Centro INAH Puebla
Con admiración para Sonia Espinosa.
n el mes de junio del presente año se publicaron una serie de notas periodísticas en la Jornada de Oriente, medio que cubre acontecimientos del Estado de Puebla y Tlaxcala, referidas al cambio de autoridad en el Centro INAH Puebla. Las notas, por demás alarmantes, ocuparon las ocho columnas durante varios días. A continuación, presento los encabezados de las notas, al amable lector y las reflexiones que me suscitaron, espero les resulten interesantes.
La jornada de Oriente 11 de junio del 2020: “Por anomalías en el proceso de reconstrucción del sismo 2017, se va Ambrosio Guzmán de la Delegación del Centro INAH Puebla”.
La jornada de Oriente 15 de junio del 2020: “Delegado del INAH en carta a Beatriz Gutiérrez denuncia corrupción en 612 inmuebles. Pide Guzmán que la UFI Investigue reconstrucción de daños tras el sismo”.
La jornada de Oriente 17 de junio del 2020: “La institución sí tenía manchas, venimos de un periodo bastante inactivo y desfavorable: Prieto Director General del INAH: la “mancha” de corrupción en el instituto la encabeza Sergio Vergara. La conversación entre Diego Prieto y Ambrosio Guzmán ocurrió la tarde del lunes 15 de junio y versó sobre el protocolo de la renuncia voluntaria del titular del organismo”.
Estación final del Teleférico, dentro del Centro Cívico 5 de mayo. Foto Sonia Espinosa
La jornada de Oriente 17 de junio del 2020: “Quieren que me vaya por destapar la corrupción en el instituto, argumenta. Se niega Guzmán a renunciar como delegado del INAH en Puebla. Hay protestas por la designación de Manuel Villarroel como nuevo titular del puesto”.
La jornada de Oriente 18 de junio del 2020: “El INAH y la carabina que apunta a la cabeza de Ambrosio.
La jornada de Oriente 19 de junio del 2020: “Habrá denuncias por corrupción en el INAH Puebla: Villarruel”.
La jornada de Oriente 24 de junio 2020: “Afirma INAH que no miente”.
En el año 2019, Diego Prieto, Director General del INAH, designó como Director del Centro INAH Puebla al Arq. Ambrosio Guzmán. Su trayectoria como restaurador del patrimonio edificado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y su papel como defensor del patrimonio del centro histórico de la ciudad de Puebla y de la centenaria Cholula, respaldaron su nombramiento. El Centro INAH está compuesto por 12 arquitectos restauradores, a cargo del patrimonio histórico inmueble del Estado de Puebla; 17 investigadores, con el trabajo de indagar, conservar y divulgar el patrimonio material e inmaterial de Puebla; cuatro restauradoras responsables del mantenimiento y restauración de bienes muebles arqueológicos, históricos y etnográficos y más de doscientos trabajadores administrativos y manuales.
Por los encabezados citados vemos que el despido del Arq. Guzmán, fue atropellado. Este hizo acusaciones en contra de los arquitectos del Centro INAH por el manejo de los recursos para restaurar los templos de valor histórico afectados por el sismo de 2017, y por el deficiente desempeño de las autoridades centrales del INAH. El Director General, Antrop. Diego Prieto, lo confrontó y lo invitó a despedirse del cargo. Desde mi punto de vista, estos acontecimientos son los síntomas de algo más profundo.
Mis reflexiones se remontan a 1988, cuando el Gobernador Mariano Piña Olaya, (1987-1993) con un Decreto emitido en el año de 1992[2] expropia 1081 Ha., en el sur poniente de la ciudad de Puebla, afectando terrenos ejidales de La Trinidad Chautenco, municipio de Cuautlancingo; ejido de San Bernardino Tlaxcalancingo, y de San Andrés Cholula, municipio del mismo nombre y parte del ejido de Santiago Momoxpan, municipio de San Pedro Cholula. Todos estos terrenos tenían la finalidad de crear la Reserva territorial Atlixcayotl-Quetzalcóatl. Los terrenos ejidales fueron expropiados, otorgándoles a los campesinos un promedio de $20.00 el m2. Este proyecto buscaba promover la construcción de viviendas. Las notas periodísticas y los estudios que se han llevado a cabo sobre ese proyecto, han dado cuenta de las modificaciones al plan original y de los empresarios inmobiliarios que fueron los beneficiarios en la adquisición de estos terrenos. Hoy esta zona es de alta plusvalía y muy importante para la ciudad, alberga oficinas gubernamentales, tiendas de autoservicio, restaurantes, hoteles, casino, cines, zonas residenciales de alto valor económico, un campo de golf, instalaciones universitarias de instituciones pública y privadas, un museo, hospitales privados, etcétera.
Construcción adosada a los paredones de la capilla de Guadalupe, punto neurálgico de la Batalla del 5 de mayo de 1862. Foto de la autora
En los estudios urbanos que se han realizado, se advierte de la reducción de las áreas verdes para la ampliación de espacios habitacionales para clases medias y altas y centros comerciales. Este fenómeno, auspiciado por el gobierno estatal e inversionistas, iniciaba la incorporación de Puebla al neoliberalismo. Hubo oposición de parte de los campesinos poblanos, pero finalmente, se procedió a despojarlos de excelentes tierras de labor que habían sido trabajadas desde épocas prehispánicas para crear un complejo urbano de alta rentabilidad.
Después del gobernador Piña Olaya, llega a dirigir los destinos de Puebla en 1993, el Lic. Manuel Bartlett Díaz. Este gobernador inaugura el Centro Comercial Angelópolis, asentado en los terrenos expropiados en 1988. Este espacio comercial es el orgullo de las clases altas y medias de la ciudad de Puebla.
El gobernador Bartlett pone su mirada, en otro gran proyecto urbano, el Paseo del Río San Francisco. Se trataba de la expropiación de “…23 manzanas completas, cuatro fracciones y cuatro parques, abarcando un área de 11.5 Has de la zona monumental de la ciudad [para posicionar a Puebla en la] competencia internacional”[3]. Lo que se intentaba con esta expropiación era construir una centro turístico, económico y cultural. Se creó un centro de convenciones con estacionamiento, un espacio comercial[4] con salas de cine, la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Iglesias, posteriormente cerrada y convertida en oficinas gubernamentales. Se construyeron, en las antiguas instalaciones industriales, hoteles, restaurantes y los servicios que requieren para asegurar su funcionamiento. Se recreó un parque, en recuerdo de uno instalado en el siglo XIX en ese espacio.
Perspectiva del Parque de la Siete Culturas. Proyecto gubernamental. Propaganda del proyecto publicado en la prensa local.
Según Lorena Cabrera (2014), estudiosa del fenómeno, ya citada, se dio un proceso de gentrificación, es decir, que se redujo la vivienda, principalmente modesta en la zona; se cancelaron actividades productivas de índole artesanal, como el cierre de talleres alfareros del barrio de La Luz,; hubo un incremento de las actividades económicas, pero se creó desempleo; se privilegiaron servicios comerciales y se modificó el paisaje urbano.
Las expropiaciones suscitaron, naturalmente, resistencias, tanto por parte de los propietarios de inmuebles, como de los inquilinos de esas viejas casas. Los reclamos llegaron hasta la UNESCO. Los arrendatarios de la zona y propietarios de los inmuebles recurrieron al Sindicato de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, para solicitar su intervención. Académicos sindicalizados de la ciudad de México y de Puebla, especialistas en arquitectura, urbanismo, sociología y antropología social, aportamos nuestros conocimientos para plantearle a los funcionarios del INAH y a las autoridades del gobierno del Estado de Puebla, la necesidad de contemplar la participación de habitantes del espacio urbano para replantear el proyecto. Además de expresar la urgencia de viviendas dignas, problemática de mayor relevancia que la creación de centros comerciales y turísticos.
El movimiento social logró reducir el número de manzanas que afectaría el Paseo del Río San Francisco, pero este, se instaló. El proyecto original y las modificaciones se llevaron a cabo con el aval de las autoridades centrales y locales del INAH, la participación de algunos investigadores y arquitectos del propio INAH Puebla.
De ahí en adelante la transformación del centro histórico de la ciudad de Puebla, no se ha detenido. Como ejemplo se pueden ver las terrazas erigidas en los inmuebles históricos para construir restaurantes, o los edificios que albergan el Museo Amparo, modificados casi en su totalidad para acoplarse a las necesidades de la galería. Estos proyectos han sido avalados por funcionarios y arquitectos del INAH que poseen una mentalidad en la que el progreso y las inversiones son prioritarias por sobre la conservación del patrimonio inmobiliario de la ciudad.
Resistencia ciudadana al Parque de las Siete Culturas. Foto La Jornada de Oriente 2015
A principios del presente siglo, durante los mandatos de los gobernadores Melquiades Morales y Mario Marín[5], se suprimieron instancias, del gobierno estatal de Puebla, que habían servido para velar por la integridad del Centro Histórico de la ciudad, como lo era el Consejo del Centro Histórico[6] y el Instituto del Patrimonio Artístico, Antropológico, Histórico y Arquitectónico del Estado de Puebla.
En el INAH, por lo menos en el estado de Puebla, no se han contratado urbanistas que mostraran alternativas de desarrollo, para conservar el patrimonio y fomentar el bienestar de los ciudadanos en general, y no solo para el incremento del valor inmobiliario de los monumentos. El único perfil profesional que impera, en el área de Monumentos Históricos, es el de arquitectos restauradores, es decir, son técnicos. Por otro lado, no hay colaboración de antropólogos o historiadores, orgánicamente, con la sección de Monumentos del INAH. Pensamos que esta colaboración podría servir para proteger el patrimonio y buscar alternativas a las necesidades urbanas y de restauración de los monumentos. Y si a esto le aunamos, las interpretaciones “estrictas” de la legislación federal y local en la Zona de Monumentos por parte de los funcionarios centrales y estatales, que argumentan que el INAH, solamente es normativo, y que no puede oponerse a la voluntad de los propietarios, ni de las autoridades en turno de la ciudad. Pues el panorama es complicado. En fin, todo esto han provocado deficiencias en la defensa del patrimonio edificado.
En el año de 2011 llega a la gubernatura Rafael Moreno Valle, este funcionario propone obras espectaculares para la ciudad de Puebla. Planea la construcción de un teleférico que tendría su base de salida en la zona del Centro Cívico 5 de mayo, lugar patrimonial conmemorativo de la batalla del 5 de mayo de 1862, la terminal del teleférico estaría frente al Paseo del río San Francisco. Para ello se destruyó una casa de los siglos XVII y XVIII. Asunto que fue impugnado por el Director General del INAH el aquel momento, el Antrop. Sergio Raúl Arroyo. Finalmente, el teleférico se construyó, en su totalidad[7], dentro del Centro Cívico 5 de mayo. Pero Sergio Raúl Arroyo, fue removido de su puesto.
Se hizo un puente vehicular que inicia en el perímetro del Centro Cívico 5 de mayo; originalmente se quería terminar frente del Templo de San José, en pleno centro monumental. Esta propuesta fue fuertemente impugnada por los académicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y por algunos investigadores y arquitectos del Centro INAH Puebla. La presión social hizo que se recortara el puente con la finalidad de no afectar el centro de la zona de monumentos virreinales.
Sin embargo, las nuevas autoridades centrales y locales del INAH, la mayoría de los arquitectos del Centro INAH Puebla, y algunos investigadores, apoyaron los programas del gobernador en turno.
Templo parroquial de Huehuetlán el Chico, apuntalado y cerrado. Visita realizada en diciembre de 2018. Foto de la autora
La transformación del Centro Cívico 5 de mayo fue otro de los proyectos del gobernador Moreno Valle. Los paredones de la capilla de Guadalupe, centro neurálgico de la batalla de 1862, se transformaron en un museo, con obras pertenecientes al Gobierno estatal, hoy bajo custodia del INAH Puebla. Se creó una plaza para espectáculos masivos, se instaló un gran espejo de agua, donde antes era una plaza cívica dedicada a Benito Juárez y las naciones americanas que repudiaron la intervención extranjera en México en el siglo XIX; se hicieron estacionamientos subterráneos en el cerro de la batalla; se talaron decenas de árboles en los cerros de Loreto y Guadalupe, para darle vista a estas modificaciones. Se restauró y cambió el discurso museográfico del Fuerte de Loreto. Hubo afectaciones a la arquitectura original del entorno del edificio del Fuerte de Loreto. Un vallado cercó el Centro Cívico 5 de mayo, resguardando la Casa Puebla, residencia oficial del gobernador poblano. Este último gesto enojó a la ciudadanía que se manifestó en contra, logrando que se eliminaran las puertas de este cercado[8].
Nuevamente, el sindicato de académicos del INAH, algunos investigadores y contados arquitectos del Centro INAH Puebla, participaron en la defensa del patrimonio histórico y cívico de la ciudad. Sin embargo, las instancias que toman las decisiones, no consideraron importantes los puntos de vista que impugnaban las afectaciones al patrimonio.
En el año 2014 se propone la Construcción del Parque de las Siete Culturas[9] sobre la pirámide de Cholula. Este proyecto tenía la finalidad de crear corredores peatonales, áreas comerciales, fuentes y áreas verdes en una parte de la plataforma piramidal del Tlachihualtepetl, el cerro hecho a mano, además de cercar el “cerrito”, es decir la pirámide de Cholula que tiene en la cúspide el Santuario de la Virgen de los Remedios. Los habitantes de las Cholulas, San Andrés y San Pedro, ante esta agresión, resisten el proyecto y son reprimidos de múltiples formas, una de ellas fue encarcelando al Lic. Adán Xicale y a su hijo, Paul Xicale, quienes cuestionaban el proyecto por considerarlo inapropiado, ya que afectaría los circuitos de peregrinación de los fieles de la Virgen de los Remedios, tradición campesina centenaria. Además, de expropiar terrenos de labor agrícola al pie de la pirámide que habían sido cultivados con milpas y flores desde hacía tiempo. La intervención, argumentaban los vecinos de Cholula, dañaría el patrimonio arqueológico, histórico y antropológico de esta importante ciudad centenaria de la que ellos son herederos y que reconocen como patrimonio de los mexicanos.
La resistencia ciudadana logró que se modificara el proyecto original planteado por los funcionarios gubernamentales, y apoyado por las instancias del INAH, a nivel central y local.
De nuevo, el sindicato de investigadores del INAH, algunos académicos y ciertos arquitectos del Centro INAH Puebla, investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y académicos independientes, apoyaron a la ciudadanía inconforme. Con argumentos científicos probamos la inviabilidad de la propuesta del gobernador Moreno Valle para las Cholulas. Los argumentos iban desde la necesidad de usar los recursos públicos, para volver a las excavaciones arqueológicas en proyectos de investigación, hasta el respeto que merecían los pueblos cholultecas y sus autoridades tradicionales, preocupados por la integridad del edificio arqueológico, base del Santuario y de sus circuitos de peregrinación. Pero las interpretaciones legales de las autoridades del INAH dieron el visto bueno a tal proyecto. Los héroes de esta lucha fueron las comunidades de San Andrés Cholula y San Pedro Cholula, que hicieron todo cuanto estaba en sus manos para modificar el proyecto. Invito al lector a confrontar el artículo publicado por la BUAP, citado en la bibliografía.
Desgraciadamente, una vez más, los intereses turísticos, mercantiles e inmobiliarios, son los creadores de proyectos a espaldas de las mayorías, argumentando la “dignificación” del patrimonio cultural. Y así es como se han afectado bienes patrimoniales de la nación. En resumidas cuentas, el Estado neoliberal se valió de sus funcionarios para llevar a cabo estas operaciones.
Luego de estos embates al patrimonio edificado, arqueológico, histórico y antropológico, llega el sismo del 2017. Aquí comienza otra disputa por los bienes culturales de las comunidades del Estado de Puebla, ya que se abre el conflicto por los recursos destinados a su restauración. La entidad resulta muy afectada, 612 inmuebles y un sinnúmero de bienes muebles son dañados, en distintos niveles a causa del sismo de 7.1 Ms. En consecuencia, se desencadenan las presiones por la obtención de recursos para la restauración. El primero en disputarse es el dinero del seguro contratado con Banorte para bienes federales. Este se pagó con recursos del erario. El INAH es la intermediación para la operación de estos dineros públicos. La segunda fuente de dineros es, el programa, Fondo para la Atención de Emergencias (FONDEN), otorgado por la federación y autorizado por la burocracia del INAH a nivel central y por la intervención de los arquitectos restauradores de la Sección de Monumentos del Centro INAH Puebla. Otra fuente de recursos para las restauraciones, viene de las propias comunidades, pero estos también dependen de las decisiones técnicas de los arquitectos y restauradores del INAH y las instancias centrales. Como vemos el INAH tiene una gran responsabilidad en los usos del dinero público, aunque no pasen por sus manos, directamente los dineros.
Altar instalado en el atrio del templo de Acaxtlahuacán (Albino Zertuche). El edificio está apuntalado en su totalidad. Foto de la autora
A quien suscribe le han solicitado, una arquitecta y una restauradora del Centro INAH Puebla, hacer diagnósticos de antropología social para complementar expedientes técnicos y sensibilizar a las autoridades centrales de la necesidad de apresurar el otorgamiento de los fondos para restaurar templos en las pequeñas comunidades. Hice esta labor, entregué mis resultados. De la Coordinación Nacional de Divulgación, se me comunicó que harían uso de estos textos, para una publicación conmemorativa del sismo 2017. A la fecha, no se me ha dicho nada acerca del envío del trabajo a la ciudad de México. Espero que la respuesta a las comunidades haya sido más dinámica, porque de no intervenirse estos bienes patrimoniales, siguen deteriorándose y en peligro de perderse
Remito al lector al documento publicado por la Asociación Puebla Contra la Corrupción, titulado Sismos y Reconstrucción, que explica de manera muy detallada el galimatías de las cuentas que se han reportado para los trabajos de restauración en el Estado de Puebla[10].
Tenemos, a la mitad del 2020 un conflicto no resuelto, cientos de bienes patrimoniales siguen sin ser restaurados. La sociedad reclama honestidad, eficiencia y sentido de comunidad, para asegurar que todos los bienes culturales afectados sean restituidos para el correcto funcionamiento de los ciclos rituales de las comunidades. Esto incluye no solamente a los templos de las zonas urbanas, sino también a aquellas iglesias caídas y apuntaladas de las pequeñas comunidades rurales.
Necesitamos, desde mi punto de vista que el INAH, todos sus funcionarios, y muchos de sus investigadores, arquitectos y restauradores se deshagan de la mentalidad neoliberal, del racismo, del colonialismo y de considerar el patrimonio cultural como una mercancía, todo ello para restituir el valor simbólico e identitario que poseen los bienes culturales y que proveen de sentido a los pueblos.
Concluyendo, todos los encabezados de la Jornada de Oriente que iniciaron esta reflexión, son una muestra de la crisis estructural, a nivel local y federal, de un modelo de Estado, en el que el INAH colabora.
Esperemos tener la claridad de miras, para proponer una transformación profunda a nuestra institución, acorde a la refundación del Estado Nación demandada por la ciudadanía en el 2018 y estar a la altura de la historia y las luchas del pueblo mexicano por su patrimonio cultural.
Bibliografía
Ashwell, Ana María, “El INAH y la carabina que apunta a la cabeza de Ambrosio”, en La Jornada de Oriente, 18 de junio de 2020.
Cabrera, Lorena El proyecto del Paseo del Río San Francisco, Puebla, México. Gentrificación fallida, dirigida por el Estado y la inversión privada https://www.researchgate.net/publication/328514076_El_proyecto_del_Paseo_del_Rio_San_Francisco_Puebla_Mexico_Gentrificacion_fallida_dirigida_por_el_Estado_y_la_inversion_privada. 2014. Consultado el 8/07/2020.
Fernández, Fuentes, Aurelio, “Afirma el INAH que no miente”, Carta dirigida al director de la Jornada de Oriente y firmada por el Arq. Salvador Camarena Rosales, Coord. Del Programa Sismo del INAH, La jornada de Oriente, 24 de junio de 2020.
Hernández, Gabriela, “Exdelegado en Puebla acusa al director del INAH de obligarlo a renunciar” Proceso Noticias, versión electrónica, 16 de junio 2020.
Hernández, Juan Manuel, Columna Los periodistas, “La mafia en el INAH”, https://youtube/sfTPIFI8iAY, consultada el 17 de junio de 2020.
Hernández, Martín, Sociedad y Justicia, “Promete López Obrador que todos los inmuebles siniestrados por el S-19 serán reparados. La Jornada de Oriente, 18 de junio de 2020.
López Domínguez, Sonia M., Proceso de configuración y desarrollo del Corredor urbano denominado Vía Atlixcáyotl en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, Tesis para obtener el grado de Maestro en Ordenamiento del Territorio, BUAP, agosto 2016. http://repositorioinstitucional.buap.mx/bitstream/handle/20.500.12371/1856/484616T.pdf?sequence=1&isAllowed=y. Consultado el 8 de junio de 2020.
Llaven Anzures, Y. “Por anomalías en el proceso de reconstrucción del sismo 2017, se va Ambrosio Guzmán de la Delegación del Centro INAH Puebla.” La jornada de Oriente, 11 de junio de 2020.
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“Habrá denuncias por corrupción en el INAH Puebla: Villarruel, La Jornada de Oriente, 19 de junio de 2020.
PUEBLA CONTRA LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD, SISMOS Y RECONSTRUCCIÓN, Monumentos Culturales, Históricos y Arqueológicos de Puebla tras los sismos de septiembre de 2017, Sismos, opacidad y corrupción en la reconstrucción de los templos poblanos, https://pueblacontralacorrupcion.org/sismos-y-reconstruccion/ consultado el 27/06/2020
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[1] Agradezco los comentarios y sugerencias de la Dra. Garza Marcué y la Mtra. Rutilia Amigón.
[2] Esto sucede durante el mandato federal a cargo de Carlos Salinas de Gortari, iniciador de un cambio en el modelo de Estado que de entrada modificó el artículo 27 de la Constitución, transformando el ejido en mercancía, anulando su estatus de propiedad social. Inaugurando así el neoliberalismo, modelo que rige los destinos sociales por las fuerzas del mercado y reduce a su mínima expresión la intervención del Estado como regulador de las fuerzas sociales.
[3] Cabrera, Lorena El proyecto del Paseo del Río San Francisco, Puebla, México. Gentrificación fallida, dirigida por el Estado y la inversión privada https://www.researchgate.net/publication/328514076_El_proyecto_del_Paseo_del_Rio_San_Francisco_Puebla_Mexico_Gentrificacion_fallida_dirigida_por_el_Estado_y_la_inversion_privada. 2014. Consultado el 8/07/2020. Resumen introductorio.
[4] La altura del centro comercial y cines, violenta las alturas estipuladas para el centro histórico de la ciudad de Puebla, mismo que tiene nombramiento de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1987.
[5] En la administración del Gobernador Mario Marín (2005-2011) se erigió en el Centro Cívico 5 de mayo el Recinto Ferial, que rebasa en mucho la altura permitida dentro de un conjunto de monumentos históricos.
[6] Creado desde el nombramiento de ciudad patrimonial por la UNESCO en el año de 1987.
[7] Aparato que la ciudadanía nombra coloquialmente como el “tendeférico”, por su reducida longitud.
[8] El neoliberalismo procura la privatización del espacio público para convertirlo en mercancía.
[9] El proyecto se inició con la construcción de un distribuidor vial de tamaños monumentales que afectó el paisaje cultural de Cholula.
[10] PUEBLA CONTRA LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD, SISMOS Y RECONSTRUCCIÓN, Monumentos Culturales, Históricos y Arqueológicos de Puebla tras los sismos de septiembre de 2017, Sismos, opacidad y corrupción en la reconstrucción de los templos poblanos, https://pueblacontralacorrupcion.org/sismos-y-reconstruccion/ consultado el 27/06/2020.