Número 56

93 Los 29 espejos desde los que el CNI muestra la verdadera cara del modo capitalista de producción y su sociedad burguesa, son sólo el botón de mues- tra de las calamidades que comparten los pueblos, comunidades, barrios y colonias, que enfrentan la encarnación del capitalismo en sus lugares de ha- bitación, trabajo y recreación (hábitat). En esto, el gobierno actual no es la excepción ya que mientras López Obrador insiste en que para la construcción de la refinería en Dos Bocas, municipio de Paraí- so, en Tabasco, se cuenta con todos los permisos de ley, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), consigue que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) multe a la empresa SCCA por su responsabilidad en el desmontado del mangle local en 82.8has. Siete características comunes a los megaproyectos Siete características de los proyectos de muerte - Atraen un sobrecosto económico hasta en un 100%, endeudamiento público por bo- nos de inversión, y más. - Generan división política en pueblos y comunidades organizadas, así abundan los ejemplos en todo el país. - Exacerban los conflictos sociales internos y profundizan la desigualdad, el clientelis- mo partidista y la corrupción. - Rompen tradiciones de trabajo y costumbres solidarias, que por generaciones han formado la cultura local. - Desplazan población, y aniquilan fauna y flora endémica. - Modifican el ecosistema acelerando el cambio climático global, por expoliación del planeta. - Ejemplifican que los gobiernos están al servicio del capital transnacional, y no del pueblo pobre organizado. Esta ha sido la constante en México, un país cuya formación socioeconómica nacional resul- tado de una guerra de conquista que le definió y de la cual no ha conseguido liberarse, dado que esta es una situación imposible de dirimirse en el ámbito meramente nacional, sino que implica observar, y actuar en consecuencia, la conforma- ción del modo capitalista de producción en su amplitud continental y planetaria. En ese orden de ideas, observo que la moder- nidad capitalista como programa social avanza por medio del proceso urbano y sus distintas di- mensiones, trastocando constantemente la vida cotidiana de las personas en todo el mundo. Las dimensiones que componen al proceso urbano son estructurales y, por lo tanto, orgánicas al modo capitalista de producción: la dimensión económica se manifiesta desde la lógica produc- tivista de la competencia mercantil y la adminis- tración empresarial desarrollista, introyectadas al proceso general del trabajo como productivis- mo fabril (industrial, en masa); la dimensión po- lítica se manifiesta por medio del régimen repu- blicano, con su sistema de partidos y la relación aparentemente equivalente entre gobierno y so- ciedad; la dimensión cultural e ideológica expre-

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