Número 53

46 Tal perspectiva, por supuesto, no implica el que aun predominando una u otra de ambas emociones, la esperanza y el miedo convivan en cada individuo en diversa proporción, o que en algunos el miedo no se alterne con esperanza, sino más bien con expectativas e intereses, como tampoco se puede ignorar el que una parte de los muchos venderá por miseria su voto a beneficio de los muy pocos, que se valen de la precariedad económica ajena para nutrir precisamente sus propios intereses y expectativas. Y en tanto, va apareciendo otro miedo: el del efecto que pue- da tener la consumación del fraude electoral del que ya se manifiestan expresiones preocupantes. Esta distribución inédita del miedo que aho- ra crece entre quienes normalmente viven en condiciones de bienestar, ante la eventualidad de ver alterada la regular continuidad de sus privilegios y a pesar de que sigan sin palpar de cerca el terror multifacético y ya naturalizado en el país, contrasta con un extraño incremen- to de la esperanza entre aquellos que no tienen por qué tenerla, viviendo a menudo como viven en condiciones que no generan esperanza algu- na, sino una incertidumbre profunda que resulta, entre otras tantas inseguridades, del no saber si Viñeta de Andrés Rábago, El Roto . Fuente: https://www.ciudadredonda.org/arti- culo/el-roto-sobre-el-miedo Fuente: https://www.laprimera.pe/clientelis- mo-politico-y-electoral/

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