Número 58

71 Página 1 de 6 Ciudad de México a 21 de agosto de 2019 LIC. ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, DRA. CLAUDIA SHEINBAUM PARDO JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, AGRUPACIONES FEMINISTAS, SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA: Ante las numerosas descalificaciones emitidas en días recientes por distintos medios de comunicación debido a las pintas que se hicieron en la Columna de la Independencia -también conocida como el Ángel de la Independencia- durante la manifestación y marcha feminista del día 16 de agosto pasado, mujeres especialistas en conservación y restauración del patrimonio cultural nos reunimos en el colectivo independiente denominado Restauradoras con Glitter para emitir nuestra opinión profesional en torno a las implicaciones y resultado de dichos actos. El patrimonio cultural, según la definición de la UNESCO, es “un producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se trasmiten a las generaciones futuras”, es decir, se conforma por recursos tangibles e intangibles que nos han sido heredados para su vivencia, uso, reflexión, disfrute, reproducción, conservación y preservación. Por eso entendemos el patrimonio como un medio no estático en el cual se manifiestan ideas, cuestionamientos, y consensos, y que por dicho dinamismo desencadena procesos socio-culturales a su alrededor que generan identidad y sentido. Nuestro trabajo radica en hacer posible el que los bienes culturales puedan participar en tales dinámicas sociales, cambiantes como la sociedad misma. Por lo anterior, desde nuestra área de especialidad, queremos manifestar que: 1. Aunque de ninguna forma promovemos que se realicen pintas en los bienes culturales, entendemos la importancia social y transgresora de éstas, como parte de los procesos que acontecen en torno a ellos en contextos específicos. La manifestación reciente ha sido un grito desesperado en contra de una situación de violencia sistémica y normalizada hacia las mujeres dentro de nuestra sociedad, la cual no ha sido atendida ni eficaz ni resolutivamente por las autoridades para garantizar nuestra seguridad. La cobertura mediática en general ha preferido enfatizar el efecto visual de las pintas en lugar de enfocarse en lo verdaderamente importante: los centenares de casos de violaciones y feminicidios que no deberían haber ocurrido jamás, y que alarmantemente aumentan todos los días. Las pintas son un mero síntoma de la violencia desorbitada en que vivimos, y como tal deberían socializarse por los medios para promover la atención del problema de fondo. Sostenemos que su permanencia debe ser un recordatorio palpable de la condenable situación de violencia en nuestro país, y que por ende ninguna deberá ser removida hasta que no se atienda y se dé solución al problema de la violencia de género en nuestro país. 2. Consideramos que, por su alta relevancia social, histórica y simbólica, las pintas deben ser documentadas minuciosamente por profesionales, con el objetivo de enfatizar y mantener viva la memoria colectiva sobre este acontecimiento y sus causas, así como promover una toma de conciencia para plantear y gestionar soluciones al problema de fondo. Si fueran borradas sin un Manifiesto del colectivo independiente denominado Restauradoras con Glitter

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