¿Podrán ejercer plenamente su derecho a la autodeterminación los pueblos y comunidades del sur sureste mexicano con el mal llamado Tren Maya y el Corredor Interoceánico?

[1]

Después de revisar los resúmenes de las intervenciones que serán presentadas en este seminario y que gentilmente me proporcionaron los organizadores, no creo equivocarme si considero a todos los ponentes como humanistas que luchamos por incidir en cambios sociales que permitan superar el malestar en este modo de producir nuestras vidas materiales e intelectuales; que sobre todo en los últimos tiempos, por lo menos para mí, me estremecen y me aterran, no por mi participación como verdugo o víctima, sino porque pienso que de no expresar lo que he aprendido y valorado, me convertiría en cómplice obsecuente de lo que considero como la eliminación de posibilidades de otros modos de producir las vidas humanas, y de la propia naturaleza de la que somos parte indisoluble.

Las nuevas posibilidades de construcción alterna de vida humana, ciertamente están en ciernes, entre otros tantos actores sociales, por  los descendientes de los pueblos y comunidades originarias de este continente, África y Asia, que no se cansan de resistir creativamente para seguir existiendo, no como fósiles sociales, sino como sociedades que funcionan bajo lógicas distintas a las del capitalismo, y por organizaciones sociales, colectivos e individuos que seguimos reflexionando y tratando de construir nuevas prácticas sociales, prácticas que, resulta evidente, son férreamente atacadas por los dueños del capital y por los gobernantes como sus intermediarios sociales, desatándose así una lucha cruenta y desigual, que de seguir, muy seguramente llevará a la extinción de la especie

Los dueños del capital, para invadir, sujetar y subordinar totalmente a pueblos y comunidades, y sus tierras y territorios, que no están del todo insertas en la lógica de la explotación maximizada de hombres y recursos naturales, imponen nuevas formas de invasión, ocupación, dominación y subordinación, como serán el mal llamado Tren Maya y el Corredor Interoceánico.


Diseño de la estación del Tren Maya en Tulum. Fuente: www.aidia-studio.com

Y lo anterior, que puede sonar como muy duro, no es una hipótesis de trabajo, sino el resultado de la investigación y análisis de los proyectos insignias del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha promocionado al mal llamado Tren Maya como prioritariamente turístico y al Corredor Interoceánico como sólo para el tránsito de mercancías entre el océano Pacífico y el Atlántico, cuando en verdad ambos proyectos son mucho más que eso, pues terminarán siendo vehículos e instrumentos de un total reordenamiento territorial del sur sureste de la República Mexicana,[2] sin que ese objetivo haya sido nítidamente explicado  y publicitado de la mejor manera posible entre la gran mayoría de la población, y sobre todo entre los pueblos y comunidades que serán directamente afectados, como correspondería a un gobierno que se dice preocupado y ocupado de los más pobres del sur sureste del país. A estos últimos, sólo se les refiere que se trata de un tren turístico, sin mayores consecuencias, mientras que a empresarios e inversionistas les han expresado de manera franca y abierta que se trata de un reordenamiento territorial completo del sur sureste de la República Mexicana.[3]

Así, el gobierno maneja un doble discurso contrapuesto, ya que oculta a las poblaciones afectadas el fin último de su proyecto, mientras que a inversionistas se les revela nítidamente la intención primordial que se persigue y que no es otra cosa más que un caballo de Troya, que permitirá ahondar la conquista y sumisión de tierras, territorios y comunidades humanas que de una u otra manera no están totalmente insertos en esta nueva fase neoliberal del capitalista, convirtiendo así al sur sureste ese enorme espacio de intensa acumulación de capital (ZEIA).[4] 

De esta manera, a los pueblos y comunidades se les refirió que se construiría un circuito ferroviario turístico de 1,496 kilómetros que permitirá el desplazamiento por toda la península de los más de cuatro millones de turistas que llegan a Cancún (polo de atracción del turismo internacional y de fuerza de trabajo para los habitantes del sur sureste) y con lo cual se derramarían entre todos los pobladores de la península los recursos económicos procedentes de aquel turismo, que partiendo de la playa de Cancún en Quintana Roo iría a las Zonas Arqueológicas de Chichen Itzá, Yucatán; Palenque, Chiapas; Calakmul, Campeche y Tulum, de nuevo en Quintana Roo, para terminar otra vez en el balneario de origen, en un recorrido de por lo menos dos o tres días, pues el tren se pretende correrá a 180 kilómetros por hora, con todas las comodidades del mundo.

Pero esa propuesta traslucía fantasía, clasismo, exclusión e incoherencias, por lo que muy pronto modificaron aquel dicho, refiriendo que, por las mismas vías, correrían otros trenes que circularían a menor velocidad y que tendría más estaciones para que pudiera utilizarlo una buena parte de la población y así poderse desplazarse fácilmente entre distintos puntos de la península.

A los muy pocos días, se dijo que al tren de turistas como el antes descrito, se le podían agregar otro tipo de vagones de menor costo para que la población pudiera hacer esos grandes recorridos, al tiempo que al tren de pasajeros se le podían sumar más vagones de carga para transportar mercancías menudas de los pobladores, o inclusive se podían tener trenes exclusivamente para el trasporte de mercancías. El trajín, el movimiento sobre dichas vías ya se ve interminable.

Así, todo aquel proyecto de trenes se enunciaba como algo mágico para los pueblos y comunidades, y que les acarreará el desarrollo y el bienestar, porque finalmente a los lugares donde se encuentran llegarán los turistas y las comunicaciones y con ello los recursos económicos, y así sus pobladores ya no tendrán que ir a perseguirlos a Cancún, Ciudad de Carmen, Mérida, Campeche o Villahermosa.

Mientras tanto, a los inversionistas se les ofrecen pláticas y seminarios para exponerles, en el caso del mal llamado Tren Maya, por ejemplo, que se tienen contempladas 30 estaciones de llegada y salida de trenes en puntos estratégicos, ya sea para la población local o para los turistas, de las cuales doce serán estaciones de paso, y 18 estaciones en donde también podrán ubicarse “Polos de Desarrollo”, que pueden comprender nuevas ciudades, parques industriales, parques agroindustriales, eólicos, de turismo y hasta arqueológicos.[5]

En mesas de trabajo con empresarios se ha dicho muy elocuentemente por el entonces encargado del proyecto Rogelio Jiménez Pons:

“La mayoría de las estaciones y sus desarrollos van a ser con inversión mixta, por eso es definitivamente vital entender que la infraestructura del Tren Maya (sic) es como la columna vertebral, pero esa infraestructura es solo la base para futuros desarrollos, (son) las espuelas del tren que puedan generar valor en otros espacios como de estaciones adicionales de acuerdo con la oferta y la demanda.

Hoy el gobierno está considerando que en cinco o seis años se puedan concluir doce (estaciones), pero de allá en adelante se queda la infraestructura para la gestación de lo que será el desarrollo del sureste mexicano para los próximos 50 años como mínimo.

Estos 15 polígonos iniciales puedan ser los primeros en ser ordenados, pero más adelante todos aquellos polígonos que se integran a la Fibra (Fideicomiso con el que se financiará el proyecto urbano) que está integrada con el Tren Maya (sic) puedan tener la capacidad de una propuesta de valor más allá que una iniciativa gubernamental, sino que con base en la inversión puedan hacerse tomas de decisiones que impacten de una forma positiva a los aspectos ambientales, sociales, culturales y económicos”.[6]

 (cursivas añadidas)

 

La elocuencia de vendedor salta a la vista, anunciando un futuro promisorio que ya tiene rieles y algunos puntos fijos para detonar -según la oferta y la demanda- el futuro promisorio para todos los inversionistas que arriesguen sus capitales en la península de Yucatán y en Chiapas, que gracias al arte del mercado terminará ordenando la ocupación territorial de sus pobladores e incluso de la propia naturaleza.


Diseño de la estación del Tren Maya en Tulum. Fuente: www.aidia-studio.com

Y como buen vendedor de ilusiones, no trata ni enfrenta las realidades prexistentes que de suyo ya son muy preocupantes, y que tienen que ver con la acelerada deforestación y el avance indiscriminado de lo que por una parte los compañeros de GeoComunes denominan el “tsunami turístico-inmobiliario”[7], y por otra todo lo que ya se tiene documentado en cuanto al avance de las agroindustrias, los nuevos núcleos de población, parques solares, eólicos, de diversión (ecoturísticos) o inclusive arqueológicos sobre las selvas y bosques, y que evidentemente resentirán tanto el circuito como la proyección multidireccional del mal llamado Tren Maya, cuyos rieles serán los vectores de esas ondas expansivas que a la n potencia se proyectará sobre cada milímetro en esos casi 1,500 kilómetros del trazo y se expandirán sobre una de las regiones más densamente pobladas de capa arbórea del país, con más de dos millones de descendientes de los pueblos originarios, alcanzando a más de tres, si se toman en cuenta los otros estados que también sufrirán ese reordenamiento territorial que terminara proyectando el mal llamado tren Maya sobre los estado de Tabasco, Oaxaca y Veracruz) y, que, por cierto de una u otra manera ya está anunciado.[8]

Población de hablantes en lenguas originarias en las siete entidades federativas que terminarán siendo afectados por el mal llamado Tren Maya.

 

Estados

Indígena

hombres

mujeres

población total

Oaxaca

1,165,186

47.4

52.6

4 132 148

Chiapas

1,141,499

49.4

50.6

5 543 828

Yucatán

537,516

50.9

49.1

2 320 898

Quintana Roo

196,060

53.8

46.2

1 857 985

Campeche

91,094

51.4

48.6

928 363

Tabasco

60,526

51.9

48.1

2 402 598

Veracruz

644,559

 

 

8 062 579[9]

 

La región del sur sureste que quedará afectada por el circuito del mal llamado Tren Maya tiene una extensión de 54,568 km2 ó 3,660,982 hectáreas cuadradas y equivale a 27.5 % del territorio nacional con una población de diez millones de habitantes en 2020.

Refiere el Instituto Nacional de Estadística y Geografía que las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena de 3 años de edad y más son: Oaxaca (31.2%), Chiapas (28.2%), Yucatán (23.7%), Quintana Roo (11.7%) y como ya se señaló, es una de las regiones con la más densa capa arbórea del país (selvas, bosques) y cuya masa forestal, por ejemplo, sólo en la península de Yucatán, es considerada como uno de los últimos pulmones importantes del planeta, apreciación que se incrementaría si se tomaran en cuenta el estado de Chiapas,[10] y luego Tabasco y por supuesto Oaxaca y Veracruz, que de una u otra manera terminarán vinculándose al proyecto de reordenamiento territorial que provocará el mal llamado Tren Maya, aunque de suyo tengan su propia dinámica por el Corredor Interoceánico.

Toda esa masa arbórea o forestal, de distinta manera y modos, se encuentra afectada de tiempo atrás, pero tales afectaciones no han acabado con las selvas, bosques y aún con los acahuales (que son tierras de recuperación) y lo más importante en muchos casos, con sus pueblos y comunidades originarias.

Así, por ejemplo, está bien estudiado y documentado que:

La región tropical de la Península de Yucatán ha sufrido fuertes procesos de deforestación, tanto históricamente como en la actualidad, según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor); de 1993 al 2002, los estados de Campeche y Yucatán fueron de los que más pérdidas de cobertura forestal registraron, con 310 y 230 km2/año respectivamente.

Para el mismo periodo, en Quintana Roo se reportan 113 km2/año de pérdida neta de cobertura forestal.

Teniendo en cuenta la superficie deforestada anual en la Península de Yucatán, tenemos un promedio de 800 km2 de pérdida neta en el periodo 2001-2013 de acuerdo con los datos de Global Forest Watch (GFC), lo cual se traduce en que alrededor de un 60 % de la deforestación nacional anual ocurrió precisamente dentro de esta península, donde tan solo en el año 2016 se perdieron 954 km2 de bosque y selva.[11]

Bueno, ya no los voy a cansar con más números; sólo señalaré que a ese panorama de devastación natural, con todas sus claras consecuencias contradictorias, en el año de arranque de la pandemia de COVID-19 (2020) se reportó en Campeche la pérdida de 80 mil 900 hectáreas de selva natural, lo que significó un incremento del 50 % en comparación con 2019, y que si se suman a las pérdidas de los años 2016-2018, arrojan la cantidad de 301 mil 600 hectáreas.[12]

Este sólo ejemplo resulta suficiente para señalar lo que ya está provocando el mal llamado Tren Maya, pues la sola expectativa de dicho medio de transporte ya está dinamizando las inversiones en agroindustrias e inclusive en parques solares que evidentemente no son propiedad de los ejidatarios o comuneros, quienes en promedio detentan cerca del 40% de la propiedad social en sus estados,[13] sino de inversionistas que según esto “se asocian” con las comunidades que son las propietarias de las tierras, que en la mayoría de los casos dan en arrendamiento o las venden en aquellos que ya están parceladas y tituladas.

En algunos casos, los inversionistas contratan a comuneros o ejidatarios como jornaleros. La renta o compra de tierras y contratación de jornaleros termina afectando la cohesión social, los vínculos y trabajos comunitarios e inclusive la propia dinámica comunitaria, pues al no beneficiar al conjunto de las comunidades o de los ejidatarios, sino a una parte de ellos, según los requerimientos de los inversionistas, se terminará erosionando el tejido social, en procesos que muy posiblemente se podrían haber mitigado si se les hubiese tomado en cuenta, si se les hubiese informado de inicio de manera clara, nítida y suficientemente, no solamente respecto a que por sus tierras y territorios pasaría un tren que muy posiblemente les dejaría una derrama económica, sino de lo que verdaderamente se está buscando con el tendido de aquel circuito ferroviario, y que no es otra cosa más que el reordenamiento territorial, y de cómo ellos pueden pensar y proponer “integrarse” al mismo o si de plano no les interesaba y no lo veían bien.

Pero nada de eso sucedió: a los pueblos y comunidades se les sigue viendo y tratando como desde tiempos de la dominación española, como sujetos a ser tutelados, a los que se les debe seguir ordenando lo que deben hacer, y si no acceden a lo establecido por los gobiernos en turno, son llevados al empobrecimiento extremo, atacándolos de mil maneras, como sigue sucediendo hoy en día en Chiapas y con las organizaciones, pueblos y comunidades que se resisten al proyecto del mal llamado Tren Maya en Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

Uno de los voceros oficiales y oficiosos de AMLO –Epigmenio Ibarra-- en una entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva ante las controversias que ha desatado el mal llamado Tren Maya y a la cual se sumaron artistas declaró:

que vayan y conozcan a fondo los problemas, que platiquen con la gente del lugar y que se den cuenta lo que significa el Tren Maya y de realmente los alcances de la posible devastación de la que se habla, pues es una línea muy angosta y ahora hay un programa de reforestación. ¿Qué implica el tren Maya para la población de esa zona abandonada? ¡la selva es un paraíso, para los que la ven de fuera!, ¡la selva es un infierno!; ¡la selva es un pulmón, para todo el planeta! ¡pero para sus habitantes es la asfixia, la pobreza galopante!

No sé si a ustedes, pero para mí lo ya expuesto y sobre todo esas últimas palabras de Epigmenio Ibarra, dejan ver de cuerpo entero al proyecto ferroviario que nos ocupa y a la mal llamada también cuarta transformación como instrumentos de invasión, conquista, colonización, despojo y subordinación de pueblos y comunidades para arrebatarles sus modos de existencia, pues esos modos les parecen insufribles, tal y como lo comenzaron a llevar a cabo las huestes españolas hace 500 años con el famoso Requerimiento que elaboró Juan López de Palacios Rubio en 1512[14], con el propósito de que los conquistadores españoles intimaran a los “indígenas” su rendición ante Dios y ante los reyes de España, pues ya había llegado el día de su bienaventuranza y de nuevas formas de vida.

Requerimiento y acciones que tanto fustigó Fray Bartolomé de las Casas, no sólo por lo inverosímil del mismo, sino por ir justamente en contra de la propia palabra que decía predicar.

El dominico y otras muchas voces, ante la realidad atroz del genocidio que se estaba llevando a cabo en las tierras invadidas y conquistadas por los españoles, provocaron las llamadas Leyes Nuevas, cuyos méritos y limitaciones pueden ser discutidos y ponderados en nuestros tiempos, pero también se pueden invocar para hacer ver que hubo esfuerzos humanos que intentaron remediar lo insufrible.

Lejos estoy yo de aquel personaje, pero con otros compañeros alzamos la voz ante las evidencias que arrojaron nuestra investigación, que descubrió nítidamente la construcción de un discurso de promesas de la bien a-venturanza, que oculta realidades e información que se desplegarán en un futuro próximo, que simula, engaña, miente, todo lo cual no puede anunciar nada bueno, máximo cuando se actúa desde una posición de poder que no consulta, sino que impone su visión de lo que deben hacer, a los que dice defender y que para colmo de males los ve y trata como pobres y miserables, y no como empobrecidos y con una historia de más de 500 años de persecución y de imposición de modos de vida, primero español y luego mexicano.

Nuestras apreciaciones y análisis se pueden consultar en la Denuncia de Hechos que presentamos un grupo de académicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ante la Fiscalía General de la República el 15 de mayo de 2020 y que hasta la fecha no ha sido atendida de ninguna manera.

En ella, no tratamos centralmente lo aquí expuesto, sino lo que tiene que ver con la transgresión, entre otras tantas leyes, a la Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos, históricos y paleontológicos de 1972, ley que se supone la institución donde nosotros laboramos debe hacer cumplir para salvaguardar los bienes nacionales denominados monumentos arqueológicos, paleontológicos, históricos y artísticos, y en contario de lo cual, los funcionarios que la encabezan han sido obsecuentes con los designios del presidente y por lo cual estamos ciertos, toda vez que no se tomado las medidas conducentes para su protección, que serán destruidos de manera continuada en el tiempo cientos de miles de esos monumentos, con la misma velocidad y trajín de los trenes y de la pérdida de bosques y selvas y de los mismos pueblos y comunidades que hoy los habitan.

Por todo lo antes expuesto es que me pregunto si dentro de esos ámbitos es posible suponer que los pueblos y comunidades puedan llevar a cabo libremente su autonomía y autodeterminación. Yo creo que no, pero estoy convencido de que los pueblos y las comunidades no se darán por vencidos y seguirán sus caminos de construcciones alternas, a las que en la medida de nuestras posibilidades creo debemos acompañar sin tratar de ser ellos y menos sus voces, sino desde nuestros propios espacios, tratando de contribuir a ese ensanchamiento del humanismo, que considero ellos no han dejado de enseñarnos. Por su atención muchas gracias.

 

[1] Trabajo presentado el 19 de mayo del 2022 en el marco de Seminario Internacional “La autodeterminación de los pueblos: controversias en Europa y las Américas” dentro de la Cátedra Extraordinaria “Francisco de Vitoria-Bartolomé de las Casas” de la Coordinación de Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

[2] La Región Sur Sureste abarca el 25.6% del territorio nacional, con una superficie de 54,568 km2; con una población en 2010 de 31.8 mdh, 20.1% de la nacional. Esta región se ubica al sur del Eje Neovolcánico Transversal. Cuenta con importantes zonas de litorales en el Pacífico, Golfo y Mar Caribe que alcanzan más de 4,217 km. Cuenta con 1,372 municipios, Oaxaca tiene el mayor número con 570. Para más datos véase Región Sur Sureste, estrategia de desarrollo, Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán 

[3] Para lo que se refería como estrictamente turismo véase: https://www.europapress.es/turismo/mundo/noticia-proyectado-tren-maya-mexico-pasara-900-1500-kilometros-20180816140649.html; y la Denuncia de Hechos Presentada ante la Fiscalía General de la República Mexicana por Felipe I. Echenique March y Juan Manuel Sandoval Palacios, et al., 15 de mayo de 2020 y para lo del reordenamiento territorial en voz de los propios funcionarios véase:  En EL Financiero 09/09/2019 Rogelio Jiménez Pons director de FONATUR declaró se destacó en aquella fecha: “La empresa ganadora de licitación de la ingeniería básica ya está trabajando con Fonatur, junto con empresas e instituciones académicas como la UNAM, el IPN y la UAM, así como universidades de los estados del sureste y tres agencias de la ONU como la UNOPS y ONU-Habitat. Esto fue informado durante la conferencia también, al tiempo que Jiménez Pons explicó a la comunidad española que la operación del Tren Maya (sic) quedará en manos del Estado y estará funcionando en 2023. Asimismo, señaló que en el sureste del país hay carreteras saturadas y un alto costo en el transporte de personas y mercancías; por lo que el Tren Maya (sic) traerá un transporte más eficiente, menos contaminante y que conecte a toda la península. Los trenes son un elemento de integración, como son en Europa. En México se han privilegiado las carreteras. Hoy con el Tren Maya (sic) se pretende promover una política de reordenamiento territorial a partir de este medio de transporte”, mencionó Jiménez Pons.

[4] En el Proyecto colectivo “Espacios Globales para la expansión del capital transnacional en el Continente Americano”, consideran que en dichos espacios globales (Robinson, 2013), en este caso el Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica, que abarca 9 estados del sur y sureste de México, todos los países de Centroamérica y Colombia, además de la República Dominicana, se están creando Zonas Específicas de Intensa Acumulación (ZEIA) para la llegada de los capitales transnacionales. Las ZEIA comprenden un complejo entramado de infraestructuras establecidas para la expansión del capital transnacional y para su intensa acumulación. Comprenden diversos territorios, microrregiones, localidades y zonas urbanas, articuladas por medio de infraestructura de transporte y energética, donde se ha creado y desarrollado la infraestructura industrial para grandes proyectos productivos y/o extractivos, extensivos e intensivos, de corporaciones transnacionales, mismas que son apoyadas financieramente por la banca nacional e internacional y por políticas públicas de todos los niveles de gobierno, así como por acuerdos y tratados internacionales y sus productos se valorizan en las Bolsas de Valores globales. Estas ZEIA se superponen y expanden sobre territorios y localidades urbanas y rurales, limitando procesos de acumulación locales y afectando, en el caso de comunidades que mantienen aún el valor de uso de sus bienes naturales, su reproducción social. Pero las comunidades urbanas y/o rurales responden a ello organizándose para luchar por sus territorios y, en el caso de comunidades y pueblos originarios, por sus territorios y sus bienes comunes (véase, Robinson, William, 2013). Una teoría sobre el capitalismo global. Producción, clase y estado en un mundo transnacional. México, Siglo XXI, y Sandoval, Juan Manuel, 2021, “El Espacio Global para la expansión del capital transnacional y las Zonas Específicas de Intensa Acumulación (ZEIA) del “Proyecto Mesoamérica”: Los casos del Istmo de Tehuantepec y la Península de Yucatán”, en David Ibarra (Coord), Una geopolítica crítica. Debates sobre el espacio, las escalas y el desarrollo desigual. México: Facultad de Filosofía y Letras, UNAM y Ediciones FIDES).

[5] Muchas notas referían que las estaciones turísticas estarían en 17 estaciones: Palenque, Tenosique, Balancán, Escárcega, San Francisco de Campeche, Mérida, Izamal, Chichén Itzá, Valladolid, Cobá, Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Calakmul, pero no queda claro dónde se instalaran los 20 o más “polos de desarrollo”.

[6] El Financiero 15 de abril 2019.

[7] Ver Geocomunes, Gabriela Torres-Mazuera y Claudia Gómez Godoy: Expansión capitalista y propiedad social en la Península de Yucatán, junio de 2020, en: https://geocomunes.org/

[8] Cito nota de Enrique Hernández (Forbes, 28 de abril de 2022):

Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reveló este jueves 28 de abril de 2022 que el Tren Maya tendrá una conexión con el Istmo de Tehuantepec y Guatemala, lo cual detonará el crecimiento económico de Oaxaca, Chiapas y Centroamérica de una forma homogénea.

Nosotros tenemos a la Península de Yucatán desconectada y la conexión ideal que nosotros vemos es con ferrocarril, porque ya había una línea que conectaba a los puertos de Yucatán y Chiapas”, comentó el economista. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador visualizó los proyectos de desarrollo regional para el sureste de México, por lo que se hizo una conexión con líneas de ferrocarril desde cero y carreteras, dijo el encargado de las finanzas públicas. La línea de ferrocarril se está rehabilitando para el corredor de transporte de carga y pasajeros se va complementar con una línea que va recorrer la Península Maya al sur, que es el Tren Maya, agregó. “Entre estas dos líneas (de ferrocarril) habrá una conexión por el lado de Oaxaca y el sureste de Guatemala para conectar el Tren Maya con el Istmo de Tehuantepec y eventualmente con Centroamérica”, expresó dijo en el panel Estrategia nacional de crecimiento y relocalización de las cadenas globales de valor. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Council of the Americas organizaron el foro “Nearshoring: Impulsado oportunidades de inversión en México” para mostrar cómo cientos de empresas salen todos los días de Asia para instalarse en algún parque industrial de México. “Estas conexiones (de las líneas férreas) son proyectos caros, llevan mucho tiempo de planeación y mucho dinero, mucha ingeniería y no se ven de inmediatos sus resultados”, comentó el funcionario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a Susan Segal, Presidenta y CEO, Americas Society/Council of the Americas. “Una vez que haya la conectividad física incorporaremos a dos o tres estados de la República Mexicana a un nivel de actividad económica homogénea con la región, con los recursos naturales y con la misión de desarrollo en el mediano y largo plazo”, comentó. La infraestructura la pone el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Península de Yucatán y el Istmo de Tehuantepec, por lo que luego vienen los grandes proyectos de inversión de las empresas con necesidades específicas, comentó el titular de la SHCP. “En toda la franja del Corredor del Istmo de Tehuantepec adquirimos 10 parques industriales con una gran extensión de tierra para destinarlos a naves industriales de almacenamiento, instalaciones físicas, espacio físico y le vamos atraer infraestructura”, comentó. “El esfuerzo inicial de esto ha sido a puro gasto presupuestal, porque es un proyecto de largo desfase en el tiempo que no se presta para inversión privada excepto si fuera inversión presupuestal”, añadió Rogelio Ramírez de la O. En 2020, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) recomendó a Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, interconectar la red eléctrica, de gasoductos, los trenes de carga y el Maya con Guatemala, El Salvador y Honduras para frenar el flujo de inmigrantes.

“La Integración entre México y Centroamérica debe darse a través de la interconexión de la infraestructura eléctrica, gasoducto, cabotaje y ferrocarriles”, según los mapas del plan Desarrollo Integral Triángulo Norte, un estudio encargado a la Cepal. Los primeros esbozos del documento fueron dados a conocer a embajadores a principios de enero de 2019, así como investigadores del Colegio de México, quienes dieron sus puntos vista sobre el plan para rescatar al Triángulo Norte de Centroamérica. Otras recomendaciones de la Cepal para frenar el flujo migratorio son la vinculación de remesas a políticas de desarrollo productivo, escrituración de tierras, viviendas y activos a jefas de hogar, así como un programa de microseguros para pequeños productores ante eventos climáticos. “Las principales razones por las que migran las personas son la falta de empleo, los bajos ingresos o las condiciones del trabajo, salvo en el caso de El Salvador donde la violencia es mencionada como segunda causa”, dice Cepal, quien también pide incentivar la inversión privada y un trazar un desarrollo territorial transfronterizo entre los cuatro países.

[9] Aunque estos números se deben interpretar como sesgados, pues solamente están contemplados los hablantes de una lengua, ya que el mismo censo de INEGI reconoce que se auto-adscriben como indígenas una cantidad que en algunos casos es casi es el doble o más. 

Las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena de 3 años y más son: Oaxaca (31.2%), Chiapas (28.2%), Yucatán (23.7%), Quintana Roo (11.7%).

[10] De los 32 estados de la República, Chiapas es el segundo con mayor biodiversidad y cobertura forestal, distinguiéndose 17 tipos de vegetación. En el estado se concentra la segunda mayor extensión de bosque mesófilo de montaña y cuenta con grandes extensiones de selva alta perennifolia, la cual es la más biodiversa del país. Además, podemos encontrar selvas bajas caducifolias, bosques de pino-encino y manglares, entre otros ecosistemas. En estos sitios se han descrito más de 4,000 especies de plantas vasculares, cerca de 700 especies de aves y más de 200 especies de mamíferos. En Chiapas habitan 1,252 especies de mariposas el 62% del total de las especies de México. Sin embargo, Chiapas es el segundo estado con mayor deforestación: entre los años 2002 y 2014 se perdieron 2,300.85 km2 de bosques y selvas primarios. La principal causa de la deforestación en el estado es el cambio de uso de suelo por la ganadería extensiva y la agricultura. MARACC, Mapa para la Resiliencia ante el Cambio Climático, 30 de noviembre de 2020.

[11] Alonso Velasco, I. y Velázquez Torres, D. (2019) “El contexto geopolítico de la explotación forestal en la Península de Yucatán, México”. Perspectiva Geográfica, 24(1), 116-137. https://doi.org/10.19053/01233769.8427

[12] Colectivo Geocomunes, Gabriela Torres-Mazuera y Claudia Gómez Godoy (Op. Cit);  Vázquez, David (2022), “Campeche pierde más de 38 mil hectáreas forestales cada año”, Por Esto!, 25 de mayo. Vázquez señala que en 20 años Campeche ha perdido 811 mil hectáreas forestales, convirtiéndose así en el estado con el primer lugar de deforestación en el país, en: https://www.poresto.net/temas/deforestacion-en-campeche-41787.html. Gómez Durán, Thelma (2022), “Península de Yucatán, foco rojo de la deforestación en México”, Mongabay.

Periodismo ambiental independiente en Latinoamérica, 4 de mayo 2022, en:

https://es.mongabay.com/2022/05/deforestacion-en-peninsula-de-yucatan-mexico-entrevista/

[13] Ibidem.

[14] “De parte del muy poderoso y muy católico defensor de la iglesia, siempre vencedor y nunca vencido el gran Rey don Fernando V de España de las dos Sicilias, de Jerusalén, y de las Islas y tierras firmes del Mar Oceáno, etc.  Tomador de las gentes bárbaras, de la muy alta y poderosa Sra. La Reina Doña Juana, su muy cálida y amada hija, nuestros Señores, yo Dávila su criado, mensajero y capitán, los notifico y las hago saber como mejor puedo:

Que Dios nuestro señor único, y eterno, creo el cielo y la tierra, un hombre y una mujer de quienes nosotros y vosotros fueron sus descendientes y procreados y todos los de después de nosotros vinieron, más la muchedumbre de la generación y de esto ha sucedido de cinco mil y más años que el mundo fue creado, fue necesario que unos hombres fuesen de una parte y de otros fuesen por otra y se dividiesen por muchos reinos y provincias de que una sola no se podían sostener ni conservar.

De todas estas gentes nuestro señor dio cargo a uno que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor superior, a quienes todos obedeciesen y fuesen cabeza de todo humano, donde quiera que los hombres estuviesen viviesen en cualquier ley, secta o creencia, pidiéndole a todo el mundo por su reino, señorío y jurisdicción, y como quiera que le mando propusiese su silla en Roma como el lugar más aparejado para seguir el mundo, también le permitió que pudiese estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo, y juzgar, y gobernar a toda la gente, cristianos, moros, judíos, gentiles y de cualquier otra secta o creencia, a este llamaron Papa, que significa admirable, mayor y guardador.

 A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y Superior del Universo, los que en aquel tiempo vivían y asimismo han tenido todos los otros que después de él fueron al pontificado elegido y así se ha continuado hasta ahora y así se continuará hasta que mundo se acabe.

Uno de los pontífices pasados que en lugar de este mundo, hizo donación de estas Islas y tierra firmes del Mar Océano, a los ricos Rey y Reinas y a los sucesores en  estos reinos, con todo lo que en ellas hay según contienen en ciertas escrituras que sobre ellos basaron, así que sus Altezas son Reyes y Sres. De estas Islas de tierras firmes, por virtud de dicha  donación y como a tales Reyes y Sres. algunas Islas más y casi todos a quienes esto ha sido modificado has recibido a sus altezas y las han obedecido y servido y sirven como súbditos la deben hacer, con buena voluntad y sin ninguna resistencia, luego de su inclinación como fueron informado de lo susodicho, obedecieron y recibieron a los valores religiosos que sus Altezas profesaban para que les predicasen y enseñasen la Santa fe, y todos ellos de su humilde y agradable voluntad sin apremio ni condición alguna se hicieron cristianos y lo son, sus Altezas los recibieron alegres y así los mando a tratar como a los otros súbditos y vasallos, los otros son pedidos y obligados a hacer lo contrario.

Por ende, como mejor puedo os ruego y quiero que entendáis bien lo que he dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo y reconozcáis a la Iglesia por Señora y Superiora del universo mundo y al sumo pontífice llamado Papa en su nombre y a Rey y a la Reina nuestros señores en su lugar como Superiores y Señores y Reyes de esta isla y tierra firme por virtud de la dicha donación y consentías en qué lugar a que estos padres religiosos o declaren los susodichos.

Si así lo hicieres te ha de ir bien y aquello a que estas obligado, y sus altezas en su nombre los recibirán  con todo amor y caridad, los dejarán vuestras mujeres hijos y haciendas libres, sin servidumbre, para que de ellas y nosotros hagáis libremente lo que quisieres y bien tuviese y no os compelerán a que tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad quisieres convertir a la religión católica como lo han hecho casi todos los vecinos de estas islas y demás de esto su Alteza dará muchos privilegios exenciones que gozaran muchas veces.

Si no lo hiciereis en ello dilación maliciosamente pusieres, os certifico que con la ayuda de Dios entrare poderosamente contra vosotros y os haré guerra por todas partes y maneras que tuviere y  sujetaré al yugo y obediencias de la iglesia y de sus Altezas y tomaré a vuestras personas y alas de vuestras mujeres e hija y a los haré  esclavos y como tales los venderé  y dispondré de ellos como su Alteza mandare, y os tomare vuestros bienes, y os haré  todos los males y daños que pudiere como vasallos que no obedecen y que no quieren recibir a sus señor y le resisten y contradicen y protesto de los muertes y daños que de ellos se registraren serán a culpa vuestra y no de sus Altezas ni mía, ni de estos caballeros que conmigo vinieron y de cómo lo digo, requiero, pido al presente Escribano que me lo de como testimonio firmado a los presentes ruego que de ellos sean testigo.” Hanke, Lewis (1949). La lucha por la justicia en la conquista de América, Buenos Aires: Editorial Suramericana, págs. 53-55.