Las estructuras insólitas de Xochicalco

Mientras realizábamos el proyecto arquitectónico del Museo de Sitio de Xochicalco (1993-1994), visité casi cada semana los trabajos de arqueología que en dicha ciudad indígena estaban siendo llevados a cabo, bajo la dirección de Norberto González Crespo y Silvia Garza Tarazona.

Un día estuve en la zona noroeste de la Acrópolis, la zona más alta de la ciudad de Xochicalco, que había sido excavada y limpiada recientemente. Quedé azorado cuando ví que un recinto tenía una colocación “rara” de las columnas: cuatro cerca de la entrada y dos ejes posteriores con tres columnas cada uno. Me llamó mucho la atención porque inmediatamente imaginé las percepciones espaciales que tuvieron sus habitantes trece siglos atrás, entrando a un espacio cuyas columnas no respondían a una retícula rectangular, como ha sido usual en la arquitectura de diversas culturas y épocas. Yo conocía los ajustes que los griegos clásicos habían dado a sus columnas; así como la ligera separación extra que Andrea Palladio dio  al claro central de sus obras para enfatizar la entrada.

Veintidós años después, al estar revisando las imágenes de la presentación de la conferencia que dictaría en el vigésimo aniversario de la reinauguración del museo  -2016.04.10-  encontré que la distribución “rara” de las columnas la tenían, al menos  (las excavaciones no han terminado), seis edificios de la Acrópolis y una aduana en la escalera de acceso a la Plaza Principal. Siete edificios que a continuación describiré.

Las dimensiones indicadas son para dar idea de la magnitud de los espacios, elementos y esfuerzos estructurales. Son aproximadas, porque se trata de levantamientos de edificios en ruinas y porque las distancias fueron extraídas en Autocad de imágenes enclavadas, no de un plano vectorial digitado. 

Casos 1 y 2.- Sección noroeste de la Acrópolis.- Dos espacios simétricos, con acceso mediante un patio central y, en el recinto sur, con una escalera hasta la segunda planta de la Acrópolis, cada uno con dimensiones interiores de 18.50 x 13.60 metros. Tienen tres ejes transversales de columnas, con cuatro, tres y tres columnas.

El claro central de las cuatro columnas xochicalcas, de este primer caso, invita a entrar al recinto, tal como lo hacen las columnas palladianas, pero el espectador encuentra detrás a dos columnas  -las centrales de cada trío-  que le cierran el paso y que la primera de ellas le proporciona un remate visual. Al moverse dentro del recinto, el visitante mira cómo las columnas siguen dos procesos, dos movimientos diferentes: el del eje de cuatro columnas y el de los dos ejes de tres columnas. Es fácil repetir esta percepción colocando sobre una mesa y con la misma disposición unos prismas de madera o unas fichas de dominó.

Casos 3 y 4.- Sección suroeste de la Acrópolis.- Dos espacios simétricos, cada uno con dimensiones interiores de 17.05 x 13.20 metros, con acceso mediante un patio central que está ubicado en el eje principal de la zona alta de Xochicalco, cuyo acimut  es 104.41°  (que calculé en el año 2001, basado en un plano del Inegi)  eje Xochicalco<> Cerro del Jumil, y, también en el recinto sur, con una escalera hasta la segunda planta de la Acrópolis. Cada espacio tiene tres ejes transversales de columnas: uno, cerca de la entrada, con dos columnas, cuyo claro central  es de 8.00 metros; otro eje, al centro, con dos muros y dos columnas, que subdividen al espacio general: y el eje del fondo con tres columnas. 

El acimut de 104.41° lo calculé en el año 2001, basado en un plano del Inegi. Otras ciudades indígenas de México, entre ellas: Teotihuacan y Tlayacapan también tienen su traza urbana con un acimut cercano a los 104°. Con programas informáticos de astronomía, encontré que las salidas del sol en el Cerro del Jumil dividen al año en 260 y 155 días en el invierno, (29-30 Oct a 11-12 Feb) tal como lo hacen los rayos de sol que entran al Observatorio en el verano  (29-30 Abr a 12-13 Ago).

Caso 5.- Sur de la Acrópolis.- Un espacio general de 18.60 x 14.70 metros; al frente, un pórtico de 2.10 metros de profundidad cuya entrada tiene cuatro columnas; luego, un par de muros divide el pórtico del cuarto interior. La profundidad del cuarto interior está dividida, no a la mitad, sino con dos claros de 4.00 y 7.00 metros, mediante un juego de columnas, vanos y muros que cambia la sintaxis del edificio. (Ver más abajo el análisis sintáctico del mismo).

Caso 6.- Aposentos G6.- Así denominados por los arqueólogos, que están en el eje mayor de la Plaza Principal y en el extremo este de esta plaza y de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Aposentos conformados por catorce espacios, de los cuales los siguientes se encuentran en el eje: plaza; pórtico de acceso; patio; espacio intermedio y un pórtico, con vista al Cerro del Jumil, con cuatro columnas centrales y otras cuatro que colindan con el gran cambio de niveles, de unos 19.00 metros de desnivel, pero cuyos ejes no coinciden con el de las columnas centrales.

Caso 7.- Aduana en escalera.- Es un edificio de 23.00 x 7.50 metros, cuya función de seguridad era “filtrar” a los visitantes que querían ascender a la Plaza Principal. Está al sur del recinto de acceso a dicha plaza, que contenía al Altar de las Olas.

Es un espacio de mucho frente y poco fondo, cuyo techo fue soportado por tres ejes: uno, al norte, con muros laterales y dos columnas; otro, en el centro, con cuatro columnas; y, otro, al sur, con muretes laterales y cuatro columnas. Aunque los tres números de columnas son pares, sus ejes longitudinales, los paralelos al paso de los visitantes, no están alineados, sino que forman algo como un hexágono, en el centro del edificio.

Ahora, debemos preguntarnos: ¿Cuál es el motivo de dichas distribuciones “raras” de las columnas? ¿Por qué las realizaron así sus arquitectos?

Cuando sólo tenía conciencia de uno de los siete casos, pensé que podría ser una adición posterior que buscara solucionar una falla estructural que se hubiese presentado de improviso. Pero cuando me percaté que hay otro cuarto simétrico y que son siete ejemplos del mismo tipo de estructuración de los edificios, tuve que concluir que era otra su motivación.

Es preciso desechar la corrección estructural cuando nos encontramos frente a cinco soluciones diferentes. Además, en los casos del suroeste de la Acrópolis, la solución técnica constructiva no sólo no fue facilitada sino que se agravó al colocar las dos columnas de la entrada con un claro de casi ocho metros, lo cual exige un elemento grande: un tronco de pino de ocho metros y medio de largo y cuyo diámetro sea setenta centímetros; o una viga prismática de cincuenta por sesenta centímetros.

Así mismo, no es un caso de distribución propiciatoria de los elementos de un edificio, como las que se obtienen usando el “Vastu Shastra” de la India o el “Feng Shui” chino, ya que en Xochicalco no hay una repetición de las soluciones “mágicas”. Cada una de las cinco soluciones, dos de ellas repetidas, tiene una numerología diferente.

Debemos advertir que tampoco se trata de una “tipología” para un definido programa arquitectónico, es decir:  una distribución canónica para un uso determinado, como un  templo o un palacio, ya que nos encontramos con cinco funcionamientos (tres en la Acrópolis, uno en los aposentos y uno en la aduana); con tres jerarquías sociales diversas; y en tres ubicaciones diferentes, suponiendo que los casos 1 a 5, los de la Acrópolis, son ubicaciones arquitectónicas si no semejantes al menos análogas.

También el efecto visual de concentración  (como cuando las líneas de perspectiva de las columnas de un edificio dirigen la vista hacia un altar o a una figura sagrada central o a la sede de un gobernante o juez) debe ser retirado, ya que en las soluciones 1 a 5, con disposiciones de 2,2,3; de 4,3,3; y de 4, 2, 5 columnas, la visión del visitante sí remata en la columna central del primer 3 o 5; pero en los aposentos y en la aduana la visión no termina en el recinto sino que continúa hasta el valle que está al sur de Xochicalco o hasta el Cerro del Jumil, respectivamente.

Es muy probable que se trate de una vigorosa Voluntad Formal, con la que el arquitecto o los arquitectos de dichas obras, decidieron dar una solución -insólita, creativa, única y adecuada a las necesidades-  a la disposición de las columnas, en los principales recintos de Xochicalco, aquéllos que están en la zona más alta de la ciudad. Configurando un estilo arquitectónico propio de Xochicalco, de la época en que los edificios de la zona alta de la ciudad fueron construídos (probablemente: 650-750 dC).

Para esta afirmación, he revisado, página por página, la Historia de la Arquitectura de Banister Fletcher y los volúmenes de Arquitectura Primitiva y Arquitectura Antigua, de la colección plateada Historia de la Arquitectura Mundial, de Abrams, cuyo editor general fue Pier Luigi Nervi y no he encontrado otra solución arquitectónica parecida.

En los tiempos actuales, han surgido soluciones estructurales cercanas a las insólitas de Xochicalco, como lo pueden ser la Mediateca de Sendai, Japón, de Toyo Ito; y las soluciones “informales”, como él las llama, de Cecil Balmond. Aunque debo señalar que la Mediateca de Sendai tiene ejes continuos que, al menos, son tangentes a los círculos que representan sus trece columnas metálicas.

La Voluntad Formal de los arquitectos de Xochicalco es reafirmada por la presencia cercana de columnas alineadas en rectángulos, como las que tuvo el edificio de acceso a la plaza de la Pirámide de las Estelas (tres, “muertas y enterradas”),  y que está cerca, arriba y al este de la aduana. El proyectista de los siete casos tratados pudo elegir entre una solución con columnas en una retícula rectangular o, como fue el caso, diseñar una combinación rara y original para sus estructuras.

Pero la razón estructural no fue toda la motivación de los arquitectos. Un análisis minucioso del caso 5, del edificio ubicado al sur del patio de la Acrópolis, nos muestra que la calificación y configuración de los espacios internos, la secuencia espacial y la sintaxis de su discurso arquitectónico son el agente principal de la distribución de los elementos soportantes: tanto los muros como las columnas tienen el propósito de distribuir el espacio general y de crear percepciones, recorridos y secuencias de espacios que alteran totalmente la lectura del edificio. Artificio ejecutado por medio de cinco pilares de 1.00 m de espesor y cuya repartición es como sigue: pilar adosado de 0.80 m; claro de 4.65 m; muro y claro cada uno de 1.62 m; pilar central de 1.20 m; muro y claro de 1.62 m; claro de 4.65 m; y pilar adosado de 0.80 m.

Los soportes del eje A son una solución clásica: hay cuatro columnas, ligeramente remetidas, que producen cinco vanos estrechos, al ser non el número de vanos se enfatiza la centralidad del acceso. Luego está un vano  -también axial-  flanqueado por dos muros. Pero, en el siguiente eje estructural, el eje C, los arquitectos hacen que la directriz visual tope con una columna y abren cuatro vanos, los dos centrales angostos, de sólo 1.62 m de ancho, y los dos laterales amplios, de 4.65 m, casi tres veces más anchos que los centrales  [ver: Vanos]. Un artificio compositivo que produce una bifurcación de la percepción, de la jerarquía y del caminar, ya que el visitante ve dos grandes penetraciones laterales que lo pueden llevar a dos espacios o remates importantes, pares entre sí, como pudieron ser el sitial de dos reyes o el lugar de dos imágenes, que el visitante casi no puede ver al cruzar este umbral  [ver: Vistas]. Lo insólito de esta distribución está causado porque los claros mayores están a los lados y porque el centro del cuarto, a pesar de los dos vanos de 1.62 m, se muestra como obstruyente. Un manejo magistral de los elementos de la arquitectura y de la sintaxis de este arte, que creó un nuevo estilo.

Hasta ahora hemos tratado de la disposición insólita de los muros y de las columnas de algunos edificios de Xochicalco. Para terminar, veremos un elemento estructural que es extraño, no por la disposición que le dieron los arquitectos, sino por el material con el que fue hecho.

La columna de arena

El día 3 de agosto de 1993, en la parte norte de la Acrópolis de Xochicalco, los arqueólogos descubrieron una pequeña columna, de unos noventa centímetros de altura y cerca de cuarenta centímetros de diámetro, cuyo principal material era arena, por increíble que esto parezca, ya que la arena es un material informe.

Para explicarlo, usaré un dispositivo que es usado para elevar a los automóviles y cuyo material también es informe: el agua. El gato hidráulico funciona por el principio físico de Blaise Pascal y porque el agua está confinada por una camisa de acero donde corre un pistón metálico. Gracias a ello, el agua puede resistir a fuertes compresiones.

De manera semejante, como puede ser visto en la fotografía del interior del aplanado, abajo, la arena de la columna de Xochicalco  resistió compresiones  -el esfuerzo propio de toda columna-  porque contó con una camisa o calcetín cilíndrico confeccionado con un material muy usado en México: el petate, una estera entretejida de hojas de palma o de juncos, que resistió, mediante esfuerzos de tensión, hasta nuestros días.

Un ejemplo más de la original creatividad de los arquitectos constructores de la ciudad de Xochicalco.

Recapitulación

1.- En la parte alta de la ciudad indígena de Xochicalco hay varios edificios con una inusual colocación de sus elementos soportantes, que no coincide con las retículas rectangulares o geométricas exactas.

2.- El agente de dichas distribuciones fue una vigorosa Voluntad Formal de sus arquitectos.

3.- Estas distribuciones de muros y columnas no facilitan sino que complican las soluciones estructurales y constructivas de cada edificio.

4.- Su propósito es mejorar la calidad de los espacios internos; su percepción; sus secuencias espaciales y la manera de recorrer su interior.

5.- Se trata de una creativa, original y única manera de concebir a cada edificio y, por tanto, puedo decir que se dio un estilo arquitectónico propio y exclusivo de Xochicalco.