29, Enero-Febrero de 2014

Un elemento más para cuestionar el proyecto de Huexca en Morelos: los riesgos ocultos del gas natural

En un error que se comete por desconocimiento, se menciona con frecuencia que con el gas natural se logra una combustión “limpia”. Debido a ello, el gas natural ha obtenido una falsa reputación de combustible limpio en comparación con el carbón, el único otro combustible abundante y consecuentemente, barato, que se utiliza para la generación de energía eléctrica.

 

El malentendido proviene del hecho de que, en comparación con el carbón, la combustión de gas natural produce menores cantidades de contaminantes tóxicos que envenenan el aire, el agua, el suelo y por lo tanto, aunque causan severos problemas de salud pública, lo hacen en menor número de casos que el uso del carbón. Una planta generadora de reciente tecnología que queme gas natural y cuente con las trampas necesarias para la captura del bióxido de carbono (CO2), es decir, de las que han sido diseñadas y construidas después del 2012 –como al parecer no es la de Huexca, produce entre 50 y 60% menos CO2 que una planta nueva de las típicas que queman carbón. En términos más técnicos, una planta generadora quemando gas natural produce 29 y 44% menos CO2 por joule de energía producido que una planta de petróleo o una de carbón, respectivamente[1].

Sin embargo, en términos absolutos el gas natural constituye una fracción considerable de las emisiones de CO2 debidas a la actividad humana y sus emisiones tienen la tasa de mayor crecimiento. De acuerdo con el 4to Reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático[2], en el 2004 las emisiones de CO2 por la quema de gas natural fueron de 5,300 millones de toneladas al año, en comparación con 10,600 y 10,200 millones de toneladas anuales por la quema de carbón y petróleo, respectivamente.

El problema principal proviene del hecho de que el gas natural consiste principalmente de metano (CH4), un gas que desaparece gradualmente en la tropósfera o la estratósfera, mediante la oxidación y producción de bióxido de carbono y agua (CH4 + 2O2→ CO2 + 2H2O). Si bien su permanencia causando el efecto invernadero es relativamente corta respecto de la del CO2, su capacidad para retener el calor que exacerba el efecto invernadero, hace que una cantidad dada de metano retenga 67 veces más calor que el CO2 en un lapso de 20 años, 25 veces más en cien años y 8 veces más en 500 años. Por lo tanto, el efecto invernadero debido a la presencia de gas natural en la atmósfera, es más potente que el efecto del CO2.

Las estimaciones de la Agencia norteamericana para la Protección del Ambiente[3] sitúan a las emisiones globales de metano en 85 km3 al año, es decir, 3.2% de la producción anual. En el 2004, las emisiones globales de metano representaban el 14.3% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero[4].

En los procesos de extracción, almacenamiento, transporte y distribución del gas natural, se tienen fugas hacia la atmósfera; en especial, durante la extracción. En el 2011, un estudio[5] mostró que la tasa de fuga del metano era lo suficientemente alta como para cuestionar su pretendida ventaja sobre el carbón en términos de calentamiento global. Aunque las críticas al estudio se basaron en los altos valores de fuga de metano, se mostró posteriormente que dichos valores estaban cerca de los medidos por los científicos de la Agencia Oceánica y Atmosférica Norteamericana[6]; los estudios muestran que las emisiones debidas a fugas de este gas oscilan entre 1 y 9% de la producción total de gas natural.

Las fugas de metano reducen considerablemente –e inclusive eliminan o invierten en los altos porcentajes– la potencial ventaja climática del gas natural respecto del carbón. Recientemente se ha calculado que las fugas de metano deben mantenerse por debajo del 3.2% para que las plantas generadoras que queman gas natural logren tener emisiones inferiores a las que queman carbón en el lapso total de funcionamiento. A pesar de que existe la tecnología para reducir las fugas de metano, se carece de políticas y reglamentos vinculantes que requieran su uso. Y aún con dicha tecnología, las plantas de gas natural –como la que se pretende instalar en Huexca, Morelos– son desde el punto de vista climático, mucho menos atractivas que las fuentes limpias y renovables de energía donde las emisiones son muy bajas o nulas, como es el caso de la energía solar, la eólica, la maremotriz, etc.

Finalmente, la extracción de gas natural libera un isótopo del Radón que va de 5 a 200,000 Becquereles[7] por metro cúbico, dependiendo del sitio y el método de extracción[8].   El radón, descubierto en 1898, es un gas radioactivo, incoloro, inodoro e insípido, resultado de la degradación natural del uranio o del torio. De acuerdo con datos publicados por la agencia de protección ambiental en los Estados Unidos (EPA), se han estado documentando en promedio 21,000 muertes al año en ese país por cáncer de pulmón inducidas por radón[9]

A lo anterior cabe añadir que evidencias recientes apuntan al incremento de alteraciones congénitas, en particular defectos del tubo neural y cardiopatías en niños recién nacidos de mujeres que habitan en zonas cercanas a pozos de gas natural[10].

Las razones enunciadas hasta aquí, deberían ser suficientes para reconsiderar el uso del gas natural, sobre todo, en la generación de energía eléctrica.

Ahora bien, el gas de esquisto[11], también conocido como gas de lutita o gas pizarra, es un gas natural que se encuentra en la formaciones rocosas sedimentarias de grano muy fino. Este tipo de gas natural se extrae de zonas profundas en terrenos donde abunda el esquisto, las lutitas o las argilitas ricas en materia orgánica (figura). El interior rocoso del esquisto presenta baja permeabilidad, lo que impide su ascenso a la superficie. Por ende, para la extracción comercial de dicho gas, es necesario fracturar la roca hidráulicamente (fracking), una técnica que se inició en la costa este de Norteamérica en 1860 usando nitroglicerina[12].

 

Un informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, concluye que con la fracturación hidráulica se produce una emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural[13]. La irreparable contaminación de agua y aire, la producción de temblores, y los impactos en el paisaje y la salud humana ya han sido comprobados en varios estudios realizados por universidades en Norteamérica y Europa[14].

Recordemos que además, resulta criminal instalar plantas que quemen gas natural en lugares como Huexca, donde la actividad principal es la agrícola –generadora de grandes cantidades de isopreno– pues al mezclarse este compuesto orgánico volátil con el bióxido de nitrógeno producto en la quema del gas natural, se causa una enorme contaminación con ozono que merma severamente las cosechas y aumenta considerablemente la mortalidad[15].

Ante esta abrumadora evidencia científica, cabe preguntarse si en lugares donde abunda la radiación solar, como el estado de Morelos ¿es necesaria la instalación de plantas que quemen gas natural para generar electricidad? ¿A quién beneficiarán? ¿Debemos permitir para colmo de la insensatez, que contrario a sus funciones, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales defienda y promueva públicamente la aplicación de la fracturación hidráulica en México, el quinto[16] país con mayor abundancia de gas natural de esquisto?

Resulta así totalmente inaceptable e innecesaria, y por lo tanto intolerable, la  instalación de una planta generadora de electricidad mediante la quema de gas natural en un sitio como Huexca, donde –como acabamos de ver– se puede afirmar que se tratará de un perjuicio planeado –que siendo previsible, puede evitarse–  máxime cuando se sabe que la capacidad instalada de la Comisión Federal de Electricidad sobrepasa actualmente, y por mucho, a la demanda. Existe además otro riesgo adicional, no considerado en la planeación del gasoducto que alimentará a la planta propuesta en Huexca y que consiste en la conocidísima e irresoluta ordeña de los ductos que transportan combustibles en el país. Si no se ha logrado detener el asalto a los ductos que transportan gasolina –mucho más redituable y comercializable que el gas natural– ¿cómo se puede creer que lo evitarán en el caso de los gasoductos?

Tampoco resulta tolerable que se lancen loas a la fracturación hidráulica y menos por parte de quien ocupa el cargo desde donde se debería dirigir la más férrea defensa del ambiente en México. La evidencia de daños inconmensurables e irreparables en varios de los estados de nuestros vecinos inmediatos al norte, es más que suficiente para que, desde ahora, se finquen cargos criminales a quienes están permitiendo la destrucción del país y de su población. De no hacerlo, seguiremos permitiendo que los cargos de decisión sean ocupados por ignorantes al servicio de las grandes corporaciones transnacionales.

 


[1] Natural Gas and the Environment. Naturalgas.org. http://www.naturalgas.org/environment/naturalgas.asp#greenhouse/

[5] Methane and the greenhouse-gas footprint of natural gas from shale formations Robert W. Howarth, Renee Santoro,  Anthony IngraffeaClimatic Change June 2011, Volume 106, Issue 4, pp 679-690,  http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10584-011-0061-5

[6] New EPA Rules Could Prevent 'Fracking' Backlash. Business Week . April 18, 2012. http://www.businessweek.com/articles/2012-04-18/new-epa-rules-could-prevent-fracking-backlash

[7] Un Becquerel se define como la actividad de una cantidad de material radioactivo en la cual un núcleo decae por segundo (una desintegración nuclear por segundo).

[9] La absorción del radón provoca ionizaciones y excitaciones de las estructuras celulares, generando efectos lesivos en el ADN y mutaciones en el tejido pulmonar. Recordemos que el cáncer es una división incontrolada de células mutadas. En EUA está considerada la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón después del tabaco. Además, sus efectos son sinérgicos: fumar y vivir en una casa con alto contenido de radón aumenta el riesgo unas 46 veces más que si se diesen los 2 fenómenos por separado: EPA Assessment of Risks from Radon in Homes, United States Environment Protection Agency, doc. EPA-R-03-003, junio de 2003, http://www.epa.gov/radiation/docs/assessment/402-r-03-003.pdf.  Existe material de difusión sobre los riesgos sanitarios por el radón, accesible en línea, donde se preconiza el uso domiciliario de dispositivos de diagnóstico. http://www.epa.gov/radon/pdfs/basic_radon_facts.pdf

[10] Bienkowski, B. “New study: babies near gas wells more likely to have birth defects”, Environmental Health News, enero 31 de 2014.

http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2014/jan/natural-gas-wells-and-birth-defects.

[11] U.S. Energy Information Administration. Eia.gov. http://www.eia.gov/energy_in_brief/article/about_shale_gas.cfm

[12] Montgomery, Carl T. y Michael B. Smith (en inglés) «Hydraulic fracturing: History of an Enduring Technology» Society of Petroleum Engineers. http://www.spe.org/jpt/print/archives/2010/12/10Hydraulic.pdf

[13] Miranda rechaza el 'fracking' y exige que se revoque el permiso a Frontera Energy. Elcorreo.com http://www.elcorreo.com/alava/v/20121211/miranda/miranda-rechaza-fracking-exige-20121211.html

[14] Markandya, Anil; Wilkinson, Paul (15 September 2007). Electricity Generation and Healt. The Lancet. doi:10.1016/S0140-6736(07)61253-7.

[15] ¿Visión “nueva” o visión correcta y a largo plazo?:Huexca y los riesgos ocultos de las plantas termoeléctricas. Antonio Sarmiento Galán. En el Volcán, Núm. 20. Abril de 2013, pags. 6-10. http://enelvolcan.com/abr2013/241-ivision-nueva-o-vision-correcta-y-a-largo-plazo-huexca-y-los-riesgos-ocultos-de-las-plantas-termoelectricas