Número 70

56 del pensar y hacer rarámuri, así como de la agencia y la autonomía que son fundamentales en su etnicidad. Véase Diagrama 3. De igual manera, se advirtieron los ajustes y/o cambios graduales y adaptativos que les implica el proceso de envejecimiento y su interiorización. Particularmente, sobre la categoría del ser chérame, palochi, si bien no se puede hablar de procesos gerontocráticos en las formas y maneras de organización social y política al interior del nodo territorial, tampoco de una pérdida en la valía concreta y simbólica de la ancianidad en la cotidianidad, pues las(os) viejas(os) rarámuri tienen su lugar en la matriz cultural y en el imaginario de las generaciones jóvenes y adultas. Asimismo, destaca la pervivencia individual en el chérame ju, ser vieja(o), pues parecería que las(os) rarámuri que han sobrevivido a la infancia y a la adultez lo han logrado por la maleabilidad de pensamiento, pues en los extremos, en los linderos de lo posible, en condiciones de inanición, enfermedad, desaliento o encono, imaginan y encuentran la fortaleza, el ánimo, las formas y las maneras para resistir y sostenerse físicamente con agencia y autonomía, en compañía solidaria, empática, próxima y recíproca de lo rarámuri como episteme, frente a las condiciones de extrema pobreza, de violencia sistemática y del actual desplazamiento de sus tierras, de la escasez de medios y de efectividad en la atención primaria a la salud, sin especular sobre la intervención especializada u hospitalaria misma, la cual ante una emergencia no es representativa, dada la distancia y la imposibilidad de traslado inmediato; e incluso ante padecimientos músculo esqueléticos desarrollados por el contexto geográfico, sin siquiera considerarlos un mal que afecte las condiciones propias de su ser y lo que ello implica en su práctica y visión de mundo. Elaboración propia. Diagrama 3. Dispositivos constitucionales y relacionales del ser rarámuri.

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