puedo os ruego y quiero que entendáis bien lo que he dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo y reconozcáis a la Iglesia por Señora y Superiora del universo

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