Número 60

22 El neoliberalismo, en el terreno ideológico, económico y cultural, ostenta dos grandes expo- nentes: Milton Friedman, de la Escuela de Chica- go, orientador de los experimentos autoritarios y de shock de Augusto Pinochet en Chile y Marga- ret Thatcher; y el austriaco Friedrich von Hayek, ideólogo del “estado mínimo”, quien ha recibido la adhesión entusiasta del Partido Republicano en Estados Unidos y de las corrientes más neocon- servadoras del mundo. 3 Ha recibido el respaldo financiero de grandes fundaciones articuladas a la Sociedad del Monte Peregrino, fundada en 1947, y en el presente “casa matriz de los think tanks neoliberales”. Hayek apuesta a frenar la represen- tación política de las clases medias en las dismi- nuidas estructuras del poder político. Al mismo tiempo, propone la necesidad de contener a los pobres, asumiendo el temor compartido por las elites. Y solo por esta razón, propone un salario mínimo precario, para sortear la “desesperación de los necesitados” (Boneau, 2005). Gracias a lo 3 Para Milton Friedman, la moral, encarada desde su perspectiva econom- icista neoliberal, queda significada en la trama del juego especulativo. La denomina “expectación moral”, llamada también “expectación matemática de la utilidad” (2007, p. 25). anterior, se ha normalizado lo que Jean Ziegler (2014) denomina “orden caníbal” del capitalismo global, el cual incrementa la desigualdad. Nos per- mitimos citar in extenso su esclarecedor parecer: […] los ricos se hacen rápidamente mucho más ricos, mientras la creciente desigualdad hace que no paren de subir las cifras de víctimas de ese reparto injusto. Basta observar que en 2005 el número de milmillonarios era de 487, que su- maban un patrimonio de 1,650 miles de millones de euros. Y ocho años más tarde ese número casi se había triplicado, pese a una crisis internacional que multiplicaba el número de desempleados en Europa. Los últimos datos disponibles hablan de unos 1,250 milmillonarios, con un patrimonio de unos 4,500 miles de millones de euros. Es decir, que aumenta vertiginosamente el enriquecimien- to de esa oligarquía financiera transnacional, al mismo tiempo que se incrementa su poder polí- tico, su control sobre las elites parlamentarias y gubernamentales, su dominio sobre las viejas es- tructuras estatales. Paralelamente, se agravan la desigualdad, la precariedad, el empobrecimiento, el sufrimiento de millones de seres humanos, lo que llamamos “la pirámide de las víctimas”. Tres cuartas partes de los habitantes del planeta viven en los 122 países del hemisferio sur, que es donde las sociedades multinacionales obtienen sus be- neficios más extremos (Ziegler, 2014). La Guerra y la Paz: el patrimonio cultural, la imagen y la marca país Inglaterra y Estados Unidos convergieron en la creación de organismos especializados en el marketing con proyección internacional. Desde el mirador británico, The Chartered Institute of Marketing, 4 cuyos orígenes datan de 1911, esa institución ha jugado un papel rector en el terre- no ideológico y empresarial. Su lema es elocuen- te: “El mundo es nuestro mercado”. La entidad es- tadounidense dedicada al marketing se estructuró con cierta tardanza frente a su símil británica. En 1937 se fusionaron la National Association of Mar- keting Teachers (1915) y la American Marketing 4 Véase: https://www.cim.co.uk/ Fuente: http://identidadlra9.blogspot.com

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