Número 60

11 tinte, pero también para el henequén, el cedro, la caoba y otras maderas, el chicle, la miel, el cama- rón, el pulpo, el mero y otros recursos pesqueros, siendo el caso más reciente, el pepino de mar. A partir de años 50, la baja densidad de pobla- ción y la quimérica idea de que el trópico húme- do representaba una enorme riqueza sin explotar, han sido la base para una política de colonización de tierras tropicales, pretendiendo transformar al sur en el “nuevo granero del país”, pero cuyo principal objetivo era paliar los conflictos agra- rios e invasiones de tierras en el norte de México (La Laguna ) y después esta política se convir- tió en la “salida” a conflictos sociales presentados por demandantes de tierra. Si bien la producción agrícola tuvo poco éxito, sí facilitó la ocupación de terrenos fronterizos del sur. Surgen entonces los Nuevos Centros de Población Ejidal, con co- lonos provenientes de otros estados en Campe- che y Quintana Roo y se extiende a ejidos de los pueblos de Campeche y Yucatán. En ese marco, la construcción de carreteras permitió, tras el fra- caso de la producción de granos, abrir la puerta a una ganadería bovina extensiva que generó el des- monte de grandes extensiones de selvas, y entre otras consecuencias afectó a los sistemas tradi- cionales de producción de la zona, para dar paso a sistemas de producción agrícola basados en la mecanización y un uso intensivo de insumos. Pa- ralelamente surgen entonces unidades confinadas de producción animal para puercos y aves que provocan la contaminación de suelos y aguas. Podríamos continuar ad infinitum con los ejem- plos, pero considero evidente que para acabar con el atraso de los estados del sur del país no se re- quiere, como pretende ahora el gobierno federal, la inversión en un tren de alta velocidad, acompa- ñado de nuevos asentamientos humanos, ya que de realizarse este proyecto no hará más que acen- tuar las contradicciones ya existentes en la zona. La inversión que la región necesita se debe orientar a remediar los daños ambientales ya de hecho acumulados durante varias décadas de políticas irresponsables. Y de manera no menos importante, se requiere también un nuevo modelo de desarrollo económico, que incluya a las poblaciones locales y respete su derecho vivir en condiciones decorosas y sanas en apego a sus tradiciones. Descarga de pencas de henequén a una de las últimas defi - bradoras trabajando actualmente. Fuente: Emilio de los Ríos ... se pretende resolver un problema precisamente con el mismo instrumento que lo creó...

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=