Número 55

22 lión popular de derecha!”, y sí las hay, la de los cris- teros, por ejemplo; esas rebeliones populares se dan cuando la alternativa de izquierda desaparece, y son también de derecha porque los objetivos son los mismos que los de Slim, ascender socialmente. Pero hay rebeliones populares con multitud de jóvenes, que no pueden ascender socialmen- te de otra manera y se convierten en sicarios, delincuentes; porque es la única manera de en- riquecerse, aunque los maten 6 meses después. Entonces aquí la cuestión es que esa polarización social se ha hecho a un lado, es cuando llegan los líderes que buscan algo que se llama el equilibrio de clases, donde hoy el principal líder es Andrés Manuel López Obrador, quien se da cuenta que el país está a punto de desgarrarse y, por tanto, busca el equilibrio de clases. Por eso fue con Al- fonso Romo, con multitud de progresistas, tam- bién con pueblos originarios, aunque como dice López y Rivas, eso del Instituto Nacional de Pue- blos Indígenas me suena a otra imposición con- tra los pueblos originarios. Pero el equilibrio de clases es una tregua en que la oligarquía se va a fortalecer más, porque todo mundo dice que ya pasó de moda, pero lo que no ha pasado nunca de moda es la lucha de clases. Sin embargo, la única manera de combatir eso es mediante el fortalecimiento de los grupos pro- gresistas, es decir, de sindicatos como este, de au- ténticos partidos de izquierda que ya no existen; en fin, todo eso es básico, pero no podemos que- darnos en la retórica verbal, y yo me acuerdo muy bien, porque estuve en un partido de derecha lla- mado PRD, no me caían tan bien porque eran es- talinistas, me salí... ¡pero ahora lo extraño!; cuan- do estábamos en ese partido, teníamos comités de base con trabajadores, y esa labor con masas ha desaparecido por completo, no existe un partido de izquierda en México. Porque si lo hubiera, se es- taría coadyuvando por la cuestión del agua de Izta- palapa, coadyuvar por la bronca del crédito de los campesinos, coadyuvar contra los megaproyectos, pero esos militantes han desaparecido. En ese sentido, nos envolvemos con retóricas maravillosas, con palabrerías, por ejemplo, por- que prevalecen las violaciones a la ley, ¿o qué es eso de “prestadores de servicios”, o como la categoría de los “compactados”: esas son figuras fuera de la ley, cuando este trabajo no puede ser por tiempo determinado, por unas cuantas horas, cuando la investigación no es “de unas horas”, no respeta tiempos, porque podemos encontrar in- formantes que no habíamos considerado, incluso fiestas, entonces un “contrato por tiempo deter- minado” para un investigador es una estupidez, y por eso aquí la lucha política es importante. Una vez estuve con los señores de MORENA, en un acto en la Ciudad de México: yo creí que Melchor, Gaspar y Baltazar habían desaparecido, y no, porque resultó que hay cartas a los santos reyes; la primera bronca es que estos funciona- rios creen que la cultura se reduce al arte, lo cual es absurdo; también hablan de becas, de ir a las colonias pobres, de encontrar a personas y pro- motores; no obstante, nunca hablaron de segu- ridad, porque hay gente que no sale de noche, y menos del territorio, y si hablamos de cultura, ésta necesita un lugar. Además, en cuanto a la Constitución, en el marco de sus artículos de avanzada que son un derecho vigente, si bien existen en la ley, pero existe el asunto de la viabilidad de la ley, de que la ley se cumpla, porque de otro modo estamos en un fetichismo político, o porque hay también a Bolfy Cottom, cuando lo oigo hablar 77 horas del artículo tal y tal, y yo me digo que son las mil y una noches; pero como decía alguien cercano a Marx, “la constitución es un papel en la boca de un cañón”, es decir, quien maneja el cañón puede hacer trizas la Constitución. Por ejemplo, cuan- do dice que está prohibido el trabajo de meno- res de 14 años y trabajan por todos lados, resulta una constitución ficticia. De esta manera, la lucha tiene que ser no solo de plantones: es necesaria la lucha jurídica y po- lítica, y este sindicato es de los más combativos, aunque es evidente que en las últimas fechas su debilidad ha sido patente en muchos sentidos, ha habido escasas movilizaciones, nulas demandas por lo más básico en salarios y prestaciones, es necesario que salgamos a la calle. Ya lo decía Gar- cía Cantú en unos consejos particulares para la

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