Número 65

132 133 acciones o indicadores de violencia 4 , su estrecha relación con grupos armados legales e ilegales que someten a las poblaciones de incidencia de la empresa, y presume fuerza diplomática con el apoyo incondicional de la embajada canadiense en México. Todo en conjunto es suficiente para someter, desarticular o desaparecer expresiones de organización, por ejemplo, de trabajadores o de resistencias comunitarias ante este tipo de megaproyectos, tal como sucedió con el someti- miento, asesinatos, desapariciones y secuestros ocurridos en contra de dirigentes de las y los tra- bajadores de la minera Torex Gold que deseaban formar una sección sindical diferente a la actual en poder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Suficiente también para usar a in- 4 Cuando nos referimos con acciones o indicadores de violencia, se tra- ta de expresiones en las que prevalecen por lo menos 5 de los siguien- tes aspectos: extorsión, secuestro, asesinato, desapariciones, despojo, desplazamiento interno forzado, fosas clandestinas, sometimiento de las estructuras de gobernanza locales desde las agrarias hasta las municipales e incluso sindicales y de procuración de justicia, toques de queda, confron- tación entre grupos armados antagónicos, expansión o contracción terri- torial frecuente, reclutamiento de jóvenes, violencia contra las mujeres y la combinación de trasiego de drogas y armas que poco a poco van quedando desplazadas o compensadas por la creciente extorsión. vestigadores de la UAGRO para manipular resul- tados de muestreos fisicoquímicos del agua que fueron solicitados por los pescadores en la comu- nidad de nuevo balsas a favor de la empresa, a pe- sar de que observaron la muerte masiva de peces por derrames no reconocidos por la empresa. Al- canza también para impedir la generación de ex- pedientes o carpetas de investigación judicial en contra de los directivos de la empresa que inhibe la aclaración y en consecuencia la impunidad y falta de procuración de justicia ante los hechos de violencia, asesinatos, extorsiones, secuestros y desaparición de trabajadores de la misma com- pañía. Estas y otras expresiones de sometimien- to y control sobre las poblaciones aledañas a los proyectos mineros son un común denominador. Carrizalillo: atípico, rebelde y su “necedad” de pelear contra la empresa minera, a pesar del riesgo En medio de ese territorio de brillo dorado, pero plasmado de una locura que parece interminable y delimitada, determinada y manifiesta por el poder minero trasnacional en donde la violencia es parte de la “vida cotidiana”, ahí se encuentra el ejido de Carrizalillo del municipio Eduardo Neri, habitado por mujeres y hombres dignos quienes han roto con todas “las formalidades de la imposición” y tradición que las jerarquías de los gobiernos y los megaproyectos establecen en cientos de comunidades tanto en México como en Latinoamérica. En ese ejido, ahí en donde la relación de poder es tan pero tan asimétrica, hay una lucha permanente por arañar al máximo los maltrechos derechos humanos y, al menos por unos días, de vez en vez, se da un fuerte reen- cuentro ciudadano y campesino que se dignifica desde un extraño pero elocuente retorno al sig- nificado de lo que simboliza ser pueblo. El ocho de enero del 2007, las y los habitantes de Carrizalillo empezaron a escribir su propia historia. Ese día no importaron los riesgos que enfrentarían por manifestarse y luchar en contra de los acuerdos previamente establecidos en un convenio de tierras 5 con la otrora poderosa com- pañía minera la canadiense Goldcorp. No impor- tó tampoco el despliegue policiaco del gobierno estatal y municipal que derivó en la detención de más de 80 pobladores del ejido, entre ellos meno- res de edad, las y los queridos abuelos, así como también la detención de compañeros con capaci- dades diferentes, porque se “atrevieron” a recla- mar sus derechos y, ante los oídos sordos de sus gobernantes, decidieron detener la operación de la empresa. Nada de eso importó, salvo la fuer- za social gestada desde la discusión y el acuerdo colectivo. Es así como dio comienzo una de las luchas más ilustradoras, duras, y retadoras que ha tenido la Red Mexicana de Afectadas/os de la Minería (REMA), sin que ello signifique que no hayan y continúen sufriendo las barbaridades de 5 Ese convenio fue inscrito y aceptado en el Registro Agrario Nacional (RAN), a pesar de que el convenio estableció claramente la compra de tie- rras de uso común, lo cual en México está prohibido y para nosotros eviden- cia el contubernio de la Procuraduría Agraria (PA) a favor de la trasnacional. Se han identificado 183 comunidades con indicadores graves de violencia en las áreas concesionadas. En esta zona se estiman aproximadamente 15 mil desplazados internos forzados. Fuente: REMA (2020). Vista satelital del proyecto minero “Los Filos”, de la empresa canadiense Equinox Gold, el cual ocupa el 85% de todo el territorio del ejido Carrizalillo. Fuente: REMA (2020).

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