Número 53
60 persona del otro lado de la cortina lingüística cultural, Mark Driscoll, en Postmodern Culture (enero de 2010). Podemos encontrar su artícu- lo (en inglés) en el blog del historiador peruano Nelson Manrique: 2 “Looting the Theory Com- mons: Hardt and Negri’s Commonwealth. Mark Driscoll en Postmodern Culture ”. En su artículo, Driscoll levanta la voz de pro- testa y acusa abiertamente a Hardt y Negri de apropiarse indebidamente de los logros con- ceptuales de Aníbal Quijano y de otros colegas, como Walter Mignolo, Enrique Dussel y Arturo Escobar, quienes han investigado y desarrollado el concepto desde hace mucho tiempo; Driscoll desbarranca cualquier duda sobre el plagio, con argumentos sólidos, que van desde la antigüe- 2 http://www.nelsonmanrique.com/2011/11/21/plagio-a-anibal-quija- no-por-hart-y-negri/ dad del concepto hasta la cercanía geográfica de los lugres de investigación de ambos grupos en Estados Unidos. A su vez, un enjuiciamiento más claro y direc- to a las mandíbulas de los acusados Hardt y Ne- gri lo dio la académica argentina María Eugenia Borsani en “Sobre Otros Logos: ¿otro escándalo, un saqueo?”, 3 un excelente artículo, que habla ya de un escándalo de los ¿cuentistas?… ¿cientistas?, políticos Hardt y Negri, y dice sin medias tintas que lo que ha sucedido es un “robo, saqueo, arre- bato, estafa, escándalo y práctica inescrupulosa” 4 por parte de los renombrados escritores. La pro- fesora Borsani desmenuza las diferentes opinio- nes que encuentra en ese escándalo y confirma la queja del amigo colombiano del menosprecio del que somos objeto los latinoamericanos. A mi entender, este caso es una excelente oca- sión para la reflexión en torno a lo que podría- mos llamar logos preciados y logos depreciados . Los primeros dan por sentada la receptividad, credibilidad y automática circulación en el ám- bito académico en virtud de la procedencia ins- titucional y ascendencia de sus autores. Los se- gundos emergen de otro espacio geo-epistémico, su lengua vernácula no es el inglés, ni el francés, ni el alemán, su locus de enunciación resiste la euro-anglo-centralidad moderna colonial (por caso, Quijano). 5 En medio de la polémica no podía faltar una voz discordante que apoyara al dúo acusado, hoy venido a menos, en la voz del investigador San- tiago Castro Gómez, cuya opinión podemos en- contrar en un artículo titulado “Sobre el supues- to plagio de Hardt y Negri” 6 en el cual desbroza las enredaderas incomprensibles del plagio, para afirmar que no ha encontrado ningún calco, des- mintiendo a Driscoll y otros, que afirman tajan- temente lo contrario. Refiere que Hardt y Negri s í citan a Mignolo y Dussel, para negar el pla- gio, siendo este su argumento más consistente. Y afirma también que cuando ignoran a Aníbal 3 http://www.ceapedi.com.ar/otroslogos/ 4 Borsani, 2011: 5-6. 5 Ibid,: 8. 6 http://santiagocastrogomez.sinismos.com/blog/?p=210
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