Número 57

5 se requiere generar en cada espacio exigencia or- ganizada, diálogo y construcción de ciudadanía, y definir, sobre esa base, los caminos para sub- vertir y anular el engendro, actual y compartido, del Nacional-Surrealismo. Como si fuera poco en este escenario, tene- mos al insolente magnate del norte aportando su propia y galopante patología; y no está solo: no debemos olvidar que representa el estado de conciencia de muchos de sus connacionales. La política salteadora, intervencionista y genocida del gobierno norteamericano, de muy larga data, generó y genera las condiciones que provocan el éxodo de nuestros hermanos centroamericanos en busca de sobrevivencia. Honduras, Guatema- la, El Salvador, Nicaragua, como el resto de las naciones latinoamericanas, han padecido hasta la muerte esa injerencia sistemática y nociva. Sin embargo, el agresor se queja de los resultados de su proceder, y quien atropella denuncia agravios. Ante esa realidad geopolítica y económica, nuestro Nacional-Surrealismo puede muy bien resultar funcional al interés ajeno, al encubrir los hechos, anular la lógica más elemental y des- perdiciar, como efecto de su miopía y su caren- cia de autocrítica, la oportunidad histórica para enfrentar, en conjunto, esa amenaza permanente y el reto de tomar las riendas de nuestro destino, Viñeta de Miguel Gila, en: https://valenciaplaza.com/el-humor-grafico-de-gila-surrealismo-corro - sivo-contra-quienes-justificaban-lo-injustificable

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