Número 57

4 dos por una misma avidez, la de la búsqueda de yerros que denunciar airadamente. Así se logra demostrar la capacidad de rememorar el futuro y hasta de predecir el pasado. El celoso escruti- nio que aplican al Predestinado no lo aplican a sí mismos precisamente los predestinados que lo ejercen. Así, treinta millones de votos no signi- fican nada. O fue producto del cambio climático, o una ocurrencia climatérica o andropáusica. O más bien, esa cifra remite a treinta millones de fatuos ignorantes, de ingenuos, de manipulados. Esos millones, a su vez, desde la perspectiva de quien fue por ellos elegido, son feligreses. Su fun- ción es dar por bueno, justificable y virtuoso todo aquello que del poder actual emane, no importa que aporte, como todos en la obra, sus propios tropiezos, estupideces y barbaridades. La interlo- cución es amenaza para todas las facciones. Para ese poder, quienes no votaron por él o se expre- saron absteniéndose de votar son conservadores y ultras, o mejor: son ultraconservadores. Cual- quier aspiración elemental a la congruencia y al diálogo, al análisis, al criterio propio, constituye una clara muestra de mala voluntad, de falta de reconocimiento, de retroceso, de sabotaje. Para unos, despojados de privilegios, la opor- tunidad histórica no existe y ya añoran a sus roedores ahora prófugos. Para otros, la exigen- cia organizada de coherencia entre las prome- sas, las tajantes declaraciones, los compromi- sos anunciados y los hechos vulgares no es algo apremiante, porque ello cuestiona e irrita sobre- manera. Y dicho sea de paso, en el manual de conducta no escrito del Nacional-Surrealismo, en efecto es preciso ser congruentes, pero con la incoherencia. Para todos, abrazados a nuestras certezas en descomposición, reconocer la propia responsabilidad en este momento particular del país es algo impensable y subversivo: su lugar es debajo del tapete. No hay matices, sino credos. Mala sociología. Mediocre antropología política. En tanto, sería deseable que más de algún se- cretario o secretaria de Estado cuya condición como tal resulta inexplicable e incongruente, exija el retraso del avión de línea que ha de to- mar, a fin de generar con ello alguna esperanza de congruencia, de que se suspenda el sacrificio de aquello que se expresó en las urnas. Así, nuestro equipo editorial no se rige por el pensamiento único, de tal modo que existen di- versas apreciaciones respecto al momento actual en que se encuentra el país. Muchos focos rojos, algunos focos verdes y otros muchos focos, fun- didos. Y veladoras. Tal vez lo que rige de manera común son ciertos principios centrados en la ne- cesidad imperiosa de ejercer la deliberación, el sentipensar respetado, el debate. De lo anterior resulta que, más que presentar una posición única en torno al ejercicio actual de gobierno, que necesita cada vez más y con gran urgencia expresiones categóricas de deslinde respecto a los procesos generadores por décadas de la debacle, como derivación elemental de con- gruencia con el reclamo popular ya expresado, Caras múltiples . Jean Pierre Van Oudenhove Fuente: https://www.elmarcoverde.com

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