Número 60

89 Sin embargo, solemos utilizar este último térmi- no de manera indistinta para referirnos a todo ese impacto negativo de la actividad humana sobre el me- dio ambiente. Pero nuestro impacto sobre la Tierra no solo se mide en términos de calentamiento. Éste es del que más se habla porque es el más estudiado y mejor entendido, pero no es el único. Para expli- carnos mejor, hay que hablar de límites planetarios . El concepto de límites planetarios intenta identificar a un grupo de parámetros del Sistema Tierra que se han identificado como centrales para su estabilidad. En algunos de ellos se han identificado umbrales de seguridad y umbrales de riesgo: debajo de los umbrales de seguridad creemos que la Tierra puede adaptarse a los cam- bios, pero por encima de los umbrales de riesgo es muy probable que la magnitud de los cambios sea insostenible para la Tierra; entre el umbral de seguridad y el umbral de riesgo existe una zona de incertidumbre, en la que sencillamente no sabemos qué pueda pasar. En otras palabras, un cambio de suficiente magnitud en algunos de estos límites puede pro- vocar cambios en cascada en todo el resto de los elementos de la Tierra, desestabilizándola y for- zándola a cambios radicales en su configuración y funcionamiento. Estos eventos ya han ocurrido antes, y su manifestación en la historia de la Tie- rra son lo que llamamos cambio de era geológica. Como se ve en esta imagen, ya hemos reba- sado el umbral de riesgo en dos de los límites planetarios: el influjo de nitrógeno y fósforo al medio ambiente [biochemichal flows], estimado en dos niveles de riesgo (el primero señala la eu- trofización generalizada de los cuerpos de agua dulce a nivel regional, y el segundo –para fósfo- ro- un evento anóxico a gran escala en los mares, y la pérdida de la biodiversidad [genetic diver- sity], calculado según la tasa de extinción de es- pecies. El cambio climático y el cambio del uso de la tierra están en una zona de incertidumbre, acercándose al umbral de alto riesgo (el de cam- bio climático es de 450 ppm de CO2, equivalen- te a un calentamiento de 1.5 °C, que podríamos rebasar para 2030), mientras la acidificación de los mares está ligada a la concentración de CO2 atmosférico, con su umbral de incertidumbre en 350ppm (actualmente rondamos las 400ppm). Estos distintos límites planetarios están relacio- nados entre sí: por ejemplo, los influjos bioquí- micos de nitrógeno y fósforo provenientes de de- tergentes y fertilizantes provocan la eutrofización Figura 1. El estado actual de 7 de los límites planetarios. La zona verde señala la zona de seguridad, la ama- rilla la de incertidumbre y la roja la de riesgo. Tomado de: W. Steffen et al. «Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet » Science 347, 1259855 (2015).

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