Felipe Calderón Hinojosa
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
Alonso Lujambio Irazábal
Secretario de Educación Pública
Alfonso de Maria y Campos Castello
Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia
Los trabajadores del INAH les demandamos cumplan con los usos y costumbres que han prevalecido en nuestra institución en el pago de las prestaciones de fin de año, toda vez, que esto significa una mínima aportación del Instituto en el resarcimiento de la pérdida salarial a la que los trabajadores estamos sujetos año con año, ya que –inexplicablemente y en contrario de lo que sucede en otras instituciones de educación superior–, no contamos con remuneraciones justas, e inclusive, pactadas en nuestras Condiciones Generales de Trabajo; como son los pagos correspondientes por la exclusividad, los porcentajes de incremento a las primas de antigüedad, gratificaciones adicionales por productividad y otra serie de programas que alientan universidades e instituciones de investigación científica para paliar la pérdida del poder adquisitivo de sus trabajadores.
Ustedes, como “funcionarios de alto nivel”, gozan de jugosos salarios y bonos especiales que, en verdad no sabemos si los merecen, discusión que en este momento no daremos, pero lo acusamos como un acto sabido y difundido con muy diversas opiniones. Contrario a esto, es muy posible que el pueblo de México no tenga conocimiento de que los trabajadores del INAH, son quienes hacen posible que se descubran y estén abiertas al público las 180 zonas arqueológicas, 118 museos, diversas bibliotecas y archivos especializados, fototecas y fonotecas; además, de la responsabilidad que tienen de identificar y proteger monumentos y zonas de monumentos históricos, arqueológicos y paleontológicos, centros de investigación en todas las áreas de la antropología e historia que ofrecen, entre otros muchos resultados, miles de libros y revistas donde se vierten los resultados de nuestras investigaciones; así como otras actividades específicas en la Ley Orgánica del INAH y que también benefician el fortalecimiento de los valores cívico-históricos que dan cohesión social en lo nacional, regional y local, además de ofrecer a visitantes nacionales y extranjeros, los productos de nuestros trabajos y afanes; con lo cual, se ve beneficiada la industria turística nacional y extranjera. Labores y trabajos que hacemos convencidos y con entrega, pues estamos ciertos de los diversos beneficios que aporta a propios y extraños.
Bajo esas labores sustantivas y de gran utilidad pública; no entendemos el desprecio con que se nos trata, como se puede verificar en el Presupuesto de Egresos 2012 planteado y aprobado para el INAH y donde se detecta la nula inversión para investigación, imposibilidad de apertura de plazas de investigación, docencia y otras áreas sustantivas como custodios, restauradores, arquitectos, que somos quienes llevamos las cargas de trabajo sustantivas del INAH. A todos esos mal tratos se suma, ahora, la reducción de nuestras percepciones al intentar desconocer el uso y la costumbre en el pago de las prestaciones de fin de año.
La movilización será nuestra única opción ante el reiterado actuar de su parte para desmantelar y tratar de asfixiar a los trabajadores del INAH. Por ello, sólo le pediremos al pueblo de México su comprensión en las campañas de protesta que habremos de instrumentar; para que se nos respete y se valore los trabajos que desempeñamos, en aras de un beneficio nacional.
Por el mantenimiento de los bienes nacionales arqueológicos, históricos y paleontológicos como de utilidad público y al servicio de la educación de los valores cívico-históricos de nuestras identidades.