039 - Septiembre - Octubre 2015

Editorial del suplemento: No a la Secretaría de Cultura

Los integrantes del Consejo de Redacción hemos considerado pertinente publicar  un número extraordinario de nuestra revista, como suplemento del número 39, dedicado exclusivamente a compartir con los lectores materiales útiles para el análisis de la iniciativa de ley que propone la creación de una Secretaría de Cultura a nivel federal, propuesta por Enrique Peña Nieto el pasado martes 8 de septiembre[1].

La iniciativa de creación de dicha Secretaría, de graves implicaciones para la integridad del patrimonio cultural del país por diversas razones que se exponen en este suplemento y en el número 39 de En el Volcán Insurgente, forma parte de un proceso más amplio de las llamadas reformas estructurales, el cual ahora, con este en nuevo paso, atenta directamente el ámbito del patrimonio cultural, considerado como referente identitario y del bien común.

El secretario de Educación Pública aduce que con la referida entidad de nueva creación, “la cultura tendrá el lugar político que merece” y con ello, mayor será su fuerza y eficacia. Señala a su vez que otros países han generado secretarías o ministerios de cultura, ante lo que llama “el crecimiento de la responsabilidad educativa y cultural”[2].  La falacia aparece, sin embargo, cuando se analizan los alcances de la iniciativa, ya evidentes en su “fundamentación”, dirigidos, en efecto, a conferirle fuerza y eficacia, pero no a “la cultura”, sino a la pretensión de colocarla al arbitrio de intereses políticos y comerciales ajenos al interés supremo del patrimonio colectivo nacional, como se expone en los documentos que siguen y partiendo del escrutinio del  texto mismo de la iniciativa.

Algunos podrían pensar que la instauración de una Secretaría de Cultura implicará, como pretende publicitar el referido funcionario, dotar a “la cultura” de un estatuto de mayor relevancia para el Estado mexicano, y la referida iniciativa deja claro que es así, en efecto, pero “la cultura” a que se refiere el funcionario, y a la cual se pretende “secretariar”, es concebida en esencia como una mercancía, como algo que hay que usufructuar, lo que retrata a la clase política en su ínfima capacidad de comprensión respecto a la dimensión trascendente de la cultura.

Basta explorar lo que ha significado en diversos países de América Latina la instauración de ministerios de cultura, en una política impulsada por la Unesco y el Banco Mundial, medida que ha resultado controvertida y desafortunada. De ello es expresión, por ejemplo, la huelga general que se vive actualmente en Cusco, Perú, donde el acceso a uno de los más conocidos centros arqueológicos, Macchu Picchu, se encuentra concesionado a empresas extranjeras[3]. El común denominador es el mismo: eficientar el acceso a la cultura a los intereses privados[4].

Un elemento contextual a tomar en cuenta sobre la iniciativa presentada por Peña Nieto en el campo de la cultura, es el proceso de reestructuración institucional que se ha iniciado en el ámbito de las instituciones relacionadas con la diversidad biológica del país, íntimamente ligada al patrimonio cultural.

El desarrollo de todos los procesos civilizatorios en el mundo se ha basado en el conocimiento y manejo del entorno y de la realidad física y biológica de las colectividades humanas.  La indisoluble articulación entre esa realidad ecológica y la creación y recreación de las diversas culturas que enriquecen a nuestro planeta se expresa, por ejemplo, como ha sido documentado, en el despliegue de saberes y estrategias de conservación ambiental ahí donde las culturas originarias han podido sobrevivir[5]. México es una de las naciones del planeta consideradas como megadiversas,  gracias a la confluencia de una considerable diversidad tanto biológica como cultural en sus variados territorios.

Resulta por ello preocupante el proceso de reestructuración a que se encuentra sometida también la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), como ha sido ya difundido en diversos medios[6].  En ese marco, por ejemplo, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) anunció, el 20 de octubre pasado, el despido de 300 trabajadores, a pesar de la ingente tarea que supone para dicha entidad la protección de nuestra diversidad forestal[7].

Es difícil eludir la imagen de una política de Estado que ahora apunta a la reducción y vulneración de aquellas instancias gubernamentales encargadas precisamente de la protección del patrimonio biocultural del país, en un contexto en el cual los megaproyectos de afectación socioambiental, como son las minas a tajo abierto por metales, las presas generadoras de electricidad para esos planes, los trazos carreteros para comunicarlos y otros proyectos, inconsultos e impuestos al margen del conocimiento y de la voluntad de los pueblos y los ciudadanos, se valen de una legislación permisiva, acorde con el despojo resultante de un extractivismo radical.

Son justamente los organismos del Estado mexicano encargados de velar por la integridad de ese patrimonio biocultural, los que constituyen un obstáculo para los intereses del gran capital. Por un lado, y a pesar de sus contradicciones operativas, las zonas de reserva de la biosfera, las áreas naturales protegidas, las diversas medidas de protección de la flora y fauna y de los territorios donde se encuentran los bastiones de nuestra diversidad biológica, resultan tan contrarios a la política entreguista del país, como aquellos diversos elementos que sustentan la identidad de las culturas de México; como la conciencia histórica que nos recuerda el sentido  mismo de su existencia, y como la cultura misma entendida como algo más que una oportunidad comercial.

A esto se suma la ausencia de políticas públicas suficientes también en el campo sanitario: la integridad biocultural es a su vez un referente de salud pública de máxima prioridad, realidad profunda que otra entidad del Estado, la Secretaría de Salud, se encuentra muy lejos de reconocer, lo que explica su ausencia a diversos niveles en el marco regulatorio, tanto en el campo ambiental como cultural, a pesar de que la interrelación en estos dominios de la salud, el ambiente y la cultura constituye una realidad insoslayable.

Así, lo menos que podemos hacer es un llamado a la reflexión y la acción en torno a este renovado embate que se encuentra lejos de ser un artificio catastrofista, cuando media en ello un análisis objetivo de las evidencias. 

Llamamos a nuestros lectores a estar pendientes de este debate, ahora sometido a presiones de una agenda legislativa en la que se toman medidas tan aberrantes como la de disminuir el gravamen fiscal a los refrescos azucarados, en un país que los consume en demasía y con crecientes y ya muy elevados niveles de malnutrición y diabetes.

La desarticulación, velada o no, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, no es una mera pretensión ni un hecho aislado. Constituye una expresión, no nueva pero sí agudizada, de una política dirigida a vulnerar progresivamente el sentido y la viabilidad de las instituciones públicas dedicadas a la investigación en ciencias sociales y humanidades en su conjunto en el país.  Expresa la pretensión misma de subordinar a la investigación y a la vida académica a la lógica del usufructo del mercado y de separarla, aún más, del Pueblo, como depositante esencial de la soberanía nacional.

Es éste el momento de solicitar la solidaridad fraterna de investigadores e instituciones del país, y de los gremios y colegios profesionales (por ejemplo, el Colegio de Etnólogos y Antropólogos de México A. C.), con quienes nos encontramos ligados por razones que van más allá de la búsqueda de oportunidades para medrar política y comercialmente, a partir de las diversas manifestaciones de la cultura.

En suma, este Consejo Editorial se pronuncia totalmente en contra del establecimiento de una secretaría de cultura, que en realidad constituiría una aumentada burocracia tecnocrática y costosa, sin arraigo en la defensa del patrimonio y la identidad nacionales y ajena a las labores sustantivas de educación, difusión e investigación inherentes al Instituto Nacional de Antropología e Historia, vulnerando además, en particular, su vocación social, premisa fundadora del Instituto, manifiesta a través de sus museos y sitios arqueológicos y de su compromiso con los pueblos originarios y con los problemas nacionales.



[1]  “Iniciativa del Ejecutivo Federal con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, así como de otras disposiciones para crear la Secretaría de Cultura”, Gaceta Parlamentaria, año XVIII, núm. 4358-8, 2015.

[2]  Garduño, Roberto y Enrique Méndez, “La cultura tendrá el lugar político que merece”, Diario La Jornada, jueves 22 de octubre de 2015, pág. 13.

[3] Véase “http://www.connuestroperu.com/economia/19347-chilenos-duenos-de-machu-picchu-sigue-la-grave-situacion-de-ver-machu-picchu-nuestro-mas-representativo-monumento-de-los-incas-en-manos-del-enemigo-chileno-como-si-hubiesen-ganado-otra-guerra-los-chilenos-hacen-lo-que-quieren-en-nuestro-pais-ahora”

[4] “En paro, la zona arqueológica de Cusco. Pobladores y autoridades protestan contra norma que permite dar concesión a privados”, Diario La Jornada, 22 de octubre de 2015, pág. 7a.

[5]  Boege, Eckart (2008), El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México. Hacia la conservación in situ de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indígenas, México: INAH y Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

[6]  Encinas, Alejandro, “Ecocidio en Semarnat”, Diario El Universal, 20 de octubre de 2015, véase: http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/articulo/alejandro-encinas/nacion/2015/10/20/ecocidio-en-semarnat#.ViZYg8UhpHc.facebook

[7]  Enciso, Angélica, “Anuncia la Conafor cambios en su estructura”, Diario La Jornada, 21 de octubre de 2015, pág. 18.

IMPROCEDENCIA DE LA INICIATIVA PARA CREAR UNA SECRETARÍA DE CULTURA; REGLAMENTACIÓN DEL ARTÍCULO 4º CONSTITUCIONAL COMO ALTERNATIVA URGENTE

BREVES COMENTARIOS SOBRE EL ARTICULADO DE LA INICIATIVA DE LEY PARA CREAR LA SECRETARÍA DE CULTURA

DESPLEGADO EN RECHAZO A LA INICIATIVA DE CREACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA

MANIFIESTO DE ESTUDIANTES DE LA ENAH, ANTE LA INICIATIVA DE LA CREACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA

MANIFIESTO DE ESTUDIANTES DE LA ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL INAH, ANTE LA INICIATIVA DE LA CREACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA.

Nosotrxs lxs estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), rechazamos la creación de la Secretaría de Cultura a nivel federal por los siguientes motivos:

1. Quién sea que la haya planteado, ya que dudamos que haya sido el ciudadano Enrique Peña Nieto por sus magníficas actuaciones previas, desconoce por completo toda investigación, teoría o trabajo de algún científico social ya que:

-Contempla a la Cultura principalmente como bienes materiales, llámese arte, monumentos y patrimonio arqueológico; cuando la Cultura va mucho más allá, incluye prácticas, historias, ideas, sentimientos, lugares, comida, tradiciones, lenguas, leyendas, canciones… es la base de la sociabilidad humana, se crea y recrea de infinidad de maneras diferentes; no sólo en el arte y los restos antiguos; es dinámica y cambia constantemente, no es algo estático que se pueda tomar y poner en una caja. Al sólo considerar como Cultura lo material, todo lo demás queda sin protección y sin ningún tipo demarco jurídico que lo defienda, dejándolo expuesto a que sea ignorado, desvalorizado e incluso destruido.

2. Quién la redactó no tiene ni idea de la situación actual:

Menciona al Instituto Nacional Indigenista (INI), el cuaI desapareció en el año 2000. ¿O acaso es una advertencia de una nueva cruzada para “civilizar” e “integrar” -por no decir erradicar- a los pueblos indígenas’? (Capítulo VII BIS, página -Propone realizar un diagnóstico CIENTO VEINTE DÍAS DESPUÉS de haber empezado las funciones de la Secretaría para determinar las áreas que han de ser mejoradas, además de las acciones. a llevar a cabo con mayor urgencia. En otras palabras, ni siquiera se sabe que está mal, pero se planea hacer toda una nueva Secretaría para resolver quién sabe qué. (Quinto transitorio, página 38).

3.-Es clara su intención puramente económica (Página 4 y 5) porque:

. Presenta la Cultura más como un activo económico que como algo propio de la Humanidad, además de mostrar al Estado como aquél que debe asegurarnos nuestro acceso a ésta. No se puede comprar y vender Cultura, es algo que está ahí, que nos rodea, parte fundamental de nuestras vidas. El Estado no puede  proveernos de ésta como si se tratara de gasolina o raciones de comida

-Al considerar la Cultura como un activo económico, posibilita su comercialización e incluso su explotación. Da cabida a privatización de ésta, perdiendo todo el significado y trasfondo que, tiene, congelándola en el tiempo, aniquilando su capacidad de renovarse y volviéndola folklor o artesanía.

.La Secretaría de Cultura tendría la capacidad de ceder de manera gratuita el título a .cualquier. PARTICULAR de monumentos históricos o artísticos siempre y cuando tenga “motivos académicos o de investigación” (Capítulo Vll BIS, Artículo Décimo Sexto, página 31). Tendremos que confiar entonces en la conocida “incorruptibilidad” de las instituciones mexicanas para que dichos monumentos no caigan en manos de particulares que tengan “otros fines” para estos.

-Es más, incluso se hace mención del porcentaje del Producto Interno Bruto que’ representa el área cultural, 380 millones de pesos o bien, 2.7% del PIB para ser exactos (página 2).

-Al igual que la reforma energética, de educación y la laboral, su principal objetivo es• evitar gastos y generar más y más dinero, dejando en segundo plano, en el mejor de los casos, las necesidades REALES de estos sectores. ¿Acaso no les basta a los funcionarios de gobierno con sus asquerosamente .altos ingresos sin contar la infinidad de prestaciones que tienen? Si quieren más fondos, que miren primero en sus cuentas bancarias.

4. Pone en riesgo e! futuro de cientos de miles de personas porque:

- Contempla la transformación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) junto con todas sus dependencias como el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en esta nueva secretaria, absorbiendo todas las funciones de los organismos antes mencionados “respetado su personalidad Jurídica” (Capítulo VII BIS, Artículo Décimo Noveno, página 34) lo cual se contradice con los artículos transitorios (Quinto transitorio, página 38) a! afirmar que uno de los propósitos de !a evaluación de Ia que previamente se hace mención es evitar la duplicidad de funciones. Si la Secretaría hará todo lo que le corresponde al INBA y al INAH,¿Entonces para qué mantener ambas?, ¿Acaso el INBA se convertirá en el encargado de hacer los jingles publicitarios de las campañas electorales y entrenar en actuación a los políticos mientras que el INAH se encargara de formar guías turísticos y de redactar discursos nacionalistas?

. Aunque al respecto sólo se menciona a los trabajadores de CONACULTA (Tercer transitorio página 38); se supone que se respetarán los derechos laborales de los y las trabajadoras de estos organismos, sin embargo, si estos desaparecen al no tener motivo por el cual existir, ¿esto no pondría en riesgo sus contratos al desaparecer la instancia para la cual se supone que trabajan?, ¿Cómo es que se renegociarán éstos en todo caso?, además, tomando en cuenta que debido a la reforma laboral los contratos colectivos prácticamente son inviables al día de hoy, ¿Esto no significaría una desarticulación o completa disolución de los sindicatos que existen en estos organismos?

- El presupuesto que recibirá la Secretaría de Cultura seria el mismo contemplado para todas las instancias que absorbería (Décimo transitorio, página 39). A menos que sea posible crear toda una nueva secretaría, con su papelería, su equipo y porque no, un nuevo edificio como el que se está construyendo para el instituto Nacional Electoral (INE) sin aumentar el ya de por si recortado presupuesto…los recursos restantes posiblemente sean insuficientes para mantener operando todo lo que ya está .establecido, y sin dinero para pagar salarios, el siguiente paso obvio es el recorte de persona].

-No sólo se pone en riesgo a trabajadores y trabajadoras, también a muchos estudiantes, ya que se busca la separación de funciones entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Cultura (Páginas 6 y 7), argumentando que no deberían mezclarse las funciones de una y de otra, pero si por un lado la existencia y función del INBA y el INAH quedan en entredicho y la Secretaría es separada de la SEP, ¿Quién amparará institucionalmente a todas las escuelas del INBA (EIA’s, CEDART’s, la Esmeralda, las escuelas de danza, teatro música, entre otras) y a las del INAH (ENAH, ENCRyM y ENAHNM?. ¿Que les sucederá a futuro?, ¿Seremos, si bien nos va, de las últimas generaciones en titularse de estas escuelas?

-En todo caso sólo contemplan los planes de estudio de las escuelas del INBA, (Capítulo VII BIS, Articulo Vigésimo página 36) que serán creados en .conjunto por la Secretaría y la SEP mas nunca se habla de las escuelas del IiNAH.¿Pór qué se olvidaron de estas escuelas?  ¿Será resultado una vez más del desconocimiento de la situación actual de quien la redactó?, ¿O es que simplemente no están contempladas? Qué bueno que “casualmente” recién se aprobó la creación de la carrera de antropología en Ia UNAM.

5. Deslindar a la SEP de las actividades culturales implica el aumento de la burocracia y trámites necesarios para que ambas Secretarías hagan trabajo en conjunto, por Io cual, esto sería el tiro de gracia al ya de por sí deficiente sistema educativo mexicano.

Por estos motivos, entre los que puedan agregarse posteriormente, lxs alumnxs de la ENAH rechazarnos la creación de esta Secretaría. Sabemos que CONACULTA y todas sus dependencias tienen muchas carencias y vicios producto del mismo sistema político en que están inmersas, sin embargo, la creación de una nueva Secretaría, con toda lo que esto implica a nivel burocrático, económico e institucional, no es la solución: Se debería empezar revisando cuidadosamente el embrollo que ya existe antes de querer crear otro, sino esto se parecerá cada vez más a la pesimamente planeada Ciudad de México en la que se construye al por mayor sin resolver nada a la larga. Así, exigimos que esta propuesta sea desechada o al menos reformulada desde el principio, para que así se ajuste a las necesidades reales de nuestro  país y nuestra sociedad en vez de responder a los intereses de unos- cuantos. Estamos cansados de que se vele primero por los intereses de políticos y grandes capitales que por el de la gente; estamos hartos de que se legisle y se gobierne solo para ciertas personas en vez de para: todxs los mexicanos; ¡Estamos HASTA LA MADRE de estas propuestas sin ningún tipo de justificación más allá que el capital.

¡Por que la cultura no se vende! ¡Se comparte y se defiende.

¡La Secretaría de Cultura no es la solución! ¡Es la sepultura de toda la Nación.