San Martín de las Pirámides, Pueblo Mágico

Para la Organización Mundial del Turismo (OMT) el turismo sustentable es un modelo de desarrollo económico concebido para mejorar la calidad de vida de la comunidad receptora, para facilitar al visitante una experiencia de alta calidad y mantener las condiciones del medio ambiente, del que tanto la comunidad anfitriona como los visitantes dependen (Troncoso, 1999, citado por García y Guerrero, 2009).

El Programa Pueblos Mágicos (PPM) surge como una opción de desarrollo local que de acuerdo a la Secretaría de Turismo (SECTUR) tiene como objetivo general: “fomentar el desarrollo sustentable de localidades poseedoras de atributos de singularidad, carácter y autenticidad a partir de la puesta en valor de sus atractivos, representados por una marca de exclusividad y prestigio teniendo como referencia las motivaciones y necesidades del viajero actual.” (SECTUR, 2014)

De acuerdo con María Elena Figueroa Díaz, el PPM es actualmente el programa de turismo cultural más importante en el país y el que apoya a más destinos turísticos que cualquier otro (Figueroa, 2016:154)

En junio de 2018 se habían nombrado ya 111 pueblos mágicos que se encuentran distribuidos a lo largo y ancho del país (SECTUR, 2018)

La estrategia de desarrollo local de este programa no siempre ha sido exitosa para lograr acabar con la pobreza, su principal objetivo, sobretodo en áreas rurales. Partimos de que para su implementación no se han tomado en cuenta factores políticos, ni el tipo de relaciones que existen entre distintos sectores que se supone deben interrelacionarse para lograr la sustentabilidad social, base fundamental del programa. Éste termina reproduciendo las relaciones de poder existentes en cada lugar y tiende a beneficiar a los mismos actores sociales que ya cuentan con un cierto poder económico.

Para nuestro análisis sobre la sustentabilidad social se han retomado las reflexiones hechas por Guillermo Folladori (2002), para quien la sustentabilidad tiene una tridimensionalidad, la ecológica, la económica y la social. El componente clave de esta última es la participación social, que puede ser simplemente informativa o alcanzar el grado de empoderamiento, participando desde el momento mismo del diseño de los proyectos de desarrollo.

Este artículo presenta lo que hasta hoy en día se ha implementado a través de este programa en San Martín de las Pirámides, municipio aledaño a la Zona Arqueológica de Teotihuacán. El estudio se llevó a cabo a través de entrevistas con distintos actores sociales que han intervenido en la puesta en marcha de este programa y del trabajo de campo realizado por varios años en este mismo lugar.

A partir de la Segunda Guerra Mundial y derivado de la creación de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT), México buscó en un primer momento, con ese su territorio tan vasto y diverso, consolidar su crecimiento económico, adoptando las diferentes estrategias de desarrollo y medidas dictadas desde estos organismos internacionales (Alcañiz Moscardó, 2008:289)

Desde entonces y a partir de estos organismos internacionales se han planteado diferentes perspectivas que han buscado terminar con la pobreza sobre todo en aquellas regiones donde ésta ha sido mayor. De una estrategia de industrialización nacional que se concentró sobre todo en el valle de México y que no logró la redistribución que se buscaba, pues persistieron grandes desigualdades regionales, se pasó a un desarrollo regional en la década de los setenta y hasta finales de los ochenta (Janetti Díaz, 1988: 851-857)

Para el caso del turismo, los desarrollos regionales se vieron reflejados en los programas de enclaves turísticos, a partir de los cuales se esperaba que se distribuyeran los servicios y actuaran como puntos donde las localidades contarían con fuentes de empleo y acceso a la salud e infraestructura, así como servicios con los que no contaban en sus localidades, además de otros; sin embargo, estos desarrollos regionales no cumplieron con las expectativas que se habían planteado ni representaron el desarrollo o disminución de la pobreza para las localidades.

En México, lugares como Acapulco, Puerto Vallarta y Cancún representaron enclaves turísticos desde la perspectiva regional; sin embargo, su establecimiento vino a aumentar la desigualdad con respecto a las localidades y también representaron afectaciones al medio ambiente natural y social (Machuca, 2008:66; Marín, 2008:116).

Es así como a la par de las diferentes estrategias de desarrollo aplicadas anteriormente, a principios de los setenta se agrega ya un elemento más para ser considerado en los planes y programas de desarrollo.  

En 1972 se celebra en Estocolmo, Suecia la Primera Conferencia Mundial del Medio Ambiente, y surge el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Posteriormente, se crea la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida como la Comisión Brundtland, a la que en 1987, de acuerdo con Figueroa, López y Cazal se le atribuye la creación del término desarrollo sustentable (Figueroa, López y Cazal, 2016:79).

Sin embargo, es hasta 1992, en la Tercera Conferencia de Río de Janeiro, cuando los gobiernos y representantes de los países asistentes a dicha cumbre establecieron compromisos ambientales a partir de la Agenda 21[1].

En esa Cumbre, México se comprometió a adoptar medidas nacionales y globales en materia de sustentabilidad, así como a generar indicadores para medir y evaluar las políticas y estrategias en materia de desarrollo sustentable (Figueroa, López y Cazal, 2016:79).

La confluencia de las inquietudes medioambientales con el agotamiento de los programas de desarrollo regional, y la inserción de México en el esquema neoliberal del libre mercado y la globalización, en el que se comprometió a adoptar nuevas medidas económicas y políticas de desarrollo, trajeron como consecuencia la implantación del llamado desarrollo local.

En este tipo de desarrollo confluyeron también el surgimiento de nuevas y crecientes demandas del turismo que dieron originen a toda una serie de proyectos y desarrollos turísticos, como el ecoturismo, el turismo de aventura y más adelante el Programa Pueblos Mágicos, que en México se inició en 2001.

Antes de ser pueblo, San Martín formaba parte de San Juan Teotihuacán y se conocía como el llano de San Martín. En 1594 se constituye como pueblo con el nombre de San Martín Teyácac.  En 1873, se ratifica este nombramiento, pero entonces recibe el nombre de San Martín Obispo[2]. Se le reconoce como municipalidad  en 1917 y se le da el nombre que actualmente tiene: San Martín de las Pirámides[3]. El 8 de diciembre de 2017 cumplió 100 años de haber sido reconocido como municipio.

Se trata de uno de los 125 municipios que conforman al Estado de México; geográficamente está ubicado en los 19°42° de latitud y a los 98°50° de longitud; se encuentra a 2,300 m.s.n.m. Colinda, al Norte con Temascalapa, al Sur con Otumba y Teotihuacán, al Oeste con Teotihuacán y Temascalapa y al Este con Otumba y Axapusco[4].

 

Ilustración 1
Mapa de San Martín de las Pirámides y otros municipios aledaños a la Zona Arqueológica de Teotihuacán.

 

   En el 2010 el municipio contaba con una población de 24,851[5], está constituido por las siguientes localidades: San Martín, cabecera municipal, Temazcalapa (antes colonia Álvaro Obregón), San José Cerro Gordo (antes Ranchería, ahora Colonia Ejidal), Rancho las Erres (Ranchería, ahora propiedad privada del Sr. Rubén Ramírez que se transformó en el Club Campestre Teotihuacán), Ixtlahuaca (Pueblo), San Antonio Las Palmas (Pueblo), San Pablo Ixquitlán (Pueblo),  Santa María Palapa (Pueblo), Tepetitlán (Pueblo), Rancho Tlacatecpan (Ranchería), Santa María Tezompa (Ranchería), Tlachinolpa (Ranchería), La Noria (Colonia), Ejido de San Martín (Indefinida), Tianguis de la Tuna (Indefinida), Predio Palma y Raya (Indefinida), El Saltito (Indefinida), San Marcos Cerro Gordo (Indefinida), Cozotlán Norte (Indefinida) y Chimalpa (Indefinida). Diversos rubros se pueden sintetizar como sigue:

  1. Agricultura: Se cuenta con una superficie total de 7,000.50 hectáreas de las cuales el 60.41% de su territorio es destinado a la agricultura y 56.58% se dedica al cultivo del nopal tunero, xoconoxtle y nopal verdulero.
  2. Ganadería: En esta actividad se ocupan aproximadamente 52.50% de las hectáreas; la zona de pastizales se ubica en el Cerro Gordo, El Cruz, El Cuajio, El Bateas, El Chiconquiaco y Cerro del Malinal, en donde la crianza se desarrolla en escala baja, las especies de ganado es ovino, caprino, vacuno y avícola.
  3. Industria: La industria del hule es uno de los rubros importantes para el desarrollo económico de la población, a pesar de que han desparecido pequeños talleres de tenis, suelas y pelotas, actualmente existen una fábrica de suelas y otra de pelotas, que poco a poco fueron absorbiendo a los pequeños talleres (información obtenida a través de entrevistas realizadas a propietarios y pobladores, entre 2015-2017).
  4. Turismo: Es el más importante, pues visitan la Zona Arqueológica de Teotihuacán turismo nacional e internacional, aunado a que el 21 de marzo se cuenta con una afluencia de más de 200,000 visitantes. También la Feria de la Tuna, que por lo regular se efectúa en el mes de agosto, cuenta con la asistencia tanto de comerciantes como habitantes de otros municipios y localidades; lo mismo sucede durante las festividades de San Martín Obispo de Tours y la de Ecce Home.
  5. Comercio: El comercio y las artesanías son un gran apoyo para algunas familias, que comercializan en diferentes lugares turísticos y centros artesanales en el Distrito Federal y varios Estados de la República Mexicana. Esta actividad es importante para la economía de la población. En 2013 aparecen registrados un total de 904 unidades económicas. Las cuatro principales son: comercio al por menor, con 408 unidades; industrias manufactureras, 156; otros servicios (no gubernamentales), 101 y con 89 establecimientos para servicios de alojamiento temporal (IGECEM, Gobierno del Estado de México, Estadística Básica Municipal. San Martín de las Pirámides, 2013).

   Actualmente son varias las industrias que se han ido estableciendo en la zona, como son la producción artesanal de licores hechos de nopal, tuna y xoconoxtle, así como mermeladas, dulces y botanas.

   El trabajo artesanal reviste gran importancia en San Martín de las Pirámides; en 2011, la Séptima Regiduría reportó la existencia de 661 artesanos, de las varias ramas de artesanía que actualmente existen en este municipio. (Ilustración 2)

 

Ilustración 2
Tipo de artesanía y número de artesanos

Tipo de artesanía

Núm. De artesanos

Lapidaria

287

Alfarería

65

Confitería

57

Orfebrería

34

Madera

27

Panadería

15

Vidrio

15

Metalistería

8

Fibras

7

Textil

6

Talabartería

2

Herrería y hueso

2

Papelería

2

Cerería

2

Varios

131

 

El Programa Pueblos Mágicos (PPM) cumple ya 18 años de iniciado en México, por lo que desde distintas posturas e instituciones se han llevado a cabo evaluaciones, bien sea a nivel general, poniendo en tela de juicio los alcances que éste tiene desde los objetivos que se plantea, así como su puesta en marcha en distintos lugares.

Al ser un programa que tiene como uno de sus principales ejes rectores la sustentabilidad, en éste confluyeron, hasta antes de la entrada del nuevo gobierno (1º de diciembre de 2018), distintas dependencias gubernamentales;  por parte de SECTUR: el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) –actualmente disuelto-, y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR); por parte de SEMARNAT, la Comisión Nacional del Agua (CNA), el Instituto Nacional de Ecología (INE) – ahora denominado Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

Uno de sus principales pilares descansa sobre la gestión local, pues se considera que es el mejor camino para lograr el desarrollo sustentable, ya que quienes conocen mejor los problemas de la localidad son sus propios pobladores.

Al respecto, Vidal y Márquez (2007, citados por García y Guerrero, 2014), mencionan ventajas y desventajas respecto del desarrollo turístico de los territorios locales y plantean como ventajas: 1) El impacto directo e indirecto que sobre la economía local pueda tener el turismo, 2) La ordenación territorial, 3) Las inversiones en infraestructura y 4) La revaloración de aspectos culturales, tales como la gastronomía, ritos, costumbres ancestrales, etc. Entre las desventajas mencionan: 1) La homogeneización de pueblos y ciudades, 2) La interrelación de costumbres locales con foráneas y 3) La transculturación.

Si bien muchos de los denominados pueblos mágicos presentan características con poblaciones urbanas y semiurbanas, las observaciones sobre sustentabilidad hechas por algunos autores a los primeros desarrollos locales que se llevaron a cabo, como fueron los lugares dedicados al ecoturismo, son aplicables al PPM, como a continuación se expondrá.

El Programa Pueblos Mágicos se plantea un desarrollo local económico y social sustentable; al respecto, Foladori, (Foladori, 2002) nos dice que la sustentabilidad posee una tridimensionalidad, pues

El desarrollo sustentable incorpora a la conservación de la naturaleza externa (sustentabilidad ecológica), la sustentabilidad social, y también una sustentabilidad económica (Foladori, 2002:622).

 

Entre las posturas de la sustentabilidad económica, nos dice Foladori, están quienes consideran -como los economistas ecologistas- que para que exista la sustentabilidad ambiental, se requiere que el crecimiento de la economía no sea ilimitado; pero una característica intrínseca del capitalismo es su crecimiento ilimitado, por lo que habría que reflexionar sobre las bases mismas de esta forma de producción, así como las relaciones sociales en que ésta se basa.

Si bien el turismo se plantea tanto el respeto por el medio ambiente, como a las identidades de las poblaciones locales. Con respecto a este tema, se ha escrito sobre los efectos que tiene la industria del turismo en las identidades de los locales, y aunque se dice que la identidad es un sentido de pertenencia que puede ser usado a conveniencia y que los individuos pueden modificar este sentido de pertenencia durante su vida, según les convenga (Oakes, 2000:293-4), en el denominado turismo étnico, Oakes plantea que si bien éste tiende a alterar la identidad étnica a través de preparar escenarios para la representación de las identidades que el visitante pretende conocer porque parte de que éstas tienen características exóticas y contrarias a su vida industrializada y tecnificada, los grupos étnicos visitados,  muchas veces aceptan llevar a cabo estas representaciones por obtener una ayuda económica, pero ellos están mediados por culturas mestizas que son las que los instruyen sobre qué elementos de sus culturas deben representar y cómo representarlos, porque es lo que se ha publicitado de ellos y son los elementos que estos intermediarios consideran  atraerán al turista que anda en búsqueda de los exótico y auténtico (Oakes, 2000: 204-5).

Es, como lo plantea J. Humberto Fuentes Gómez (2016:15) el imaginario turístico que se construye desde el ámbito de la publicidad y la promoción turística.

 

Regresando a Oakes, nos dice que con respecto a las alteraciones que el turismo puede traer a las identidades de las poblaciones locales visitadas, éste no es más que uno más de los muchos elementos que intervienen en los contextos en que se construyen las identidades y los cambios que intervienen en ellas (2000: 204-5)

Para Alicia Castellanos, hay factores de clientelismo y poder político que intervienen en representaciones de la “autenticidad étnica”  o en festivales que se llevan a cabo para promover la industria del turismo, como es el festival de la “Guelaguetza” que se realiza en la ciudad de Oaxaca, donde no a todos los grupos que desean participar se les autoriza hacerlo, pues éstos tienen que ser calificados, aparentemente, conforme a la autenticidad  en su presentación, lo que termina siendo una decisión tomada con base en los “compadrazgos políticos” (2008: 147).

De cualquier manera, la industria del turismo tiende a alterar las identidades locales, bien sea que se impongan formas de representación o modelos de consumo, tanto de culturas que han mantenido sus tradiciones como aquellas cuya interacción con otras culturas han modificado sus formas de vida y tradiciones, tanto a través de los visitantes como del comercio y la industrialización, (Castellanos, 2000: 147).  

En la Carta del Turismo Sostenible, dentro del marco de la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, de Lanzarote, España, en abril de 1995, se acepta que:

 

…el turismo es una actividad ambivalente, dado que puede aportar grandes ventajas en el ámbito socioeconómico y cultural, mientras que al mismo tiempo contribuye a la degradación medioambiental y a la pérdida de la identidad local, por lo que debe ser abordado desde una perspectiva global (Carta del Turismo Sostenible, abril de 1995).

 

Por lo que se insta a todos los involucrados en el turismo, tanto a nivel gubernamental como a instituciones y organizaciones privadas y turistas, a adoptar todos los principios y objetivos comprendidos en esta Carta, entre los que se mencionan los siguientes:

  1. La actividad turística ha de considerar los efectos inducidos sobre el patrimonio cultural y los elementos, actividades y dinámicas tradicionales de las comunidades locales. El reconocimiento de estos factores locales y el apoyo a su identidad, cultura e intereses, deben ser referentes obligados en la formulación de las estrategias turísticas, especialmente en los países en vías de desarrollo…

 

  1. La conservación, la protección y la puesta en valor del patrimonio natural y cultural, representa un ámbito privilegiado para la cooperación. Por parte de todos los responsables, esta actitud implica un auténtico reto de innovación cultural, tecnológica y profesional, que además exige realizar un gran esfuerzo por crear y desarrollar instrumentos de planificación y de gestión integrados…

 

Otro de los aspectos que llaman a la reflexión sobre los niveles de toma de decisiones con que se presenta el PPM, es lo que ya a fines del siglo XX se venía promoviendo, como el empoderamiento y la participación.

Para Foladori (2002) la temática más interesante en la discusión sobre sustentabilidad social es la problemática de la participación social, que tiene que ver con el denominado empoderamiento y la estructuración de gobierno que pudiera surgir de éste; afirma que desde la década de los ochenta del siglo XX, el concepto de participación fue planteado por las agencias internacionales, organizaciones no-gubernamentales (ONG), e instituciones internacionales, como un objetivo necesario de los programas de desarrollo y de sustentabilidad.

El concepto de participación social ha cambiado en la práctica y se ha ido transformando con el tiempo, pues ha ido desde una participación simplemente informativa hasta lo que hoy en día se conoce como empoderamiento, que supone que los participantes de los proyectos de desarrollo sean de la naturaleza que fueren, discutan hasta las propias directrices estratégicas (Foladori, 2002), aspecto que ha sido criticado ya en cuanto al PPM.

Middleton y O´Keefe, en su libro Redefining Sustainable Development (2001), explican una contradicción clave:

 

…mientras los problemas de pobreza, justicia social y sustentabilidad social son, en términos generales, resultados sociales de una forma de reparto de los recursos y de los medios de producción, los discursos más avanzados del desarrollo sustentable, o las prácticas de las ONG de mayor compromiso con esos discursos continúan trabajando desde el individuo. Así, sucede que el mercado lanza, sistemáticamente y en forma creciente, trabajadores al desempleo, aumentando la pobreza, mientras que las propuestas de solución pretenden mitigar los resultados sin atacar las causas. El peso de las relaciones sociales de producción capitalistas restringe las posibilidades de que cambios en las relaciones técnicas alcancen la sustentabilidad social. (Middleton y O´Keefe, 2001, citados por Foladori, 2002:634)

 

En el PPM la propuesta de participación ciudadana se plantea a partir del Comité de Pueblos Mágicos como órgano de representación ciudadana para coordinar los esfuerzos entre instituciones públicas, privadas y sociales. Se sugiere que esté conformado por: a) representantes de los restauranteros, b) representante hotelero, c) representante de las agencias de viaje, d) representante de comerciantes establecidos, f) líder de opinión, g) representante de comunidades indígenas, h) un representante de la dependencia estatal de turismo (honorífico), e i) un representante de la autoridad municipal (honorífico).

Este Comité debe elegir un presidente en su primera sesión anual y será sometida a votación de los miembros su nombramiento, que deberá reunir las siguientes características: a) habitar en la comunidad, b) no ocupar cargo de representación popular, ni ser servidor público de los tres órdenes de gobierno, asociación partidista, política y/o religiosa, c) ser una persona reconocida por su honestidad y responsabilidad en la comunidad, y d) tener presencia y capacidad de convocatoria en su comunidad. (Lara y Hernández, 2016: 138)

El CPM tiene como tarea ser interlocutor entre los tres niveles de gobierno y la población como una instancia de consulta, análisis y propuesta de los proyectos turísticos que se realicen en la localidad, presentados ante la SECTUR y como parte del apoyo al PPM. Representa los intereses colectivos de su localidad pero no podrá administrar o tener acceso a los recursos canalizados mediante el Programa Nacional de Infraestructura (PNI) o cualquier otro apoyo a nivel municipal o estatal porque sus funciones se limitan a: 1) dar seguimiento permanente a partir de reuniones periódicas de trabajo, mismas que deberán consignarse en minuta, 2) proporcionar las facilidades necesarias para elaborar el Programa de Trabajo del Comité Pueblo Mágico (PTCPM) y que se lleve a cabo de manera adecuada, 3) ser el interlocutor entre los integrantes del CPM y los diferentes niveles de gobierno y la sociedad, 4) representar a la localidad en las reuniones de trabajo que así lo requieran, y 5) elaborar un reporte semestral por escrito a la SECTUR de los avances en el Programa de Trabajo del Comité Pueblo Mágico. (Lara y Hernández, 2016: 138)

Para Lara y Hernández (2016: 138), en la implementación en las distintas fases que conforman la política pública del PPM, el Comité sólo tiene la capacidad de decidir hasta el nivel de consulta, porque el gobierno es el único que puede administrar y tener acceso a los recursos, limitando sus acciones a dar sólo un seguimiento permanente a partir de reuniones periódicas de trabajo. Al Comité Pueblo Mágico se le pide que informe al respecto y presente una evaluación, pero su participación está limitada desde el diseño del programa, pues no existen mecanismos formales que le permitan incidir en la toma de decisiones.

Una afirmación que llama la atención en este programa es que se refiere a aquellas localidades con vocación turística. Una se pregunta si efectivamente hay localidades con vocación turística o más bien, es la alternativa que a lo largo de su historia se les ha presentado como opción para acceder a un ingreso monetario.

Las reflexiones sobre el Programa Pueblos Mágicos, así como los distintos aspectos que se involucran en este programa son aplicables a San Martín de las Pirámides, municipio al que en 2015 se le otorgó el nombramiento de Pueblo Mágico. Si bien este trabajo está referido a dicho municipio, no podemos soslayar que éste pertenece a lo que don Manuel Gamio nombró Valle de Teotihuacán, en el trabajo que realizó en aquella región a principios del siglo XX, sobre todo porque existen disputas sobre lo que ahora representa Teotihuacán, que se ha convertido, pudiéramos decir, en una marca.

Actualmente, el entorno turístico más cercano a la Zona Arqueológica de Teotihuacán lo conforman principalmente dos municipios, el de San Juan Teotihuacán de Arista y San Martín de las Pirámides, aunque la afluencia turística se ha querido extender hacia otros municipios como Acolman, Otumba, Axapusco y Nopaltepec.

No obstante que el Valle de Teotihuacán estaba conformado por todos estos municipios, el peso que se le ha dado al de San Juan ha sido sobresaliente y ha ido definiendo el balance de los recursos en favor de éste, tanto en infraestructura como en promoción turística. Desde mi personal punto de vista considero que, si bien tanto el municipio de San Martín como el de San Juan han cedido territorio en favor de la zona federal, zona arqueológica de Teotihuacán, San Juan ha sabido apropiarse de lo que se ha convertido en una marca para el turismo, el nombre de Teotihuacán; esto podemos comprobarlo en la página donde se anuncia como municipio y lugar turístico.

Una hipótesis sobre esta diferencia, más allá de la trayectoria histórica que sin duda tiene como espacio predominante a San Juan (ver Guido Munch, 1976 y también Bernardo García, 2004), es que quizá la jerarquía partidaria del priismo ha supeditado al municipio de San Martín a través de su historia, pues a los ojos de algunos pobladores de San Martín, en San Juan ha habido mayor cercanía con el poder político del Estado de México y, por ende, un mayor apoyo para su impulso como lugar turístico. Lo cierto es que San Juan cuenta con mayor infraestructura, comercial, hotelera y de transporte, así como servicios bancarios. Actualmente está gobernado por Jaime Heredia Ángeles, del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

La Región formó parte de El Corredor Turístico que se planeó e impulsó a partir de 2007 y que originó daño a los monumentos arqueológicos, principalmente los del Sol y la Luna, a los que se les hicieron perforaciones para instalar luminarias para un espectáculo de luz y sonido y que, gracias a un conjunto de movilizaciones y protestas, se canceló como tal, aunque actualmente se lleva a cabo como espectáculo nocturno y consiste en proyecciones sobre los edificios arqueológicos.

Como ya se mencionó antes, el PPM descansa sobre las singularidades de cada lugar y siguiendo lo que este programa ha definido como tales, podemos decir que a través del trabajo de campo realizado entre los años 2012-2018, así como mediante entrevistas realizadas a diferentes sectores de la población, las singularidades, o sea, el patrimonio intangible de San Martín de las Pirámides, están representadas por la celebración de sus fiestas patronales, que son dos: la que se celebra cada 8 de mayo en honor a la imagen del Ecce Homo, así como la que se lleva a cabo cada 11 de noviembre, para San Martín Obispo de Tours; este último de mayor relevancia para la población.

Para estas dos celebraciones patronales se mantiene la organización a través de mayordomías, conformadas por distintas comisiones y a través de las cuales colaboran los distintos sectores económicos que existen en el municipio. Se realizan novenarios y celebraciones eucarísticas.

Estas celebraciones se distinguen también por la ejecución de danzas tradicionales que han prevalecido durante mucho tiempo y a las que ya el antropólogo Manuel Gamio hizo referencia en su obra sobre La Población del Valle de Teotihuacán: la de “Moros y Cristianos” y la de “Los Alchileos” (1922). Esta última se caracteriza por mantener sus diálogos en lengua nahuatl, lo que enorgullece a pobladores y ejecutantes en San Martín de las Pirámides.

También se instalan las tradicionales ferias de juegos mecánicos y puestos de venta de comida, ropa y accesorios, alfarería y artesanías de otros municipios y estados de la república. 

Otra de sus singularidades sobresalientes es el trabajo artesanal que se ha practicado en este municipio, que va desde grandes obras escultóricas hasta pequeñas piezas en forma de pendientes o aretes, muchas de ellas hechas en obsidiana, con figuras que retoman motivos teotihuacanos y mayas, así como de otras culturas prehispánicas.

Otra fiesta que se celebra en San Martín, aunque ésta de carácter económico, es la Feria de la Tuna. Esta se inició a principios de los años setenta del siglo pasado y también se vive con gran orgullo por parte de sus pobladores, ya que a la fecha San Martín sigue siendo el primer productor de este cultivo, a nivel nacional.

También acostumbran honrar a sus muertos con ofrendas en los domicilios particulares y en el panteón, donde limpian y adornan las tumbas y elaboran comida especial para ese día.

Se puede decir que también cuenta con una gastronomía que tiene sus particularidades, ya que, aunque también en otros municipios de la región se consume, la barbacoa es uno de los platillos que se acostumbra dar entre muchas de las familias en las fiestas patronales, al igual que los llamados tlacoyos, o los empedrados en festividad de muertos. Una bebida tradicional que todavía se produce y consume es el pulque, aunque en menor cantidad con respecto a otras. 

Sin embargo, la singularidad más sobresaliente de San Martín de las Pirámides es que su territorio está indisolublemente implicado en lo que fue la cultura teotihuacana. No obstante que en 1902 tuvo la primera y mayor expropiación de su territorio en favor del primer trazo que se realizó para delimitar la Zona Arqueológica de Teotihuacán, esta cultura reaparece una y otra vez en cada excavación particular o municipal que se lleve a cabo, pues siguen surgiendo vestigios arqueológicos. En 2017, al estar cambiando el pavimento en la calle Francisco I. Madero, en el centro de la cabecera municipal, se descubrió una porción de área constructiva.

Para noviembre de ese año, ya se había hecho el salvamento de ese hallazgo y se estaba cubriendo, pues se encuentra en medio de una de las calles más céntricas de San Martín y se extiende al interior de dos casas, en ambos lados de la calle.

Su patrimonio arquitectónico e histórico se compone de una parroquia construida en 1638, erigida en honor a San Martín Obispo de Tours, su Santo Patrono; también forman parte de este patrimonio un portón lateral del panteón municipal –antes entrada principal- que se considera fue construida a principios del siglo XX, y los vestigios de la Hacienda San José Cerro Gordo. Esta ex-hacienda ha sido registrada por el INAH, pero actualmente se encuentra abandonada, en gran parte, pues su territorio está dentro de una propiedad ejidal.

Los propietarios de los terrenos que ocupa esta exhacienda han modificado lo que fue la capilla, pero también le han dado mantenimiento a ésta y la ocupan para celebraciones religiosas; llevan a cabo la fiesta dedicada al santo patrono, señor San José. También han realizado algunos trabajos, no autorizados por el INAH, para reforzar algunos cimientos de una barda y quitado material de piedra de las bardas perimetrales originales para delimitar algunas casas que se encuentran al lado de la construcción de lo que fue el casco de la hacienda.

Desde la propuesta del Corredor Turístico, 2008-2009, el municipio empezó a transformar su imagen urbana, pues se construyó una portada de entrada y un boulevard, que retomó el nombre de una antigua barranca, denominada Torrente Piedras Negras, sobre la que existen numerosas historias de aparecidos.

A mediados de 2015, San Martín de las Pirámides y San Juan Teotihuacán fueron nombrados pueblos mágicos, después de haber tenido el nombramiento de Pueblos con Encanto. Existe ya en San Martín el Comité de Pueblo Mágico y se han venido dando una serie de acciones que tienen que ver con el mejoramiento de la imagen urbana, lo que se ha llamado “fachadismo”, o sea, la remodelación de los centros históricos, pintado de fachadas de casas y locales que se ubican en esa periferia, para este caso.

Hasta donde se ha podido investigar, se han establecido dos nuevos sitios de hospedaje, desde 2017: Posada Teyacac y el Hotel Boutique y una nueva cafetería-restaurante, que para 2018 ya había cerrado y se había abierto otra nueva, a unos cuantos metros de las oficinas de la Presidencia Municipal, que según la empleada que la atendía tenía poca afluencia de clientes, lo que se pudo constatar; también se han reestructurado varias fachadas de una de las calles principales, “16 de Septiembre”, que continúa el camino de la portada que se construyó en una de las vías de acceso a San Martín de las Pirámides.

También existe en San Martín, la asociación civil denominada Grupo de Emprendedores, A.C., (a fines de 2017 contaba con trece integrantes), que ha venido participando y apoyando distintas celebraciones, una de ellas la Feria de la Tuna. En noviembre de 2017 participó en un concurso de ofrendas del día de muertos, con el fin de reactivar esta costumbre, que fue impulsada por la Octava Regiduría, en esa fecha a cargo de una persona proveniente del partido Acción Nacional, al tiempo que la presidencia municipal estaba encabezada por un integrante del PRI, lo que desde luego generó disputas por ver quién se adjudicaba la autoría del evento.

Mención aparte merece el grupo de Vigías del Patrimonio, surgido a partir de un programa llevado a cabo por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CONACULTA) en 2015, que tenía como objetivo la formación de grupos que supieran identificar el patrimonio material e inmaterial de su localidad, se diera una apropiación social del mismo para conservarlo y promoverlo tanto para el turismo como para los habitantes locales y lograr así, también, una reconstrucción del tejido social en cada una de las localidades. Este grupo honorífico, que inicialmente estaba conformado por aproximadamente 16 integrantes, también participó en el evento del día de muertos y su representante manifestó su descontento y comentó que su grupo sólo había sido usado por parte de los Emprendedores y la Comisión Organizadora.

También se había iniciado un tour de senderismo en cuatrimotos, por parte de una persona que era tanto integrante del grupo de emprendedores como de Vigías del Patrimonio, tour que tuve oportunidad de conocer y experimentar en diciembre de 2017; sin embargo, éste no prosperó. Existe también la oferta turística de vuelo en globo sobre las pirámides. Actualmente existen siete distintos negocios que ofertan este paseo, pero se desconoce quiénes son los propietarios del mismo. Hasta el año próximo pasado sólo había uno cuyo propietario era originario de San Martín.

Como ya se mencionó, también está el Grupo de Vigías del Patrimonio que desde hace el año de 2015 y después de haber cursado un diplomado organizado por el todavía CONACULTA, se dio a la tarea de registrar los monumentos históricos que existen en San Martín y recuperar la Danza de Alchileos que se había convertido, como algunos la llaman, de Danza Cómica, a una oportunidad para hacer todo tipo de bromas o propasarse con los y las visitantes, sin ser sancionados, pues la mayoría portan máscaras que les permiten el anonimato.

Sobre la recuperación de esta danza, se han presentado ya diferencias del grupo de Vigías del Patrimonio con los Emprendedores, quienes también son parte de la Comisión Pueblo Mágico.

El grupo de Emprendedores se dio a la tarea de reeditar el libro donde se narran las danzas de Alchileos y Moros y Cristianos, compilación de la profesora Julia Martínez de la Rosa, cronista del municipio durante 30 años y a quien se le ofreció un homenaje en diciembre de 2017. No obstante que el grupo de Vigías realizó todo un trabajo para reavivar dicha danza, éste no fue invitado a este evento, lo que ha motivado mayor distanciamiento entre los impulsores de este pueblo mágico.

Por otro lado, y a pesar que sólo hace poco más de un año que se había logrado conformar este nuevo grupo de Danza de Alchileos, que buscaba dignificar esta Danza, el grupo se ha ido desintegrando por varias razones. Sin embargo, esta iniciativa ha motivado la conformación de otros grupos. Uno de sus músicos ha pasado a formar parte de otro grupo.

Al decir de uno de sus integrantes, del grupo de Vigías del Patrimonio, el grupo de Danza que ellos formaron buscando reavivar esta tradición, no fue del todo aceptada por la comunidad, pues, desde su punto de vista, fueron identificados como parte de las autoridades municipales, por quienes existió rechazo, después de las elecciones del 2015.

A este grupo también se le había mostrado inconformidad por parte de otros grupos de danza porque consideraban que carecía del componente principal en su ejecución: el ofrecimiento de la danza al Santo Patrono, San Martín Obispo de Tour; sin embargo, para los Vigías del Patrimonio mostrar esta danza a los posibles visitantes o ejecutarla en algún otro lado, significaba compartir parte de su cultura.

Se ha podido apreciar que las actividades no sólo del grupo de Vigías y del Comité Pueblo Mágico, sino de la población en sí, se han visto afectadas por las diferencias políticas que han ido ahondándose en este municipio; aunque ahí ha gobernado también el PAN -durante tres períodos-, así como el PRD, uno, las elecciones del 2015, ganadas de acuerdo con los resultados del PREP por los panistas, fue gobernando por el PRI, en coalición con el Partido Verde y Nueva Alianza. No obstante, las elecciones del 2018 fueron ganadas por la coalición PAN-PRD-MC.

Como bien lo han expuesto algunos autores y podemos comprobar en esta experiencia, el PPM parte del supuesto de que no existen fracturas en los diferentes niveles de gobierno ni en los grupos sociales que conforman a estos Pueblos Mágicos.

La experiencia obtenida a través del trabajo de campo en el municipio de San Martín, que se inició con otros temas a partir de 2010 y que se ha continuado hasta la fecha, ha permitido vivir de cerca y compartir el sentir de diferentes sectores de la población local, como son los artesanos, quienes, y no sólo, mantienen una posición de escepticismo frente a los cambios políticos, aunque esta vez consideran que, ¡por fin!, se libraron de “los corona”, apellido que les había hecho ganar el sobrenombre de “los coronados” por parte de otros municipios, ya que durante varios períodos, los gobiernos del PRI se habían caracterizado por llevar este apellido, ya fuera por parentesco político o descendencia.|

Por otro lado, se tiene conocimiento de que algunos de los establecimientos que se han abierto, de hospedaje y cafeterías, tienen como dueños a otros que ya son dueños de otros locales comerciales, hoteles o fábricas, lo que nos lleva a pensar que el desarrollo local, si bien podría ofrecer algunos puestos de trabajo para los pobladores locales, aunque no del mismo municipio, como ya se detectó, los recursos se siguen concentrando en las mismas manos.

Desde el punto de vista del trabajo conjunto por parte de los Emprendedores y la Comisión de Pueblo Mágico, algunos de ellos forman parte de ambos grupos, se ha empezado a ver un mayor impulso de San Martín como lugar turístico, algo de lo que carecía, hasta hace muy poco tiempo.

Muestra de lo anterior es el folleto que se ha editado y donde aparecen lo que desde el Programa Pueblos Mágicos se han dado en llamar singularidades de un lugar (Ilustración 2)

Considero necesario seguir abundando sobre este tema, lo que han venido significando los nuevos programas económicos implementados en México, a partir de la entrada al mercado neoliberal, pues en estos momentos se ponen en la balanza sus efectos, dados los escasos resultados que parecen haber logrado en cuanto a la disminución de la pobreza y la redistribución de la riqueza, uno de ellos, el desarrollo local que se ha buscado lograr a través del Programa Pueblos Mágicos. 

 

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[1] Entre los compromisos establecidos a través de esta Agenda se encuentran: la cooperación internacional para acelerar el desarrollo sostenible de los países en desarrollo y políticas internas relacionadas; la lucha contra la pobreza, dinámica demográfica y sostenibilidad; la protección y fomento de la salud humana; el fomento al desarrollo sostenible en los recursos humanos e integración del medio ambiente y el desarrollo en la adopción de medidas relacionadas (ONU).

[2] Decreto No. 106 del 16 de octubre de 1873. INEGI.

[3] Decreto No. 20 del 8 de diciembre de 1917. INEGI.

[4] INEGI.

[5] INEGI, Censo General de Población y Vivienda. Consulta en línea. 28 de mayo de 2015.