Número 65
68 69 ayudado para muchas cosas, es muy necesario. En el instituto de educación básica nos ayuda tener energía eléctrica, podemos conectar las computadoras, trabajar y los alumnos pueden hacer tareas” (Profesora del Instituto de Educa- ción Básica, entrevista 2017). La instrumentación efectiva de la gestión so- cial de los recursos en el territorio sin la bús- queda de ganancias económicas, permite la existencia de una lógica distinta de producción hidroenergética que no necesariamente requie- re del acaparamiento de agua ni la exclusión de la población. Sobre lo cual señala el personal técnico del proyecto: Tener nuestra propia energía nos hace más li- bres, sabemos en qué se gasta todo el dinero que se recauda, no es para una sola persona para hacerse rico. Nosotros pagamos menos el servicio de la energía, pagamos sólo 30 Quet- zales al mes y eso es económico; con empresas, otros pagan hasta 500 Quetzales. (Técnico del proyecto de luz de la Comunidad 31 de Mayo, entrevista 2017). La relevancia de la producción hidroeléctrica comunitaria radica en que los pueblos toman en sus manos el diseño, la construcción, la operación y la distribución de los servicios a las comunida- des. Así lo deja en claro uno de sus fundadores: La importancia de la luz comunitaria para no- sotros es que los pueblos, las comunidades, son los que toman en su mano este trabajo, esta re-construcción de las comunidades; por otro lado, también es que estamos amenazados por las empresas, si nosotros tenemos un proyec- to aquí pues ya no tiene sentido que venga una empresa a vendernos luz o decirnos si queremos luz, ellos nos pueden decir que la luz que ellos trabajan es para el desarrollo de los pueblos pero sabemos exactamente que es para ellos, para el capitalismo. (Fundador de la aldea Unión 31 de mayo, entrevista 2017). Mediante el esfuerzo colectivo, las comuni- dades establecieron sus propios sistemas de ge- neración y distribución de electricidad. Estas experiencias rompen con la lógica de gestión y cultura empresarial, ya sea pública, privada o mixta y desarrollan procesos de autogestión por parte de los mismos habitantes con un alto sen- tido de respeto al ambiente, según lo refieren los integrantes de las CPR: Cuando las comunidades pueden planificar una su hidroeléctrica, eso sí es verdadero; pero los grandes proyectos de hidroeléctricas están en contra del pueblo. Los grandes poderosos que quieren acaparar el río y tienen mucho odio de que las comunidades de la Zona Reina tengan sus hidroeléctricas comunitarias. (Integrante de las Comunidades de Población en Resistencia, entrevista 2017). Conclusiones En Guatemala los dispositivos mediante los cua- les las empresas imponen su agenda energética han sido, en comúnmente, violentos y devasta- dores para los territorios indígenas y campesi- nos en donde establecen sus negocios. Por esto se distinguen dos lógicas distintas: la generación de hidroenergía comunitaria frente a la produc- ción energética empresarial. El modelo de desarrollo empresarial es ex- cluyente. Se inserta en la vida de las comunida- des con autoritarismo por medio de la violencia estatal. Las compañías generadoras de hidroe- nergía cuentan con el respaldo de los gobier- nos, que la mayoría de las veces, responden con disposiciones jurídicas que buscan deslegitimar las decisiones de las comunidades tomadas en asambleas y mediante consultas internas o re- gionales, difundiendo una imagen de los pobla- dores como contrarios al desarrollo económico o simplemente a través de la intimidación (Sala- manca y Astudillo, 2017: 27). Como consecuen- cia han surgido una serie de conflictos por el malestar de la población que provocan los em- presarios con sus intromisiones. Profesora y alumnos del Instituto de Educación Básica. Fuente: Ana Pohlenz de Tavira, aldea Unión 31 de mayo Xecoyeu en Zona Reina, Quiché, Guatemala (2017). Río Pajuil y el pequeño embalse. Fuente: Ana Pohlenz de Tavira, aldea Lirio Putul en Zona Reina, Quiché, Guatemala (2017).
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