Número 58

58 ¿Plantas sagradas? El concepto de lo sagrado en la tradición de los pueblos indígenas 1 Germán Zuluaga R. 2 D esde la década de los ochenta del siglo pasado se ha suscitado a ni- vel mundial un gran movimiento indigenista. Se trata del reconoci- miento de la diversidad cultural, de la inclusión constitucional en muchos países de su carácter pluriétnico y multicultural, de la firma de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas por las Naciones Unidas, de la celebración del día internacional de los pueblos indígenas cada 9 de agosto, entre otros muchos hitos. Tal auge indigenista también incluye la revaloración de sus conocimientos, tradiciones, ceremonias, rituales y en general de sus sistemas tradicionales de conocimiento, denominados hoy con el término de chamanismo. Este movimiento propio de la posmoderni- dad, que busca nuevos paradigmas o recuerda las viejas tradiciones y los saberes ancestrales, promueve el consumo de plantas especiales utili- zadas consuetudinariamente por los pueblos in- dígenas y hasta hace muy poco condenadas en el mundo occidental como alucinógenas, tóxicas y causantes de farmacodependencia. La de satani- zación de estas plantas pasa ahora por describir- las como sagradas o enteógenas, y los escenarios que acompañan su uso, como rituales religiosos y ceremonias espirituales. Corresponde a un fe- 1 Conferencia para el Congreso Plantas Sagradas en las Américas, Jalisco, México, 23 a 24 de febrero de 2018. 2 Director del Grupo de Estudios en Sistemas Tradicionales de Salud de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y del Centro de Estudios Médicos Interculturales (CEMI), Bogotá, Colombia. nómeno que yo llamaría « religiosización del cha- manismo», casi siempre simultáneo y a veces compartido con otro similar: la « medicalización del chamanismo». ¿Corresponde este fenómeno con el sentido auténtico de las tradiciones chamánicas? Quisiera presentar algunas reflexiones sobre el concepto de plantas sagradas, a manera de respuesta, com- partiendo con ustedes lo que los indios me ense- ñaron sobre las plantas medicinales y la necesidad de una hermenéutica para el diálogo intercultural. Mi encuentro con el chamanismo del piedemon- te amazónico sucedió hace treinta y cinco años, cuando hacía mi práctica de medicina en la región amazónica del Caquetá, Colombia. Ocurrió de ma- nera inesperada con un curandero de la etnia in- gana, don Roberto Jacanamijoy, quien poco a poco me fue cautivando con su sabiduría, en medio de ritos curativos con el consumo del brebaje cono- cido aquí como yagé. Grande era mi escepticismo. Tardé un par de años en convencerme de que su medicina tradicional era eficaz y de que las plantas medicinales sí tenían efectos positivos en la salud humana. Desde entonces mi vida entera sufrió una profunda y dramática transformación en todas las dimensiones: personal, familiar, profesional, aca- démica y laboral. ¿Qué fue lo que ocurrió? Cuando el indio finalmente me convenció, mi reacción fue querer abandonar la medicina que había aprendido en la Universidad, dejar de lado mi blusa blanca, mi fonendoscopio, mi con- sultorio, para irme a vivir con el indio, ponerme

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