Número 36

22 lo mismo a veces te pegan y otras te pagan”-. Nada nuevo en el muralismo de este país, donde la relación de sus maestros con el gobierno siempre fue ambigua: un día los reprimían por criticar al gobierno y al día siguiente pintaban el Palacio Nacional o la fachada de la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México , la UNAM. No hay duda, en México lo importante es que te tengan en cuenta. Tal y como ex- pone un viejo dicho de estas tierras – “ no estar en el presupuesto, es estar en el error”-. Y al parecer Gustavo no está en él, en el error. Ha pintado murales en el Edificio Administrativo de los Servicios Educativos Integrados del Estado de México , en la Bi- blioteca Central de la emblemática Univer- sidad Agraria de Chapingo, en el Auditorio de la Secundaria Técnica No. 9 de Ciudad Nezahualc ó yotl, y en el espacio educativo de San Rafael Coacalco. Pero eso no significa que haya olvidado su época de luchador. Hace un par de años fue el primer artista que se atrevió a pintar el muro de la vergüenza que Israel levantó para cercar al pueblo de Palestina. Bajo la amenaza de los helicópteros y de los fusi- les de los soldados israelitas él –con algu- nos compañeros más- hizo un mural donde aún hoy se puede leer: To exist is to resist! Nadie daba crédito, pero lo consiguió. La cuestión radicaba en que cuando se les acercaron los soldados ellos no arrancaron a correr, y no se fueron hasta que acabaron el mural. A diferencia de otras ocasiones, esta vez el ejército no se atrevió a disparar a unos pintores extranjeros que no se in- mutaban con su presencia. Antes de volver a México Gustavo dijo, textualmente, a sus colegas palestinos: Chatos, el detalle está en que hay que tener más creatividad en la re- sistencia popular... Dicho esto, y muchas cosas más, Gus- tavo se ha despedido y se ha ofrecido a ve- nir a pintar a Barcelona o a Salamanca. En Valladolid, nos ha dicho, dejó un amorcito solidario que encontró pintando en una co- munidad de Chiapas y que le haría mucha ilusión reencontrar. Le hemos prometido que haríamos lo posible para invitarlo. Mientras se alejaba con sus dos acompa- ñantes Lluïsot ha pontificado: -“Un mura - lista, como los marineros, tiene un amor en cada mural”-. Cuando hemos acabado esta larga con- versación han llegado Xavier y Rafael. Ya no había luz para continuar sacando fotos y estaban cansados. Hemos comido una torta y nos hemos ido a dormir. Referencias • Centeno, Miguel Ángel. (2002) Blood and Debt. War and the Nation State in Latin America. University Park: Penn- silvania University Press. • Estrada Saavedra, Marco (2007) La co- munidad armada rebelde y el EZLN. Un estudio histórico y sociológico so- bre las bases de apoyo zapatistas en las cañadas tojolabales de la selva la- candona (1930-2005) México: Colegio de México. • Fontanta, Josep (1992) La historia des- pués del fin de la historia. Barcelona: Crítica. • O’Donnell, Guillermo, Juan Méndez y Pinheiro, Sergio (1999) Un-rule of Law in Latin America Cambridge: Cambri- dge University Press • Olesen, Thomas (2005) Internacional Zapatismo. The Construction of So - lidarity in the Age of Globalization Londres: Zed Books. • Rovira, Guiomar (1997) Mujeres de Maíz México: Ediciones ERA. • Van der Haar, Gemma (1998) “Levan- tamiento zapatista, indígenas y muni- cipio en Chiapas, México” a: Willem Assies y Hans Gundermann (eds.) Movimientos indígenas y gobiernos locales en América Latina Santiago de Chile: Línea Editorial IIAM, Universi- dad Católica del Norte. • Villafuente Solís, Daniel 1999 La tierra en Chiapas. Viejos problemas, proble- mas Nuevos. México: Plaza y Valdés. • Vos, Jan de (comp). 2003 Viajes al desi- erto de la soledad. Un retrato hablado de la Selva Lacandona México: Plaza y Valdés, CIESAS.

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