Número 51

62 ron a la situación en que hoy nos encontramos como trabajadores es muy importante para el movimiento obrero sindical, sobre todo si ese ejercicio proviene de las y los trabajadores mismos, como un ejercicio para recobrar nues- tra independencia. d) Balance de nuestros retos. Otro aspecto im- portante que debemos retomar los trabajado- res, ya que actualmente tenemos que enfren- tar nuevas legislaciones y organizar de modo distinto nuestros sindicatos si queremos en- frentar fenómenos como la subcontratación. e) Reconstruir el espacio sindical como el propio de los trabajadores. Hacer el espacio sindical el ámbito natural de debate y organización de las y los trabajadores. Esto implica: formación y opinión política, cultura y recreación, pro- paganda. Debemos tener presente que, como pudimos ver en el curso, muchas políticas neo- liberales se lograron imponer con consenso de franjas importantes de la sociedad, que han adoptado la ideología dominante, sin ningún contrapeso ideológico. f) Recuperar la masividad de los sindicatos. Este punto es vital si deseamos repuntar la correla- ción de fuerzas en la lucha de clases de nues- tro país. Es preciso que las organizaciones sindicales luchen por demandas amplias, que de forma inmediata se propongan mejorar la vida de las y los trabajadores. g) Trascender el economicismo. Combinar la lu- cha por las reivindicaciones inmediatas con una perspectiva de trasformación social real a largo plazo. Sobre esto Marx escribió en 1864 (Marx, en: Marx y Engels, Tomo 2, 1976: 12): La clase obrera posee ya un elemento de triun- fo: el número. Pero el número no pesa en la ba- lanza si no está unido por la asociación y guia- do por el saber. La experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sos- tenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota co- mún de sus esfuerzos aislados. Esto son algunos de las tareas que de forma inmediata debemos asumir para la reorganiza- ción, orientación y recuperación de nuestras ins- tancias sindicales. Nuestros principios: organización de base, independencia, clasismo y combatividad Crear y fortalecer organizaciones sindicales for- madas desde la base, democráticas. Este sencillo lineamiento significa lo siguiente: mientras los medios de producción no sean reapropiados en común por nosotros(as), todas y todos los tra- bajadores de la fábrica, institución, comercio, dependencia o industria, pueden pertenecer al sindicato. Ningún trabajador(a) debe estar excluido del derecho a pertenecer a la organi- zación sindical. En ese sentido debemos tener claro que el criterio de admisión de nuestras organizaciones no puede ser el mismo que el que aplica el patrón o las legislaciones patro- nales que continuamente crean distinciones entre los trabajadores, ya sea dándoles niveles y diferencias salariales o fomentando la brecha entre el trabajo manual e intelectual. Nuestras organizaciones deben buscar abolir estas falsas diferencias y hacer predominar nuestra volun- tad e interés en la masividad del sindicato. Pues como vimos, líneas arriba, de esta masividad y organización proviene la fuerza trasformadora de la clase y que posteriormente puede abolir la propiedad privada de la empresa capitalista y la contradicción entre trabajo y capital. Para abonar en ese terreno hay que eliminar de los estatutos de nuestra organización sindical cualquier forma de discriminación, división en el ingreso y la práctica sindical. Hacer compati- bles y buscar mecanismos internos del sindicato que salven las imposiciones legales sobre el re- gistro de trabajadores en el sindicato. En el seno de la organización no debe existir distinción al- guna entre trabajadores. Lo que nos interesa es que todos los miembros hayan aceptado los pro- pósitos y estatutos del sindicato. Solamente de esta forma se puede alcanzar una verdadera democracia sindical. Las y los miembros del sindicato quedamos obligados a

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