Número 53
56 pendentista sin quedar entrampados en las te- larañas de un enfoque economicista. Pienso además de Aníbal, en Darcy Ribeiro. Dicho en otras palabras, uno y otro supieron encontrar, en lo particular, los hilos profundos de lo gene- ral. Buscaron volverlos evidentes, aunque en ese accidentado camino del saber y de la construc- ción de la identidad, al mismo tiempo que apor- taban y abrían nuevas ventanas a la reflexión y a la pesquisa, cometiesen yerros u omisiones. Aníbal, desde el prisma de la izquierda intelec- tual de su país, supo volar a contraviento y te- rrenalizar de nuevo en los dilemas y anclajes de su Perú-mundo. En fecha tan temprana como 1967, publicó en Buenos Aires su ensayo «Los movimientos campesinos contemporáneos en América Latina» el cual, tres años más tarde, fue reproducido en la revista México agrario . Para los de mi generación, Quijano fue todo un referente al suscitar monólogos más que diálogos y nue- vas búsquedas. Generó más desencuentros que proximidades y no pocos celos y envidias entre sus pares, y algo tuvo que ver en ello su imantada personalidad, su dote de polemista y de pensa- dor heterodoxo. Nuestra puerta de acceso al pensamiento de Quijano venía del novísimo campus universita- rio de San Marcos. Gracias a ello, los que estando fuera nos acercamos al potente y diverso escena- rio de irradiación de las publicaciones sanmar- quinas, accedimos a sus escritos de fines de los años sesenta, en sus ediciones mimeografiadas. Corrían subterráneamente tiempos de reno- vación y pluralidad a pesar de los autoritarismos, silencios y estigmas inducidos. Las ediciones mi- meografiadas de sus obras seguían caminos con- vergentes: las que se editaban en la Facultad de Filosofía y Letras. En su vitrina mural se anun- ciaban las novedades, Alvin Gouldner, El Mino- tauro y su laberinto , textos de Charles Wright Mills, Franz Fanon, Herbert Marcuse o escritos de profesores sanmarquinos. La segunda co- rriente editorial venía de los colectivos intelec- tuales (estudiantiles, profesorales o muchas ve- ces, mixtos). La tercera vía era la que de manera autogestionaria también impulsaban algunos se-
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=