Número 1

5 Ricardo Melgar Bao C oajomulco es una localidad alteña del norte de Morelos perteneciente al Municipio de Huitzilac en la que viven unos dos mil pobladores con un nú - mero comparativamente bajo de hablantes de na - hua, según el censo de 2010, no muy confiable por cierto. Únicamente tres textos refieren la historia de este poblado de relevante presencia cultural nahua en el norte de Morelos, centrada principalmente en el periodo colonial. El primero ya publicado, se debe a la pluma de Juan Dubernard Chauveau (1991), quien elaboró una valiosa compilación crítica so - bre códices y títulos de la Villa de Cuernavaca y los pueblos circunvecinos, en náhuatl y castellano, que incluye un capítulo sobre Coajomulco. El segundo, todavía inédito, fue realizado como tesis de licencia - tura en Historia de la ENAH por Marcela Pérez López (1997), y trata exclusivamente de la definición terri - Cultura, oralidad y tradición letrada en Coajomulco torial del poblado entre los siglos XVI y XVIII y recusa con sólidos argumentos, la descalificación sin más de los títulos primordiales como apócrifos, centran - do su atención en el mapa de sus linderos. El terce - ro, corresponde a la autoría de Nirvana Mayo Facio de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos de la UNAM (2010), que da cuenta de la permanencia y ruptura en el manejo comunitario de los recursos ambientales, así como del discutible injerencismo de las instituciones federales y estatales que reclaman competencia en el ramo. Oralidad, memoria y territorio A contracorriente de la visión prejuiciada de Juan Du- bernard Chauveau sobre San Buenaventura Coajo- mulco, en el sentido de que la actualidad es “un pue - blo prácticamente sin ninguna importancia” (p. 139), intentaremos aproximarnos a su complejo universo cultural, no solo por el valor que exhibe como pueblo alteño enclavado en uno de los cada vez más escasos espacios boscosos del Estado de Morelos, sino tam - bién por el de contribuir a reconstruir su memoria, apoyándonos en las propias fuentes de su tradición oral como en muchas otras fuentes, la mayoría de ellas emergidas de la cultura letrada y fuera del alcan - ce de sus pobladores. La memoria oral de los coajo - mulquenses refiere sus orígenes a través de algunos referentes simbólicos de gran relevancia en el siguien- te orden enunciativo: su familiaridad con el bosque y su contribución en madera labrada para la construc- ción de la catedral de Cuernavaca, sus procedencias diversas que nos remiten a otros asentamientos entre los que destaca Panchimalco, sus tradiciones, su va -

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