Número 36

21 Cartel de bienvenida a la comunidad Nuevo Jerusalén. Anónimo. Municipio Ricardo Flores Magón.    Gustavo participó en esta caravana y posteriormente fue organizando brigadas para pintar murales en las paredes de las casas de los municipios autónomos. El pri- mer mural que hizo en Chiapas fue en la fachada de la Clínica de Oventic, donde pintó la Virgen de Guadalupe con paliaca- te zapatista. El mural se encuentra a pocos pasos de donde hemos tomado el café. A raíz de la rebelión zapatista, Chiapas se convirtió en un espacio donde renació el muralismo militante . Si durante los años ochenta el país donde se concentró la ex- presión mural fue Nicaragua, durante la segunda mitad de los noventa el epicentro del muralismo revolucionario fue Chiapas. Según el inventario de pinturas murales que está haciendo Rafel en la zona zapa- tista, hoy se pueden contemplar más de ochocientas. Pero este fenómeno aún no ha concluido. Lluïsot pintó durante esos días, junto con unos compas , un nuevo mural en la comunidad de Lucio Cabañas. Y Gustavo, al día siguiente de nuestra en- trevista, empezaría a pintar otro en la co- munidad de Santa Magdalena. Hace ya más de catorce años que es- talló la rebelión zapatista, pero Gustavo ha continuado viniendo. –“Venir aquí es como reencontrar un viejo amor” – nos dice. Pero además de esta relación de amor, Chiapas le ha dado bastante notoriedad en el mundo de la pintura mural. Las paredes de los municipios zapatistas han sido, para él, un aparador que le ha hecho famoso en este ámbito. No es casual pues que en los últimos años le hayan encargado murales en Escocia, en el País Vasco, en Venezuela, en Suecia o en Dinamarca. Además, tam- bién trabaja desde hace diez años en la Secretaría de Educación Pública del Estado de México, con sede en Toluca. Es el su- rrealismo mexicano. Tal y como nos dice el mismo Gustavo –“en México para hacer

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=