Número 60

29 doles valores monetarios (precios, impuestos, gastos) se justifican, tras los análisis de costo/ beneficio, las políticas privatizadoras y las metas productivistas, 9 obviando u ocultando sus im- pactos depredadores y sus lógicas de exclusión sociocultural. El caso de la educación superior en México, que viene siendo objeto de acoso por las recomendaciones del Banco Mundial, a tra- vés de nuestras dóciles instancias gubernamen- tales, ilustra una amenaza real que se cierne so- bre todos los países latinoamericanos, pero cuya crítica no debe disociarse de sus implicaciones económicas, tecnológicas y políticas en el plano internacional (González Casanova, 1998). Esta orientación neoclásica de la economía se ha expandido a las políticas sobre patrimonio cul- tural y los proyectos en boga de turismo cultural, las que, de manera convergente aunque con ma- tices o diferencias, auspician UNESCO, ICOMOS, Banco Mundial y los gobiernos latinoamericanos. La información sobre turismo cultural, elaborada por la página web de UNESCO, anuda la ideología preservacionista con los principios valorativos y rentistas de una novísima versión de lo que bien podría denominarse economía cultural. La convo- catoria para la XII Asamblea General de ICOMOS (México, 17 al 23 de octubre de 1999) de mane- ra explícita significó al “patrimonio considerado como un recurso económico” para efectos de dis- cutir algunos aspectos problemáticos, como “la economía de la conservación”, “los métodos nue- vos de financiamiento”, “el turismo cultural como actividad económica”, etc. No es que postulemos una renuncia a un diseño económico viable en la gestión pública de los sitios culturales monumen- tales o de los museos: a lo que nos oponemos es a otorgar, sin haberlo discutido, un respaldo al paradigma neoclásico de la economía y su vena ideológica neoliberal. Algunos ejemplos recientes obligan a poner en cuestión el pretendido eficien- tismo espectacular de los empresarios de los sitios culturales. Las coreografías y el uso de maquinaria pesada han generado en el 2000 ya sus primeros actos depredatorios en los complejos arqueológi- 9 Véase la crítica a la “economía ambiental” como retórica de los países del Norte en Michael Redclift (1997). La globalización en curso... ha generado una categoría que viene ganando espacios sobre los bienes culturales inalienables de los pueblos, bajo la denominación de “patrimonio cultural de la humanidad”...

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