Número 36

31 H acia el año 1777, el padre José Antonio Alzate y Ramírez rela- ta de manera muy airada el sa- queo por las piedras de las construcciones de Xochicalco: …fue destruida por la avaricia de los dueños ó Administradores de las Haciendas de Azúcar. Necesitaban estos de parrillas para sus ornillas, y pudiendo usar del fierro ó del ladri - llo, ocurrieron á destruir la fábrica de Xochicalco… Los hacendados de la región manda- ban recuas de bueyes a sacar piedras de la zona de Xochicalco, pero por fortuna no se tomaron la molestia de excavar sino sólo desmantelaron las escaleras de los edificios de Xochicalco para construir sus haciendas, ya que eran unos sillares perfectos para la construcción de los muros de la hacienda. Y las grandes pie- dras que necesitaban para asentar sobre ellas la maquinaria para la fabricación del azúcar, seguramente fueron las que formaban el templo de la más hermosa pirámide de Xochicalco, la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Aparentemente el camino que siguie- ron las recuas fue por el lado este de Xo- chicalco, ya que se han encontrado va- rias grandes piedras labradas tiradas al lado del aparente trayecto. Actualmente en las varias haciendas hacia el sur si- guiendo el camino a Miacatlan, Teteca- la y las varias poblaciones con hacienda Una “nueva” estela de Xochicalco Arqlga. Silvia Garza Tarazona Investigadora del INAH Morelos azucareras, se pueden ver piedras labra- das que eran de Xochicalco. Una de las múltiples evidencias del traslado de piedras de la zona arqueoló- gica de Xochicalco hacia los pueblos ve- cinos, es una estela descubierta en 2014, junto con cuatro piedras más que son parte de la pirámide de las Serpientes Emplumadas, cuando un arquitecto de Centro INAH Morelos hacía una inspec- ción a la iglesia del pueblo de Tetlama, la que era objeto de una intervención de restauración pagada por parte de la Mi- nera Esperanza Silver. Las estelas son piezas que se hacían en época prehispánica para conmemorar algunas fechas importantes, como es el caso de la “Estela de los dos glifos” que conmemora una fecha importante (año 10 caña día 9 ojo de reptil) que se encuentra en la Plaza de la estela del mismo nom- bre, o para conmemorar la fecha en que un personaje se convierte en gobernante o gana alguna batalla. Los trabajos en Tetlama empezaron con la nivelación del atrio, y al remover las piedras apareció una de 1. 32 metros de largo por 42 centímetros de ancho y 25 centímetros de espesor y que se encon- traba colocada como escalón. (Figura 2). Al remover la dicha piedra de donde estaba, se apreciaron una serie de graba- dos en bajo relieves en la cara enterrada, descubriendo que los relieves más dete- riorados eran principalmente las caras de

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