Número 58
47 Consideraciones te ó ricas E n este artículo interpretamos el mito de los Pilanchichincles bajo la teoría de Lawrence Krader del mito popular, en la que éste se defi- ne como una expresión no religiosa ni política, sino como una creencia de la gente. Lo que hace a un mito es su arraigo en la gen- te que lo ha recibido, que lo ha tomado y lo ha trasmitido. La gente se siente ligada al mito con un profundo compromiso; el mito es un acto de fe… (Krader, 2003). Krader dice: “Lo que resulta común a todas las formas de mito es que son abrazadas por los miembros de un grupo social que, en sí mismo, es variable; puede tratarse de una comunidad, de una secta religiosa, de un partido político o de un pueblo entero cuyos mitos tienen gran antigüe- dad…” (Krader, 2003:29). La principal característica de un mito es que está arraigado en la gente, que se siente ligada con él y cree en él; los creyentes del mito lo abrazan acríti- camente. El grupo se adueña del mito y lo vuelve parte de sus tradiciones. “El mito tiene sentido para quienes lo aprecian, lo aman, creen en él o están convencidos de su existencia…” (Krader, 2003:32). Así es la creencia de los campesinos del pueblo de Coatetelco en los airecitos o Pilanchichincles. Asimismo, estamos de acuerdo con la propuesta teórica de Montoya que señala al respecto de las co- munidades campesinas: “…dotando de vida antro- pomorfa a todo lo que le rodea, nos enfrentamos al hecho milenario de la personificación de las fuer- zas naturales y por tanto a la personificación de los elementos considerados como fundamentales (aire, agua, fuego, tierra) de tal manera que en todos los tiempos y culturas se han conocido espíritus y nú- menes del aire o del viento, del agua, del fuego y Foto 1. Mujer envolviendo tamales con hoja verde de maíz, trabajo de campo, 2018
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