Número 58

50 Antecedentes Desde hace años se tiene información sobre este mito y ritual, que poco ha cambiado a través del tiempo. La primera referencia bibliográfica que se encuentra es de 1981, cuando Raúl Arana, ar- queólogo del INAH, trabajó en el Centro Cere- monial de Coatetelco. Él asistió al ritual de los aires y lo describe así: “La víspera de la fiesta de San Juan Bautista (Patrón de la población) se ce- lebra el 23 de junio por la tarde. En ella se realiza la ofrenda que un grupo de personas hacen a los que ellos llaman “los aires”…Esta ofrenda, llama- da “Huentle” se deposita también (además de en la pirámide principal) en otros sitios, como son piedras labradas, oquedades, y en la parte supe- rior del Cerro de Moctezuma, donde existe tam- bién una zona arqueológica, y en otros lugares conocidos donde se supone que viven espíritus que, en este caso, son los protectores del campo y a los cuales se les ofrece comida para pedirles buena temporada de lluvia y por consiguiente buenas cosechas…” (Arana, 1984:221-222). En el texto de Arana se habla de que la ofren- da, o huentle, la organizan personas mayores, y la acompañan de cantos y rezos en mexicano. Ha- bla de los elementos que componen la ofrenda, que son dos palitos de ocote untados con cha- popote y adornados con estambres de colores rojo, blanco y verde, así como una comida a base de mole verde, chocolate y tamales, acompaña- dos con cigarrillos y bebidas alcohólicas; a todos ellos finalmente se les ahúma con carbón y co- pal y se prenden velas de cebo para agradar a los espíritus; en ocasiones se baila y se prenden cuetes. (Arana, 1984) Según esta descripción, poco ha cambiado el ritual. Las únicas diferencias son que antes se ha- blaba a los airecitos en mexicano, y ahora hay poca gente que habla náhuatl, y que además se ofrendaba chocolate, Ya no, tampoco se baila. Pocos cambios ha habido en 37 años. En 2001 Druzo Maldonado publicó, en la Re- vista Cuicuilco , un trabajo en el que se encuentra la descripción del ritual y del huentle , u ofrenda, que lo acompaña. “El 23 de junio –víspera de la fiesta patronal de San Juan Bautista– señala la fecha más importante dentro del calendario ri- tual y agrícola, marca la llegada o “visita” de los “aires” al territorio ejidal de Coatetelco… consti- tuye el principal rito agrario de propiciamiento del buen temporal y de la siembra del maíz…” (Maldonado, 2001:77). En 2005 Druzo Maldonado escribe extensa- mente sobre las características del pueblo de Coatetelco, de su composición étnica, de sus tra- diciones, de sus leyendas y costumbres, así como de las fiestas religiosas y populares, y dedica dos capítulos al ritual a los aires (Maldonado, 2005). Relata en este trabajo que los campesinos de Coatetelco conciben a los aires o Pilanchichin- cles como seres pequeños, invisibles, con carac- terísticas humanas: “los aires son de otro espacio, son de otro mundo, no son del de nosotros. Pero luego se revuelven con nosotros. Son como ni- ños pero a veces negritos, o güeritos, su nombre quiere decir “aires pequeños’, como niños que traen la lluvia. Se les habla en mexicano. Ahora en castilla. Todo en castilla, ya no hay mexica- no’, dicen. “En Coatetelco, a los airecitos se les categoriza como entes que poseen apariencia y atributos humanos…éstos poseen un sustrato de origen prehispánico, los ehecatotontin, los tlalo- que y los tepictoton… ellos viven en las monta- ñas altas y en los cerros.” (Maldonado, 2005:70). Maldonado menciona y describe cuidadosa- mente el tipo de comida que se ofrece en el huent- le, y la manera en que se prepara, y lo reconoce como de origen prehispánico. También se refiere al papel que juegan en este ritual las dos velas de cebo que se ponen en cada una de las ofrendas “ahí en la vela dice… la vela te da a saber de todo… si viene el viento y parece que la apaga, no se ha apagado, ahí están los aires, están jugando, están contentos… A veces están enojados y apagan las velas, y las lluvias vienen tristes.” (Maldonado, 2005:72). Los Pilanchichincles son caprichosos y voluntariosos, así los catalogan los campesinos. En 2015 se publicó un trabajo de Alicia Juárez Becerril en el que describe cuidadosamente en qué consisten el ritual y las ofrendas a los aires en San Andrés de la Cal, al norte del Estado de Morelos y lo equipara con el ritual y ofrenda

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