Número 67
14 16 más críticas y/o contestatarias. La recepción juvenil latinoamericana de las culturas viajeras es creativa y selectiva, el mercado de las industrias culturales no ha podido desactivar los canales de la economía in - formal y de las ofertas alternativas y críticas. La permanencia cultural urbana del blanquear y limpiar En nuestro tiempo es más que conocido que las ideas e imágenes estigmatizantes de filiación higienista coadyuvaron al despliegue de una visión moderna, autoritaria y etnocida a lo largo del siglo xix y xx , aun- que no pudieron desactivar otras resignificaciones, generadas por las culturas populares subalternas, ni suprimir aquellos sentidos y símbolos sedimentados a lo largo de los siglos en nuestros imaginarios ur- banos latinoamericanos. Despedimos al siglo xx con la afirmación de lo que Gilles Lipovetsky ha denomi - nado “la época del anticonformismo” individualista y hedonista [Lipovetsky, 1996], aunque se equivoca en pensar que ésta tiene un sesgo más igualitario y que hay una menor voluntad controlista sobre el cuerpo. Es todo lo contrario, según lo revelan otros mirado - res culturales. Hay quien afirma a contracorriente, y no sin razón, que bajo este “voraz pancapitalismo” propio de esta “era dominada por las utopías egoís- tas”: “Quizá nunca en la historia el cuerpo humano fue percibido con tanto desdén como ahora”, debido a la emergente cultura cibernética y sus perceptibles juegos de simulación incorpórea, como a su novísi- mo mapeo genético que determinará lo desechable, reemplazable, intercambiable y multiplicable de sus fragmentos” [Yehya, 2001:14 y 23] . Realmente lo que nos preocupa son los usos clasistas y neoconservado - res del cuerpo en el territorio virtual y real, así como el manejo discrecional del mapa del genoma huma- no para reafirmar la hegemonía del modelo blanco. Además de ello, asistimos en América Latina a la reactualización de imágenes y creencias estigma - tizantes que generaron las clases hegemónicas en torno a las expansivas ondas “contaminantes” del cólera, el SIDA, la tuberculosis y la más extremista de las pobrezas inducidas, que no abren muchas posibi - lidades de aséptica interpretación política y cultural. A lo largo de más de una centuria, las obsesiones de las oligarquías y burguesías latinoamericanas emula - ron a su manera el discurso higienista del control so- cial y la modernización urbana de los europeos. Así, la tierra hedionda y fangosa, el agua estancada, el cadáver putrefacto, la basura y la vivienda miserable se fueron desplazando de lo público a lo privado u oculto, acaso porque las coordenadas higienistas del proceso urbanizador ya las había eliminado, deodori - zado o resituado en la periferia. A mediados del siglo xix , tras las epidemias del cólera en las ciudades europeas y las capitales lati - noamericanas, la mirada medicalizada de los admi - nistradores urbanos se desplazó hacia los espacios de vida de los pobres. Así, por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires, tras la epidemia de la fiebre amari - lla de 1871, el reordenamiento higienista de la ciu - dad orientó a la burguesía porteña hacia el norte y dejó al sur, bajo el estigma de lo insalubre y lo pobre, bajo el reino especulativo de los conventillos y la ul - terior campaña controlista sobre sus ocupantes y sus espacios privados. Pero el caso de Buenos Aires, más allá del acontecimiento que marca la primavera hi - gienista porteña, revela una vez más que el discurso higienista sostuvo, tanto en Europa como aquí, una mirada devaluada de la ciudad [Bonastra, 1999:2]. Tiene razón Corbin al señalar que la burguesía y, en nuestro caso agregaríamos que también las oligarquías, encontraron una coartada higienista para subrayar … la fetidez de las clases trabajadoras y, por ende, el acento sobre el riesgo de infección que su sola presencia comporta, que con - tribuye a mantener dicho terror justificativo en el cual la burguesía se complace y que pone un dique a la expresión de sus remor - dimiento” [Corbin, 1987:159]. Las nociones y creencias sobre lo sucio tienen un indudable referente visual e implicaciones valorativas
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