Número 55
38 ros vacíos que se envían al depositante como si esos números contuvieran alguna sustancia. Si esto no fuera así, entonces a cada depositan- te con un crédito disponible, se le debería per- mitir retirar inmediatamente el monto total a su voluntad. La determinación del banco de no permitir este tipo de retiro, especialmente en una escala masiva, es el temor de que todo el sistema económico implosione. La disposición de fondos atestiguada no es prueba de propiedad de riqueza o dinero. Por el contrario, es una declaración desesperada ante el mundo por parte de alguien que se niega a acep- tar que durante nuestra vida no hemos sido más que un simple “polvo vital” (De Duve, 1995). Los pobres y los ricos son una construcción social mítica, sustentada por el banco como guar- dián de los números vacíos que son otorgados y distribuidos con suma precaución. La ley ya no es la voluntad soberana del pueblo, sino un misil de precisión mortal que garantiza la obediencia al gran engaño de la propiedad del dinero y la ri- Fuente: https://www.ancrugon.com/miscel%C3%A1nea/pensamientos/sobre-la-avaricia-y-la-codicia/
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