Número 68
27 hermosa no sólo fueron fábricas que impulsaron el desarrollo industrial del país, fueron espacios que atestiguaron actos humanos, como el amor, la amistad, la creación de familias y la lucha por los derechos obreros. Dentro de esas paredes se hilaron en la tela de vida de los trabajadores des- tinos que convivieron en un mismo espacio. En nuestra estancia en el poblado de San Agustín Etla, seguimos las pistas de los cuatro tarjetones que encontramos con referencia de obreros del poblado de Etla, y estas nos llevaron a familiares y algunos pocos obreros que aún se- guían vivos y relataban haber trabajado en la fá- brica de la Soledad y en la “Manchester Veracru- zana”. Uno de estos obreros fue Don Heliodoro Hernández, a través de su testimonio en una en- trevista semiestructurada, nos develó que, había más de 900 trabajadores por día entre tres tur- nos, el área que más le gustaba eran los telares de tejidodurante el segundo turno de 15:00 a 22:00 horas, pues le permitía comer con su familia e ir y regresar a caballo de su rancho en San Agus- tín Etla. Con excepción de los sábados, porque se quedaba el fin de semana en el rancho ubicado en la corona, cultivando y cuidando sus árboles de duraznos y manzana, de los cuales Don Heliodo- ro al hacer memoria en la entrevista, recordó con mucho gusto y orgullo esa época de su vida. Ese transitar entre la vida rural y el trabajo arduo en la fábrica, era posible gracias a la alternancia de dos mundos: el natural y el artificial. Es indiscutible que las máquinas se deben al obrero, porque es a partir de su fuerza de tra- bajo que los espacios fabriles cobran vida tan es así que las calderas parecen respirar, el corazón de las turbinas late y la voz de la fábrica a tra- vés del manejo de los obreros se hace presente y estridente. Entre todos los ruidos que parecen caóticos, pero tienen su propia lógica de ritmo al que tienen que sonar para poder funcionar, se crea música. Esa melodía que pareciera enten- dible solo para los directores de la orquesta que son los obreros, que se entienden con ese len- guaje y que se comunican con ella y entre ellos. La turbina les susurra cuándo bajar la velocidad de la banda, porque se adelantaron algunos te- lares, o cuando es posible dar máxima poten- cia para incrementar la producción. Según los obreros, las máquinas también les hablan cuan- do enferman y ellos saben de qué se queja existe una relación íntima con la máquina para que la fábrica pueda funcionar. Repensar en la importancia de los obreros y en su impacto en términos económicos, polí- ticos y sociales es de vital importancia porque permite visibilizar a un sector de la población que con su fuerza de trabajo dio paso a la era industrial en México. Desde la perspectiva de la autora María Nove- lo el impacto de lo que significó el arranqué de la era industrial en México es mucho más profundo aleccionador porque nos permite un acercamien- to a la comprensión del proceso industrializador y cómo fue tomando carta de nacionalidad.” Es importante mencionar que durante la era industrial también se dieron injusticias, explo- tación, revueltas, huelgas, la muerte y la vida. En las fábricas los trabajadores comenzaron a cuestionarse el sentido del trabajo, las condicio- nes que merecían para tener una vida digna, la forma de recuperar su espacio laboral con jus- ticia social, lo cual implicaba mejores salarios, horarios de trabajo razonables y la creación de sindicatos con el cometido de proteger y velar por los derechos de los trabajadores. A lo largo de la historia el trabajo y la re- flexión de su importancia en la sociedad ha sido un tema de relevancia y de investigación como ejemplo Engels señaló en su ensayo El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre , la siguiente reflexión: “El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.” 2 2 Federico Engels. 2014 El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre 5° ed. (México: Éxodo 2014), 78
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=