Número 36

26 queremos señalar que son contados nues- tros intelectuales latinoamericanos que han sido distinguidos por la Corona Sueca con el premio Nobel, y frente al cual han tenido un comportamiento análogo al de sus pares en otros continentes. El excep- cional y fundado rechazo de Jean Paul Sar- tre a dicho premio sigue brillando como una luz solitaria en el terreno mismo del pensamiento crítico frente a las tentacio- nes de formar parte de la nobleza intelec- tual global. Dicha premiación atiende en los terrenos científicos y literarios, más que en los políticos, a trayectorias y obras significativas y trascendentes. No faltan las elecciones con mayor o menor grado de controversia. Lo que si queda claro es que la seducción y la fascinación de dicho premio ha tocado a nuestros científicos: Bernardo Houssay (Argentina, 1947), Luis Federico Leloir (Argentina, 1970) Baruj Be- nacerraf (Venezuela, 1980); César Milstein (Argentina, 1984), Mario J. Molina (Méxi- co, 1995). No han quedado ausentes del premio a la paz algunas de nuestras figu - ras políticas y diplomáticas: Carlos Saave- dra Lamas (Argentina, 1936), Adolfo Pérez Esquivel (Argentina, 1980), Alfonso García Robles (México, 1982), Óscar Arias Sán- chez (Costa Rica, 1987), Rigoberta Menc- hú Tum (1992). Esta distinción global se ha proyectado igualmente sobre figuras extra académicas de nuestra galaxia lite- raria como: Gabriela Mistral (Chile, 1945), Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1967), Pablo Neruda (Chile, 1971), Gabriel Gar- cía Márquez (Colombia, 1982), Octavio Paz (México, 1990), Mario Vargas Llosa (Perú, 2010). Una revisión de los discursos y com- portamientos de quienes han recibido el

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