Número 43

4 y reorganización social durante el For- mativo en Mesoamérica”, tiene particu- lar relevancia porque se ocupa, desde la arqueología social, de los procesos de resistencia y organización social en el período Formativo de Mesoamérica, re- flexionando sobre el papel que jugaron las comunidades en la consolidación de las sociedades clasistas en dicho período, bajo el interrogante del por qué las comu- nidades aldeanas con organización tribal estuvieron dispuestas a subordinarse a miembros de su propio grupo. “a adoptar instituciones que seguramente les resul- taron ajenas y, sobre todo, a transformar la estructura de su propio sistema social”. Cuando Ozuna resalta que para ejercer una propiedad efectiva sobre los objetos de trabajo, constituidos principalmen- te por los recursos naturales, los grupos tribales requirieron una organización es- tratégica para defenderse, hoy, tribales o no tribales, tendríamos que preguntarnos como pueblos dónde se encuentra y cómo se genera o se rescata esa organización estratégica para la defensa actual de los territorios. El autor señala a su vez que “sólo la resistencia con alternativa posibi- lita la transformación”. En el trabajo “Las estructuras insó- litas de Xochicalco”, Rolando Dada y Le- mus, quien estuvo a cargo del diseño del Museo de Sitio de Xochicalco, presenta un análisis que bien se puede denominar arqueo-arquitectónico, destaca dos ele- mentos significativos relativos a la con - figuración de un estilo de arquitectura propio y exclusivo de Xochicalco. Uno de esos elementos es la distribución insólita de columnas en recintos de la Acrópolis, la parte más elevada de dicha ciudad, las cuales, junto con los muros como elemen- tos soportantes, fueron creadas con el propósito de distribuir el espacio gene- ral, mejorando la calidad de los espacios internos, su percepción, sus secuencias espaciales y la manera de recorrer su interior. El otro elemento arquitectóni- co insólito señalado por Dada respecto a Xochicalco es la existencia de un método particular de construcción de soportes, partiendo del análisis de una columna de arena, la cual fue conformada, para ad- quirir la resistencia a compresiones ne- cesaria en toda columna, por una camisa o calcetín cilíndrico consistente en una estera entretejida de hojas de palma o de juncos: es decir, el petate. Por cierto, la argumentación del arquitecto Dada y Le- mus remite, como en otros trabajos sobre Xochicalco, a la presencia referencial del Cerro del Jumil, hoy en la mira de una empresa canadiense, la “Alamos Gold”, cuya pretensión de instalar una mina de tajo abierto precisamente en ese cerro si- gue vigente (véanse artículos de En el vol- cán Insurgente en números previos). Finalmente, en el texto “Argentina y ‘Tata Yofre’: hablando del golpe del 24 de marzo de 1976”, Daniel Omar de Lucía en lenguaje coloquial, se ocupa pormenori- zadamente de un ejemplo ilustrativo de cómo se construye y mantiene una fal- sificación histórica y política del golpe militar en Argentina, en una maniobra funcional a una operación en curso, la cual pretende negar el genocidio y desca- lificar la lucha por los derechos humanos en ese hermano país. Se incluyen, en la sección del Cuex- comate dos materiales: el texto y la grá- fica de la exposición itinerante sobre Patrimonio Biocultural y Megaminería, que inició su periplo en el Museo Regio- nal Cuauhnáhuac en Cuernavaca y si- gue su camino por diversos museos del país, y un texto ilustrativo gentilmente proporcionado por la Embajada de la Re- pública Bolivariana de Venezuela, en el que se denuncia la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de esa hermana nación de Nuestra América. Ahí se remite a un documento de traba- jo del jefe del Comando Sur del Ejército estadounidense, en el que se hacen 12 re - comendaciones, que parecen ser el libre- to que están siguiendo, tanto la derecha venezolana, como la Secretaría General de la OEA, y el organizado ámbito me- diático a escala planetaria.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=