Número 58

15 las tumbas y las ofrendas. La Plaza A fue destinada para la construcción de tumbas, incluso cuando el último sistema de captación de agua aún funciona- ba y cuando entró en desuso el canal principal, fue utilizado para continuar los enterramientos. Las tumbas, construidas con piedra de río y cubiertas con losas de piedra caliza, estuvieron destinadas a las personas del más alto nivel re- ligioso o social. Los canales en cambio sirvieron para entierros de otros niveles y se ha especulado que también fueron ocupados por personas cuya muerte estuvo relacionada directamente con el agua, (ahogados o muertos por un rayo o centella) o con enfermedades asociadas con ésta, por ejem- plo, osteoartritis. En todos los casos, los cuerpos fueron colocados en decúbito dorsal (boca-arri- ba) o sedentes (sentados), con las piernas en una extraña posición a la que se le dio el nombre de “posición yoga” o “posición flor de loto” (Foto 10) aunque este último es con el que se conocen. Las ofrendas estuvieron integradas por un elevado número de vasijas, entre 27 y 210 (Fotos 11 y 11a) y cuentas de piedra verde, así como di- versos objetos entre los que destacan punzones de hueso, navajas de obsidiana, pequeños sahu- madores, entre otros, que parecieran haber sido instrumentos de actividades muy específicas. Pero en Las Pilas, las ofrendas no fueron exclu- sivas de los enterramientos humanos, sino también se incluyó a la estructura o basamento piramidal numerada como 3, ubicada al norte. Su ofrenda consistió en 5 aves distribuidas en sus lados norte y oeste. Lo interesante de esta ofrenda es que los restos óseos fueron identificados como “esquele- to de guajolote” ( Meleagris gallopavo ). especie de la que se dice “Históricamente los guajolotes no existían silvestres en el estado de Morelos, por lo que se supone que los restos encontrados en Las Pilas, son de un animal que por comercio vino de una región más norteña” (Foto 12). Un atisbo de su cosmogonía y deidad princi- pal . Entre los objetos más significativos encon- trados como ofrenda en determinados entierros, destacan unas extrañas figuras cónicas, una va- sija efigie y un pectoral, asociado con otros ob- jetos. Los primeros tienen la forma de pequeños conos que miden entre 4 y 10 centímetros de al- tura, ahuecados, con apéndices laterales (picos), una aplicación circular en el cuerpo a manera de ombligo y cabezas con representación humana, de animales y fantásticas, a las que se les dio el nombre de “conitos” (Fotos 13 y 14). Foto 10. Entierro 16 en posición “flor de Loto”.

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