Número 65
138 139 Tierra de resistentes , articulación de luchas comunitarias contra la apropiación capitalista de los bienes comunes: un ejercicio de periodismo colaborativo Rocío Juárez Nogueira 1 Introducción A nte el despojo que se expande por diversos territorios del sur global, observamos que los proyectos mineros, forestales, energéticos, agroindustriales y de infraestruc- tura se despliegan de manera apabullante mos- trando a cabalidad el dominio de las necesidades de acumulación y reproducción capitalista. Res- paldadas por narrativas de inclusión, combate a la pobreza y desarrollo económico, las activida- des extractivas forman parte de las estrategias de supervivencia de los países dependientes que trasladan las afectaciones hacia territorios de pueblos y comunidades indígenas, afrodescen- dientes y campesinas; de esta manera las pobla- ciones ven amenazadas el sustento cotidiano y, por lo tanto, la vida. Actualmente, los impactos del virus SARS- CoV2 revelan el abanico multidimensional de la desigualdad y la racionalidad sobre la que se ha montado y legitimado la expoliación de ecosis- temas y formas de vida. El estado de emergencia sanitaria no ha parado los embates del capital, en cierto modo ha facilitado la operación im- pune para obras y proyectos; así como los actos represivos y asesinatos en contra de defensores ambientales quienes se mantienen organizados y activos, ya que la lucha es por la sobrevivencia. 1 Antropóloga y estudiante del Doctorado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM. Dirección electrónica: marojuno@gmail.com. Crisis capitalista y devastación ambiental La crisis civilizatoria en la que estamos envuel- tos tiene uno de sus pilares en la devastación am- biental por lo que es indispensable trascender la dicotomía sociedad-naturaleza que desvanece la relación simbiótica de nuestra materialidad con el entorno. El extrañamiento hacia “lo otro”, “el otro” y hacia nosotros mismos ha permitido la expropiación de la conciencia de fuerza natural que encarnamos y la capacidad transformadora del trabajo como actividad vital que también im- pacta al pensamiento, como refiere Bachelard: “El trabajo nos ofrece una suerte de psicoanálisis natural. Este psicoanálisis lleva sus poderes de liberación a todos los estratos del ser” (1994: 61). En este sentido, como afirma Galafassi la se- paración arbitraria entre sociedad y naturaleza hay que entenderla en toda su complejidad, en tanto no se limita a una intervención manual, sino que corresponde a un entrelazamiento multidimensional que establece formas de re- lacionarse con y en el mundo: “Al ser la sepa- ración la marca de origen, luego se manifiesta en cada uno de los aspectos cotidianos que van siendo paulatinamente cercados y privatizados para poder así el capital administrarlos” (2018: 40). El capitalismo como sistema histórico abre un abismo siniestro entre la capacidad trans- formadora y creativa de la actividad humana, y la subsistencia que cada vez es más precaria. Absorbiendo procesos, energía, fuerza, ciclos, agua, nutrientes, minerales y demás elementos estratégicos para la continuidad de la lógica de acumulación, el capitalismo funciona a través y en la naturaleza que también somos nosotros valiéndose de una serie de mediaciones donde el poder y las jerarquías se instalan arbitrariamen- te profundizando la desigualdad. Ante la devaluación de las vidas y trabajos de los seres humanos y procesos de la naturaleza es necesaria una vinculación dialéctica como afir- ma Moore, donde el capitalismo se inserta en un entrelazamiento entre naturalezas humanas y extrahumanas donde los límites materiales no están al margen de la historia y la acumulación de capital forma parte de la trama de la vida (Moore, 2020:44): La explotación de la fuerza de trabajo y la apro- piación de la naturaleza están entretejidas en la pulsión del sistema por la mercantilización infi- nitas. A partir de eso, se desprende que todas las relaciones entre seres humanos son-ya- siempre relaciones ‘de la naturaleza’ y ‘hacia el resto de la naturaleza’ al mismo tiempo. Desde esta perspectiva, como afirma Moore, habría de plantearse una mirada que articule múltiples relaciones que conforman una ecolo- gía mundo que se desarrolla en diversas escalas interdependientes donde las especificidades históricas y geográficas son atravesadas por di- námicas de vida que trascienden y desafían el dominio del capital como forma de relacionarse material y simbólica como especie y con el mun- do de vida del que forma parte. De igual manera, encontramos la entropía como ley indiscutible que nos regresa la crudeza de un espejismo en el que la extracción de “recursos naturales” apa- rentemente ilimitados se montan sobre la muer- te y destrucción ampliada; por lo que cada vez es más visible su impacto. Así, una vorágine de imágenes de ríos, océa- nos y cuerpos de agua contaminados, basureros incontenibles, derrames de petróleo, glaciares derritiéndose, especies en peligro de extinción, suelos devastados por la lixiviación, bosques arrasados por la especulación forestal, agroin- dustrial y ganadera, se combinan con notas in- formativas sobre luchas y resistencias comuni- tarias que ven amenazados sus territorios, su alimentación, su salud, su mundo y el futuro de sus hijos. La muerte y la represión se presen- tan como el hito del conflicto; las simulaciones estatales como el analgésico superfluo que con- vierte la injusticia en una masa densa cotidiana e imperturbable sumergida en el rápido movi- miento de la información. Tierra de resistentes: una propuesta periodística de trabajo colaborativo El ámbito noticioso es un reflector importante del registro de un sinfín de tropelías que agen- tes estatales, empresariales y caciques locales ejecutan en diversos contextos en los que apro- vechan conflictos internos y relaciones de po- der entre integrantes de diversas poblaciones para operar mecanismos no sólo represivos sino también de cooptación y prebendas que entur- bian procesos organizativos y de resistencia. Por lo tanto, es necesario detenerse un mo- mento y escuchar las voces y experiencias de combate en las que otras miradas y formas de habitar el mundo apelan a su derecho a una vida digna amenazada por la especulación sobre sus territorios ante las necesidades de reproducción del capital. Tal es el caso del proyecto Tierra de resistentes ( https://tierraderesistentes.com/ es/) , un ejercicio de periodismo colaborativo transnacional que articula procesos organizati- vos de lucha y resistencia contra la impunidad y el olvido frente a la apropiación capitalista de los bienes comunes. La plataforma es organizada por el Consejo de Redacción, apoyada por la Deutsche Welle Akademie (DW) y la Agencia de Cooperación Alemana. Reúne el trabajo de 76 personas entre periodistas, editores, ilustradores, traductores, analistas de datos, fotógrafos y camarógrafos que documentan procesos organizativos frente al despojo territorial a través de la recolección de información producida por instituciones oficia- les, organizaciones sociales, archivos en prensa y el trabajo en terreno a través de diversos países
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