Número 70

12 En este sentido, González Marcén et alii (2005: 136) apuntan que esa reiteración o ritmo estable de las acciones humanas es lo que hace factible que esa cotidianidad se articule con las denominadas actividades de mantenimiento, como las anteriormente señaladas que se celebran en el entorno doméstico. A este concepto se añade el de “tiempo cotidiano” que se efectúa en un duración cíclica que permite caracterizarlo en una dimensión temporal dentro de la organización de esas actividades de mantenimiento, y si bien no se puede excluir al género masculino de dichas actividades ya que no se tiene la seguridad de que sólo hayan sido efectuadas por las mujeres, lo cierto es que desde la teoría social tradicional generalizada en arqueología, estas actividades consideradas domésticas, siempre se han asociado a las mujeres (Falcó, 2003: 219, 221). Ejemplo del pensamiento dominante expuesto anteriormente es citado en los últimos hallazgos encontrados en el yacimiento de Wilamaya Patjxa, en Perú, en donde después de tener serias dudas sobre el sexo de un enterramiento asociado con herramientas de caza de hace 9000 años, se confirmó a través del análisis del esmalte de los dientes que el esqueleto efectivamente correspondía una mujer joven de entre 17 a 19 años que se había dedicado a la caza y destazamiento de vicuñas y venados anFoto de David Pereiras, generada con IA. https://stock.adobe.com/

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