Número 70

48 La población de Munérachi asciende aproximadamente a 32 familias, 113 rarámuri (CONAPO, 2012b), a la que se le suman seis integrantes de la única familia mestiza, tendera en la ranchería desde el 2016. Ninguna casa-habitación o escuela cuenta con servicio de agua entubada o drenaje; aunque se han habilitado baños secos cerca de algunos hogares no se usan; las viviendas tienen un solo cuarto, techo de lámina y piso de tierra; la escuela primaria y secundaria tienen piso de cemento y el telebachillerato aún sigue en construcción y habilitación. El tejido de las demás rancherías de filiación étnica señaladas oscila entre 10 – 30 rarámuri por localidad, y no cuentan con ningún servicio básico. Diseño de la investigación y métodos Se llevó a cabo una investigación cualitativa de tipo transversal, descriptiva-analítica, cuya línea del tiempo abarcó siete temporadas de campo a lo largo de cuatro años, con estadías de al menos mes y medio de permanencia en ranchería. Las personas por varias vías y dinámicas aportaron datos primarios, considerando las vidas individuales interconectadas con énfasis en la etnicidad, género y generación, implicadas por ciertos eventos históricos, cambios económicos, sociales y culturales, tal como lo señala el curso de vida (Blanco, 2011). El intercambio y la producción de conocimientos colaborativa fueron elementos imprescindibles pues se suscribe el planteamiento de Santos (2007) sobre desarrollar una ecología de saberes, es decir, una epistemología que reconozca la pluralidad de pensamientos heterogéneos y que confiera énfasis a interconexiones dinámicas que existen entre ellos, en donde el conocimiento se concibe como una intervención en la realidad (p. 66) más que una jerarquización de conocimientos occidentales sobre otras formas colonizadas de conocer, narrar y compartir experiencias y reflexiones sobre el chérame ju, ser vieja(o) y el proceso de envejecimiento asociado desde la perspectiva rarámuri. Desde un inicio se propuso implementar un enfoque teórico-conceptual y metodológico flexible y creativo que tomara en cuenta tiempos y maneras o procedimientos de las comunidades, y no sólo se llegara a extraer el dato. Asimismo, se llevó a cabo una estrategia ética intercultural que suscribe la no reproducción del modelo de discriminación hegemónico para dar ese paso ético a la investigación que considere los elementos teóricos y el carácter práctico del dato empírico (Ruíz, 2016; Atkinson y Delamont, 2006; Freeman et al., 2007; Denzin 2009), pretendiendo comprender a la alteridad y la naturaleza de sus relaciones y las potencialidades de la interlocución en el espacio de investigación, donde la validación del conocimiento no se dará únicamente desde la distancia de lo académico y lo objetivo, sino desde la palabra y la reciprocidad (Pérez-Daniel y Sartorello, 2012) para después traducir este conocimiento, llevarlo al ámbito de lo público-político y generar impulsos hacia un reconocimiento polivalente que considere las narrativas racializadas y las desventajas acumuladas a lo largo de su devenir como géneros y generaciones de tradición rarámuri. Recolección y análisis de datos El muestreo se llevó a cabo por conveniencia para la investigación y su delimitación geográfica y cultural fue in situ. Se trabajó en las rancherías rarámuri que conforman la ancestral pero actual red de habitabilidad, parentesco y migración estival serrana, barranca – cumbre. En el caso de la colaboración rarámuri se decidió en colectivo la firma de una carta de autorización con consentimiento de causa (consentimiento informado), en tarahumar y español, por parte del gobernador indígena de la región, debido a la particularidad lingüística y de aproximación sociocultural, ya que la mayoría de participantes son monolingües. Así, en la construcción compartida del conocimiento y su vaivén dialéctico se recurrió al método etnográfico y a diferentes modelos y técnicas que proponen la teoría fundamentada y la investigación acción participativa con sus vertientes hacia el desarrollo comunitario (Restrepo, 2010; Walsh, 2013; Whitewater et al, 2016; Curiel, 2014). La mayoría de quienes colaboraron en este conocimiento conjunto participaron rei-

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