Número 31

34 man Guido Münch escribió una excelente semblanza de la vida en el campo y la coti- dianidad del maestro Huerta, que nos con- movió e hizo soltar la carcajada y el aplau- so cuando leía sobre las aventuras con César en la mazateca: «con los seis hongos mazatecos vi muchos colores, regresé a mi juventud, con mi primera novia y sentí mi primera vez». Conocí a César cuando nos repartieron el campo para salir. Somos amigos de la bohemia intelectual y de la academia; él es un antropólogo social am- pliamente reconocido, César corona una época de la antropología, estudió a los triquis profundamente, tiene una etnogra- fía grabada. Su vida y obra es resultado de un hombre que ha hecho de su vida la antropología. Tiene generosidad para con sus amigos, es un hombre brillante, posee creatividad, compromiso e inteligencia. Nació en Chitrés, en la República de Pa- namá, en 1926, sus clases han sido sobre marxismo, estructura social y clanes. Los triquis eran el grupo más asesino de toda la república y César tuvo el valor de irse a meter con ellos. A mí, el análisis mar- xista me alejó de la etnicidad, pero César se inscribe en el marco del marxismo. El reclamo étnico se ha convertido en uno de los reclamos más sentidos en todo el mun- do. La riqueza de su obra está presente, la teoría quedará permanente, su trabajo es un clásico de la antropología, mantiene sus ideales contra viento y marea […] una lec- tura infantil marcó el destino de un gran antropólogo, así como la riqueza étnica de Panamá lo maravilló. Pero también es el que dice «Rechazo los recuerdos de la in- fancia, después de haberlos amado tanto». El doctor Ricardo Melgar destacó: «Me tocó acompañarlo en sus bodas de plata y ahora, cuando cumple 33 años como pro- fesor. Y hoy regreso a esta escuela donde fui también profesor por 25 años […] Para un panameño es difícil desprenderse de la vida latinoamericana, César la dejó de paso, hay un punto en que gracias a sus lecturas marxistas y a su manera de abor- dar el Manifiesto Comunista, vive su rup - tura con el aprismo y rompe con la tradi- ción comunista. El exilio en Guatemala lo vive con el cubano y el peruano, donde aparece otra veta del exilio, que es el Che Guevara; siendo estudiantes piden armas al ejército para defender Guatemala. César accede a El Capital en español, gracias a la traducción de Wenceslao Ro- ces Suárez, jurista, historiador, traductor y político español, miembro del Partido Co- munista. Así, César se vuelve un lector in-

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