Editorial 58: Fiestas patrias

Salimos de la Colonia –escribe Enrique Semo– para naufragar en la dependencia. [1] Habría que añadir que los náufragos no nos hemos acabado de percatar que si bien salimos formalmente de la Colonia, ésta nunca salió de nosotros y, en cambio, en el camino, se ha dotado ahora de una tecnología cada vez más sofisticada.

La Campana de Dolores, en entrevista exclusiva con El Volcán Insurgente, ha expresado su perplejidad, porque su bronce, nos confiesa, vibra ritualmente al ritmo de una rememoración cíclica que no termina de salir del mismo circuito, transitándolo una y otra vez. “Supuestamente, sabe usted, mi función es convocar”, afirma, “pero sospecho que quien agita mi badajo a menudo no tiene mucha idea de a qué convoca… incluso algunos me han confundido con un cencerro o con una sonaja, ¡imagínese!...”


Fuente: http://doloreshidalgo.gob.mx/instalacion-de-la-campana.php

Desde la autoridad que como testigo le confieren sus años de experiencia, al sonar, la campana de Dolores nos advierte que la corrupción constituyó una realidad estructural durante toda la época en que fuimos colonia de España, un “pilar operativo”, afirma. Y ya antes de que la trajeran desde Dolores Hidalgo a la capital por indicación de Porfirio Díaz, en 1896, la célebre campana sabía que la corrupción continuió siendo importante protagonista de la historia del país, propiciando precisamente el naufragio en la dependencia que ha marcado la cronicidad colonial que nos aqueja. Y nos advierte que, a pesar de los sacrificios, ninguna transformación de primera, segunda o tercera pudo con esa peste.


La Campana de Dolores en su solemne arribo a la capital en 1896
Fuente: https://www.gob.mx/agn/articulos/agnrecuerda-el-arribo-de-la-campana-de-dolores-a-la-ciudad-de-mexico

Y la entrevistada nos hace otra confidencia: anticipándose a su época, ella soñaba en sus años mozos en ser como Campanita, revoloteando grácilmente con una varita mágica por ahí y por allá. Con su toque, quería transformar la realidad en la que al final quedó atorada. Y ni Campanita, con su varita mágica, podrá con la corrupción fácilmente. Y no podrá, porque la corrupción tiene muchas caras y muchos caminos, y sus vertientes más insidiosas operan como es lógico soterradas, al margen del discurso mismo oficial contra la corrupción, que, por cierto, no es nuevo.


Fuente: http://www.silvitablanco.com.ar/imagen/peterpan/peterpan.htm

Corrupción es la verdad a medias, es eludir las contradicciones y sentirse el árbitro supremo de las mismas: es la lucha, mal disimulada, de facciones políticas por prevalecer, replicando las añejas historias patrias que costaran en su momento la pérdida de más de la mitad del territorio nacional; corrupción es la manera en que la joven República inició su permanente deuda externa; corrupción es el uso y abuso degradante de la palabra; es el abuso político, también tradicional, de administrar la esperanza de los parias; es el cultivo de la desmemoria; es la entrega, franca o solapada, a los intereses de mercaderes nativos y foráneos.

Compungida, la campana de Dolores nos dice que, a pesar de sus muchos años de servicio público, sospecha que sigue comgregando a lo mismo que estaba destinada originalmente a convocar: llama a la feligresía a que acuda puntual a los Oficios Sagrados.



Nuestra Campana, ya instalada en su sitio actual
Fuente: https://www.gob.mx/agn/articulos/agnrecuerda-el-arribo-de-la-campana-de-dolores-a-la-ciudad-de-mexico

“Hay noches del Grito, frecuentes, en que me tañen por ocurrencia, por inercia, como parte de un acto teatral”, declara la veterana, “y los convocados de la calle se regocijan en la plaza pública, porque esa noche pueden olvidarse al menos por unas horas de sus condiciones de vida”.

Por otro lado, para la cena de lujo que ahora ofrece para festejar la noche del 15 de septiembre, un hotel de alta categoría anuncia así a otros connacionales: “Nuestros héroes nos dieron Patria, nosotros te daremos diversión en estas fiestas del grito”.


Un prócer de pacotilla, ahora de exportación, y su “primera dama”, agitando la apenada bandera 
Fuente: https://noticieros.televisa.com/historia/grito-independencia-2018-en-vivo-transmision-cdmx/

Se trata de convocar a los comensales a celebrar la gesta de Dolores desde la seguridad de sus inversiones e intereses, desde la certeza de que las cosas siguen igual, aunque la retórica cambie, y de que no urge mucho acabar con la impunidad más evidente, porque lo que no cambia en muchos nuevos feligreses, hoy habilitados como funcionarios, es el compromiso supremo de Cuidar el Puesto. De quedar bien, como es tradición, con el jefe máximo, que desgraciadamente no es el Pueblo ni los Pueblos, sino el titular del Ejecutivo y Comandante Supremo de las impolutas fuerzas armadas. Y el de jueces y legisladores sin vergüenza ni integridad, que siguen haciéndose de insultantes salarios y prebendas en un país pleno de desigualdad y exclusión, mientras liberan acusados del crimen de Estado en la Iguala de hace ya cinco años.

Algunos de esos funcionarios no han entendido, ni pueden, que tienen en sus hombros una responsabilidad que va más allá de su acomodo personal, y que la integridad implica convicciones, altura de miras, en tanto que el tradicional acomodo implica sacrificar la coherencia a golpe de apetitos, transacciones, cálculos y disimulos.

Mientras tanto, dando fin a la entrevista, la Campana de Dolores, en su tañido, hace dos convocatorias:

“¡No tengo vocación de cencerro ni de sonaja… no congrego al ganado ni entretengo a lactantes, convoco a otra cosa: los insurgentes, los liberales de la Reforma, los revolucionarios como Flores Magón, Zapata y Villa no eran rebaño ni eran infantes: se autoconvocaron… así, hoy los convoco a que se autoconvoquen!”.

“Es hora de ocuparnos de algo crítico que sin embargo pasa aun desapercibido para muchos gobernantes y gobernados hoy: el despojo del planeta y de sus trabajadores, con su cauda de cambio climático, pérdida de la biodiversidad y contaminación, avanzando incesantes en su propio calendario ominoso”.

Y es que no habrá Patria que valga, nos advierte hoy, sin la construcción de una autoconvocatoria ciudadana y comunitaria y si esa Patria la hacen las fronteras.

Por lo que respecta a este número, Guadalupe Martínez Donjuan presenta un estudio sobre el sitio arqueológico de Las Pilas, en el municipio de Jonacatepec, Morelos, y el cual fue un centro ceremonial del período Clásico Teotihuacano, el único de ese periodo que ha sido explorado y cuyas características, algunas de ellas únicas, ponen de relieve su importancia.

A su vez, Víctor Hugo Villanueva en su texto sobre “bioculturas minoritarias y apropiación capitalista”, se ocupa de lo que ésta implica en términos de afectación a la diversidad de saberes, a propósito de diversos casos en que se ejemplifica la resistencia de las comunidades locales en oposición a la lógica de acumulación de capital, y la relación entre ésta y la violencia.

Germán Zuluaga, médico colombiano, aborda el tema de las denominadas “plantas sagradas” y el concepto de lo sagrado en la tradición de los pueblos originarios en la región amazónica de Caquetá a partir de sus propias experiencias de campo.

Mayán Cervantes y Gabriela Zapién  presentan una interpretación del ritual que acompaña al mito de los Pilanchichincles o “airecitos” en Coatetelco, Morelos, tomando en cuenta diversos estudios realizados anteriormente sobre el tema y contrastándolos con el momento actual.

Juan Almendarez, médico hondureño, ex rector de la Universidad Nacional de Honduras, ex decano de su Facultad de Medicina y luchador social comprometido con la causa de los derechos humanos y de la defensa de los territorios, comparte una reflexión en torno a la salud y a la vida bajo la perspectiva de lo que él denomina como Holobiocenosis, como la totalidad de la parte viva del planeta o de la Madre Tierra, referida a una comunidad de seres vivos de diferentes especies y su importancia en la vida, particularmente respecto a la salud, que está relacionada con el modo de vivir, la calidad de vida y las condiciones de vida. Este enfoque será de totalidad concreta, evolutiva e histórica; no se trata de un todo infinito sino de un método dialéctico de totalidad concreta, al considerar sus componentes y relaciones del todo y las partes en una unidad en la diversidad.

 A su vez, incluimos en este número dos documentos pertinentes de referencia:

a) El manifiesto del colectivo independiente denominado Restauradoras con Glitter fijando su posición profesional ante las descalificaciones emitidas por diversos medios de comunicación a propósito de la manifestación y marcha feminista del 16 de agosto y las pintas hechas en la Columna de la Independencia.

b) El pronunciamiento final de los trabajadores académicos del INAH derivado del foro “El INAH ante los Megaproyectos, incluido el Tren Maya”, cuya primera parte se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia el pasado 8 de agosto del presente y su segunda, en el Centro INAH Yucatán, el 26 y 27 de septiembre.

Asimismo, el Comité Editorial de nuestra revista rinde tributo a un entrañable colega y amigo, el antropólogo e historiador Francisco Pineda, cuya partida prematura lamentamos profundamente. Experto en el tema de Emiliano Zapata y del proceso del zapatismo histórico, deja cuatro libros que son ya un referente ineludible para los estudiosos de la Revolución Mexicana.

 

[1]    Semo, Enrique, 2016, México: del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución. México: UNAM, p. 407.