Número 13

3 tensa y fulgurante lluvia de luces de colores de los juegos pirotécnicos, en el momento en que el caos ingresa al ritual bajo formato plebeyo y deviene en acción lúdica y festiva. La noche mexicana ha sido resimbolizada, politizada, nacionalizada. El más reciente grito de ¡Viva México! y la última ceremonia sexenal llevada a cabo por Felipe Calderón --al final de su mandato-- estuvo marcada por su fu - gaz aparición pública y su visible empequeñecimien - to ante el pueblo congregado en la plaza mayor. La estatura de Calderón (nos referimos a la política), se hizo más escatológica (licencia aparte). Nunca antes se había visto en el contexto político del ritual tanta renuncia a los intereses de la nación, tantas muer - tes, tanta impunidad, tanta corrupción. Su papel en dicho ritual fue una auténtica simulación. Calderón fue recibido por un torrencial aguacero, la poca asis - tencia ciudadana y la protesta de los integrantes del movimiento Yo Soy 132 , quienes enfocaron una cen - tena de rayos láser al balcón presidencial, al tiempo que en medio del cerco militar y policíaco, proferían consignas y desplegaban mantas en contra del frau - de electoral y la cruenta guerra que ha costado ya más de 80 mil muertos. Calderón, el comandante en jefe de las fuerzas armadas, nos regaló al día siguiente un desfile mili - tar muy publicitado por el duopolio de sus amores, mostrando a través de los esos medios televisivos unas fuerzas armadas que han cumplido un papel visiblemente al margen de la Constitución en la gue - rra interna, con sus comandos y fuerzas especiales de abierto carácter contrainsurgente. El derroche y alarde del gasto en la modernización de armamen - to y su capacidad de fuego contrastan con el magro presupuesto público a la educación, la ciencia y la tecnología, a la agricultura o la salud. A Calderón le interesa legarnos ese estado de alerta combativa contra un enemigo difuso que no es realidad más que el propio pueblo, sus organizaciones y movi - mientos políticos y sociales. Los oficiales a cargo de comentar en Televisa las características de los distintos agrupamientos que participaban en el desfile, no ahorraban autoelogios y discursos retóricos sobre la ayuda a la población en casos de desastres, la defensa de la soberanía (sic) y la supuesta equidad de género en las fuerzas arma - das, en una exhibición propagandística muy similar a la observada por el ejército de Colombia en forma

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