Número 65

118 119 No obstante, en este caminar no estamos so- los ni mucho menos como Asamblea pues con- tamos con el apoyo de organizaciones sociales hermanas con las cuales nos hemos vinculado y articulado para llevar a buen puerto el obje- tivo de nuestros pueblos. Organizaciones como Articulación Yucatán, un cuerpo de académicos entre los cuales destacan antropólogos, agróno- mos y arqueólogos; así como las redes de resis- tencia y rebeldía, el Congreso Nacional Indíge- na (CNI), Indignación Derechos Humanos AC y otras organizaciones hermanas con sede en los estados de Quintana Roo y Campeche. Con ellas fortalecemos la lucha por la defensa de nuestros territorios, el agua, la Madre Tierra y la vida que es el objetivo central de nuestra lucha. En esta coyuntura, entre la lucha contra los eólicos, fotovoltaicos, agrocultivos y transgé- nicos, de pronto a finales de 2018, el gobierno federal anuncia la construcción de un tren que, entre comillas, beneficiaria a los pueblos mayas por donde circularía. Este consta de más de 1500 metros de tendido férreo en medio de reservas naturales que vienen a agravar la situación ya de por si crítica que atraviesa la península, un tren sin previo estudio de impacto ambiental, sin una evaluación ambiental estratégica y peor aún que se impone con el montaje de mentiras y pantomimas como la folcklorización de nues- tras ceremonias tradicionales en un esfuerzo por convencernos de que la Madre Tierra ya concedió permiso para ser atravesada, corta- da en pedazos y desollada por los millones de personas que serán atraídas seguramente por el falso espejo de desarrollo. El turismo llegara en avalancha a poblar los “polos de desarrollo” que se pretenden construir a lo largo del tendido. Este tren es un proyecto que agrava el estrés hídrico que ya padecemos gracias a las mega granjas porcinas que tienen una capacidad de producción aproximada 2 millones 200 mil cer- dos y el excesivo consumo de agua que esto su- pone. Por si fuera poco, la implementación de este proyecto se da en un marco de violación a los derechos de nuestros pueblos ya que no se lleva a cabo una consulta libre, previa e infor- mada como se establece en la legislación nacio- nal e internacional. Ante este nuevo atentado a nuestras costumbres, tradiciones, formas de vida y organización comunitaria nos damos a la tarea de organizar a la mayor cantidad posi- ble de comunidades a fin de presentar la batalla legal ante este monstruo depredador. Un mons- truo que alienta e impulsa aún más el despojo de nuestro territorio para beneficiar a las trans- nacionales y políticos que esperan lucrar con nuestras tierras, nuestra agua y aire, como lo han hecho desde hace mucho tiempo. Cabe mencionar que a la fecha con trabajo y esfuerzo hemos logrado incidir en 64 comuni- dades que han decidido impulsar la lucha por la vida y para la Asamblea es motivo de alegría y satisfacción que nuestros pueblos hermanos nos permitan caminar con ellos en esta guerra plan- teada por el capitalismo a los pueblos indígenas, ya no solo de México o Yucatán, sino del mundo entero. Una guerra que como hemos dicho infi- nidad de veces, pretende el exterminio de toda cultura y pueblo originario para apropiarse de los bienes comunes que se encuentran en nues- tros territorios. Para esto no vacilan en inventar y acuñar términos rimbombantes que se oyen bien y apantallan a quien los escucha sin tomar- se la molestia de analizar lo que se esconde de- trás de los discursos del desarrollo, la sustenta- bilidad o la sostenibilidad. Gran parte del trabajo sucio de las institucio- nes, empresas y políticos es la que realizan algu- nas de las supuestas Organizaciones No Guber- namentales (ONG, OSC), que se infiltran en las comunidades cual caballo de Troya bajo un falso perfil altruista. Pues mientras pretenden ayudar o apoyar a la gente (en nada prácticamente), van introduciendo nuevas formas de vida cambian- do nuestras formas de organización y vida co- munitaria, e introducen también prácticas de culturas mercantilistas a fin de ir desplazando nuestros conocimientos ancestrales, cultura e identidad. De esta manera, fomentan el des- arraigo y sentido de no pertenencia a nuestro pueblo, de tal manera que al llegar las encuestas (siempre amañadas) por lo general salen posi- tivos a favor de las empresas que patrocinan a estas organizaciones enviadas como escuadrón de avanzada para allanar el camino a los mega- proyectos de muerte que cada día se imponen en mayor número en nuestro territorio. En todo México son aproximadamente 68 los pueblos, naciones, tribus y barrios indígenas que mantienen tierras, bienes comunes, culturas, lenguas y organización autónoma, y paradójica- mente es en nuestros territorios precisamente donde se pretenden imponer los megaproyectos ya mencionados, presentándolos como proyec- tos para el desarrollo. Pero la pregunta sin res- ponder hasta ahora continúa siendo únala mis- ma: ¿desarrollo para quien o quienes? Mientras el actual gobierno supuestamente izquierdista predica una doctrina de humanis- mo progresista, pretende construir sobre nues- tros lugares sagrados, nuestras fuentes de agua, nuestros montes y selvas, nuestros sitios ar- queológicos e históricos, su caprichoso proyec- to de muerte para satisfacer las demandas del patrón del norte. Es por eso que nos hemos or- ganizado y articulado con las luchas de los pue- blos hermanos para presentar esta batalla que pretende exterminar al estilo nazi todo vestigio de pueblos originarios y quedar solamente los de “raza pura”. Las amenazas más grandes que se ciernen hoy en día sobre nosotros son 3: el mal llamado Tren Maya en la península, el Corredor Transístmi- co en la región de Tehuantepec y los proyectos energéticos como la termoeléctrica de Hues- ca, en Morelos. En Yucatán, estos proyectos de energía industrial están representados por las desarrolladoras de energías “limpias” o también llamadas energía “verde”, no obstante a esto se suman los problemas que genera el turismo de alto impacto. Hoy como ayer, pretenden cambiarnos o vendernos espejitos por piedras preciosas. Las piedras preciosas representadas por nuestra tie- rra, nuestra agua, nuestros montes con la gran cantidad de diversidad biológica. Los espejitos son los programas clientelares o paternalistas que implementa el gobierno a fin de enajenar o Reunidos para compartir experiencias. Fuente: Eliceo Ek (2018).

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